tag:blogger.com,1999:blog-49576133390819908102024-02-21T04:34:49.650-04:00La Página de Omar MontillaAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comBlogger2387125tag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-59653273912419761702017-10-20T08:00:00.000-04:002017-10-20T08:00:39.183-04:00El último retrato de Oscar Wilde<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5Kh4hPSHi4QmtVLwrLivSvu8BjmBbmRm1WC-nn36M0C4t9PYtUMC4YO22lOaR4I365QUYp-3MLuDMCd0UvQjoO6CZm_ody3JKKrH85oszS6AE0XdS3-cICKwCmjgBfY25NskDBxzEcLKz/s1600/Oscar+Wilde+%25E2%259C%2586+1+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla-.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="563" data-original-width="1000" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5Kh4hPSHi4QmtVLwrLivSvu8BjmBbmRm1WC-nn36M0C4t9PYtUMC4YO22lOaR4I365QUYp-3MLuDMCd0UvQjoO6CZm_ody3JKKrH85oszS6AE0XdS3-cICKwCmjgBfY25NskDBxzEcLKz/s320/Oscar+Wilde+%25E2%259C%2586+1+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla-.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><i><b><span style="font-size: small;">Higinio Polo</span></b></i></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">De todas las fotografías que se conservan de Oscar Wilde, hay algunas que me parecen relevantes, o conmovedoras, conociendo el destino que le estaba reservado.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Una de esas imágenes está tomada en 1897, en el Palacio Real de Nápoles, y en ella vemos al poeta, gordo, tocado con bombín, perdida la distinción y la elegancia que persiguió durante toda su vida. En otra fotografía, disparada en el mismo Nápoles decadente, está sentado ante una mesa, con una botella de vino, y con su amante, lord Alfred Douglas, de pie, tras él, con la mano descansando en el hombro de Wilde. Todavía hay otra, impresionada en abril de 1900, que lo paraliza ante la estatua de Marco Aurelio, en el Campidoglio romano. Posa con bastón, un brazo en la cadera, simulando indolencia, tocado con sombrero, apenas seis meses antes de morir. Reparo ahora en que todas esas fotografías que creo conmovedoras están tomadas en Italia, y es probable que, para mí, su desdichada textura emane del recuerdo prestado que tenemos de los desolados días que la vida le había forzado a derramar, y cuyo ruido no podemos separar de los años de triunfo. Ese es, para mí, el último retrato de Oscar Wilde, el dandi caído que había tenido la insolencia de postular el socialismo.</span></span></div>
<a name='more'></a><br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En todas esas fotografías, Wilde estaba muy lejos de sus días de gloria, del momento –por ejemplo– en que al llegar al puerto de Nueva York, en enero de 1882, joven y brillante, ante la rutinaria pregunta del aduanero –“¿Algo que declarar?”–, contesta: “Nada, excepto mi genio”. Es la misma afectación que revela en el momento en que, requerido para citar las cien obras más notables de la literatura de todos los países y de todos los tiempos, contesta que le es imposible, puesto que él sólo ha escrito cinco libros. También reitera esa actitud en Londres, diez años después de su viaje a América, cuando con ocasión del estreno de<span> </span><i>El abanico de Lady Windermere</i>, sale a escena para saludar a los espectadores, al finalizar la obra, entre aclamaciones, y sonríe, dueño del mundo: “Celebro mucho, señoras y señores, que les haya gustado mi obra. Estoy seguro de que aprecian sus méritos casi tanto como yo mismo.” El público lo aclama. Es un atrevimiento, pero entonces a Wilde se le perdona todo, se celebran todas sus frases, y Londres está rendido ante el escritor de genio, en medio de un éxito teatral sin precedentes que le proporciona fama y dinero. Aparecen también los enemigos, aunque en ese momento nada parece amenazarlo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDYWNKODb7sGQeRjGzd0WUB7VsA32GDupxGo804gctNBBgxSUszWqDxe-jM7K7eEJghCB29MTvt1i5YCDv2JAZF0Sv-aj_HIRlYEmjGL8LNi7FJiHPXV4cD5II3SIGUuyO2vpt8ilGLDlp/s1600/Oscar+Wilde+%25E2%259C%2586+2+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="740" data-original-width="634" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDYWNKODb7sGQeRjGzd0WUB7VsA32GDupxGo804gctNBBgxSUszWqDxe-jM7K7eEJghCB29MTvt1i5YCDv2JAZF0Sv-aj_HIRlYEmjGL8LNi7FJiHPXV4cD5II3SIGUuyO2vpt8ilGLDlp/s320/Oscar+Wilde+%25E2%259C%2586+2+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.png" width="274" /></a></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero en esas placas italianas no le quedaba ya mucho tiempo: el 30 de noviembre, de ese mismo año de 1900 en que lo vemos en el Campidoglio, lo fotografiarán por última vez, en su lecho de muerte. En esas fotografías finiseculares, el gusto por la doble vida que mostraba Wilde había quedado ya muy atrás, y en esos meses finales de su existencia el escritor es la sombra de sí mismo, aunque mantiene su compromiso con los débiles, como indica su preocupación por la vida de los reclusos en las siniestras cárceles británicas. André Gide escribió que Wilde mostraba ante los demás una máscara, para el asombro o la exasperación de quien le escuchaba. En uno de sus relatos,<span> </span><i>La esfinge sin secreto</i>, Wilde nos describe a una mujer misteriosa, lady Alroy, que, sorprendentemente, no oculta ningún secreto. No es el caso del escritor irlandés. De hecho, había vivido durante mucho tiempo mostrando apenas una parte de sí mismo, como nos indica la circunstancia de que Frank Harris no hubiese descubierto la homosexualidad de Wilde hasta que él mismo se la reveló con ocasión de su proceso con el marqués de Queensberry. Pero no es ese uno de sus secretos mejor guardados –al menos para el lector del siglo XXI, que conoce su ascenso y su caída, y la persecución sufrida como consecuencia de sus inclinaciones sexuales en la hipócrita sociedad victoriana de finales del XIX–, sino probablemente su simpatía por el socialismo, su apuesta por una sociedad libre que espera acabe con la voracidad de la burguesía y en la cual germinen unas nuevas formas de relación humana en las que no tengan cabida ni la propiedad privada ni ninguna de sus lacras derivadas. Porque Wilde se muestra, en<span> </span><i>El alma del hombre bajo el socialismo</i>, decididamente partidario de la dignidad obrera que despunta en el horizonte, en unos días en los que Lenin apenas es un joven de poco más de veinte años al que acaban de expulsar de la universidad.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">André Gide nos dejó escrito que en 1895, cuando se encontraron en Argelia, Oscar Wilde le había confesado: “He puesto todo mi genio en mi vida; en mis obras sólo he puesto mi talento”. En ese momento, cuando disfrutaba del suave clima argelino y frecuentaba algunos cafetines discretos y casas de jóvenes en compañía de sus amigos y camaradas del momento, estaba lejos de imaginar que apenas unos meses después, su vida quedaría quebrada sin remedio, para siempre. Richard Ellmann, su más paciente biógrafo, mantiene que Wilde tuvo que vivir su vida dos veces: que en el primer período fue un granuja, y, en el segundo, una víctima. Cuando Wilde vuelve de Ar gelia a Londres, encuentra una carta en el club Abermale: está escrita por el marqués de Queensberry, el padre del amante del poeta, lord Alfred Douglas. En ella, el aristócrata le acusa de sodomía, y es probable que Wilde reparase más en la zafiedad del marqués que en las consecuencias que aquella acusación podía tener en la relamida sociedad victoriana. Tal vez ni tan siquiera lo sospechaba, pero en aquel momento preciso, iniciaba el ca mino hacia la destrucción. Cinco años después, Oscar Wilde apenas sería una sombra del brillante dramaturgo aclamado por el público de Londres y París, apenas recordaría al celebrado poeta que había tenido a sus pies a la mejor sociedad londinense, y estaba esperando la muerte en una pobre habitación de un hotel modesto, casi siniestro, de la calle Beaux-Arts de París.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ8GEVrQkiZvHAHWEii9L9XwBEcQg1iVI7zg4dENIstuLzhAp7f76-BARojmhVC3CHHylTzLKkkOB1aqeak8xy0MufnMdjKB4lv7TrVr7yGNdT3lXUN3rLIcdE7dQ2T8asDGhiL2awo0Py/s1600/Oscar+Wilde+%25E2%259C%2586+4+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="961" data-original-width="639" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ8GEVrQkiZvHAHWEii9L9XwBEcQg1iVI7zg4dENIstuLzhAp7f76-BARojmhVC3CHHylTzLKkkOB1aqeak8xy0MufnMdjKB4lv7TrVr7yGNdT3lXUN3rLIcdE7dQ2T8asDGhiL2awo0Py/s400/Oscar+Wilde+%25E2%259C%2586+4+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.png" width="265" /></a></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Hoy conocemos casi hasta el menor detalle de la vida de Wilde, gracias al minucioso trabajo de sus biógrafos, como el de Robert Harborough Sherard, quien publicó varios libros sobre su vida a partir de 1902, que todavía son hoy interesantes por los detalles que aportan. Sherard, que fue amigo de Wilde, era algo más joven: había nacido en 1861 y lo sobrevivió casi medio siglo, hasta su muerte en 1943. Sherard explica anécdotas de la vida de Wil de en París, su inclinación por los marineros o la visita que realizaron ambos a Verlaine.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Contamos también con otros materiales de primera mano: el mismo año de 1902 publica André Gide su In Memoriam Oscar Wilde. Y Frank Harris da a la imprenta la Vida y confesiones de Oscar Wilde. Harris era un norteamericano amigo de Wilde, nacido en 1856, que publicó la Vida en 1914, de forma restringida, y en 1918 en una segunda edición en Nueva York, libro que se publica en España en 1928. Harris, que nos habla de la “lamentable personalidad de lord Alfred Douglas”, escribe sus recuerdos en unos años en los que los críticos literarios hablaban, con precaución de capellanes católicos, de la “anomalía sexual” de Wilde. Detrás de ellos vendrían otros autores, interesados en el drama vital de Wilde o en las palabras esparcidas de las obras que subsisten. Pero tenemos noticia de su vida, sobre todo, por la monumental biografía de Richard Ellmann, publicada en España en 1987, el mismo año de su muerte. Antes, Ellmann se ha bía convertido en el biógrafo de James Joyce, otro irlandés, y documenta los menores detalles de la existencia de Wilde, la peripecia de su familia, de sus compañeros de cla se, sus relaciones. Cuando Ellmann murió, llevaba vein te años dedicado a la reconstrucción de la vida de Oscar Wilde. En España, Wilde tuvo pronto traductores, como Julio Gómez de la Serna, o Ricardo Baeza, traductor también de Frank Harris. Y conoció a Manuel Ma cha do, en 1899, quien escribiría un artículo premonitorio, titulado<span> </span><i>La última balada de Oscar Wilde</i>.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Oscar Wilde no agradaba a todo el mundo, pese a las apariencias. Es notable conocer que Harris siente “repulsión” por el escritor cuando lo conoce: aunque su estatura de casi dos metros impresiona, el norteamericano observa sus manos fofas, su piel poco limpia, su ropa demasiado ceñida, su obesidad, las bolsas que deformaban su mandíbula. Pese a todo, Wilde es un hombre joven: el encuentro entre ambos se produce en 1884, cuando el escritor apenas tiene treinta años. Después, a Harris le ganará la simpatía de nuestro personaje, aunque no deje de anotar que una de las causas del éxito de Wilde es el grupo de admiradores que lo acompañaba casi siempre, que lo rodeaba en las fiestas sociales, que lo exaltaba como un gran poeta en los salones y en los círculos ilustrados. De esos seguidores, la mayoría eran invertidos que surgen entre “la alta burguesía que imita al mundo elegante”, según las palabras de Harris. Invertidos que eran un producto de Eton y de los internados y las universidades británicas de la época, hombres cultos que adornaban las reuniones sociales y cuyas hazañas eran seguidas por la prensa, que los calificaba de decadentes, estetas. De esa conjunción entre las instituciones donde se educa la élite y una sensibilidad que siempre fue periférica y marginada, atenta al padecimiento de los pobres y considerada como advenediza por los intelectuales ligados al poder, surge Oscar Wilde.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">Lo anterior son las primeras páginas del prólogo de Higinio Polo al libro de Oscar Wilde<span> </span><a href="https://www.blogger.com/null"><i>El alma del hombre bajo el socialismo</i></a>.</span></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3_SjlZCNXfUcGSePvST1U1BiryCdHyczYxQ7dTOr2aRzTo90h5ZtUT5kjwyAhRpBRtqFpQuIYHhhh5eJQqzQV0-id4cVHfr5cmPPUQPCZassybVp1GfyAjWH6E5ElrPBh9qgi3mnT50Oa/s1600/El+Viejo+Topo.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3_SjlZCNXfUcGSePvST1U1BiryCdHyczYxQ7dTOr2aRzTo90h5ZtUT5kjwyAhRpBRtqFpQuIYHhhh5eJQqzQV0-id4cVHfr5cmPPUQPCZassybVp1GfyAjWH6E5ElrPBh9qgi3mnT50Oa/s1600/El+Viejo+Topo.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: small;"><a href="http://www.elviejotopo.com/topoexpress/el-ultimo-retrato-de-oscar-wilde/">http://www.elviejotopo.com/</a></span></span></i></u></span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br /></span></i></u></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-37337093857431365502017-10-07T12:46:00.000-04:002017-10-07T12:55:18.660-04:00Urnas y calles: Lenin electoral — III<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYjHYOalvZplPXj4YyCaYHK4ZgU0cCT1kG_TtLIDKvU6ZejkMQyKHujkJC45LzOOdbCUw71-DAJVsfIw2He8q1ZLSSs4Bcli2ix_ekqwvafRjTmZlyALpAgNuddgsquMfhNF1ZjW48K8YY/s1600/Lenin+%25E2%259C%2586+++%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="229" data-original-width="400" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYjHYOalvZplPXj4YyCaYHK4ZgU0cCT1kG_TtLIDKvU6ZejkMQyKHujkJC45LzOOdbCUw71-DAJVsfIw2He8q1ZLSSs4Bcli2ix_ekqwvafRjTmZlyALpAgNuddgsquMfhNF1ZjW48K8YY/s320/Lenin+%25E2%259C%2586+++%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i>“El problema de la ‘forma de la lucha’ se hallaba ligada íntimamente al problema de la ‘organización para la lucha’” </i></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">—</span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Lenin, 1906</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span>
<br />
<div style="text-align: left;">
</div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b><i>Nicolás González Varela</i></b></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Para el Lenin de 1906-1907 toda
lucha electoral es una forma de lucha subordinada, secundaria en
condiciones objetivas revolucionarias. El problema de la “forma de la
lucha” se halla ligado por ello íntimamente al de la organización de la
lucha. Pero: ¿en qué consiste una condición objetiva revolucionaria?
Recordemos qué significa para Lenin una situación revolucionaria,
“análisis concreto de la situación concreta” que se deriva del marco
general de una categoría crítica decisiva en Marx: la de formación
económico-social.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref1"> [1] </a>En
Lenin funge el principio marxista de entender la “lógica específica del
objeto específico”. El análisis materialista crítico (que Lenin muchas
veces llama al mejor estilo de Lakatos “métodos de investigación del
Marxismo”) simplemente busca las formas de la “transición” o el “acceso”
a la Revolución proletaria, ni más ni menos. Lenin estableció de forma
clásica y tardía en varias ocasiones lo que denominó “Ley fundamental de
la Revolución”. Es sintomático que Lenin se exija en definir las
coordenadas fundamentales de un acontecimiento revolucionario objetivo
(base de toda táctica eficaz), que denomina políticamente como “crisis
nacional general”, a medida que se sumerge en la compleja arena
parlamentaria burguesa. En 1902: “[en un primer momento]
reivindicaciones de carácter puramente económico, se transforman con
rapidez en un acontecimiento político, a pesar de participar en ella un
número insuficiente en extremo de fuerzas revolucionarias organizadas…
[sin embargo] la verdadera desorganización del gobierno se consigue sólo
cuando las amplias masas, realmente organizadas por la propia lucha,
obligan al gobierno a desconcertarse; cuando la legitimidad de las
reivindicaciones de los componentes avanzados de la clase obrera es
esclarecida ante la multitud en la calle…; cuando a las acciones
militares contra decenas de miles de hombres del Pueblo precede la
vacilación de las autoridades, que carecen de toda posibilidad real de
determinar a dónde conducirán esas acciones militares; cuando la
multitud ve y reconoce en los muertos en el campo de la guerra civil a
sus camaradas, a sus compañeros, y acumula nuevas reservas de odio y el
deseo de una lucha más resuelta contra el enemigo… [entonces] todo el
régimen actual el que aparece como enemigo del Pueblo.”<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref2"> [2] </a></span><br />
<a name='more'></a><br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="more"></a><span style="font-family: inherit;">El descalabro de una formación
económico-social solo se logra cuando existe una masa crítica organizada
(no “mera-formalmente” organizada, Lenin lo especifica:
por-y-en-la-propia-lucha) que logra erosionar el bloque histórico a
partir de un inicio menor: una lucha económica, pero ésta está
sobredeterminada por el nivel institucional de las organizaciones de
masas. Todavía no existe una experiencia propia revolucionaria, por lo
que Lenin debe recurrir a los últimos sucesos revolucionarios históricos
con participación obrera: las revoluciones de 1848-1850 y la <i>Commune </i>de
París de 1871. Lenin en 1908, ya teniendo sobre sus espaldas la
Revolución rusa de 1905, habla de “momento revolucionario”: “no se puede
defender en general y siempre la participación en cualquier institución
representativa [Parlamento], sin tener en cuenta las condiciones del
momento revolucionario. Es deber de los marxistas… plantear <i>de modo concreto,</i> y no abstracto,… cualquier problema político, teniendo en cuenta<i> toda</i> la
situación revolucionaria en su conjunto… Si las masas experimentaran un
vivo interés por la Política, ello implicaría la existencia de las
condiciones objetivas de una crisis en desarrollo, es decir:
significaría estar ya en presencia de determinado ascenso; y si este
ascenso adquiriese cierta fuerza, el sentir de las masas se traduciría
sin falta en <i>acción de masas</i>.”<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref3"> [3] </a>El
modo concreto de especificar un “momento revolucionario” exige se
considere la Totalidad, y un índice subjetivo clave es la existencia de
un masivo interés (verificable) de las masas populares por participar en
la Política activa (no meramente en los marcos de la Política
profesional). Lenin en 1913: “una situación revolucionaria [se genera
cuando] se ha agudizado al máximo la opresión de la aplastante mayoría
de la población, no sólo del Proletariado […] siendo de notar que la
opresión agudizada, el hambre, la miseria, la ausencia de derechos y los
ultrajes al Pueblo se hallan en flagrante desacuerdo con el estado de
las fuerzas productivas”, y continúa diciendo Lenin que “mas con ello no
basta. La sola opresión, por grande que sea, no siempre origina una
situación revolucionaria en un país. Para que estalle la Revolución no
basta con que <i>los de abajo no quieran</i> seguir viviendo como antes. Hace falta, además, que <i>los de arriba no puedan</i> seguir
administrando y gobernando como hasta entonces.”; además debe afectar
“precisamente las bases de la estructura estatal, y en modo alguno
cualquier parte secundaria de ella, afecta los cimientos del edificio y
no tal o cual accesorio, tal o cual piso.”; las condiciones objetivas de
una situación revolucionaria deben comprender, de manera dialéctica
(pensando la propia Totalidad concreta) el estado subjetivo de las masas
y las condiciones internacionales, es decir: un “cuadro social” (sic)
que genera “la imposibilidad de resolver las tareas burguesas por este
camino y por los medios existentes (en manos del gobierno y de las
clases explotadoras)”.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref4"> [4] </a>Se
han sumado a la configuración concreta del momento revolucionario otros
aspectos e índices, ahora se trata de una opresión en grado máximo (no
exclusivamente económica: opresión agudizada con ausencia o limitación
de derechos adquiridos o fundamentales) a una mayoría casi absoluta de
la población, incluso la no-proletaria; las clases dirigentes ya no
pueden gobernar con normalidad en el marco de los mecanismos que usaban
en el pasado, pero esta condición es insuficiente sin el elemento de
clase revolucionario: los de abajo (el Pueblo bajo como lo denomina
Lenin) ya no quieren seguir en la “normalidad” de dominio del período
anterior: se presenta un escenario de doble poder; un último índice es
que la entera estructura estatal, las bases de la forma-estado (por
ejemplo: la Constitución o la propia legitimidad del Poder Ejecutivo) se
encuentra irremediablemente erosionada, hay una disociación esencial y
sin retorno. Lenin en 1915, en una de las formulaciones más conocidas:
“A un marxista no le cabe duda de que la Revolución es imposible sin una
situación revolucionaria; además, no toda situación revolucionaria
desemboca en una Revolución. ¿Cuáles son, en términos generales, los
síntomas distintivos de una situación revolucionaria? Seguramente no
incurrimos en error si señalamos estos tres síntomas principales: 1) La
imposibilidad para las clases dominantes de mantener inmutable su
dominación; tal o cual crisis de las ‘alturas’, una crisis en la
política de la clase dominante que abre una grieta por la que irrumpen
el descontento y la indignación de las clases oprimidas. Para que
estalle la revolución no suele bastar con que ‘los de abajo no quieran’,
sino que hace falta, además, que ‘los de arriba no puedan’ seguir
viviendo como hasta entonces. 2) Una agravación, fuera de lo común, de
la miseria y de los sufrimientos de las clases oprimidas. 3) Una
intensificación considerable, por estas causas, de la actividad de las
masas, que en tiempos de ‘paz’ se dejan expoliar tranquilamente, pero
que en épocas turbulentas son empujadas, tanto por toda la situación de
crisis, como por los mismos ‘de arriba’, a una acción histórica
independiente.”; Lenin aclara más adelante que “son cambios objetivos,
no sólo independientes de la voluntad de los distintos grupos y
partidos, sino también de la voluntad de las diferentes clases, la
Revolución es, por regla general, imposible” y que “no toda situación
revolucionaria origina una Revolución, sino tan sólo la situación en que
a los cambios objetivos arriba enumerados se agrega un cambio
subjetivo, a saber: la capacidad de la clase revolucionaria [no del
Pueblo bajo] de llevar a cabo acciones revolucionarias de masas lo
suficiente fuertes para romper (o quebrantar) el viejo gobierno, que
nunca, ni siquiera en las épocas de crisis, ‘caerá’ si no se le ‘hace
caer’”.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref5"> [5] </a>Lenin
habla de “síntomas” de una situación revolucionaria, y no por
casualidad: todos ellos no tienen jerarquía uno sobre el otro, ni
siquiera lexicográficamente, sino que requieren que sucedan
simultáneamente, son co-originarios y en constante pero relativa
interdependencia. Trotsky denomina a esta co-originariedad de los
índices de una “situación revolucionaria” como un caso de “Reprocidad
condicional”.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref6"> [6] </a>Deben
“concurrir” al mismo tiempo como sombras inseparables que acompañan al
momento revolucionario. Al mismo se introduce en la reflexión leninista
la diferencia entre un <i>kairós </i>revolucionario, momento kairológico
que abre la posibilidad de una acción subjetiva decisiva, y el de
crisis revolucionaria, que es la situación revolucionaria en la que
existe plenamente desarrollada la organización revolucionaria: “la
situación en que a los cambios objetivos arriba enumerados se agrega un
cambio subjetivo, a saber: la capacidad de la clase revolucionaria [no
del Pueblo bajo] de llevar a cabo acciones revolucionarias de masas lo
suficiente fuertes para romper (o quebrantar) el viejo gobierno”.
Trotsky reforzaría este elemento-condición esencial al afirmar que “el
Proletariado sólo puede adquirir esa confianza en sus propias fuerzas
-indispensable para la revolución- cuando descubre ante él una clara
perspectiva, cuando tiene la posibilidad de verificar activamente la
relación de fuerzas que cambia a su favor y cuando se siente dirigido
por una dirección perspicaz, firme y audaz”. La otra formulación clásica
es ya de 1920, en plena confrontación con anarco-comunistas,
autonomistas, consejistas, luxemburguistas y neoizquierdistas europeos:
“La Ley fundamental de la Revolución, confirmada por todas ellas, y en
particular por las tres revoluciones rusas del siglo XX [1905, febrero
de 1917 y octubre de 1917], consiste en lo siguiente: para que tenga
lugar una Revolución no basta con que las masas explotadas y oprimidas
tengan conciencia de la imposibilidad de vivir como antes y reclamen
cambios; para la Revolución es necesario que los explotadores no puedan
seguir viviendo ni gobernando como antes. Sólo cuando <i>los ‘de abajo’ no quieren</i> vivir como antes y los ‘de arriba’ <i>no pueden continuar como antes</i>,
puede triunfar la Revolución. Esta verdad puede expresarse con otras
palabras: la Revolución es imposible sin una ‘crisis nacional general’
(que afecte tanto a explotados como a explotadores). Se desprende que,
para que tenga lugar una Revolución, es indispensable, primero, que la
mayoría de los obreros (o por lo menos la mayoría de los obreros con
conciencia de clase, que piensan, políticamente activos) comprenda
plenamente que la Revolución es necesaria y que esté dispuesta a morir
por ella; segundo: es preciso que las clases dirigentes atraviesen una
crisis gubernamental que arrastre a la Política incluso a las masas más
atrasadas (es síntoma de toda Revolución verdadera es la decuplicación o
centuplicación del número de hombres capaces de librar una lucha
política, pertenecientes a la masa trabajadora y oprimida, antes
apática), que debilite al gobierno y haga posible su rápido
derrumbamiento por los revolucionarios.”, y retornando a la necesidad
del método del Materialismo militante Lenin señala que “indagar,
investigar, prever, captar lo que es nacionalmente específico,
nacionalmente particular en la <i>forma concreta</i> en que cada país debe abordar una tarea internacional <i>única</i>”;
el nexo vanguardia-masas en una situación revolucionaria es determinada
por Lenin: “En este caso hay que preguntarse no sólo si hemos
convencido a la vanguardia de la clase revolucionaria, sino también si
están dislocadas las fuerzas históricamente activas de <i>todas </i>las
clases de la sociedad dada, obligatoriamente de todas sin excepción, de
manera que la batalla decisiva se halle por completo en sazón, de manera
que: 1) todas las fuerzas de clase que nos son adversas estén
suficientemente sumidas en la confusión, suficientemente enfrentadas
entre sí, suficientemente debilitadas por una lucha superior a sus
fuerzas; 2) todos los elementos vacilantes, volubles, inconsistentes,
intermedios, es decir, la pequeña burguesía, la democracia
pequeño-burguesa, que se diferencia de la burguesía, se hayan
desenmascarado suficientemente ante el pueblo, se hayan cubierto
suficientemente de oprobio por su bancarrota práctica; 3) en las masas
proletarias empiece a aparecer y a extenderse con poderoso impulso el
afán de apoyar las acciones revolucionarias más resueltas, más valientes
y abnegadas contra la burguesía. Entonces es cuando está madura la
Revolución”.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref7"> [7] </a>Por
primera vez aparece netamente definido un elemento subjetivo,
“revolucionarismo subjetivo”, que evita caer en el Blanquismo o en
formas románticas de aventurerismo sectario. En una comunicación al IIº
Congreso de la Internacional Comunista (en julio de 1920) Lenin volverá
por última vez a intentar establecer la “Ley fundamental de la
Revolución”, el acontecimiento revolucionario: “[se deben producir]
natural e inevitablemente dos condiciones, dos situaciones
fundamentales. Por una parte, la pobreza, la miseria de las masas debe
crecer en forma inaudita… los obreros se encuentran en una situación
insoportable… agudización inaudita de todas las contradicciones
capitalistas… ese es el origen de esa profundísima efervescencia
revolucionaria… pr otra parte, en la ínfima minoría de los
todopoderosos… se inició y crece la desintegración… nos encontramos ante
la maduración de las dos condiciones de la Revolución.”<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref8"> [8] </a> </span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">Contra toda tentación “populista” o
recurso fácil al romanticismo folklórico, Lenin advierte que no es la
“mente del Pueblo”, ni algún enigmático <i>Volksgeist</i> los que
deciden el problema, sino la fuerza de las respectivas clases y
elementos de la sociedad. Y este análisis se deriva del análisis
materialista de la situación concreta. Las enseñanzas de Marx entre 1847
y 1851,<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref9"> [9] </a>afirma
Lenin, obligan a estudiar: 1) qué clases exigen el cambio del status
quo y cuales exigen limitaciones en el poder; 2) qué “condiciones
materiales” engendran o contribuyen al acontecimiento de una lucha
revolucionaria y cuales los esfuerzos por concertar la “coexistencia
constitucional” de los (potenciales) derrocadores con los (potenciales)
derrocados; 3) aplicar el método y la teoría de Marx al “esclarecimiento
del profundo e interesantísimo proceso de formación de los partidos
políticos”. El Marx político no aparece en estos y otros textos menores
por casualidad: Lenin siempre sostuvo que el Revisionismo se apoya en
una deformación “liberal-constitucional” de Marx y la forma de
retornarlo a su pureza era aplicar las enseñanzas políticas de
1848-1851. Por ello en el caso de alianzas o mayorías silenciosas, Lenin
remarca que la famosa “Aritmética política” en el Parlamentarismo es un
proceso un poco más complicado que la simple adición de todos los
elementos de la oposición. En un artículo titulado “La Socialdemocracia y
los acuerdos electorales” de octubre de 1906, Lenin establece la
premisa general para toda lucha electoral, que denomina premisa general:
asegura en todo momento una “Política de Clase”, independiente y
autónoma en toda la campaña; a su vez toda campaña electoral debe
supeditarse a los intereses de la lucha de clases histórica. Nuevamente
retorna sobre la re-definición de Parlamento: para Lenin se trata de un
“instrumento de hegemonía y de opresión burguesa” con una importancia
histórica determinada. Un “verdadero régimen parlamentario” puede ser
igualmente la Dictadura del Proletariado como la Dictadura de la
Burguesía. El Parlamentarismo es uno de los métodos de la lucha política
“por la liberación de la Clase Obrera”, dentro de estos parámetros,
toda actividad parlamentaria debe estar subsumida (“en forma absoluta”) a
las tareas especiales del Proletariado en una situación concreta. La
tarea principal entonces es “romper” el poder que el gobierno burgués de
turno tiene frente y sobre el Parlamento, asegurando no solo la
igualdad del derecho al voto sino una distribución proporcional de los
distritos electorales, períodos legislativos cortos, total libertad de
prensa, de reunión y de asociación y en especial progresiva ampliación
del derecho a voto en la edad ciudadana. En esta posición el Marxismo
debe diferenciarse tanto del Liberalismo (o su reacción: el
Conservadurismo) como del Anarquismo. Mientras liberales y radicales
burgueses o pequeños-burgueses ven el Parlamentarismo como el método
“natural”, en realidad el “único método normal y legítimo para manejar
los asuntos del Estado burgués en general”, con esta posición dogmática
niegan la existencia de la lucha de clases y el “carácter de clase” del
propio Parlamentarismo. Los anarquistas no terminan de valorar “la
importancia históricamente determinada del Parlamentarismo”, rechazando <i>in toto</i> este
método de lucha específico. Por ello la “participación parlamentaria”
de los socialdemócratas revolucionarios es completamente distinta, e
incluso a veces opuesta, a la de los demás partidos. En cuanto a los
acuerdos electorales, Lenin vuelve a subrayar que la tarea principal,
“decisiva”, es “desarrollar la conciencia de clase y la organización
independiente, de clase, del Proletariado”, por lo tanto debe asegurarse
“una Política de clase”, independiente, en toda la campaña electoral y
en toda campaña “parlamentaria”. Por ello se debe “vigilar a <i><u>todo</u></i> aliado
procedente de la Democracia burguesa como vigilarían a un enemigo”, ya
que nada debe restringir en las elecciones la independencia de clase y
menos aún renunciar a esta independencia por ventajas en tal o cual
bloque electoral. Los conciertos electorales se conciertan entre
partidos políticos, por lo que Lenin exige un tipología y un análisis
clasista de los principales partidos. Por ello la actitud por intereses
electorales o de <i>agit-prop</i> de disimular o aplanar las diferencias
entre los partidos políticos es “absolutamente inadmisible” para la
Socialdemocracia revolucionaria. Desde el punto de vista proletario, la
claridad materialista acerca del “agrupamiento de clase” de los partidos
es de suma importancia, y este análisis debe incluir el del sistema
electoral. </span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">Lo que hay de “permanente y firme en
toda elección” es para Lenin el desarrollo de la conciencia de clase
(desde el instinto, en tanto “espontaneidad progresiva”) y la cohesión
del Proletariado socialista. La famosa “Aritmética electoral” solo puede
resolverse de manera adecuada y concreta desde el punto de vista de los
principios políticos “de clase”. Deber de todo socialdemócrata
revolucionario es contraponer a la “caza de bancadas parlamentarias” la
defensa absolutamente tenaz y consecuente de la “posición del
Proletariado socialista” y de todo aquello de cuanto interesa al triunfo
total de la Revolución. Lenin vuelve a subrayar que “en modo alguno ni
bajo ninguna condición” deberán los candidatos y diputados
socialdemócratas “ocultar nuestros objetivos ‘socialistas’, nuestra
posición estrictamente de clase, en tanto partido <i><u>proletario</u></i>”.
La causa de la Democracia tiene demandas que exceden y trascienden la
urna electoral. Por supuesto que no se trata de mero márketing
electoral, ni de fraseología de coyuntura, ya que no basta con emplear a
cada paso la palabra “Clase” para indicar el rol y la centralidad
proletaria como vanguardia de la “actual” Revolución, ni exponer la
Teoría general de Marx para demostrarlo. El criterio último en Lenin
(como en Marx) es la propia praxis: “hay que saber poner de manifiesto <i><u>en la práctica</u></i>, al analizar los problemas candentes de <i><u>esta</u></i> Revolución…
no es una tarea fácil y preparase para cumplirla constituye el deber
primero y fundamental de todos los socialdemócratas que intervienen en
la campaña electoral.” En cuanto a la campaña electoral en sí misma,
recordemos que Lenin se refiere a la de la Segunda Duma, se debe
determinar a través de ella las diferencias de matices, “distinguir
certeramente”, entre los partidos democrático-burgueses de los otros. En
cuanto al componente retórico, Lenin recuerda que se debe hablar en
forma sencilla y clara, “lenguaje asequible a las masas”, desechando sin
reservas “la artillería pesada de los términos eruditos de las palabras
extranjeras de las consignas, definiciones y conclusiones aprendidas de
memoria, preparadas como recetas, pero que las masas todavía no conocen
ni entienden”. Los candidatos electorales deben saber “explicar los
problemas del Socialismo y los problemas de la actual Revolución” sin
frases rimbombantes, sin retórica profesional o abogadil, sino de manera
materialista: “con hechos incontestables y cifras”. La
Socialdemocracia, concluye Lenin, debe defender en campaña electoral
consecuentemente “el punto de vista del Proletariado”. Pero la campaña
electoral tiene además una tarea extra: se trata de enfocar
“cuidadosamente el problema de los <i><u>medios</u></i> de lucha”, cuyo objetivo no es otro que “<i><u>subordinar</u></i> íntegramente” toda la actuación de los representantes parlamentarios a los intereses de la lucha <i><u>fuera</u></i> del Parlamento: “debemos aprovechar la campaña electoral para <i><u>organizar</u></i> la Revolución, es decir: para organizar al Proletariado y a los elementos <i><u>realmente</u></i> revolucionarios
de la propia Democracia burguesa”. Lenin denomina a esto último como el
“contenido positivo” que hay que dar a toda campaña electoral y, en
particular, a las alianzas o acuerdos parciales con otros partidos. Todo
acuerdo electoral constituye un bloque (<i>do ut des</i>: “doy para que
tú me des”). Resumiendo: el punto de arranque de la Táctica general en
elecciones más o menos democráticas deber ser, desde el Lenin de 1906,
“la total independencia del Partido de Clase del Proletariado
revolucionario”. Solamente en casos de extrema necesidad y en
condiciones bien delimitadas históricamente, es posible para Lenin (y
Marx) apartarse de este “Principio general”. </span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">En un brevísimo informe electoral de Lenin,<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref10"> [10] </a>afirma
que hay que basar la campaña electoral en la contraposición entre lucha
revolucionaria y la “pacífica”, y demostrar cuán peligrosa es la
hegemonía de la pequeña-burguesía urbana en el movimiento de liberación.
Hay que explicar siempre porqué vamos al Parlamento y cómo haremos
nuestra tarea allí, señalando en todo momento “la impotencia y falta de
independencia de esa institución”, el vaciamiento sistémico de la
soberanía del Pueblo. La no-soberanía popular, la tendencia del Capital a
refugiarse en “instituciones no-mayoritarias”, no-mandatarias,
excluidas de todo control político popular, es el fundamento material de
la indiferencia de masas hacia la Política <i>in toto</i> y en un
segundo momento hacia la Democracia. Lenin redactó varios llamamientos
generales a votantes y electores, algunos con extensión de folleto,
donde se ruega a los lectores “reflexionen sobre las enseñanzas que la
primera Duma nos ha dado”. En él se determina qué tipo de lucha por la
Libertad democrática es la proletaria, diferenciada de la de la
burguesía revolucionaria o radical, ya que “los obreros necesitan la
Libertad a fin de desplegar una amplia lucha para emancipar totalmente
al Trabajo del yugo del Capital, para acabar con toda explotación del
Hombre por el Hombre, para organizar el sistema social socialista”.
Mientras subsista el poder del Capital, dentro del mecanismo de la
propia Democracia liberal, no podrá imponerse “ningún género de
igualdad”. Lenin realiza un llamamiento a los votantes y ciudadanos de
Rusia: “¡Aprovechen las elecciones para fortalecer a los verdaderos
defensores de la Libertad y el Socialismo, para explicar los objetivos
reales y el verdadero carácter de los diferentes partidos!”. En una
segunda interpelación, busca la identidad de clase (“camaradas obreros y
cuantos son asalariados del Capital”) para remarcar que no se debe
tener fe en ninguna promesa del Poder, y que todo proletariado
consciente-combatiente “no busca la salvación de la pobreza y la penuria
en la consolidación de la pequeña producción, sino en la lucha unida de
todos los trabajadores”. Finalmente Lenin pide el voto socialdemócrata,
señalando que “es el partido que lucha por la Libertad completa, por la
República,... Lucha contra toda opresión nacional”. </span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">El “desarrollo dialéctico de la
lucha parlamentaria” genera que bloques (acuerdos, alianzas, pactos) y
partidos, independientemente de que sean o no conscientes, independiente
de su voluntad y de sus ideologías, sean obligados y forzados por las
condiciones objetivas a tomar decisiones y alineamientos
no-intencionales, que pueden terminar en “acuerdo de lucha” informales.
Para Lenin el problema central no es si son admisibles o no los
“acuerdos restringidos” o los acuerdos amplios, sino “<i><u>sobre qué lineamientos</u></i> debe
el Proletariado socialista concertar acuerdos con la burguesía
revolucionaria” que a veces son inevitables. No hay que reducir los
problemas por medio de la “mezquina y trivial <i>Técnica parlamentaria</i>”,
ya que no podemos olvidar que tal técnica tiene un “contenido político”
determinado, profundamente ambiguo y de cuño burgués. Lenin ejemplifica
esta política de acuerdos: sólo deben admitirse acuerdos con partidos
“que luchen por la República”, y no que se presenten como “oposición
general” al partido de gobierno. Mientras para Lenin “República”,
“Burguesía revolucionaria” o “Insurrección” son categorías políticas
claras y definidas, “Oposición” es un término “puramente parlamentario”,
vago, impreciso, no-clasista, una mala infinitud que abarca a
cualquiera que esté descontento con el gobierno de turno. La cuestión
política amrxista en la lucha electoral y parlamentaria es: “¿<i><u>con quién y para qué fines</u></i> es
admisible un acuerdo o un bloque?” Por ello, nunca debe encubrirse las
diferencias entre partidos políticos que encubren diferentes puntos de
vista de clase. En el problema de los “bloques electorales” debe
destacarse en primerísimo plano “los principios e ideas de las clases” e
incluso de fracciones y sub-fracciones de clase (como la galaxia
fragmentada de la pequeña-burguesía). Muchos errores en al lucha
electoral derivan de la falsa valoración del rol del Parlamento burgués,
ya que la cuestión es si “<i><u>sacrificamos o no la independencia</u></i> de
la campaña electoral” en aras de un Parlamento “totalmente liberal”.
Por eso para Lenin existe en realidad una “unicidad” de toda Política
revolucionaria (sea en la lucha electoral, sea en la lucha dentro del
Parlamento, sea en la lucha en las movilizaciones populares): acuerdos
con la Burguesía (democrática) y la pequeña-burguesía revolucionaria
contra la gran burguesía reaccionaria. Se enuncia aquí una pequeña regla
táctica, que Lenin enuncia de esta forma: en la vida política
“prescindiendo de nuestra voluntad y a despecho de nuestros deseos” lo
que vale es la conducta práctica y no la fraseología de la Técnica
parlamentaria. Los conservadores, los liberales y compañeros de ruta van
al Parlamento a (meramente) “legislar”, a ejecutar “proyectomanía
legislativa” de manera serial, no para hacer ninguna Revolución, dirá
Lenin. En cuanto al problema de la lucha ideológica y teórica, Lenin se
pregunta cómo puede conjugarse esa tarea con la disciplina de un
“partido democrático de clase”(sic) que pretende sostener el punto de
vista del Proletariado. Existe en Lenin una cuestión primordial en
cuanto a la Lucha electoral, cuestión que surge en la misma práctica, y
ella es la relación entre la Lucha ideológica y la disciplina de un
partido proletario. Disciplina “partidaria” es para Lenin, en orden
lexicográfico y de forma co-originaria: Unidad de Acción-Libertad de
Discusión-Libertad de Crítica. “Unidad de Acción” significa que existe
una organización viva que ejerce la unidad en la actividad práctica.
Obviamente que toda acción política valiosa lo es si contribuyen a
“cohesionar ideológicamente al Proletariado, a elevarlo”, lo que implica
que una organización no basada en principios carece de sentido, debe
ser criticada desde su interior, por ello Lenin no reconoce la “Unidad
de Acción” sin los componentes co-originarios de “Libertad de Discusión”
y de “Libertad de Crítica”. </span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">En un volante titulado “¿A quién se
debe elegir para la Duma del Estado?” de 1906, Lenin expone un fino
análisis clasista de los principales partidos políticos que se presentan
a las elecciones. Su exposición recuerda a los detallados análisis de
Kautsky en sus comentarios sobre el programa de Erfurt del SPD sobre la
Clase dominante, el Partido dominante, la jerarquía piramidal, la
aristocracia obrera y la élite revolucionaria socialista.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref11"> [11] </a>Lenin
discrimina los partidos principales (Centurionegrista, Kadete y
Socialdemocracia), identifica los intereses de clase que defienden, cuál
es el objetivo de su lucha política, el tipo de Libertad que defienden e
incluso su coherencia en la “gran lucha mundial del Trabajo contra el
Capital”. Siguiendo a Kautsky, Lenin sostiene que el origen de los
partidos políticos de la Democracia burguesa debe buscarse en la
situación histórica en la que se trataba de unir a todas las clases
sociales contra el régimen de la Aristocracia absolutista, lo que
obligaba a “obviar” las diferencias irreconciliables entre las clases
revolucionarias. Por ello, el imperativo de la función histórica de la
Democracia burguesa es precisamente “encubrir” y reprimir el antagonismo
clasista (y el de la Socialdemocracia revolucionaria el descubrirlo,
develarlo, llevarlo a la claridad) y hacerlo comprender al Proletariado
de la manera más clara y simple. Lenin trata de explicar que el “Pueblo
bajo” (pequeños burgueses tradicionales y nuevos, artesanos,
cuentapropistas y autónomos, jornaleros y campesinado, pequeños
funcionarios, etc.), aunque pueda formar parte de la masa de afiliados
socialdemócratas, son también campo de reclutamiento primordial de los
partidos burgueses. En su influencia sobre esas clases y fracciones de
clase es que se apoyó y se apoya aún hoy el resorte principal del Poder
político burgués. </span></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit; font-size: medium;">Notas</span></blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">[1] No existen trabajos exhaustivos
sobre el tema, salvo los pioneros de Daniel Bensaïd: “Mémoire de
maîtrise. La notion de crise révolutionnaire chez Lénine” (1968) y de
Massimo L. Salvadori: “¿Qué es una crisis revolucionaria? (Revolución y
conservación en la crisis de 1919-1920)”, en: <i>Materiales. Crítica de la Cultura</i>,
Nº 6, nov-dic. 1977, pp. 77-100, lamentablemente ambos solo analizan
las últimas dos definiciones leninistas, las más conocidas.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn2">[2] </a>Lenin, V. I.: “Nuevos acontecimientos y viejos problemas”, en: <i>Obras Completas</i>, tomo VI, Akal editor, Madrid, 1976, pp. 306-312.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn3">[3] </a>Lenin, V. I.: “A propósito de dos cartas”, en: <i>Obras Completas</i>, tomo XV, Akal editor, Madrid, 1977, pp. 306-307.; itálicas de Lenin,</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn4">[4] </a>Lenin, V. I.: “La celebración del Primero de Mayo por el proletariado revolucionario”, en: <i>Obras Completas</i>, tomo XXIII, Akal editor, Madrid, 1978, pp. 211-212; itálicas de Lenin.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn5">[5] </a>Lenin, V. I.: “La bancarrota de la IIª Internacional”, en: <i>Obras Completas</i>, tomo XXI, Akal editor, Madrid, 1978, pp. 211-212.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn6">[6] </a>“La
reciprocidad condicional de esas premisas es evidente: cuanto más
resuelta y firmemente actúe el Proletariado y, por tanto, mayores sean
sus posibilidades de arrastrar a las capas intermedias, tanto más
aislada quedará la clase dominante y más se acentuará su
desmoralización. Y, en cambio, la disgregación de los grupos dirigentes
lleva agua al molino de la clase revolucionaria.”, en: Trotsky, León: <i>Historia de la Revolución rusa</i>, Tomo II, Ediciones Sarpe, Madrid, 1985, p. 362.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn7">[7] </a>Lenin, V. I.: “El ‘Izquierdismo’: enfermedad infantil del Comunismo”, en: <i>Obras Completas</i>, tomo XXXIII, Akal editor, Madrid, 1978, pp. 190-191; 201-202 y 347-348; itálicas de Lenin.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn8">[8] </a>Lenin, V. I.: “Informe sobre la situación internacional y las tareas fundamentales de la Internacional Comunista”, en: <i>op. cit</i>., pp. 347-348.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn9">[9] </a>Con
razón Krupsakia afirmaba en sus memorias que Lenin “siempre consultaba a
Marx”; señalamos aquí un coincidencia de Gramsci con Lenin en este
“rescate-recuperación” del Marx político, puede verse a lo largo de su <i>Quaderni </i>esta
propuesta de lectura, que permite hallar el nexo entre Filosofía y
Política (Catarsis) como clave decisiva (Traducibilidad) para comprender
el pensamiento “completo” del autor de <i>Das Kapital</i>. Remitimos al lector a nuestro ensayo: “Gramsci y el Marx desconocido”: <a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=162471"><span style="color: blue;">http://www.rebelion.org/noticia.php?id=162471</span></a></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn10">[10] </a>Titulado: “Informe sobre la campaña electoral para la IIª Duma del Estado”, es de noviembre de 1906.</span></div>
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn11">[11] </a>Karl Kautsky: <i>Das Erfurter Programm in seinem grundsätzlichen Theil erläutert</i>, Sttutgart, Dietz Verlag, 1892, en especial el capítulo V titulado: "La Lucha de Clases"</span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimHjdWjhTLkSMCTK2Kp7_6kEGIjcQMRjlTgQXK6K6_LwdRwz6bT0qJaWIfIBCGCaGGkvDuThxtjABFPPC8dSel2EWnO6eS8UxAwQZFFVAwSLEH1IUCsG200fhBNwbbYKostr3W4hsKmvgI/s1600/01.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimHjdWjhTLkSMCTK2Kp7_6kEGIjcQMRjlTgQXK6K6_LwdRwz6bT0qJaWIfIBCGCaGGkvDuThxtjABFPPC8dSel2EWnO6eS8UxAwQZFFVAwSLEH1IUCsG200fhBNwbbYKostr3W4hsKmvgI/s1600/01.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">http://lapaginademontilla.blogspot.com/</span></span></i></u></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-71940822907677761532017-10-07T10:14:00.000-04:002017-10-09T06:17:34.909-04:00A cien años de El Estado y la revolución, de Vladimir Ilich Lenin<div class="titulo">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaLnt5SPMtNGSEBvxDjjjN3tZ4v2dV_zd6EXScA293ItAp0JnCY8-LEnh4KYvkmZPXOobHkKZ_bfARJXishgPVhnG6lJZDdWJvQrs8kYaC_gXGnplA3NgUfMlwPukcOOQc2dGarpc9pBPP/s1600/Lenin+%25E2%259C%2586+Illya+Gurkin+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="423" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaLnt5SPMtNGSEBvxDjjjN3tZ4v2dV_zd6EXScA293ItAp0JnCY8-LEnh4KYvkmZPXOobHkKZ_bfARJXishgPVhnG6lJZDdWJvQrs8kYaC_gXGnplA3NgUfMlwPukcOOQc2dGarpc9pBPP/s320/Lenin+%25E2%259C%2586+Illya+Gurkin+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="226" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Lenin ✆ Illya Gurkin</span></span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i>“Ninguna idea nueva triunfa por sí sola, aunque lo merezca” </i></span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i><!--[if gte mso 9]><xml>
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<div class="titulo">
</div>
<div class="titulo" style="text-align: right;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i><b>Miguel Mazzeo </b></i></span></span></div>
<div class="titulo">
</div>
<div class="titulo">
<br />
<i>El Estado y la revolución </i><a href="https://www.blogger.com/null"> [1] </a>
es uno de los textos que V.I. Lenin produjo en 1917, el año de la Gran
Revolución de Octubre. Lejos de todo interés especulativo, su objetivo
central era construir un sentido político urgente en un contexto
revolucionario. Este es un dato insoslayable a la hora de justipreciar
el valor histórico de este trabajo. En primer lugar porque el texto
(como todos los textos) debe analizarse en la especificidad de su
contexto histórico. Una verdad de Perogrullo pero que, a veces, se suele
pasar por alto, tanto para ensayar idealizaciones como refutaciones. En
segundo lugar porque el signo más distintivo del itinerario
político-existencial de Lenin es la autenticidad, una de las condiciones
más nobles a las que puede aspirar un intelectual crítico, un
intelectual que pretende desarrollar un vínculo orgánico con las clases
populares y estar a la altura de su tiempo. Por eso, las fallas
estructurales, los baches conceptuales y las falencias estéticas quedan
para nosotros irremediablemente relegados y, sobre todo, opacados por su
praxis. Podríamos decir entonces que la autenticidad alejó a Lenin del
desatino. Se trata de la autenticidad que surge de la negativa a habitar
en el lugar de la “metaposición”, de la autenticidad que nace de la
negativa permanente a convertirse en espectador de sí mismo. La
autenticidad del revolucionario que no busca ningún privilegio. Hecha
esta aclaración, estamos en condiciones de continuar.<br />
<a name='more'></a></div>
<div class="titulo">
<br /></div>
Para componer <i>El Estado y la Revolución</i>, Lenin se basó principalmente en Karl Marx y en Friedrich Engels. Del primero tomó <i>La Guerra</i><i> Civil</i><i> en Francia</i>, <i>la Crítica</i><i> al programa de Gotha</i>, <i>Miseria de la Filosofía</i> y <i>El Dieciocho brumario de Luis Napoleón Bonaparte</i>. Del segundo tomó <i>El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado</i>. Claro está, pasó por la estación obligada del <i>Manifiesto comunista</i>.<br />
<br />
Clandestino en Finlandia, Lenin redactó la versión definitiva del texto
entre agosto y septiembre. En el plan inicial, el trabajo tenía
previsto un último capítulo sobre la experiencia de las revoluciones
rusas de 1905 y 1917. No llegó a escribirlo porque, como afirma en las
“palabras finales a la primera edición”, la crisis política vino a
“estorbarlo”. Se trata, claro está, de una ironía. En verdad Lenin
consideraba que era “más agradable y provechoso vivir la ‘experiencia de
la revolución’ que escribir acerca de ella”. La escritura también fue
para Lenin una forma de vivir la experiencia de la revolución. Y de
comprenderla.<br />
<br />
Vale destacar que, en el lapso que media entre dos momentos claves: febrero y octubre de 1917, Lenin produjo junto a <i>El Estado y la revolución</i> otros materiales de enorme relevancia política y teórica tales como las <i>Cartas desde Lejos</i> (escritas en marzo) y la <i>Tesis</i><i> de Abril</i>, producidas en el exilio suizo.<a href="https://www.blogger.com/null"> [2] </a>
Sostenemos que en estos textos de “entre-revoluciones” podemos hallar
retazos del Lenín más alejado de lo que después coaguló como el
leninismo que copó el marxismo (marxismo-leninismo). El contexto
histórico resulta determinante. En estos materiales tiende a predominar
el énfasis en las masas, en la espontaneidad y en el movimiento y no
tanto en la organización, la disciplina y la institución. ¿Cabe hablar
de un leninismo “de base” distinto de un leninismo “canónico”? ¿Cabe
hablar de un leninismo en diálogo con la cultura libertaria? No
descartamos esas posibilidades, aunque hayan sido desestimadas por la
tradición conocida como marxismo-leninismo. Vale aclarar que esta
tradición se elaboró después de la muerte de la Lenin y que, más allá de
su prolongada hegemonía dentro del marxismo, más allá de haber sido
canonizada, no deja de proponer un recorte y una interpretación de
Lenin.<br />
<br />
Este pequeño ensayo debería verse como un intento de
diálogo con los clásicos (nos referimos a los clásicos del “pensamiento
emancipador”), con los contemporáneos y con nuestra realidad. Cabe
señalar que para algunos intelectuales conformistas este diálogo en tres
frentes resulta hoy inviable o aporético, mientras que para nosotros
resulta estratégico, tanto desde el punto cognoscitivo como político. ¿A
qué responde la desconfianza de los primeros? En primera instancia al
hecho de que existe una tendencia a leer los clásicos dogmáticamente,
persiguiendo una supuesta fidelidad a través de la mimesis, la
repetición y la adoración austera. Luego, cabe señalar que los
intelectuales conformistas son poco proclives a reconocer la influencia
de los contemporáneos y porque la realidad, por diversos motivos y de
modos muy variados, es negada como problema. Sobre todo, son negadas las
posibilidades infinitas que esa realidad ofrece, las alternativas de
ser “revolucionada” desde su interior.<br />
<br />
¿Qué alimenta nuestra
confianza? Estamos convencidos de que son productivas las lecturas
heréticas de los clásicos, en particular la de <i>El Estado y la Revolución</i>,
y reivindicamos los intentos de innovación heurística desde el
marxismo. Creemos que es la mejor forma de ejercer una fidelidad de
fondo respecto del texto y el autor. No se trata de proponer una
redescripción metafórica o de apelar a los atajos poéticos para decir lo
mismo que decía Lenin pero de otro modo. Queremos contribuir a pensar
los caminos más adecuados para actualizar –permanentemente, como
corresponde– las narrativas, las ideas, los proyectos y estructuras
orgánicas de las organizaciones populares que asumen proyectos de cambio
radical. Todavía pervive un sentido común marxista-leninista impuesto
por la escolástica marxista-leninista. Y Lenin sabía mejor que nadie que
el sentido común nunca hacía revoluciones.<br />
<br />
De ningún modo
queremos dilapidar los saberes políticos emancipatorios acumulados por
los pueblos del mundo en los últimos siglos, especialmente en el último,
a partir del horizonte que instituyó la Revolución Rusa. Por otra
parte, sabemos que esos saberes están ahí, como cicatrices imborrables
que no pueden ocultar los pliegues sucesivos. Sabemos que el
atesoramiento (en doctrinas, formulas o papeles) no es la mejor formar
de disponer de esos saberes. Es más, creemos que esa modalidad puede
contribuir a convertirlos en adorno ideológico. Hay que ponerlos a jugar
en las construcciones colectivas de nuestros pueblos, en sus
organizaciones y movimientos. Ponerlos a prueba todo el tiempo.
Ajustarlos. Desecharlos. Convidarlos. Así, y sólo así, podremos
convertir las palabras en acción y las acciones en palabras.<br />
<br />
<i> El Estado y la revolución </i>
, a 100 años, conserva la capacidad de instituir un horizonte de
reflexión-acción política no vertical y, por ende, no idiotizante.
Hablamos de una política con mayúsculas que rechaza siempre las
concepciones estáticas respecto de las relaciones de fuerza y que no
reproduce el vicio de la política burguesa convencional acostumbrada a
considerar la realidad como los intereses pegados a sus narices. Una
política emancipadora que siempre quiere participar de un agenciamiento
colectivo del abajo sublevado. Participar directamente, o por lo menos
celebrarlo. Un horizonte para pensar-hacer la política popular. Para
pensar el poder popular, en la resistencia y más allá de la resistencia.<br />
<br />
<i> El Estado y la Revolución </i> desarrolla una teoría
“no-teórica” del Estado. Es decir una teoría que busca expresarse en una
fórmula política de fácil y pronta captación e implementación. El
problema está en considerar a esa teoría del Estado simplificada como un
punto alto del texto (o peor todavía, como un punto alto del
“leninismo”). No cabe hablar aquí de deformaciones derivadas de
criterios “didácticos”. Simplificar no es lo mismo que simplismo.
Digamos entonces que en este intento de plasmar una teoría “no teórica”
del Estado radican las desventajas de <i>El Estado y la Revolución. Las ventajas hay que buscarlas en otros sentidos de la obra. </i><br />
<i> </i> <br />
Entre las desventajas de <i>El Estado y la Revolución</i>,
entre sus puntos más inconsistentes y “antivigentes”, cabe señalar el
tratamiento abstracto y reduccionista sobre el Estado propuesto en
algunos pasajes. Lenin concibe al Estado como un aparato “neutral”
determinado por sus funciones, como un “recipiente” susceptible de ser
colmado por diferentes contenidos, como pura forma, como una herramienta
cuya función y cuyos efectos dependen del brazo que la empuña. El
fundamento teórico del que parte Lenin tiende a escindir relaciones de
producción/acumulación y Estado, no considera el carácter
co-constitutivo de estos planos. Presenta al Estado como una entidad
ajena a las relaciones de producción (y las relaciones sociales en
general). Luego, su idea del Estado recipiente fundará la idea del
partido como recipiente de la conciencia. Así, la visión de Lenin sobre
el Estado puede calificarse de instrumentalista, funcionalista,
formalista. Digamos también que subyace en esta visión una concepción
del poder como cosa, una tendencia a la “sustancialización” del poder
que ha servido para establecer un parentesco remoto entre Lenin y Thomas
Hobbes.<br />
<br />
En este sentido Lenin se distancia de la posición sustentada por Marx en <i>El 18 Brumario de Luis Napoleón Bonaparte</i>,
que planteaba que los trabajadores y las trabajadoras no estaban en
condiciones de “simplemente tomar posesión de la maquinaria estatal y
manejarla” en función de sus fines. Marx ratificará esta posición en sus
análisis de la Comuna de París de 1871. También se aparta de la
sugerencia deslizada por Marx en el tomo I de la <i>Historia</i><i> crítica de la teoría de la plusvalía</i>, y que propone ver al Estado habitando en los poros en la sociedad.<br />
<br />
Lenin presenta al Estado moderno como una mera forma carente de
contenido propio; por ende, un instrumento fácil de “traspasar” de unas
manos burguesas a otras manos proletarias. El contenido le vendría al
Estado “desde afuera”. Entre otras cosas, esta mirada le permite a Lenin
presentar al Correo como modelo de economía socialista, definir al
socialismo como un sistema donde los ciudadanos son empleados del mismo
consorcio (la sociedad socialista como una sola oficina y una sola
fábrica), o reivindicar la más férrea disciplina fabril (aunque más no
sea como escalón necesario).<br />
<br />
El instrumentalismo ha sido una
de las limitaciones más importantes de la teoría del Estado del
marxismo-leninismo. Y este no es un tema menor, dadas sus consecuencias
prácticas. Por ejemplo, Antonio Gramsci vinculó la comprensión del
Estado al desarrollo de la conciencia de clase. Lamentablemente, estas
inconsistencias fueron erigidas en dogmas que aún no han sido superados
del todo, sobre todo en el ámbito de la izquierda tradicional; a pesar
de los aportes posteriores que, desde el marxismo más heterodoxo, dieron
cuenta de dimensiones estructurales y políticas del Estado, que
analizaron el Estado como una relación social, en fin, que buscaron
ahondar en los aspectos más complejos de la cuestión.<br />
<br />
Luego,
la concepción de la dictadura del proletariado de Lenin tiende a
priorizar las formas estatales por sobre las sociales. Y esto se
relaciona con el problema de concebir a la toma del poder del Estado y
la estatización de la economía “desde arriba” como punto de partida del
comunismo. Aquí, la diferencia con Marx es evidente.<br />
<br />
Otro
flanco débil: la exclusividad otorgada al proletariado en el proceso
histórico, la distancia respecto de cualquier concepción cercana a la
noción de “bloque histórico”, que dio lugar a las decodificaciones
cerradamente obreristas, productivistas y sectarias del leninismo.
Varios autores han señalado el error que consiste en hipostasiar una
forma de organizar a la fuerza de trabajo que es particular y situada,
pasando por alto la relación general entre el capital y el trabajo.<br />
<br />
Ahora bien, a favor de Lenin debemos señalar que algunos años más tarde
y en pleno desarrollo de la experiencia revolucionaria y “estatal”, su
posición respecto del Estado se fue modificando. Existen muchas fuentes
que corroboran esta afirmación, recurrimos a una entre muchas posibles:
su <i>Testamento político</i>. En una nota del 26 de diciembre de 1922,
Lenin decía: “es imposible modificar un aparato, en una medida
suficiente, en cinco años, dadas sobre todo las condiciones en que se
realizó entre nosotros la revolución”.<a href="https://www.blogger.com/null"> [3] </a> En otra nota del 30
de diciembre volvía sobre el mismo tópico: “Se afirma que era necesaria
la unidad del aparato. ¿De dónde emanaban esas afirmaciones? ¿No
provenían acaso del mismo aparato de Rusia que […] tomamos del zarismo,
limitándonos a recubrirlo ligeramente con un barniz soviético?....” Unas
líneas más adelante agregaba:<br />
<blockquote class="tr_bq">
“<i>denominamos nuestro a un aparato
fundamentalmente extraño y que represente una mezcolanza de
supervivencia burguesas y zaristas; que nos fue en absoluto imposible
transformarlo en cinco años”<a href="https://www.blogger.com/null"> [4] </a>. Al final de sus días, postrado
por la parálisis del costado derecho de su cuerpo, Lenin comprueba que
el Estado no un instrumento neutral, que el “Estado obrero” seguía
siendo una “afirmación retórica”, un proyecto que estaba dando sus
primeros pasos y que, además, estaba en riesgo de naufragar ante una
inminente degeneración burocrática. </i></blockquote>
Entre las ventajas de <i>El Estado y la Revolución</i>,
cabe destacar el despliegue de un pensamiento capaz de incidir en la
realidad. Algo que puede parece muy básico y hasta obvio. Pero que desde
nuestro tiempo casi puede parecer excesivo. A Lenin le interesaba la
filosofía (o “la teoría”) en la medida que se relacionaba con la
política. Con Lenin el marxismo adquirió contenido político. Lo que no
dejó de constituir un paso histórico formidable para los pueblos del
mundo, más allá de la discusión respecto del valor de esos contenidos o
de su vigencia.<br />
<br />
Aún con sus costados más cuestionables <i>El Estado y la revolución</i>
fue una obra que recuperó y puso en valor (¡en el terreno de la
praxis!) las enseñanzas de Marx respecto del Estado en general y la
Comuna de París en particular.<br />
<br />
<i> El Estado y la Revolución </i>
retoma la concepción marxista que establece que el Estado como
institución sólo posee valores negativos, dado que está fundado en la
alienación de los hombres y las mujeres. Por consiguiente, el socialismo
(o el comunismo), en última instancia, exigen liberar a la sociedad del
Estado. Para Marx los trabajadores y las trabajadoras debían suprimir
el Estado para hacer valer su propia personalidad. Marx jamás consideró
la posibilidad de una reconciliación entre el Estado y la sociedad.<br />
<br />
La hipótesis central de <i>El Estado y la Revolución</i>
es la abolición del Estado como medio para restituirles a los hombres y
a las mujeres la plenitud humana, para acabar con la alienación
política. Pero no la abolición en el sentido que le atribuían y le
atribuyen los anarquistas. Lenín, sostiene que la propuesta clave de la
teoría marxista del Estado remite a la destrucción/extinción del Estado.
Lenin formula una dialéctica del proceso histórico de
destrucción/extinción del Estado de la burguesía por la revolución
proletaria. Para Lenin el Estado burgués no se extingue, se destruye, lo
que se extingue es el Estado proletario. Entonces, no se trataba se
perfeccionar la maquinaria del Estado, al modo de la Revolución
Francesa, sino de destruirla. Lenin decía –también– que no alcanzaba con
apoderarse de la máquina del Estado. De alguna manera las limitaciones
que le asigna a esta operación liman las aristas más instrumentalistas
de su concepción general. Para Lenin se trataba de enviar al Estado el
museo de las antigüedades, como sostenía Engels. Pero el proceso imponía
un tiempo de transición y la necesidad de la dictadura del proletariado
como una forma superior de la democracia. En los manuales soviéticos,
los tristemente célebres “ladrillos”, no había la más mínima mención al
planteo leninista referido a la extinción del Estado.<br />
<br />
El
modelo de Estado marxista para Lenin es el modelo de la Comuna de Paris.
A pesar de sus inconsecuencias, alguna de ellas impuestas por el
contexto revolucionario. Lo cierto es que Lenin aspiraba a una
localización del poder al interior de la sociedad civil popular,
imaginaba a esta sociedad de los y las de abajo apropiándose de todas
las funciones (poderes) que antes concentraba el Estado.<br />
<br />
Lenin
propone terminar con el Estado burgués y sus instituciones: el derecho,
la familia, la moral. Ratifica el ideal marxista de una sociedad sin
dominación de los hombres y las mujeres por otros hombres y otras
mujeres, la superación de la división del trabajo en todos los planos,
incluyendo el que se refiere a las funciones del gobierno; la ruptura de
la escisión entre dirigentes y dirigidos. Plantea la idea de unas
funciones simplificadas aptas para ser ejercidas por todo el pueblo. En
concreto, Lenin, inspirado en las posiciones de Marx en relación a la
Comuna de París, propone eliminar todos los blindajes institucionales
que imposibilitaban la democracia, auténtica, rica, profunda. La
democracia revolucionaria y socialista.<br />
<br />
Pero claro, piensa
caminos que, a la distancia, se muestran poco aptos. Especulares: un
Estado alternativo, un capitalismo alternativo. Pedagógicos: la
centralidad del partido, su papel catalizador de la conciencia.
Estatistas: el planteo contradictorio que llama a fortalecer el Estado
para destruir el Estado. O la invocación a la necesidad del Estado para
dirigir a las masas. Verticales: el socialismo como una donación desde
arriba. Los medios que propone se contradicen con los fines. Luego, con
el tiempo, esos medios se convertirán en los fines. Se suponía que el
gobierno revolucionario crearía las condiciones para que la sociedad
civil popular avance en el proceso de extinción del Estado. Pero el
Estado terminó fortaleciéndose en desmedro de la sociedad civil popular.<br />
<br />
Lenin no deseaba de ningún modo el desenlace que tuvo de la Revolución Rusa. <i>El Estado y la Revolución</i>
no deja de proponernos una política que se niega a ser triturada por
los artefactos disciplinadores de la potencia popular. Algo bien
diferente a la gestión de lo que hay, de lo que está; diferente del
oficio mimético de quienes aspiran a alguna forma de continuación de la
historia (pero con ellos “dirigiéndola”). Opuesto al fetichismo del
poder y a los modos y simulacros de la política pro-sistémica. Una
política altiva, que no se subordina a ninguna ley o razón material o
jurídica. <br />
Con sus cien años a cuestas, <i>El Estado y la Revolución</i>
podría pensarse como un texto idóneo para quienes reivindican una
condición inmanente y enraizada de la política popular, para los y las
militantes que aspiran a participar de un amplio movimiento que no se
coloque por fuera, por encima o por delante de las luchas populares (sin
asumirse como poseedores y poseedoras de líneas correctas o verdades
prefabricadas ajenas a la actividad práctica objetiva de los hombres y
las mujeres históricos). Las líneas correctas y las verdades
prefabricadas producen militantes narcisistas y amargados, militantes
que le tienen horror a la vida, que no toleran la fragilidad e intentan
conjurarla infructuosamente con organigramas, jerarquías, códigos y
aparatos.<br />
<br />
Aunque puedan identificarse posiciones dirigistas y miradas emparentadas con el <i>¿Qué hacer?</i>, en <i>El
Estado y la Revolución Lenin no deja de reconocer la importancia del
arraigo popular de una política emancipatoria y asigna centralidad a sus
capacidades para desarrollar algún tipo de interioridad respecto de la
clase. Luego subordina el tipo de acción y de organicidad a ese arraigo y
a esa interioridad. Por lo tanto, se aproxima a noción de
autodeterminación popular y se aleja de la sustancialización de la idea
de poder que predomina en otros pasajes y en otros textos suyos. Sin
dudas, en Lenin los aspectos relacionados con la autodeterminación están
relativizados. Pero están. No hay que olvidar que en El Estado y la
Revolución Lenin , retomando planteos de Marx, habló de un “centralismo
voluntario” como forma de constituir una nación a través de la “fusión
voluntaria” de las comunas. </i><br />
<i> </i> <br />
Asimismo, creemos que <i>El Estado y la Revolución </i>podría
pensarse como un llamado a instituir un espacio de imbricación de una
compleja y variopinta trama de organizaciones populares, de sus luchas,
experiencias, anhelos. Un espacio donde las singularidades plebeyas se
anuden, se hermanen, se potencien y se proyecten.<br />
<br />
De <i>El Estado y la Revolución </i>podría
deducirse como tarea de un gobierno popular la creación de condiciones
materiales, sociales, políticas (¿y militares?) de democratización y
socialización. O sea, una relectura de <i>El Estado y la Revolución</i> puede servirnos para pensar en instituciones que no maten al movimiento.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Notas</span></blockquote>
<a href="https://www.blogger.com/null"> [1] </a> Para este ensayo hemos utilizado la edición de Anteo, Buenos Aires, 1963. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null"> [2] </a>
También en Suiza, Lenin había dedicado algún tiempo a sus análisis
sobre la lógica y la dialéctica de Hegel, pero los acontecimientos lo
llevaron a postergar este proyecto. Un lustro después de su muerte,
estos trabajos se publicaron bajo el título de <i>Cuadernos Filosóficos</i>. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null"> [3] </a> Lenin, V. I., <i>Testamento político y Diario de las secretarias de Lenin</i>, Buenos Aires, Anagrama-Página/12, 2011, p. 15. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null"> [4] </a> <i> Ibidem </i> ., p. 27.<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Miguel Mazzeo es docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en la
Universidad de Lanús (UNLa), Argentina. Escritor, autor de varios libros
publicados, entre otros:<i> </i>¿<i>Qué (no) Hacer? Apuntes para una crítica de los regimenes emancipatorios</i>; <i>Introducción al poder popular (el sueño de una cosa)</i>; <i>El socialismo enraizado</i>. José Carlos <i>Mariátegui: vigencia de su concepto de “socialismo práctico”</i>. </span></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXewytWm7Bh73A8l0S7smr02NzdEOMH-VtzWEY584YTmV2chZDqzuEuOjttixV63sIOC-ui4esjg4j25pgEqLIRdnIl3uYjrpqUvIMNXUYzH7Frq8wgqixGi6Foa-3-6kKTILxEQwfFScf/s1600/Rebeli%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXewytWm7Bh73A8l0S7smr02NzdEOMH-VtzWEY584YTmV2chZDqzuEuOjttixV63sIOC-ui4esjg4j25pgEqLIRdnIl3uYjrpqUvIMNXUYzH7Frq8wgqixGi6Foa-3-6kKTILxEQwfFScf/s1600/Rebeli%25C3%25B3n.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">http://www.rebelion.org/</span></span></i></u></span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></span></i></u></span><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-9517434137205092772017-10-07T09:22:00.000-04:002017-10-07T09:22:01.553-04:00El imperialismo, la lucha de clases y la lucha racial en la música de Jimi Hendrix<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEkOfc4f-4LiCs8suKfPMFlgme0vmodYWZd5cGkZl2yVLU6cdeKDVuFjU0_GNdyILGyGT5tY5QKw0rUE869jlF982IDmJIgXsvjkzgSb2g-VNrGU2F27fcEyhO7wXIstkTHNEnozBsr2lk/s1600/Jimmy+Hendrix+-+La+PO%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="590" data-original-width="1050" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEkOfc4f-4LiCs8suKfPMFlgme0vmodYWZd5cGkZl2yVLU6cdeKDVuFjU0_GNdyILGyGT5tY5QKw0rUE869jlF982IDmJIgXsvjkzgSb2g-VNrGU2F27fcEyhO7wXIstkTHNEnozBsr2lk/s320/Jimmy+Hendrix+-+La+PO%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpeg" width="320" /></a><i><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span lang="ES">Jorge Vital de Brito Moreira</span></span></span></b></i><br />
<br />
Mi amigo, <br />
<div style="text-align: left;">
Como joven guitarrista, usted me pregunta lo que
pienso de Jimi Hendrix como músico, compositor, guitarrista; en pocas
palabras, lo que pienso de Hendrix como un creador y productor
internacional de cultura popular, dentro del área de la música pop, del
blues y del rock tanto estadounidense y mundial. No tengo una
respuesta elaborada para su pregunta, pero creo que una respuesta
adecuada debería incluir tanto la dimensión artística musical como la
dimensión ideológica política porque la existencia de las
contradicciones derivadas de la lucha de clases y de la lucha racial en
Estados Unidos, denunciada y expresada por la música de Jimi Hendrix,
continúan profundizándose en la actual coyuntura
socio-económica-política del pueblo estadounidense.</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw8jt1nBAABQriL-d-WiDeXH6t0bBVuY4Ab3dSdgGc1P8gQ33sqjbCzPO87KoMzegpLmIu08SblRp9CEKakpLMs-Apzw6jsNSBBlETz_nsjWmfgxzWr3TLNugqSwwpOTQZssnHNQXz0ZLV/s1600/Portugu%25C3%25AAs.png" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="35" data-original-width="46" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw8jt1nBAABQriL-d-WiDeXH6t0bBVuY4Ab3dSdgGc1P8gQ33sqjbCzPO87KoMzegpLmIu08SblRp9CEKakpLMs-Apzw6jsNSBBlETz_nsjWmfgxzWr3TLNugqSwwpOTQZssnHNQXz0ZLV/s1600/Portugu%25C3%25AAs.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "helvetica neue" , "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"><a href="http://novaspensatas.blogspot.com/2017/10/imperialismo-luta-de-classes-e-luta_14.html">Português</a></span></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Desde el
punto de vista ideológico político, la victoria del millonario
supremacista, racista y guerrerista Donald Trump al gobierno de EE.UU.,
colocó más leña en la hoguera de la guerra de clases y de la guerra
racial (que ya venía ardiendo a altas temperaturas desde la fracasada
presidencia de Barack Obama) una vez que los supremacistas blancos de
Estados Unidos se sienten empoderados con la elección de Trump. </div>
<a name='more'></a><br />
<div style="text-align: left;">
Uno de los momentos significativos de esta coyuntura actual, fue la
reciente decisión individual del jugador de fútbol americano mulato
Colin Kaepernick de arrodillarse antes de cada partido durante la
ejecución del himno nacional estadounidense para protestar contra la
opresión, la desigualdad y la brutalidad racial en contralas personas
negras y otras minorías, que generaron un conjunto de respuestas de
atletas, políticos, periodistas y del público en general, con muchos
apoyándolo (incluidos otros jugadores y activistas) mientras que otros
afirmaban que él no respetaba la bandera y el honor de la nación.</div>
<br />
El presidente Trump, durante un mitin en Alabama, criticó las protestas
diciendo que los jugadores que realizaban esas protestas eran "hijos de
puta", clasificando el gesto de los atletas de "antipatriótico" y
defendiendo que los equipos deberían despedir a quienes se nieguen a
permanecer de pie durante la ejecución del himno nacional.<br />
<br />
Volveré al himno norteamericano y la dimensión ideológica y política de
la música de Jimi Hendrix un poco más adelante, pero ahora, en este
punto, me gustaría mencionar que como un amante fiel de la música
popular y erudita (clásica) que soy, tengo acumulado algunas
experiencias y algún conocimiento sobre la historia de la música
ejecutada por la guitarra (acústica y eléctrica) durante el siglo XX:
por esas razones, podría darle una respuesta que pienso tendría algún
interés para usted y para algunos otros interesados en el tema.<br />
<br />
Desde el punto de vista de mi experiencia personal, le comunico que he
estudiado violoncelo y guitarra acústica en Brasil y que actualmente aun
sigo practicando la guitarra, el piano, el bajo eléctrico y la
armónica, no sólo dentro, sino también fuera de mi casa:
enpresentaciones y pequeños conciertos realizados en México y Estados
Unidos, donde, en general, he tocado e interpretado música brasileña,
latinoamericana, estadounidense e inglesa.<br />
<br />
Desde el punto de
vista de mi conocimiento y práctica como profesor y crítico de la
cultura, he estado analizando las relaciones entre cultura, ideología,
estética y política que se expresan, explícita o implícitamente, en la
música, la literatura, el cine o cualquier otro discurso cultural
producido dentro del sistema capitalista de producción de nuestra
sociedad occidental.<br />
<br />
Naturalmente, tanto en el caso de la
literatura, del cine o de otro discurso cultural, la crítica musical que
me interesa debe tratar de elaborar consideraciones sobre el lenguaje
musical y sobre las características formales de este arte, si la
intención de nuestro trabajo es la de aclarar, a través de la crítica
didáctica, a los diferentes tipos de oyentes de este arte magistral.<br />
<br />
Así, desde los dos puntos de vista mencionados arriba, yo le
respondería, que nunca escuché, ni he escuchado; que nunca he visto, ni
he asistido a ningún artista de la guitarra eléctrica (o acústica)
comparable creativa y técnicamente a Jimi Hendrix. Puedo asegurarle que
ya escuché y he escuchado a grandes artistas de este instrumento, a
verdaderos virtuosos de la guitarra acústica (como los brasileños Rafael
Rabello, Baden Powell, los españoles Andrés Segovia y Paco de Lucia) y
la guitarra eléctrica de la música de blues y rock (como Eric Clapton,
Stephen Ray Vaughan, Jimmy Page), de la música de jazz y blues (como
Charlie Christian, Django Reinhardt, West Montgomery, Joe Pass, George
Benson) pero nunca escuché, asistí, ni conocí a un artista tan genial en
la creación y ejecución musical de la guitarra como el fallecido Jimi
Hendrix.<br />
<br />
Todavía quisiera sugerir que desde el específico punto
de vista de las relaciones entre cultura, ideología, estética y
política, sería imprescindible que usted asistiera a la presentación de
Jimi Hendrix en la película sobre el Festival de Woodstock de 1969 para
obtener una imagen estupenda de la absoluta grandeza creativa, técnica y
expresiva de Jimi Hendrix: Usted podría observar cómo Hendrix utiliza
la guitarra para denunciar, en un lenguaje exclusivamente sonoro, la
guerra y la política militarista del sistema capitalista imperialista
contra la población de Vietnam del Norte. En cuanto a esta presentación
de Hendrix, me gustaría recordar y describir rápidamente (incluso con
las limitaciones de la palabra escrita) una secuencia de escenas de una
parte de la larga presentación y exhibición de Jimi Hendrix que se
encuentra en esta película del Festival de Woodstock.<br />
<br />
En esta
secuencia de escenas, el artista Jimi Hendrix está en el escenario
acompañado por su nueva banda "Gypsy Sun and Rainbows" formada por cinco
músicos: Bill Cox en el bajo eléctrico, Mitch Michell en la batería, el
guitarrista Larry Lee, los percusionistas Juma Sultán y Jerry Vélez.
Hendrix está vestido con una chaqueta indígena azul y blanca con franjas
de los mismos colores de estilo apache, usa pantalones vaqueros y tiene
en la cabeza un pañuelo (bandana) rojo sobre el pelo negro estilo <i>blackpower</i>.
En su cuello, vemos un collar de cuero con un broche de esmeralda, en
las orejas, dos anillos de plata y en los dedos dos anillos: el más
pequeño en la mano derecha, el más grande en la mano izquierda. Jimi
tiene entre las manos, una guitarra Fender Stratocaster blanca, colgada
de su cuello por una colorida correa roja y blanca. La presencia
colorida y multiculturalista de Hendrix en el escenario del Festival de
Woodstock ya mostraba el lado político, social, económico y racialmente
oprimido no sólo del propio guitarrista Hendrix, sino de una parte
significativa de la población estadounidense (1).<br />
<br />
Así, la manera
de vestir de Hendrix en el escenario expresaba y sintetizaba la imagen
de las contradicciones y de los conflictos políticos, económicos,
sociales y militares que eran escondidos por la imagen de la bandera de
EE.UU. en los años 60: una bandera que representaba claramente la
decadencia de los valores humanos de la nación estadounidense
simbolizada por la guerra imperialista contra Vietnam.<br />
<br />
En este
contexto histórico, Jimi Hendrix sorprende a los espectadores y oyentes
cuando súbitamente deja de tocar sus composiciones musicales del género
blues, rock, pop y comienza a hacer un solo, en una guitarra blanca, de
las primeras notas de la melodía de "Star Spangled Banner" ( La bandera
tachonada de estrellas) , el himno nacional de los Estados Unidos de
América. Después de iniciar el solo, Jimi abandona la acostumbrada línea
melódica de la primera estrofa del himno y parte para la transformación
de la segunda estrofa, alterando su línea melódica, deconstruyendo
lenta y sistemáticamente sus partes súper conocidas (que son siempre
cantadas y tocadas en todas las ceremonias civiles, militares o
deportivas de los Estados Unidos) hasta convertirla en la sonoridad
terrorífica de las bombas, los gritos y los gemidos producidos por la
guerra de EEUU contra el pueblo vietnamita.<br />
<br />
Musicalmente,
Hendrix representa la tragedia humana de la guerra imperialista a través
de técnicas guitarristas (muchas de las cuales él inventó y o
perfeccionó) que eran poco conocidas y/o utilizadas durante los años
1960.<br />
<br />
A través del lenguaje intrínseco y exclusivamente musical
de la guitarra eléctrica, Jimi Hendrix hace artísticamente una de las
mayores denuncias político-sonoras del imperialismo en el siglo XX: una
denuncia que es equivalente en el plano cultural a la denuncia
político-pictórica de Pablo Picasso de la tragedia española causada por
el fascismo franquista en la guerra civil española en su panel
"Guernica".<br />
<br />
Lógicamente, después de la ejecución/deconstrucción
del himno "Star Spangled Banner", la derecha política conservadora de
EE.UU. (furiosa con el desenmascaramiento sonoro del imperialismo
estadounidense), manipuló las imágenes (circenses) de Hendrix en el
concierto del Festival de Monterrey, y comenzó a tratar de denigrar (a
través de los medios corporativos) el extraordinario talento musical de
Jimi Hendrix llamándolo de guitarrista payaso y drogado (2).<br />
<br />
A
pesar de la propaganda contra Hendrix y su comportamiento circense (Jimi
podía tocar la guitarra con la mano izquierda, con las cuerdas
invertidas, podía tocar mientras la guitarra se encontraba a sus
espaldas, podía tocarla con los dientes, podía tocarla en el escenario
como un equilibrista de circo, y al final de su presentación en el
Festival de Monterrey, Jimi, después de prender fuego a su guitarra,
rompió el instrumento en el suelo del escenario, tirando los restos de
la guitarra a la audiencia), algunos de los mayores guitarristas del
siglo XX (Pete Townshend, Eric Clapton, Jeff Beck) y muchos otros genios
musicales de la música de jazz (como Miles Davis y Gil Evans),
afirmaron, después de la presentación de Hendrix en el Festival de
Monterrey, que ningún artista podía tocar la guitarra como Jimi Hendrix:
además de ser un solista fantásticamente talentoso, del "otro mundo",
su técnica y su creatividad, estaban muchos años delante de los mejores
de su tiempo (3)<br />
<br />
A pesar de la relativa pérdida de la
importancia del papel político del intelectual cultural defensor de los
pobres y de los oprimidos (tales como los revolucionarios Karl Marx,
Lenin, Trotsky, Che Guevara, Gramsci, Lukacs, Sartre, Franz Fannon,
Carlos Mariguela, Paulo Freire, Manuel Sacristán Luzón, Charles Chaplin,
Serguéi Eisenstein , Bertolt Brecht, Luis Buñuel, Mayakovski , Glauber
Rocha...) dentro de esa etapa de capitalismo neoliberal y globalizador
de nuestros días, me parece sumamente importante reivindicar y
revitalizar la importancia de ese trabajo intelectual (teórico
ypráctico) no solamente en el plano de la filosofía, la literatura, la
política, sino también reivindicar y revitalizar la importancia del
trabajo en el plano artístico, musical-ideológico-político frente al
sistema capitalista, de artistas como Jimi Hendrix, John Lennon y Frank
Zappa (4).<br />
<br />
La trayectoria entera de estos extraordinarios
intelectuales y artistas del área filosófica, literaria, pictórica,
musical y cinematográfica, siempre estuvieron en la mira de la guerra
cultural que la CIA y las dictaduras (en Portugal, España, Brasil y en
América Latina) establecieron en la defensa del imperialismo
norteamericano contra los movimientos de emancipación, el movimiento de
los derechos civiles, la liberación de las mujeres, del movimiento
subterráneo (underground) del movimiento Hippie y otros movimientos
contraculturales de emancipación social y humana de nuestro tiempo. <br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Notas</span></blockquote>
(1)
Jimi Hendrix era de ascendencia afroestadounidense y del grupo indígena
cheroqui de Norteamérica conforme el libro de Alan Douglas and Peter
Neal, <i>Starting At Zero: His Own Story,</i> Publisher: Bloomsbury USA
(October 7, 2014). Los excelentes poemas de las canciones de Hendrix
hablan de su infancia (“Castles Made of Sand”) del racismo ("House
Burning Down") y de la injusticia social ( "Up From The Skies") . La
letra de la música "Castles Made of Sand", por ejemplo, es muy
biográfica. Ella nos dice: ” Down the street you can hear hers cream
‘you're a disgrace’, As she slams the door in his drunken face, And now
he stands outside and <a href="https://www.blogger.com/null" id="tw-spss"><i> all the neighbors start to gossip </i></a> and drool, He cries “ <i> Oh girl </i> , <i> you must be mad </i> , What happened to the sweet love you and <i> me had </i> ? Against the door he leans and starts a scene, and his tears fall and <a href="https://www.google.es/search?q=burn+the+garden+green&spell=1&sa=X&ved=0ahUKEwjgtZvG5dzWAhXIPxoKHeSRA-gQBQgkKAA"><i> burn the garden green </i></a>
, and so castles made of sand, fall in the sea, eventually”. (“ En la
calle se oye gritar ‘eres una desgracia’, mientras ella golpea la puerta
en su rostro borracho, Y ahora él está afuera y todos los vecinos
comienzan a chismear y babosear, Él grita ‘oh chica, debes estar loca,
¿Qué pasó con el amor dulce que tú y yo tuvimos?’ Contra la puerta, él
se inclina y comienza una escena, Y sus lágrimas caen y queman el verde
jardín, Y así los castillos hechos de arena, caen en el mar,
eventualmente”). La metáfora del castillo de arena expresa la desilusión
del artista con la existencia durante su infancia, subsumida por las
constantes peleas entre sus padres que, debido a la pobreza, a la falta
de trabajo, y al racismo, buscaban en el alcoholismo un medio para
escapar del dolor de la realidad sufrida y amargada bajo el capitalismo
de EE.UU. <br />
(2) Estoy de acuerdo con el libro <i> Addiction Treatment: A Strengths Perspective </i>
(2018) (de Van Wormer y Davis) cuando informa que "Richard Nixon fue el
primer presidente estadounidense a declarar "la guerra contra las
drogas" que se trataba de una estrategia planificada a separarse de la
"guerra contra la pobreza" del liberal Lyndon Johnson. Pero me gustaría
ir más allá del libro de Van Wormer y Davis y afirmar que Nixon hizo su
"guerra contra las drogas", no sólo para intentar destruir la
resistencia del movimiento contracultura de la década de 1960 contra la
guerra de Vietnam, sino también para ofuscar y ocultar su notoria imagen
de criminal de guerra, ya que fue el responsable de los asesinatos de
cientos de miles de habitantes de Vietnam del Norte, enviando miles de
soldados estadounidenses a la muerte durante la guerra de Vietnam. El
escritor y periodistade investigación británico, Christopher Robbins,
afirma en su libro <i>Air América</i> (1985) que cuando Nixon lanzó la
guerra ilegal en Camboya, fue construida, dentro de la sede de la CIA en
el norte de Laos, una nueva instalación, donde el opio en masa era
refinado en heroína y enviada al exterior. El libro de Robbins fue
transformado en una película americana muy popular con el mismo nombre
"Air América", protagonizada por Mel Gibson y Robert Downey Jr., actores
que pilotaban los aviones Air América de la CIA, en misiones voladoras
en Laos durante las guerras de Vietnam y Camboya. Hasta donde sabemos,
el movimiento contra la cultura de la década de 1960, formado por muchos
movimientos progresistas tales como, derechos civiles, libertad de
expresión, la nueva izquierda, oposición a la guerra, oposición a la
energía nuclear, feminismo, ecologismo, movimento gay, hippies (Civil
Rights, Anti-war, Anti-nuclear, New Left, Hippies, Feminism,
Environmentalism, Free Speech, Free school movement, Gay liberation) fue
sistemáticamente atacado y reprimido, a lo largo del siglo XX, por las
autoridades estadounidenses: no sólo por el criminal Richard Nixon, que
fue impedido (impeached) por el Congreso de los Estados Unidos, sino
también por los siguientes presidentes de EEUU, Ronald Reagan, George
Bush (padre), Bill Clinton, George W. Bush (hijo) y Barack Obama. Ahora
es el turno de Donald Trump. <br />
(3) A pesar de que la carrera de
Jimi Hendrix solo duró cuatro años, es considerado uno de los
guitarristas más influyentes de la historia del rock y uno de los
músicos más famosos del siglo XX. El Salón de la Fama del Rock and Roll
le cualifica como «indiscutiblemente el músico más grande de la historia
del <i>rock</i> ». <br />
(4) Desgraciadamente no puedo colocar la
trayectoria de productores musicales internacionales como Paul McCartney
o Mick Jagger, por ejemplo, en la misma categoría en que se encuentran
Jimi Hendrix, John Lennon, y Frank Zappa, porque desde mi punto de vista
político-ideológico, fueron cooptados por el sistema capitalista o
capitularon ante la ideología neoliberal y globalizadora contra los
movimientos de emancipación de seres humanos oprimidos por el
imperialismo internacional. Por ejemplo, el caso de las posiciones
reaccionarias del exbeatle Paul McCartney defendiendo verbalmente la
política criminal y genocida del ex presidente George W. Bush en su
guerra contra el pueblo de Irak e Afganistán o la posición de McCartney
legitimando la política genocida y reaccionaria del ex presidente Barack
Obama, a través de la celebración de conciertos musicales en la Casa
Blanca para el deleite de Obama y su familia. La posición
político-ideológica de Mick Jagger y de los Rolling Stones es
notoriamente contradictoria porque después de componer una música de
rock denunciando la hegemonía política neo-nazi de los neo-conservadores
judíos (neo-con) durante la administración de George W. Bush, viajaron a
Israel (el país del apartheid colonizador y opresor de la población
palestina) para realizar conciertos musicales en aquel país sionista. <br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEoAh3LTYABHzSCr3C39SDheCZHFvYHT_7OVkKTn6aCixRrF5lXI8hCT1gGZCNoYiuvoUvhCrMxC-dFVTEAQI-N9x2BO85NlwOofWdXlrASJbFfD0EaOzRpp_zPZE9qYapVJBhnW8_IKMM/s1600/Novas+Pensatas.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEoAh3LTYABHzSCr3C39SDheCZHFvYHT_7OVkKTn6aCixRrF5lXI8hCT1gGZCNoYiuvoUvhCrMxC-dFVTEAQI-N9x2BO85NlwOofWdXlrASJbFfD0EaOzRpp_zPZE9qYapVJBhnW8_IKMM/s1600/Novas+Pensatas.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><a href="http://novaspensatas.blogspot.com/2017/10/imperialismo-luta-de-classes-e-luta_14.html">http://novaspensatas.blogspot.com/</a></span></span></i></span></td></tr>
</tbody></table>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2jyTjm0AM42TXbZvstvTyFqfXh2HwmcTST16HJi0r72hvoBliMgJEMH6XOk0NmndyrYt0QH2GGSaGP1TBaFp58mQI_94nBrKmRNVHEU2juG6-cAgSNuM0KCLYqUmITD-Jbg48MVA3Eli9/s1600/Rebeli%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2jyTjm0AM42TXbZvstvTyFqfXh2HwmcTST16HJi0r72hvoBliMgJEMH6XOk0NmndyrYt0QH2GGSaGP1TBaFp58mQI_94nBrKmRNVHEU2juG6-cAgSNuM0KCLYqUmITD-Jbg48MVA3Eli9/s1600/Rebeli%25C3%25B3n.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">http://www.rebelion.org/ </span></span></i></u></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-46420377871323602412017-09-28T14:52:00.000-04:002017-09-28T14:52:49.910-04:00Belicismo, globalismo y autoritarismo (I & II)<!--[if gte mso 9]><xml>
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</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnhsotF8lMwqoQ18Rkpjm64IVHcjPTUthyphenhyphenSQXR3yFwAIyvqCa30jnz5OkZDXfjh9qjcsN452QfHDZawtMwjKVuyoargC3KooBEHFfhuIpKbgVrB9_pXSLUu1Rdn-H4NMcU0R-jfJ-Dln0Q/s1600/Belicismo%252C+globalismo+y+autoritarismo+-+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="185" data-original-width="288" height="205" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnhsotF8lMwqoQ18Rkpjm64IVHcjPTUthyphenhyphenSQXR3yFwAIyvqCa30jnz5OkZDXfjh9qjcsN452QfHDZawtMwjKVuyoargC3KooBEHFfhuIpKbgVrB9_pXSLUu1Rdn-H4NMcU0R-jfJ-Dln0Q/s320/Belicismo%252C+globalismo+y+autoritarismo+-+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><b><i>Claudio Katz</i></b></span></span><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i></b>
<br />
<div class="MsoNormal">
En diciembre se desarrollará en Argentina la conferencia de
la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en julio del 2018 la cumbre del G
20. Son dos cónclaves de gran relevancia que reúnen a los principales
funcionarios del establishment internacional. En el primer encuentro los popes
de las empresas transnacionales actualizarán la agenda de la globalización.
Discutirán un cronograma de liberalización del agro, la industria y los
servicios. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El G 20 abordará las prioridades geopolíticas. Desde la
crisis económica del 2008, un nuevo grupo de actores estratégicos fue
incorporado a la gobernabilidad mundial. Pero ya nadie recuerda las pacíficas
cumbres de los mandantes del sistema. El Brexit y Trump modificaron
radicalmente el tono de los encuentros presidenciales. Los unánimes elogios al
capitalismo neoliberal han sido sustituidos por reuniones que concluyen a los
gritos. En la última cita de Hamburgo los choques entre Estados Unidos y
Alemania desbordaron todos los protocolos de la diplomacia. Estas pugnas entre
gigantes continuarán en Argentina y Macri espera lograr alguna palmadita de los
poderosos por su rol de anfitrión. Aspira a liderar la derecha latinoamericana
exhibiendo sintonía con todos los reaccionarios del orbe. </div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal">
Para lograr el beneplácito de Trump, el presidente argentino
acepta las exigencias estadounidenses de apertura comercial. Para ganar el
favor de Merkel acelera las negociaciones de un acuerdo de libre-comercio, que
favorecería a la Unión Europea en desmedro del Mercosur. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero la percepción de las cumbres globales también ha
cambiado en el ánimo popular. Las disidencias por arriba incentivan las
resistencias por abajo. Por eso recobran fuerza las movilizaciones contra los
dueños del mundo. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Siguiendo la tradición que consagró la derrota del ALCA, ya
se prepara en Argentina el rechazo a la OMC y el G 20. Varias organizaciones
trabajan en la gestación de actividades para confrontar con el belicismo
imperial estadounidense, el globalismo librecambista de las firmas
transnacionales y la restauración conservadora en América Latina. Son tres
batallas conjuntas contra los opresores de los pueblos. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero los cónclaves de los poderosos también obligan a
evaluar el nuevo escenario. ¿Qué pretende Trump y cuál es la viabilidad de sus
agresiones?<span class="auteur"></span><span class="auteur"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="auteur"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span class="auteur">Siga la lectura o bajar el material en
formato PDF</span></span></span></i> </span><br /><span class="auteur"></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZLkxGjBZF7cAuOL-5mlqgOB9pRcPWXrJO4YiyrDfUngK7GBE6vBL8cl4IFq6pZmM0oaUQeumHSNV2Wnd4IH-U4SgKeVG7QzdFvUmiTNU3orK8nYSe1GVj0RN6OErV5s5Rr6FLucbmrSqP/s1600/C3.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="60" data-original-width="60" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZLkxGjBZF7cAuOL-5mlqgOB9pRcPWXrJO4YiyrDfUngK7GBE6vBL8cl4IFq6pZmM0oaUQeumHSNV2Wnd4IH-U4SgKeVG7QzdFvUmiTNU3orK8nYSe1GVj0RN6OErV5s5Rr6FLucbmrSqP/s1600/C3.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span class="auteur"><span lang="IT"><span style="font-size: large;"><a href="https://katz.lahaine.org/b2-img/BELICISMOGLOBALISMOYAUTORITARISMOI.pdf">PDF
/ I</a></span><span></span><span><br /></span></span></span></span></span></i></span></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjloMlaznWQ891drbzPlx1SSUgnmxG397I9-NNf0lJ8Udyd46U4W9M2KHhBy8hfdCDXpnkEGw7Oucp4dfLujK3c2LzX2c3UDdMFYnohrYTzZ51uhqSg-PgEyfI_s4tqDFQXPxR8MTRWh85_/s1600/C3.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="60" data-original-width="60" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjloMlaznWQ891drbzPlx1SSUgnmxG397I9-NNf0lJ8Udyd46U4W9M2KHhBy8hfdCDXpnkEGw7Oucp4dfLujK3c2LzX2c3UDdMFYnohrYTzZ51uhqSg-PgEyfI_s4tqDFQXPxR8MTRWh85_/s1600/C3.png" /> </a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span class="auteur"><span lang="IT"><span style="font-size: large;"><a href="https://katz.lahaine.org/b2-img/BELICISMOGLOBALISMOYAUTORITARISMOII.pdf">PDF
/ II</a></span> </span></span></span></span></i></span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span class="auteur"><span lang="IT"></span></span></span></span></i></span><br /><span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span class="auteur"><span lang="IT"><span></span></span></span></span></span></i></span></div>
<span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span></i></span><div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span class="auteur"><span lang="IT"><span> </span><span> </span></span></span></span></span></i></span><br /><span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span class="auteur"><span lang="IT"><span></span></span></span></span></span></i></span></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-2910464659279029232017-09-28T10:15:00.002-04:002017-09-28T10:35:50.404-04:00Haití: De la colonización francesa a la esclavitud económica de la deuda<i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Francia impuso una
sanción a Haití cuando esta se ganó su independencia. Hoy en día, la
sociedad civil sigue exigiendo la restitución de aquel pago, pero
Francia se niega.</span></span></i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i><b><span style="font-family: inherit;"> </span></b></i></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHEq_z6YmgiFh3xL0Ph190LGrGMhoxPWd3pcEhsRPbR2_iBygE6O55rrzX9C5vw2lAondjE4BhyphenhyphenEsIJLv7XpwF800nr0XjzUT7QUEYxRYdq0YQy1gROQt7TYOy3PyvJ-Wr1qmAG-raw9NA/s1600/Pobreza+en+Hait%25C3%25AD.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1071" data-original-width="1600" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHEq_z6YmgiFh3xL0Ph190LGrGMhoxPWd3pcEhsRPbR2_iBygE6O55rrzX9C5vw2lAondjE4BhyphenhyphenEsIJLv7XpwF800nr0XjzUT7QUEYxRYdq0YQy1gROQt7TYOy3PyvJ-Wr1qmAG-raw9NA/s320/Pobreza+en+Hait%25C3%25AD.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><i><b><span style="font-family: inherit;">Jérôme Duval</span></b></i></span> </span><br />
<br />
<span style="font-family: inherit;">La pobreza de los países colonizados se vio en gran medida aumentada por una transferencia de deuda. Las deudas contraídas por las potencias coloniales con el Banco Mundial (BM), para sacar mayor partido a estas, fueron luego transferidas, sin su consentimiento, a los países colonizados que se ganaron su independencia. Constituyen un caso de deuda odiosa, así como las deudas contraídas para pagar y refinanciar esas deudas.</span><br />
<div id="TextoNoticia" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: large;">Haití es acreedor de Francia</span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">En la noche del 22 al 23 de agosto de 1791 en Santo Domingo, antiguo nombre de Haití, 50.000 esclavos se levantaron simultáneamente en una insurrección armada, impulsando un largo proceso que condujo a que el día 29 de agosto de 1793 sucediera la primera abolición de la esclavitud en la historia y la proclamación de la independencia. Santo Domingo, entonces rebautizado como Haití, se convirtió en 1804 en la primera república negra independiente, un caso único en la historia de una revuelta de esclavos que dio origen a un Estado.</span></span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">Probablemente Francia nunca haya perdonado esa insurrección, que le hizo perder abundantes ingresos de su sistema de esclavitud y de la destrucción de miles de plantaciones de azúcar y café. Haití pagó un precio muy alto: en 1825, se vio obligado a pagar a Francia 150 millones de francos para compensar, por sus pérdidas, a los antiguos colonos que habían dominado a los esclavos, a cambio del reconocimiento de su existencia como nación-estado independiente. La sanción se impuso bajo la amenaza de una invasión militar: el 17 de abril de 1825, una flota de 14 barcos de guerra se amontonaron en la costa de Puerto Príncipe, lista para intervenir, y dejaba entrever una posible restauración de la esclavitud en caso de insubordinación.</span><br />
<br />
<span style="font-family: inherit;">Este pago extorsionado al pueblo haitiano por haberse atrevido a lograr la independencia fue renegociado trece años más tarde, en 1838, rebajado la cantidad a 90 millones, tras un escandaloso "Tratado de Amistad". Dentada a soplar generaciones bajo el peso de una deuda ilegítima, Haití, que luchó durante muchos años por liberarse de la tutela y la esclavitud francesas, pagó la sanción a sus antiguos colonos desde 1825 a 1883. Hasta el último centavo.</span><span style="font-family: inherit;"> Louis-Georges Tin, presidente del Consejo Representativo de Asociaciones Negras (CRAN), dijo: "El dinero debe ir al estado haitiano y a la sociedad civil haitiana. Ha llegado el momento de reparar esta doble pena sufrida por la isla, la esclavitud y el rescate. La indigencia de Haití se debe al pago de 90 millones de francos, lo que obligó al país a endeudarse durante década".</span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Sin disculpas, sin reparación, sin restitución, sin molestias</span></span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">En abril de 2003, con ocasión del bicentenario de la muerte de Toussaint-Louverture, el presidente Jean-Bertrand Aristide afirmó que Francia es la deudora de Haití, y no al revés. Exigió "restitución y reparación" por los daños causados por la esclavitud y por la sanción exigida en 1825. Reclamó 21.000 millones de dólares a Francia, el valor capitalizado de los 90 millones de francos de oro pagados en aquel entonces. Pero, tras la intervención política y militar franco-americana que condujo al derrocamiento de Aristide en febrero de 2004, los diversos regímenes que se sucederán a la cabeza del Estado, abandonarán la pretensión de restitución del dinero a Francia.</span><br />
<br />
<span style="font-family: inherit;">No fue hasta el terremoto del 12 de enero de 2010, donde al menos 250.000 personas murieron y cerca de 1,3 millones de personas se quedaron sin hogar, que un presidente francés decidió pisar el territorio de su antigua colonia por primera vez desde la independencia en 1804. Un mes después del terremoto, Nicolas Sarkozy finalmente hizo una visita rápida de cuatro horas. Se trató de una oportunidad perfecta para rendir homenaje al sector privado francés, alabando a Suez y Veolia, que "repararon las cañerías" o a EDF, que "restauraron el alumbrado público". Se anunció unas ayudas de unos 326 millones de euros. De esta cantidad, 56 millones de dólares no se moverán, ya que se usan para cancelar la deuda bilateral que la isla tiene con Francia. La generosa declaración de cancelación de la deuda emitida por Sarkozy como respuesta al desastre no es nada nuevo, ya que se trata de una decisión que data de julio de 2009, después de que Haití alcanzara el punto de culminación de la Iniciativa ampliada en favor de los países pobres muy endeudados (PPME), el 30 de junio de 2009. Por su parte, el Banco Mundial, no cancela el reembolso de 38 millones de dólares, sino que sólo lo suspende durante cinco años. El Fondo Monetario Internacional decide conceder una "ayuda" de 100 millones de dólares en forma de préstamo, que no devenga intereses pero que deberá reembolsarse. Ayudas que están muy lejos de los 21.000 millones de dólares reclamados por Aristide y los movimientos sociales como la Plataforma Haitiana para el Desarrollo Alternativo (PAPDA) y está muy lejos de satisfacer las necesidades de Haití.</span><br />
<br />
<span style="font-family: inherit;">No se ha hecho nada al respecto desde entonces. Francia sigue negándose a devolver la deuda histórica de Haití. El país que ahora preside Macron, tiene una gran responsabilidad en la situación económica de Haité y en el estado de pobreza en el que su población se encuentra. Por ejemplo, cuando concedió refugio al ex-dictador Jean Claude Duvalier, exiliado en la Riviera Francesa después de 29 años de dictadura, entre padre e hijo, con una fortuna de 900 millones de dólares robados al Estado haitiano. Cantidad superior a la deuda externa del país.</span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Mentira y aberración de la "<i>deuda moral</i>" de Hollande</span></span></blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;">Sin duda, no es casualidad que hasta más de dos siglos después de la independencia de la isla no haya sido necesario realizar el primer viaje oficial de un jefe de Estado francés a Haití. La visita del Presidente François Hollande, el 12 de mayo de 2015, fue acogida con satisfacción por los manifestantes que exigían "reparación" y "restitución", por parte de Francia, de la cantidad pagada por el país para obtener su independencia.</span><br />
<br />
<span style="font-family: inherit;">Las palabras "Hollande, dinero, sí, moralidad, no" se podían leer en las pancartas, refiriéndose al discurso pronunciado unos días antes por el jefe de Estado, que visitó Guadalupe el 10 de mayo. Hollande había declarado anteriormente: "Cuando llegue a Haití, pagaré la deuda que debemos”, lo cual levantó muchas esperanzas. Pero en realidad, Hollande hablaba sólo de "deuda moral" y no de la restitución de los miles de millones que Haití pagó a Francia. Como Louis-Georges Tin, también autor de Slavery and Reparations, expresó: "El arrepentimiento es un asunto moral o religioso; la reparación es un problema económico y político". Francia también tiene una deuda con Haití. Esta deuda es un caso único en la historia. Es la única vez que los ganadores han rendido tributo a los vencidos. Preferimos pedir a la gente que haga caridad y se olvide de los problemas del pasado, en lugar de comprender finalmente que Haití no está endeudado, sino que es un acreedor. Este rescate, pagado a lo largo del siglo XIX, es precisamente de lo que debemos hablar, ya que ha entorpecido la economía haitiana, ha estrangulado su desarrollo y sigue amenazando su futuro.</span><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span></span></i><br />
<br />
<i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><a href="https://www.blogger.com/null">Jérôme Duval </a>es miembro del CADTM, Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (<a href="https://www.blogger.com/null">www.cadtm.org</a>) y de la PACD, la Plataforma de Auditoría Ciudadana de la Deuda en el Estado español (<a href="https://www.blogger.com/null">http://auditoriaciudadana.net/</a>). Es autor junto con Fátima Martín del libro <a href="https://www.blogger.com/null">Construcción europea al servicio de los mercados financieros</a>, Icaria editorial 2016 y es también coautor del libro <a href="https://www.blogger.com/null">La Deuda o la vida</a>, (Icaria, 2011), libro colectivo coordinado por Damien Millet y Eric Toussaint, que ha recibido el Premio al libro político en Lieja, Bélgica, en 2011.</span></span></i><span style="font-family: inherit;"> </span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVCC81RgZ6o0Ho5ysh6EnUgdqVvB6pONKjz7847p1WlgwPmi5FCfiQBXtcI7MhTI5fqaybGy-MxoMRNCS_FREAdU9Ep-XQBD-GwEveSLSjcpVgnSfRRZ4csFht9b65772degC20t4J5pIr/s1600/El+Salto.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="28" data-original-width="200" height="44" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVCC81RgZ6o0Ho5ysh6EnUgdqVvB6pONKjz7847p1WlgwPmi5FCfiQBXtcI7MhTI5fqaybGy-MxoMRNCS_FREAdU9Ep-XQBD-GwEveSLSjcpVgnSfRRZ4csFht9b65772degC20t4J5pIr/s320/El+Salto.png" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><a href="https://elsaltodiario.com/en-deuda/haiti-colonizacion-francesa-esclavitud-economica-deuda">https://elsaltodiario.com/</a></span></span></i></u></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-7089795293223909922017-09-19T10:57:00.000-04:002017-10-09T06:18:56.465-04:00Sobre el referéndum catalán y la división de la izquierda<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-60BNHn4mYMVlvC_RWYHBJw3x0YrNmO8JQ0Qpnv0-h6kEWOvvhkU7ghKpTqHr9aGHC759Oopi061i-akZYyhio9AuKEvs1myCqBPeU7K04XTih1uIz5SbRP-pom916Z8QONwkPd0WJHLY/s1600/Referendum+cata%25C3%25A1n+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="558" data-original-width="992" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-60BNHn4mYMVlvC_RWYHBJw3x0YrNmO8JQ0Qpnv0-h6kEWOvvhkU7ghKpTqHr9aGHC759Oopi061i-akZYyhio9AuKEvs1myCqBPeU7K04XTih1uIz5SbRP-pom916Z8QONwkPd0WJHLY/s320/Referendum+cata%25C3%25A1n+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="320" /></a><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b><i><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Miguel Manzanera Salavert</span></i></b></span></span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Hace unos días
durante una tertulia de terraza veraniega, un conocido criticaba a los
catalanes por llevarnos a una guerra con su afán separatista. Me consta que ese amigo no es un fascista
defensor de la unidad de la patria, sino una persona de talante liberal
simpatizante con las posiciones sociales progresistas; estaba expresando, por
tanto, un punto de vista más o menos generalizado en la opinión pública
española, según la cual el separatismo catalán tiende a dificultar la salida de
la crisis social que atravesamos, agrava y no resuelve los problemas de la
sociedad española. Lo alarmante en ese
planteamiento es que se vuelva cada vez más agresivo, según el argumento de que
la secesión catalana ‘nos lleva a una guerra’ -civil evidentemente-; lo que
expresa una inquietud plausible a tenor de la experiencia histórica tanto
pasada como reciente, que incluye al mismo tiempo las connotaciones integristas
de una cultura española teñida de intolerancia y autoritarismo. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">En el trasfondo de
esa argumentación subyace el miedo a la reacción de las clases dominantes
españolas; el mismo terror a la violencia genocida del ejército y las mesnadas
fascistas, que paralizó a las clases populares en la transición desde la
dictadura franquista a la monarquía liberal y en los primeros años del periodo
constitucional. Pero también anida aquí
un anticatalanismo de raíces históricas, ampliamente extendido entre la población
española y exacerbado por la política del Estado español. </span></span></span></div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">El uso de ese fantasma sirve para desviar la
atención del asunto principal –la corrupción de las elites gobernantes impide
resolver los problemas actuales del país-, tapando las vergüenzas de la
monarquía liberal. Se quiere echar la
culpa de la actual crisis política a los separatistas catalanes, dirigidos por
los intereses de una burguesía oportunista y corrupta. El anticatalanismo se convierte así en el
taparrabos de la monarquía liberal española y sus políticos incapaces y
oportunistas. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Se hace necesario
desmontar esa extendida falacia, pues nos puede llevar a confusiones
ideológicas graves para la convivencia entre los pueblos y los ciudadanos que
habitamos la península ibérica. No sería
la primera vez. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">En primer lugar,
el secesionismo catalán es una consecuencia y no la causa de la crisis
económica y política del Estado español, una crisis causada por la mala gestión
económica de los gobiernos españoles en las últimas décadas –incluidos los
gobiernos catalanes-. El crecimiento del
independentismo entre los catalanes ha venido impulsado por la crisis económica
y la pésima gestión que ha realizado el gobierno español en los últimos años,
tanto la izquierda liberal del PSOE, como la derecha liberal del PP. A mí me parece tan clara esta verdad, que no
entiendo cómo se puede pensar de otra manera –a menos que la explicación resida
en los prejuicios ideológicos que obnubilan la mentalidad española-. El separatismo nace de la constatación de la
incapacidad del Estado español, corrompido hasta la médula, para ofrecer una
salida consistente a la quiebra de la economía liberal. Y el pueblo catalán está buscando a través de
su separación una salida democrática y republicana al fracaso del neoliberalismo. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">El secesionismo
puede ser la solución a esa crisis o no, dependerá de varios factores: unos <i>a priori</i>, el modelo de Estado que se
quiera conseguir, y otros <i>a posteriori</i>,
la capacidad de los catalanes para autogobernarse, unida al respeto y la
tolerancia de los españoles hacia la diversidad y la voluntad colectiva
democráticamente expresada. Claro que
esto último todavía está por demostrarse; pues los españoles se muestran muy
comprensivos y tolerantes con los defectos de las oligarquías dominantes –en
parte, como decimos, por el terror subyacente a su dominación-, pero bastante
menos con los vecinos. Como muestra la
reacción ante el referéndum catalán, la creencia de que la solución racional de
los problemas de nuestra sociedad vendrá del debate público y la expresión
democrática de la voluntad colectiva, no está en la mentalidad de esa
oligarquía –y tampoco abunda en la conciencia de las clases subalternas-. ¿Quién puede temer un referéndum sino los oligarcas
que quieren escapar del control público del poder político? </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">No son votaciones
ni debates lo que sobra: no es el referéndum del 1 de octubre lo que sobra, ni
el debate que ha despertado en la sociedad española, sino que hace falta mucho
más debate público y más votaciones para resolver los problemas de decisión
política en el Estado español y controlar el poder político, que se encuentra
hora en manos de personajes que se merecen el calificativo de mafiosos. El 15M, que empezó por el buen camino, debía
habernos llevado a un proceso constitucional, que reformara el Estado haciendo
posible la convivencia en justicia y libertad; pero ese proceso político se ha
detenido. Mucho me temo que la
movilización social de los últimos años se quede en un pacto entre el PSOE y
Podemos para poner al día el Estado monárquico liberal, amnistiando de paso los
delitos económicos de la oligarquía. Cambiar para que nada cambie –según el
lema gatopardiano-. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">En segundo lugar,
el separatismo no está alimentado hoy en día por la burguesía catalana; es cierto
que esa burguesía ha manipulado el sentimiento catalanista en las últimas
décadas, pero estos años de crisis estamos viviendo una realidad histórica
completamente cambiada, donde el pueblo catalán está tomando la palabra. No se puede ignorar la auténtica realidad de
la sociedad catalana, su rico tejido social de voluntariado y asociacionismo,
su capacidad crítica y su trayectoria histórica progresista. Los millones de votos en los referéndums por
la independencia y los millones de manifestantes por el derecho a decidir, el
80% de los votos en el Parlament apoyando el Estatut ilegalizado por el
Tribunal Constitucional, los resultados electorales claramente escorados a la
izquierda respecto de las Cortes españolas, etc., no son solo el resultado de
una manipulación de la opinión pública por la burguesía catalana, sino una
búsqueda popular y democrática para refundar el pacto social. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">En tercer lugar,
el derecho de autodeterminación ha sido profusamente usado en Europa en las
últimas décadas, como instrumento del poder hegemónico –la OTAN al servicio de
la oligarquía mundial- para reconfigurar el orden político internacional según
sus intereses: por ejemplo, el desmantelamiento de la URSS o de
Yugoslavia. Hay aquí una interesante
paradoja histórico-política: esos países desmantelados reconocían el derecho de
autodeterminación a sus pueblos, y sin embargo fueron tachados de dictaduras no
democráticas según la ideología dominante entre las potencias liberales. De ahí se saca una curiosa conclusión: los
países democráticos –leo en un reciente artículo publicado en Rebelión- no reconocen
el derecho de autodeterminación. Las
‘dictaduras autoritarias’ del Este europeo se convirtieron en ‘Estados
democráticos’ por el ejercicio del derecho de autodeterminación –manipulado en
la mayoría de los casos-, pero una vez alcanzado el estatus de democracias
homologadas se debe bloquear el uso de ese derecho. Pues el derecho en pura teoría liberal es una
cuestión individual y no colectiva –no se reconoce el estatus de sujeto
colectivo excepto a las empresas capitalistas, que sí tienen derechos-.
Paradojas del pensamiento y la sociedad liberales: el exceso de poder popular
va contra la democracia –una nueva versión de la ingobernabilidad de las
democracias y el final de la historia-. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Tal vez sea porque
los poderes fácticos al servicio de la oligarquía dominante han manipulado
tantos referéndums en los últimos lustros, que sus ideólogos no dejen de gritar
contra el derecho de autodeterminación como una maniobra política manipuladora. Del mismo modo, no se reconoce el referéndum
de Crimea –una votación limpia y clara con más del 90% de los votos a favor de
la secesión de Ucrania-, porque va contra sus intereses estratégicos. El problema del derecho –dentro del contexto
histórico del imperialismo capitalista- es que necesita una fuerza de coacción
para que pueda ser efectivo; lejos de ser el resultado del contrato social
entre los ciudadanos, es la gracia otorgada por el poder autoritario. En el hobbesiano capitalismo tardío, el
derecho está al servicio de la fuerza, y no al revés como habría de ser en buen
sentido común. Así como los derechos
humanos no existen para millones de personas y se dejan en suspenso según los
intereses del imperialismo –estado de excepción-, así tampoco el derecho de
autodeterminación tiene carácter universal, su aplicación y legitimidad
dependen del permiso de la oligarquía gobernante.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvxx8o9cXlMKVpllvsPbD6P6YJOTwq2S07E0kC4AXQ89jzOiOhGSELQjr7LB6ZT4wG2ObuiwEQ3h8qBvpHezSlTgdhNBRDjkK7mXERhgN798F1y0DoL4_yACMs9chJHzBKqNY0bZTipmIh/s1600/Referendum+cata%25C3%25A1n+%25E2%259C%2586+2+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="541" data-original-width="1000" height="346" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvxx8o9cXlMKVpllvsPbD6P6YJOTwq2S07E0kC4AXQ89jzOiOhGSELQjr7LB6ZT4wG2ObuiwEQ3h8qBvpHezSlTgdhNBRDjkK7mXERhgN798F1y0DoL4_yACMs9chJHzBKqNY0bZTipmIh/s640/Referendum+cata%25C3%25A1n+%25E2%259C%2586+2+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">En cuarto lugar,
el problema de las nacionalidades tiene hondas raíces históricas en el Estado
español, no es una invención de última hora.
Es una desgracia que la izquierda esté dividida, y que una de las
fuentes de la división sea precisamente el secesionismo catalán, pero eso mismo
sucedió en la guerra civil y fue una de las causas de la derrota de la II
República. Las jornadas de mayo del 37
en Barcelona son enfocadas generalmente como un enfrentamiento de los
anarquistas y los comunistas de izquierda con los estalinistas y el gobierno
del Frente Popular; pero fueron también una sangrienta refriega entre una concepción
confederal o federal de los pueblos peninsulares y una visión centralista del
Estado español, con el trasfondo del debate entre el modelo liberal y el
republicano del orden social.</span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Andreu Nin –uno de
los revolucionarios más señalados del siglo XX, secretario de la Internacional
Sindical dentro de la III Internacional, fundador de los partidos comunistas de
América Latina, secretario personal de León Trotski-, estableció el ejercicio
del derecho de autodeterminación de las nacionalidades periféricas como táctica
para desmantelar el Estado liberal español y avanzar hacia una confederación de
repúblicas de trabajadores en la península ibérica. Esa fue la política que impulsó la izquierda
comunista encuadrada en el POUM para hacer avanzar la transformación social; de
hecho en Barcelona hubo una revolución proletaria en julio del 36, que puso el
poder político en manos de la clase obrera catalana. Sin embargo, la revolución no se consolidó,
el poder central madrileño desmanteló el incipiente poder obrero, el POUM fue
disuelto y Andreu Nin murió torturado por los agentes soviéticos. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">No se trata, pues,
de un debate de última hora. Y sobre la
base de esa experiencia quisiera plantear la cuestión de si se puede ser
republicano y español al mismo tiempo. ¿No
es, en efecto, España un proyecto imperialista desde sus propios orígenes y por
tanto incompatible con una concepción republicana de la vida social? ¿No está unido el concepto de España a la
monarquía imperialista, primero autoritaria con los Austrias, ilustrada después
y finalmente liberal con los Borbones?
Republicano español, casi me parece un oxímoron, una contradicción en
los términos; es la línea del Partido Comunista de España, estalinista hasta la
médula y aliado a la pequeña burguesía masónica y progresista de Izquierda
Republicana –burguesía al fin y al cabo-.
Frente a este gobierno centralista, el proletariado catalán hizo una
revolución el 19 de julio de 1936, comparable en su grandeza a la Comuna de
París; y fue el gobierno republicano de Madrid el encargado de ahogar esa
revolución en las jornadas del 37 –acción coordinada por los servicios secretos
soviéticos-. Del mismo modo que
Eisenstein proyectó la figura de Stalin en <i>Iván
el Terrible</i>, se podrían proyectar a los torturadores estalinistas de la
época sobre la figura del inquisidor Torquemada y sus terribles acólitos. Puede que las gentes de izquierda no estemos
de acuerdo en la táctica de la revolución, pero acabar las discusiones a tiros
no es la mejor solución -olvidar o desconocer esa historia nos llevará a
repetirla-. Y mal camino llevamos, si
repetimos la historia de siempre.</span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Dada la estolidez
de la cultura española, sería preferible romper esas estructuras anquilosadas
que los españoles hemos heredado de una historia demasiado vergonzosa. No fue glorioso el Alzamiento Nacional, no
fue heroica la conquista de América, no fue justa la Reconquista y sus secuelas
en los Tribunales de la Inquisición, no fue necesaria la esclavitud de los africanos,
etc. La Transición del 78 no fue un
modelo de inteligencia y convivencia, y nos legó una democracia trufada de
fascismo y de poca calidad. Por eso
saludo la voluntad de los catalanes de romper con esa historia, historia que no
es más que un cuento de viejas para ingenuos bien pensantes –del mismo modo que
fue saludable la rebeldía vasca en los años aquellos de la Transición-.</span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">En quinto lugar,
se subraya que la clase obrera en Cataluña, compuesta por emigrantes españoles
o sus descendientes, no comparte la identidad catalana, lo que se presenta como
prueba del carácter burgués del catalanismo.
Es claro que la estructura de clases, la composición de las clases y la
conciencia de clase en Cataluña han cambiado a lo largo del último siglo, como
han cambiado en Francia o en cualquier otro país del mundo. Tanto han cambiado que nos encontramos con
trabajadores que votan programas de extrema derecha en todos los países más
desarrollados –como hizo la desesperada clase obrera alemana en 1933-. Ya Lenin advirtió esos fenómenos en su teoría
del imperialismo, y ahí está perfectamente explicado por qué ocurren: la clase
obrera en los países imperialistas se aprovecha de la plusvalía obtenida por
sus capitalistas explotando los países colonizados. La clase obrera y los progresistas que votan
al PSOE, han ignorado los crímenes de guerra que la OTAN no ha dejado de
cometer continuamente en las últimas décadas. De ahí a votar a la extrema
derecha hay un paso que muchos trabajadores no han dudado en dar. Precisamente que la clase obrera española en
Cataluña haya podido votar masivamente a un partido como Ciudadanos en las
elecciones autonómicas, no es una prueba a favor del españolismo, sino una
advertencia acerca de la debilidad de la conciencia de clase en el proletariado
europeo, incluido el español.</span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">En sexto lugar, no
ignoro las razones para rechazar la separación de Cataluña del resto del Estado
español, fundamentalmente de tipo económico –los costos de la desconexión-,
pero hay que subrayar que en muchas ocasiones el debate es conducido por los
españoles sobre la base de prejuicios estereotipados y recursos emocionales con
poco contenido racional. Pues el Estado
español está carcomido por la corrupción, y al mismo tiempo que los oligarcas y
sus secuaces roban el patrimonio público, están arruinando las posibilidades de
vida de los más pobres. Todo ello
adobado con el incremento de la represión que el ‘Estado democrático’ ejerce
sobre los ciudadanos. Tal eso explique
el posicionamiento del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) a favor del 1 de
octubre en Cataluña. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Cualquier persona
con sensibilidad social se da cuenta de que la injusticia actual, que a largo
plazo generará conflictos y desequilibrios con grave daño para la convivencia
futura entre los ciudadanos de nuestros países peninsulares. Desgraciadamente la propiedad privada embota
esa necesaria sensibilidad social y vemos cómo la población sigue votando a los
estafadores que nos roban, sin darse cuenta de lo que hacen. Pues la cuestión de cómo cambiar este Estado
y hacer posible la necesaria transformación de las estructuras sociales hubiera
debido resolverse mediante un ‘proceso constituyente’, que nos dotaría de una
nueva estructura legal capaz de garantizar la paz y el equilibrio
sociales. Pero esa propuesta que nació
del 15M murió sin haber apenas nacido. </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">A estas alturas de
la historia, la mayoría de los ciudadanos españoles se conformaría con un
gobierno de izquierdas PSOE-Podemos que pusiera un poco de orden en la Hacienda
pública y la contabilidad nacional, como están haciendo en los ayuntamientos de
Madrid, Barcelona, Coruña, Cádiz, Vigo, etc.
Y esto llegará, sin duda, como llegó el cambio democrático en la
Transición del 1978, porque es una necesidad histórica. La Amnistía fiscal perdonará los delitos
económicos, como la Amnistía total perdonó los crímenes franquistas, y borrón y
cuenta nueva. Nuestros ideólogos podrán
seguir elaborando la leyenda rosa de la monarquía española y la grandeza de la
Patria y sus ángeles custodios, y el pueblo con sus creencias y supersticiones
medievales en vírgenes y santos. Aquí
haya paz y haya gloria.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"> </span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Por tanto, hay una
salida liberal a la crisis, que podría ser comandada por la socialdemocracia
europea regenerada, a partir de los últimos movimientos políticos –ejemplos no
faltan: Portugal, Inglaterra, EE.UU., Francia, etc. Pero eso no es una solución socialista de la
crisis, no juguemos con las palabras, confundir los términos no resolverá los
problemas –y la prueba más palpable nos la proporciona la historia del
dogmatismo estalinista-. Sin embargo,
esto puede ser insatisfactorio para gentes con un mínimo de sentido crítico y
conciencia histórica, que aspiramos a reorientar la historia en dirección
socialista mediante un Estado republicano de verdad; es decir gobernado según
los intereses de los trabajadores y por los propios trabajadores. Y dados los
antecedentes de nuestra historia, esto solo parece posible como Confederación
de Repúblicas Ibéricas. Y digo
Confederación porque Portugal también debe entrar en nuestras cuentas.</span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;">Los ideales y los
proyectos políticos también tienen su papel en la historia. Pero tomarlos en cuenta tiene exigencias
éticas y morales, adoptar un compromiso republicano orientado hacia el
socialismo, contrario a la concepción liberal-capitalista. La ideología dominante ha vaciado el
contenido de la palabra República de su significado político, y la confusión de
tantas gentes progresistas consiste en no distinguir entre el liberalismo
burgués y el republicanismo plebeyo –la dictadura del proletariado en términos
marxistas clásicos-. Así que hay un
falso secesionismo liberal que juega con los sentimientos del pueblo catalán
para presionar a su favor en la pugna política.
Pero hay un republicanismo que considera que la única manera de avanzar
en este país hacia una sociedad justa es romper con la monarquía y el Estado
español; y para ello sirve el derecho de autodeterminación.</span></span></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMwIpKs5Q_uY_Ccj9DptXX8idZX5WjvRMIMAl8gjsIKpq45IU2c8OZMfAfNx3WZyPhnYdwmZFpsv03YYq1PwNLbSJSgRbakMlp12-fQzOIDK35uRx4UQDRc7GD_gZtVf0J9WGIvUgAAuyW/s1600/01.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMwIpKs5Q_uY_Ccj9DptXX8idZX5WjvRMIMAl8gjsIKpq45IU2c8OZMfAfNx3WZyPhnYdwmZFpsv03YYq1PwNLbSJSgRbakMlp12-fQzOIDK35uRx4UQDRc7GD_gZtVf0J9WGIvUgAAuyW/s1600/01.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="font-size: 13.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Georgia; mso-hansi-font-family: Georgia;"><span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><a href="http://lapaginademontilla.blogspot.com/">http://lapaginademontilla.blogspot.com/</a></span></span></i></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 13.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Georgia; mso-hansi-font-family: Georgia;"><span style="color: blue;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></span></i></span>
</span></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-5099805471009233022017-09-18T11:06:00.001-04:002017-09-18T11:06:58.144-04:00Discusiones sobre el fin del capitalismo y lo que vendrá<div style="text-align: left;">
<i><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Claudia Cinatti</span></span></b></i></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El capitalismo como modo de producción histórico es un sistema que va a terminar y su fin no está demasiado lejos, incluso quizás ya estamos viviendo el comienzo de este final anunciado. Su muerte no será un acontecimiento violento precipitado por una revuelta de los explotados sino un proceso prolongado y la causa de defunción, una sobredosis de sí mismo. Lo que hay por delante son décadas de decadencia económica, política, social y moral. Palabras más o menos, esta es la principal tesis del sociólogo alemán Wolfgang Streeck sobre la situación actual y su dinámica más probable.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgGwn6Dypz7AeBNgPw3zBudA2dA-RUuguN74s82Es_znm5ty_3XOFrKVJ-IY6umYSa2hfukayFZSOLY_MdiQRCGXEIxBlFJA9YLEYEExZ3QQ_EpCS0tOThePf3z_1TqWrG5h7x6MMoUWVD/s1600/globoTerraqueo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="1000" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgGwn6Dypz7AeBNgPw3zBudA2dA-RUuguN74s82Es_znm5ty_3XOFrKVJ-IY6umYSa2hfukayFZSOLY_MdiQRCGXEIxBlFJA9YLEYEExZ3QQ_EpCS0tOThePf3z_1TqWrG5h7x6MMoUWVD/s400/globoTerraqueo.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La radicalidad de su análisis y lo sombrío de su pronóstico son una muestra más de la profundidad de la crisis económica, política, social, estatal –orgánica– que ha abierto la Gran Recesión de 2008. Sobre todo viniendo de un intelectual que antes de formular esta versión<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">sui generis<span> </span></em>de la teoría del derrumbe capitalista, militaba en las las del<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">mainstream<span> </span></em>socialdemócrata.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los ensayos de Streeck, centrados fundamentalmente en la crisis de la Unión Europea y el capitalismo occidental, abrieron un intenso debate y provocaron la repuesta tanto de defensores del neoliberalismo, como Martin Wolf, como también de representantes de la intelectualidad socialdemócrata bien pensante, entre ellos Jünger Habermas, con quien ha sostenido una dura polémica sobre el futuro de la Unión Europea. Su lectura adquirió un renovado interés a la luz de los nuevos fenómenos políticos, en particular, con el ascenso de populismos de signos políticos opuestos, y otros eventos relativamente sorpresivos como el Brexit y la presidencia de Trump.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"></span></span></div>
<a name='more'></a><span style="font-size: small;">Sin embargo, la agudeza de su análisis contrasta con sus conclusiones políticas. Streeck sostiene una visión fatalista según la cual el capitalismo va camino a implosionar por sus propias contradicciones, lo que abrirá inexorablemente una nueva etapa de barbarie. Descartada la perspectiva de la revolución social, la única alternativa supuestamente realista sería “desglobalizar” al capitalismo y restaurar la soberanía del Estado-nación frente a los “mercados”. En síntesis se trataría de sustituir el viejo reformismo socialdemócrata (incluyendo sus variantes “neo” como Syriza) con un igualmente ajado soberanismo que aunque se anuncie por izquierda, entraña los peligros del nacionalismo y recrea ilusiones en la colaboración de clases.</span><br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;"><span style="box-sizing: border-box;">El agotamiento de la “gran transformación” neoliberal y la victoria pírrica del capital</span></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">A riesgo de simplificar, podría decirse que la premisa fundamental que subyace a las elaboraciones de Streeck<sup style="box-sizing: border-box; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">1</sup><span> </span>es que la historia del capitalismo es la de sus crisis y no la de su equilibrio, como sostienen los teóricos funcionalistas y racionalistas. La cuestión es por qué y cómo ha sobrevivido hasta ahora y si podrá resurgir de la Gran Recesión de 2008.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Según Streeck la resiliencia del capitalismo, que la ideología predominante confunde con inmortalidad, tiene una explicación política concreta: el salvataje ha venido de las fuerzas antagónicas a la expansión ilimitada de los “mercados”. Es decir, el sistema capitalista es frágil e históricamente ha dependido de reparaciones extraeconómicas. Se podría decir que hay una “lógica” de la crisis en la que confluyen economía y política, o para usar sus términos, “capitalismo” y “democracia”, que se ha expresado históricamente en el ascenso y caída del llamado “capitalismo democrático” de la segunda posguerra –que Streeck considera como un período excepcional de crecimiento económico de Occidente–. Según esta “lógica”, el capitalismo fue rescatado de sus tendencias predatorias por la “democracia”, que funciona en su esquema teórico como un cierto significante de la política estatal en general y del reformismo en particular. En los términos del análisis de clase de la sociedad, al que Streeck retorna parcialmente en una suerte de “neomarxismo”, el movimiento obrero había logrado el suficiente volumen de fuerza para imponer un compromiso al capital y lo ejercía a través de instituciones –sindicatos fuertes, socialdemocracia, y variantes del keynesianismo como el New Deal– lo que en última instancia contribuía a mantener cierta “soberanía” del Estado-nación sobre los “mercados”, aunque este siempre cristaliza alguna relación entre “soberanía y dependencia”<sup style="box-sizing: border-box; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">2</sup>. En esta definición se transparenta la deuda teórica de Streeck con el “doble movimiento” de Karl Polanyi<sup style="box-sizing: border-box; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">3</sup>entre la tendencia a la expansión de la economía de mercado más allá de sus dominios y las demandas sociales, y el rol del Estado como árbitro y a la vez corrector.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Streeck critica las teorías de la crisis de la Escuela de Frankfurt, en particular a Habermas y Claus Offe, que creían que el capitalismo siempre iba a funcionar en “modo keynesiano” y por lo tanto habían desplazado las contradicciones de la esfera de la economía (y la lucha de clases) a la de la cultura, afirmando que el capitalismo enfrentaba una crisis de legitimación. Para su sorpresa, fueron los capitalistas, y no el movimiento obrero, los que pusieron n a este “capitalismo democrático” ante las primeras señales de la crisis a principios de la década de 1970.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Según Streeck, la restauración neoliberal significó una victoria pírrica para el capitalismo, porque en su vorágine terminó devorándose las instituciones que vistas dialécticamente lo habían protegido de sí mismo. Barridas las barreras a la lógica del “mercado” –léase sindicatos fuertes, (social)democracia, intervención estatal para la redistribución– el desenfreno capitalista solo pospuso la crisis durante cuatro décadas, literalmente comprando tiempo con dinero mediante la financierización, la globalización y el endeudamiento<sup style="box-sizing: border-box; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">4</sup>. La crisis de 2008 es el punto culminante de esta “transformación neoliberal” que según Streeck llevará a su implosión porque se han agotado los mecanismos (y el dinero) para “comprar tiempo”.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los tres jinetes del apocalipsis son el estancamiento económico, la deuda pública (en particular la conversión del Estado deudor del neoliberalismo al Estado de consolidación de los años de la austeridad) y la desigualdad socio-económica. Estas tres crisis –tanto en su dimensión económica como política– se retroalimentan y profundizan las tendencias al colapso que se preanuncia en cinco síntomas mórbidos: estancamiento, redistribución oligárquica, saqueo del dominio público, corrupción y anarquía global producto de la crisis de hegemonía norteamericana, que agrega el dramatismo de la posibilidad de accidentes que escalen con ictos internacionales y emparente la situación con la de 1930, aunque aún no está planteado un enfrentamiento entre grandes potencias.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">De esta fenomenología y lógica de la crisis de 2008 (o más precisamente de la disolución postergada del “capitalismo democrático”) surgen dos conclusiones interrelacionadas que alimentan la perspectiva de barbarie que sostiene Streeck.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La primera es que el capitalismo está muriendo a causa de su éxito, por una sobredosis de sí mismo. Y esta es una muerte lenta, por “miles de cortes”, es decir, por una acumulación de contradicciones que están llevando a una decadencia prolongada.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La segunda es que producto de su éxito, el capitalismo habría liquidado a su “sepulturero”: son los capitalistas y no el proletariado los que están cavando su propia fosa.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;"><span style="box-sizing: border-box;">¿<em style="box-sizing: border-box;">Staatsvolk</em><span> </span>vs<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Markvolk</em>?</span></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La transformación “hayekiana” que implicó el neoliberalismo significó según Streeck el n del matrimonio por conveniencia entre “capitalismo” y “democracia”, que solo fue posible en el período excepcional de la segunda posguerra. Aunque la ofensiva neoliberal extendió la democracia formal, lo hizo separándola completamente de la economía, en sus palabras, “deseconomizó la democracia” y “desdemocratizó el capitalismo” a través de sustraer sus instituciones de la presión democrático-electoral, lo que tiene su máxima expresión en la independencia de los bancos centrales. Junto con la globalización implicó una doble pérdida de soberanía del Estado-nación, por lo tanto de la “democracia” que solo puede ejercerse en el ámbito nacional.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Según Streeck estas condiciones configuran el modelo de lo que llama el “Estado deudor” (y posteriormente de consolidación o austeridad), cuya principal misión es recortar el gasto público y repagar la deuda a instituciones internacionales. Este Estado estaría entre “dos pueblos”: el llamado<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Staatsvolk</em>, es decir, la ciudadanía del Estado-nación; y el<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Markvolk</em>, literalmente el “pueblo del mercado” que sería internacional<sup style="box-sizing: border-box; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">5</sup>. El resultado de este proceso es la transformación del sistema político en un espectáculo, en una “post democracia”<sup style="box-sizing: border-box; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">6</sup>, no porque haya habido un putsch o golpe; de hecho se siguen realizando elecciones periódicas, pero la soberanía se ha desplazado de instituciones electas (gobiernos y parlamentos) a instituciones no electas trasnacionales. Son los “mercados”, no los electores, los que imponen la política a través de mecanismos extrapolíticos y antidemocráticos. Una vez más, la muestra acabada de este proceso es la Unión Europea y la troika (<em style="box-sizing: border-box;">remember<span> </span></em>Grecia), tras el cual asoma el liderazgo hegemónico del imperialismo alemán. Pero la formulación del esquema de los “dos pueblos” resulta una simplificación insostenible, y quizás sea el aspecto más débil de la elaboración de Streeck.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Se trata de dos abstracciones: no solo el “mercado” no constituye un “pueblo” siquiera en sentido metafórico, sino que el<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Staatsvolk<span> </span></em>neutro que postula Streeck tampoco existe: existen las clases y fracciones de clase. Si bien Streeck reconoce que en última instancia el “mercado” también está en el “Estado”, es decir, que la burguesía existe como clase en las fronteras del Estado-nación, en su esquema los antagonismos y la lucha de clases no tienen ninguna centralidad y la contradicción principal es entre el Estado nacional y la globalización. De hecho plantea que esta nueva estructuración de la economía y la geopolítica internacional divide a los Estados en acreedores y deudores y los hace homogéneos en su estructura interna, difuminando los intereses antagónicos de explotados y explotadores. En última instancia, y ante la crisis de los partidos del “extremo centro”, esta es la sustancia sobre la cual se erigen los neopopulismos de extrema derecha y de izquierda que le han dado una voz de colaboración de clases a los perdedores de la globalización.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: large;"><span style="box-sizing: border-box;"><em style="box-sizing: border-box;">Interregnum</em></span><span style="box-sizing: border-box;">, socialismo y barbarie</span></span><strong style="box-sizing: border-box; font-weight: bold;"> </strong></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Entre la muerte no definitiva del “capitalismo globalizado” y la ausencia de una alternativa superadora, Streeck ve por delante un prolongado<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Interregnum<span> </span></em>plagado de fenómenos aberrantes, usando la célebre afirmación de Antonio Gramsci. Sin un proletariado que pueda llevar al socialismo el capitalismo colapsará por el peso de sus propias contradicciones, ni vivo ni muerto. En este<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Interregnum<span> </span></em>equivalente a la Edad oscura y caracterizado por la entropía social, un puñado de ricos se aislarán (incluso físicamente) de las mayorías empobrecidas, y en el marco de la ingobernabilidad harán su agosto señores de la guerra y dictadores. Más allá de la “poesía” Streeck no logra demostrar que el proletariado en todo el mundo ha sido barrido y reducido a “polvo social”, sencillamente porque no se corresponde con la realidad. Las huelgas con que la clase obrera griega intentó frenar el ajuste de la troika, las luchas y movilizaciones sindicales contra la reforma laboral en Francia, la existencia de sindicatos fuertes en varios países a pesar de la ofensiva neoliberal, desmienten la tesis sociológica y política fundamental de Streeck. Eso no quiere decir que no haya derrotas, pero si las hay es porque hay lucha de clases.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La tendencia al cesarismo y a la dominación más abiertamente despótica del capital no está en discusión. Fue lo que se puso de manifiesto con la crisis y es lo que muestra sin ir más lejos el gobierno de Trump, un bonapartismo débil surgido de la polarización social y las profundas divisiones del aparato estatal.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La utilización de las categorías de Gramsci es oportuna para definir la situación: efectivamente la crisis de 2008 ha abierto elementos de crisis orgánicas en los países centrales, expresados en la crisis de los partidos tradicionales. Pero esto no solo ha dado populismos burgueses que buscan capitalizar el descontento con demagogia nacionalista y xenófoba. Los nuevos fenómenos políticos como las decenas de miles de jóvenes que se sumaron a la campaña de Jeremy Corbyn en Gran Bretaña o a la campaña de Sanders en Estados Unidos, son muestras de que lo que prima es la polarización social y política. Streeck tiene razón cuando plantea su escepticismo no solo con respecto al reformismo socialdemócrata tradicional sino también de sus variantes neoreformistas, como Syriza y, nosotros agregaríamos, de los recambios como los de Corbyn o Sanders. Pero frente a estos nuevos gestionadores del capital, apenas propone “desglobalizar” el capitalismo y restaurar la soberanía del Estado-nación, un coqueteo peligroso con el nacionalismo que incluso ya le costó una polémica por sus posiciones cuestionables sobre la crisis de los refugiados en la Unión Europea<sup style="box-sizing: border-box; line-height: 0; position: relative; top: -0.5em; vertical-align: baseline;">7</sup>.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Por último, Streeck plantea que el n del capitalismo no puede ser “decretado” por algún “comité central leninista” y descarta la perspectiva socialista como una utopía, surgida de un supuesto “prejuicio marxista” (o más en general, moderno) según el cual el capitalismo solo terminará cuando haya listo un modelo superador, repitiendo sin mucha problematización la caricatura determinista del marxismo. Supuestamente para escapar de este determinismo, anuncia el n del capitalismo sin asumir la responsabilidad política de qué lo reemplazará. Al nal del día, en el esquema teórico-político de Streeck la barbarie actúa como “idea reguladora” a la manera que lo hacía el “socialismo” para el reformismo socialdemócrata, para sostener la nada novedosa política de la colaboración de clases dentro de las fronteras nacionales.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 1em; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: large;">Notas</span> </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<ol style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; clear: both; color: black; font-family: "Playfair Display"; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin-bottom: 10px; margin-top: 0px; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<li style="box-sizing: border-box;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los conceptos aquí discutidos se encuentran desarrollados fundamentalmente en: W. Streeck, Comprando<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">tiempo. La crisis pospuesta del capitalismo democrático</em>, Buenos Aires, Katz Editores, 2016;<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">How Will Capitalism End? Essays on a Failing System</em>, Londres, Verso, 2016, y “El retorno de lo reprimido”,<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">New Left Review<span> </span></em>(en español) N.° 104, mayo-junio de 2017.</span></span></li>
<li style="box-sizing: border-box;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Gastón Gutiérrez y Paula Varela, “La democracia y su secreto. Reseña de<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Naturaleza y forma del Estado capitalista</em>”,<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">IdZ<span> </span></em>33<em style="box-sizing: border-box;">.</em></span></span></li>
<li style="box-sizing: border-box;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Wolfgang Streeck, “How will capitalism end?”,<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">New Left Review<span> </span></em>N.° 87, mayo-junio de 2014.</span></span></li>
<li style="box-sizing: border-box;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Streeck sostiene que la Gran Recesión de 2008 es la última etapa de la crisis iniciada en la década de 1970, las tres anteriores son: la inflación de 1970, la deuda estatal de 1980 y la deuda privada de 1990-2000 que derivó en la crisis de las hipotecas<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">subprime</em>. Estas crisis fueron acompañadas por sucesivas transformaciones del Estado, que pasó de “Estado fiscal” a “Estado deudor” y finalmente a “Estado de consolidación”. Estos movimientos marcan el giro de la “soberanía nacional” hacia la “dependencia de los mercados internacionales”.</span></span></li>
<li style="box-sizing: border-box;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Staatsvolk<span> </span></em>abarca los siguiente términos: ciudadanos, nacional, derechos civiles, votantes, elecciones, opinión pública, lealtad, servicios de interés general. El<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Markvolk<span> </span></em>se emparenta con: internacional, inversores, demandas, acreedores, subastas, tasas de interés, “confianza”, servicio de la deuda. Ver: Wolfgang Streeck, “La reforma neoliberal: del Estado fiscal al Estado deudor”, en<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">Comprando tiempo</em>, ob. cit., pág. 85.</span></span></li>
<li style="box-sizing: border-box;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La situación “postdemocrática” se corresponde a la famosa frase de Margaret Thatcher de que no hay alternativa al neoliberalismo (TINA, como se conoció por su sigla en inglés). Es similar al concepto de “postpolítica” de Chantal Mouffe, al de “extremo centro” de Tariq Ali y al “partido del cártel” de Peter Mair.</span></span></li>
<li style="box-sizing: border-box;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Streeck denuncia correctamente que detrás de la política de Merkel durante la crisis de refugiados de la UE estaba el interés nacional alemán, pero llega a sugerir que sería democrático que los países de la UE discutieran la cuota de inmigrantes que estarían dispuestos a aceptar. Ver: Wolfgang Streeck, “Scenario for a Wonderful Tomorrow”,<span> </span><em style="box-sizing: border-box;">London Review of Books<span> </span></em>vol. 38, N.° 7, 31 de marzo de 2016. <span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"></span></i></u></span></span></span><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNe3kXfmeUFC7TV6D_4Fa73b7ExVKsr6xaqjv39JQgZcIrBSDafkOtehZkHIHbUZTVeIaxSqsSUNusHi3AvohYGB9QkS-4AVW5smUzWcuJAwOqEaPnY0RgxsltobuItxcx7N-Nt3OSPyk6/s1600/Ideas+de+Izquierda.png" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNe3kXfmeUFC7TV6D_4Fa73b7ExVKsr6xaqjv39JQgZcIrBSDafkOtehZkHIHbUZTVeIaxSqsSUNusHi3AvohYGB9QkS-4AVW5smUzWcuJAwOqEaPnY0RgxsltobuItxcx7N-Nt3OSPyk6/s1600/Ideas+de+Izquierda.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/ </span></i></u></span></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> </span></i></u></span></span></span></li>
</ol>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-69577097039069331592017-09-12T08:08:00.001-04:002017-09-12T08:08:12.687-04:00Aciertos y problemas de la superexplotación<div class="titulo" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: bold; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<i><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Claudio Katz</span></span></i></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"></span></span><br />
<div id="TextoNoticia" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; direction: ltr; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">La superexplotación fue una tesis central de la teoría de la dependencia postulada por Marini. Subrayó que las clases dominantes de la periferia compensan su lugar subordinado en el mercado mundial, remunerando a la fuerza de trabajo por debajo de su valor. </span>A través de esa succión adicional de plusvalía, los capitalistas preservan sus ganancias e imponen salarios inferiores por jornadas de labor más prolongadas e intensas. Con esos mecanismos contrarrestan el deterioro de los términos de intercambio generado por la provisión de materias primas y la adquisición de bienes elaborados.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; direction: ltr; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Como los grupos dominantes priorizan los negocios de exportación, desatienden el bajo nivel de los ingresos populares y la consiguiente contracción del mercado interno.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd-Qfg2ZNKq8rEilYQkslRokIudBXaRLdVuoRjrytFgUt9lAwHLZ6Kmefr115QEpbci0CLBoCKE-AxQDHhqtXZl_bR9Bto1bdLxrZ49hvT2Pol2TbkvO61Qf6umK_b70N8fwfstywp0FKv/s1600/Superexplotaci%25C3%25B3n+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="312" data-original-width="780" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd-Qfg2ZNKq8rEilYQkslRokIudBXaRLdVuoRjrytFgUt9lAwHLZ6Kmefr115QEpbci0CLBoCKE-AxQDHhqtXZl_bR9Bto1bdLxrZ49hvT2Pol2TbkvO61Qf6umK_b70N8fwfstywp0FKv/s400/Superexplotaci%25C3%25B3n+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; direction: ltr; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini atribuyó la consolidación de este modelo a la sobrepoblación histórica de América Latina. Señaló que el gran volumen de la mano de obra indígena -reforzado con los flujos inmigratorios- aportó los excedentes demográficos requeridos para apuntalar la superexplotación (Marini, 1973; 38-49).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El teórico brasileño planteó esta interpretación del subdesarrollo en contraposición a los liberales, que explicaban el retraso regional por el desaprovechamiento de las ventajas comparativas y el desaliento de las inversiones extranjeras. Contrastó también su enfoque con los keynesianos, que resaltaban la reducida promoción estatal de la industrialización (Marini, 2005:139-150). La superexplotación fue concebida, por lo tanto, como un rasgo determinante de la configuración socio-económica de la región.</span></span></div>
<a name='more'></a><br />
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>LÓGICA E INTERPRETACIONES</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los principales adversarios de Marini de la época objetaron la noción señalando que era un rasgo accidental y carente de significación teórica. Estimaron que expresaba formas primitivas de plusvalía absoluta, que contradecían las inversiones determinantes de la industrialización brasileña de los años 60 (Cardoso; Serra, 1978).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El teórico marxista respondió aclarando que la superexplotación incluía aumentos de la productividad y no suponía un simple estrujamiento de la fuerza de trabajo (Marini, 1973: 91-101, 1978: 57-106). Destacó que constituía una modalidad de la plusvalía relativa en las economías intermedias. Añadió que la modernización fabril se realizaba en esas regiones, con menor inversión de punta y mayor afectación física de los operarios.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini resaltó la preeminencia de esa amalgama durante la industrialización por sustitución de importaciones. Indagó especificidades del trabajo asalariado sin extender su novedoso concepto al siglo XIX. Por eso resulta discutible la aplicación de esa noción a estructuras semicapitalistas como el apartheid, que violaban los principios de libre circulación de los obreros.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El pensador brasileño también subrayó que su teoría no implicaba estancacionismo. Al igual que Marx acotaba el impacto de la pauperización absoluta a sectores específicos (Marini, 1973: 81-101). El autor de<span> </span><i>El Capital</i><span> </span>situaba mayoritariamente esa desventura en los desempleados de la industrialización inglesa del siglo XIX y Marini en los segmentos más desamparados de la periferia contemporánea.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La principal intérprete de Marini de esos años precisó que la superexplotación no aludía a un deterioro general de las condiciones de vida de los obreros. Sólo buscaba esclarecer las peculiaridades de la fuerza de trabajo en la periferia industrializada (Bambirra, 1978: 70-73).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini distinguió su tesis de distintos enunciados de la opresión laboral agravada. No caracterizó a la superexplotación como un atropello adicional. Compartía la indignación moral frente a esas agresiones, pero pretendía clarificar un rasgo de las economías dependientes.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Por esa razón tampoco asoció su noción con la degradación taylorista denunciada por los investigadores del control patronal. Ese enfoque indagaba cómo la gerencia divorcia la concepción de la realización de las tareas, para reducir el dominio que mantienen los obreros de su propia actividad.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini apuntó hacia otra dirección. Buscó explicar los padecimientos de los asalariados de la periferia, en estrecha conexión con la lógica del subdesarrollo imperante en esas regiones.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>OBJECIONES COMPATIBLES</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Algunos pensadores compartieron su teoría de la dependencia sin aceptar el concepto de superexplotación. Señalaron la incompatibilidad del capitalismo con la generalizada remuneración de la fuerza de trabajo por debajo de su valor (Cueva, 2012: 200).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Recordaron que Marx demostró cómo la lógica objetiva de ese sistema asegura la reproducción normal de los asalariados, mediante retribuciones fijadas por el mercado laboral. Con esos salarios se perpetúa la extracción del trabajo excedente que nutre a la plusvalía.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Cueva destacó que el capitalismo no necesita mecanismos adicionales para desenvolverse y afirmó que la sub-remuneración de los asalariados transgredía los principios de la acumulación. Estas normas implican la reproducción de la fuerza de trabajo mediante precios acordes al valor de esa mercancía.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La violación de esos criterios amenazaría la propia supervivencia de los trabajadores. Si no reciben los bienes requeridos para subsistir tenderían a padecer un deterioro, que socavaría el nutriente humano del sistema. El sociólogo ecuatoriano estudió un antecedente de ese tipo, en su indagación de la masacre demográfica padecida por América Latina durante la des-acumulación originaria del siglo XVI (Cueva, 1973; 65-78).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Se podría estimar que la superexplotación rige por otras vías, a través de la apropiación capitalista de años futuros de vida del trabajador. Esa confiscación se procesaría a través del agotamiento prematuro de las capacidades laborales de los asalariados (Bueno, 2016: 91-95).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero una presión de este tipo convive en los hechos con el aumento del promedio de vida de los trabajadores. El sistema impide una reducción sustancial de la jornada de trabajo acorde al aumento de la productividad, pero no obstruye la reproducción normal de los operarios. El capitalismo se recrea con formas brutales sin devastar su principal cimiento.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Es cierto que un gran ejército de reserva aporta brazos para contrarrestar el desgaste de los asalariados. Pero esa sustitución no opera con puros reemplazos de contingentes laborales, como ocurría con la<span> </span><i>Mita</i><span> </span>o la esclavitud en la era colonial.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La superexplotación es también definida por un deterioro del componente histórico-social de la fuerza de trabajo, que no afecta necesariamente al pilar biológico de ese recurso (Bueno, 2016: 102). Pero si el primer elemento de mejoras socio-culturales afronta una degradación permanente y sistemática, los trabajadores no podrían actuar como la fuerza dirigente de un proceso de emancipación. Conformarían una multitud desamparada y distanciada de las potencialidades transformadoras de los oprimidos que avizoraba Marini.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Cueva criticó el concepto de Marini compartiendo sus diagnósticos de la dramática situación afrontada por los asalariados latinoamericanos. Señaló también que debería utilizarse algún término alusivo a esas pesadillas. Por eso afirmó que los desaciertos teóricos de la superexplotación, no invalidaban la presencia práctica de algún símil de esa categoría (Cueva, 2012: 200). Su divergencia con el concepto y coincidencia con la teoría marxista de la dependencia abrieron un sendero de importantes reflexiones.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>VALOR BAJO DE LA FUERZA DE TRABAJO</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">¿Cómo se podría reformular la intuición de Marini sin los problemas conceptuales de la superexplotación? ¿Existe algún enunciado que compatibilice las objeciones de Cueva con las características de la fuerza laboral en las economías dependientes?</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La solución más sencilla es postular que en esas regiones predomina un valor bajo de la fuerza de trabajo. Esa tesis es coherente con la mirada de Marx sobre el salario, como una remuneración acorde al costo de reproducción de los asalariados. Además, reconoce la envergadura del ejército de reserva y la vigencia de salarios sustancialmente inferiores en la periferia industrializada.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Varios autores han señalado que esta divergencia de remuneraciones tiene un cimiento histórico en las brechas de productividad (Figueroa, 1986: 113-122). La lucha de clases modifica los promedios nacionales de los salarios dentro de ese condicionamiento, que separa estructuralmente a una región subdesarrollada de otra avanzada. Por eso los valores de la fuerza de trabajo (y las canastas de consumos correspondientes) son sustancialmente diferentes.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Estas divergencias de salarios se estabilizan en función de dos procesos: el lugar que ocupa cada país en la estratificación global (centro, semiperiferia y periferia) y su nivel interno de desenvolvimiento (economías avanzadas, medias o retrasadas). Ambas dimensiones están estrechamente relacionadas pero guardan cierta autonomía entre sí.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los salarios nacionales no constituyen magnitudes fijas e inmutables. Ascienden o descienden junto a las mutaciones registradas en la división internacional del trabajo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los bajos valores de la fuerza de trabajo en la periferia se verifican en la magnitud de la pobreza, que afecta tanto al sector precarizado como formal de los asalariados.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En las economías desarrolladas el alto valor de ese recurso restringe el drama del empobrecimiento sólo a los excluidos (Portes, 2004; cap 1, 4). En ambos casos, los precios de la mercancía laboral quedan establecidos por las normas capitalistas de la explotación.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">También en las dos situaciones, el curso del salario es determinado en el largo plazo por tendencias objetivas (productividades y base demográfica) y en la coyuntura por el tono del ciclo (prosperidad o recesión). La acción de los trabajadores (intensidad de la lucha de clases) define el resultado final.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este registro de valores cambiantes y estratificados de la fuerza de trabajo (alto en el centro, bajo en la periferia y medio en la semiperiferia) exige utilizar conceptos marxistas clásicos, distanciados del principio de superexplotación.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>IRRESOLUCIÓN ESTADÍSTICA</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las controversias conceptuales sobre el valor de la fuerza de trabajo no se zanjan con cálculos de las distintas magnitudes nacionales. Lo mismo vale para la teoría de la superexplotación. No es un dato a corroborar con ejemplos de mayor sufrimiento de los asalariados de la periferia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Algunos autores presentan el acortamiento de la vida laboral o la escala del ejército de reserva, como indicios del pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor (Ruiz Acosta, 2013: 35-89). Pero los mismos datos pueden ser exhibidos como evidencias de un valor bajo de ese recurso. Esos parámetros ilustran niveles de vida y no tipos de remuneración.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marx nunca equiparó al salario con el mantenimiento de los trabajadores a niveles de pura subsistencia. Difería sustancialmente con los economistas clásicos en ese plano. Identificaba el monto de los ingresos de los asalariados con el tiempo socialmente necesario para su reproducción.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa magnitud incluye componentes fisiológicos y sociales. El primer elemento podría medirse con registros de alimentación, indumentaria o vivienda. Pero el segundo abarca derechos conquistados junto al avance de la productividad cuya cuantificación es más compleja. No existe un número estricto de los salarios que indique lo requerido para cubrir ambos componentes.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Todo depende de la forma en que se evalúen las necesidades que configuran el valor de la fuerza de trabajo. ¿Qué bienes se privilegia y cuáles se descartan? ¿Esos requerimientos incluyen el automóvil, las vacaciones y los servicios de salud?</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Con un criterio muy exigente -que incorpore por ejemplo la educación gratuita en todos los niveles- se podría afirmar que la superexplotación rige en Estados Unidos. Lo mismo ocurriría con Japón, si se toman como referencia los patrones occidentales de bienestar.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Utilizando en cambio un criterio laxo, se podría afirmar que el agobio de la superexplotación no alcanza a Bangla Desh. Allí se verifica la reproducción elemental de la fuerza de trabajo mediante una canasta de consumos ultra-básicos.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La gran diversidad de parámetros nacionales que actualmente existe para definir los patrones de pobreza ilustra esta complejidad estadística. Las estimaciones en Argentina (32,2% de la población) ubican ese porcentual en el mismo plano que Bolivia (32,7%) y por encima del promedio latinoamericano (28,2%). La inconsistencia de estas comparaciones retrata hasta qué punto la simple medición no resuelve el problema.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Otro ejemplo de la misma limitación se verifica en el reciente debate sobre la continuidad, eliminación o agravamiento de la superexplotación bajo la gestión de Lula (Bueno, 2016: 133-136, 205-209). Durante esa administración declinó el desempleo y la pobreza junto a incrementos del salario mínimo. Pero también se expandieron la precariedad y la rotación del trabajo. Según la ponderación asignada a cada uno de estos factores se arriba a conclusiones opuestas.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La superexplotación carece, por lo tanto, de expresiones matemáticas directas. Las necesidades fisiológicas y sociales no se definen con modelos o cifras de referencia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los parámetros comparativos sirven, en cambio, para evaluar valores altos, bajos o medios de la fuerza de trabajo. Ese contraste de magnitudes nacionales indica posicionamientos relativos, en un ranking de pagos equivalentes a lo requerido para la reproducción de los trabajadores.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>CENTRALIDAD DE LAS TRANSFERENCIAS</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El registro de cambiantes valores de la fuerza de trabajo es coherente con interpretaciones del subdesarrollo, centradas en las transferencias de plusvalía de la periferia al centro. Ese enfoque no sitúa la causa del retraso económico-social de ciertos países en la superexplotación.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Dussel expuso esta visión en divergencia con Marini. Retomó la mirada de los economistas marxistas (Bauer, Grossman, Rosdolsky, Mandel), que explicaron cómo opera el pasaje de plusvalía de las economías retrasadas hacia las avanzadas.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ese drenaje se consuma a través de los precios vigentes en el mercado mundial. La concentración de actividades que requieren trabajo complejo, tecnologías desarrolladas e inversiones significativas en las economías más avanzadas, determina que los precios de sus productos sean superiores a sus valores. Intercambian, por ejemplo, un día de trabajo por tres de su contraparte y lo inverso ocurre con las economías subdesarrolladas.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Estas transferencias internacionales son cualitativamente diferentes a la apropiación de valor al interior de cada nación. En este ámbito los capitales más concentrados acrecientan sus beneficios a costa de los más rudimentarios, bajo el imperio de patrones nacionales de precios, monedas y tipos de cambio. Por el contrario a escala mundial rigen normas que estabilizan las relaciones de dependencia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las transferencias de plusvalía entre distintas burguesías no implican ningún tipo de explotación. Consagran modalidades de dominación reguladas por la coacción a competir en condiciones adversas para la periferia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La dinámica de la ley del valor a escala internacional induce esa redistribución de plusvalía a favor de las economías más avanzadas. Los capitalistas de las principales potencias intercambian sus mercancías por más trabajo que el incorporado a los productos vendidos</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini aceptaba la gravitación de ese mecanismo pero no estudió su funcionamiento. En su texto clásico resaltó la centralidad del intercambio desigual como determinante de la superexplotación. Pero al desarrollar su tesis terminó asignando mayor incidencia a este segundo proceso que al primer condicionante (Marini, 1973: 24-37).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Dussel cuestiona este desplazamiento analítico que convierte a la superexplotación en la principal causa de los desequilibrios internacionales. Afirma que las condiciones laborales vigentes en la periferia constituyen un efecto y no la raíz del subdesarrollo. Considera que Marini confundió las causas con las consecuencias (Dussel, 1988: 355-357).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este señalamiento es compatible con la teoría marxista de la dependencia. Como ya ocurrió con Cueva la corrección de equívocos permite perfeccionar esa concepción.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Al resaltar el papel de las transferencias de plusvalía se sitúa la lógica de la dependencia en la dinámica mundial de la acumulación. En ese escenario se definen las inserciones centrales y periféricas y los grados disímiles de desarrollo. Los diferentes valores de la fuerza de trabajo son coherentes con el lugar ocupado por cada concurrente en el escenario global.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini remarcaba el peso de la estratificación mundial y dedujo de esa pirámide el comportamiento de las burguesías latinoamericanas, que compensaban ubicaciones adversas con superexplotación. No percibió que ese contra-balanceo sería a lo sumo un efecto secundario y no el epicentro de la dependencia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La corrección que introduce Dussel permite superar el sobre-dimensionamiento de la superexplotación. También contribuye a introducir reemplazos del pago por debajo del valor de la fuerza de trabajo por remuneraciones acordes al bajo valor de ese recurso. Con este replanteo se puede avanzar en la actualización de la teoría de la dependencia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>DEPENDENCIA SIN SUPEREXPLOTACIÓN</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La conveniencia de formular un enfoque de la dependencia sin recurrir al concepto de superexplotación es corroborada por la mirada de Amin. Esa visión remarca la naturaleza intrínseca de la polarización mundial y de los mecanismos de apropiación de plusvalía utilizados por los capitalistas metropolitanos.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Atribuye esa captura a la convergencia de diferentes formaciones económico-sociales en un mismo mercado mundial. Destaca que en ese ámbito operan las estructuras dominantes y subordinadas que reproducen la desigualdad global. Esa brecha potencia los modelos auto-centrados vigentes en los países avanzados y los procesos desarticulados predominantes en la periferia (Amin, 2008: 237-242; 2003: cap 4).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esta caracterización destaca que las relaciones de dependencia están determinadas por las estructuras polarizadas del mercado mundial, que refuerzan las particularidades de la fuerza de trabajo de los países subdesarrollados.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Amin explica las ganancias extraordinarias que genera la explotación de los asalariados de la periferia por la relativa inmovilidad del trabajo, en comparación al vertiginoso desplazamiento de los capitales y las mercancías.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">A diferencia de Marini, el economista egipcio estudia esas singularidades de la fuerza de trabajo en las economías subdesarrolladas, sin utilizar el concepto de superexplotación. Con excepción de algunos pasajes referidos al intercambio desigual no menciona ese término.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Tampoco indaga remuneraciones de la fuerza de trabajo por debajo de su valor. Sólo evalúa situaciones generadas por diferencias de salarios superiores a las brechas de productividad, resultantes de la mayor inmovilidad de la fuerza de trabajo de la periferia. Considera que los flujos de las migraciones no se equiparan con los movimientos más intensos del dinero y las mercancías (Amin, 1973: 67-68) .</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Al explicar los beneficios extraordinarios derivados de esa desproporción entre salarios y productividades, Amin establece una relación comparativa entre los dos polos de la economía mundial. Observa parámetros mutables de la dependencia que no son propios de América Latina, ni de ninguna otra región. Esclarece ese estatus sin considerar remuneraciones de la fuerza de trabajo por debajo de su valor.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>VARIEDAD DE USOS</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">También pensadores muy próximos a Marini desenvolvieron detalladas exposiciones de la teoría de la dependencia, sin tomar en cuenta el concepto de superexplotación. Sólo aludieron tangencialmente a esa categoría, para ilustrar cómo las clases dominantes locales dividen el excedente con sus socios externos (Dos Santos, 1978: 320).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El carácter prescindible de esa categoría se corrobora también en la existencia de autores que cuestionan o aceptan el término, desde contundentes miradas antidependentistas.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En el primer caso la noción es impugnada estimando que pretende definir el valor de la fuerza de trabajo de manera ahistórica, sin considerar el curso de la lucha de clases (Castañeda; Hett, 1991: 51-66).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esta objeción desconoce que toda la trayectoria de Marini estuvo signada por su compromiso con la lucha revolucionaria. Supone un inimaginable divorcio de los razonamientos del pensador brasileño con las batallas sociales. Olvida que Marini elaboró su categoría en estrecho contacto con las resistencias obreras de su país.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los problemas teóricos de la superexplotación no afectaron la estrategia socialista, que el teórico de la dependencia impulsó en explícita sintonía con la revolución cubana. Paradójicamente Castañeda -que cuestionó su omisión de la lucha de clases- terminó confrontando abiertamente con ese principio. Como canciller de un gobierno derechista, el crítico mexicano involucionó de la ortodoxia marxista a una fanática defensa del neoliberalismo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la recepción de la superexplotación fue en los hechos muy variada en las teorías contrarias al dependentismo. Algunas miradas no sólo aprobaron sino que extendieron esa idea. En un análisis del caso argentino, se aplica por ejemplo el concepto para explicar cómo la confiscación acentuada de los trabajadores, beneficia de manera excluyente a los capitalistas locales.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Se postula que ese sector absorbe el grueso del excedente, a través de capturas contrapuestas al flujo hacia el exterior que describe Marini. En lugar de drenajes hay afluencias de plusvalía desde centro hacia la periferia (Iñigo Carrera, 2008: 20).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los inconvenientes de esta mirada fueron abordados por el pensador brasileño en su investigación sobre del ciclo dependiente. Lo que se corrobora aquí es cómo una versión de la superexplotación puede ser incorporada a enfoques ubicados en las antípodas de Marini. Ese concepto no es la llave maestra de la teoría marxista de la dependencia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>SUPEREXPLOTACIÓN CON Y SIN MARX</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En ciertas interpretaciones el pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor es atribuido al propio Marx. Se resalta esa aplicación en los análisis sobre la explotación sufrida por los coolies y esclavos de las colonias (Higginbottom, 2012: 253- 267).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero esas referencias aluden a modalidades no asalariadas y por lo tanto ajenas a los principios del capitalismo. Marx investigó la función de esas variantes en la acumulación primitiva y en la constitución del mercado mundial. Pero concentró sus estudios en el caso inglés, para develar la lógica laboral imperante en la era contemporánea. En esa indagación no dejó ninguna duda sobre la remuneración de la fuerza de trabajo por su valor.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En lugar de explorar las peculiaridades de una plusvalía adicional, el pensador alemán buscó resolver el misterio de una mercancía que genera más valor del requerido para su reproducción.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Es erróneo suponer que la superexplotación está presente en Marx como una ley inmanente del capitalismo (Nascimento, 2013: 115-127). Esa lectura no sólo diluye la lógica de la plusvalía. También contradice el propio enfoque de Marini, que observaba la remuneración por debajo del valor como una especificidad de la periferia. En la reinterpretación del fenómeno se lo presenta como un rasgo indistinto del capitalismo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Estas visiones tienden a identificar la superexplotación con la dilapidación de la fuerza de trabajo. Sugieren que el capitalismo depreda la capacidad laboral del obrero hasta extenuarlo, olvidando que el asalariado no es un esclavo divorciado del mercado. En los hechos estas miradas retoman la interpretación proudhoniana de la explotación, como un robo desconectado de la lógica objetiva de la acumulación.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Otras tesis remontan la superexplotación a Marx con interpretaciones más moderadas. Sólo describen su abordaje de esa modalidad en los estudios de las fuerzas contrarrestantes de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia (Smith, 2010: 31-32).<b> </b>Pero en este caso se alude a un problema muy específico y no comparable con la lógica general de la plusvalía.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los autores que resaltan la total ausencia de criterios de superexplotación en<span> </span><i>El Capital<span> </span></i>ofrecen<i> </i>evaluaciones más acertadas (Carcanholo, 2013: 101-104). Las razones de esa omisión saltan a la vista. Marx buscó esclarecer la naturaleza del sistema económico contemporáneo, contrastando el beneficio surgido de la plusvalía con las formas precedentes de lucro.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esas ganancias pre-capitalistas frecuentemente derivaban de la violación del cambio entre equivalentes a través de engaños comerciales. En el sistema actual ese tipo de inequidades son secundarias.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Algunos pensadores aceptan la primacía de este abordaje en Marx. Destacan que lo central no es lo dicho u omitido por el autor de<i><span> </span>El Capital</i>, sino la coherencia de esas modalidades con el funcionamiento del capitalismo. Pero igualmente recuerdan que el pensador alemán sugirió la existencia de formas de “explotación redoblada” (Osorio, 2013: 10-20).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Reconocen que la superexplotación viola los principios en que se cimenta el sistema (ley del valor), pero entienden que esa negación no contradice la lógica del desenvolvimiento capitalista. Estiman que la dialéctica del desarrollo incluye ese tipo de transgresiones.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Recuerdan además que los razonamientos abstractos del tomo I de<span> </span><i>El Capital</i>, asumen otras modalidades en las formas concretas del tomo III. El pago de la fuerza de trabajo por su valor en el planteo inicial, derivaría en una remuneración por debajo de ese piso, en la realidad verificable de los salarios en la periferia ( Osorio, 2013: 10-20).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero si esa violación es vista como una norma: ¿Qué sentido tiene la teoría del valor como fundamento ordenador de la lógica del capitalismo? Una transgresión debería ser observada a lo sumo como una excepción. No es sensato suponer que el edificio teórico de<span> </span><i>El Capital</i><span> </span>opera en los hechos al revés.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La dependencia no se basa en la violación sino en el cumplimiento de la ley del valor. Ese criterio es decisivo en la caracterización de la fuerza de trabajo y aporta también una guía para resolver viejos enigmas de la teoría marxista, como la transformación de los valores en precios.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>AUSENCIA DE FORDISMO</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La superexplotación es a veces explicada por la estrechez de los mercados de la periferia. Se resalta su impacto sobre la fragilidad del consumo -en comparación con el centro- por dos razones: los trabajadores cuentan más como productores que como adquirientes de productos y las burguesías exportadoras de productos primarios realizan en el exterior sus beneficios. Por eso soslayan la conformación del circuito masivo de consumo, que algunos teóricos heterodoxos denominan fordismo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ciertos autores opinan que la principal característica de la superexplotación es justamente el uso del fondo de consumo como cimiento de la acumulación (Osorio, 2013: 10-34). La falta de significación del salario en la realización de la plusvalía recicla la carencia de adquisiciones relevantes. El trabajador compra un televisor, pero gasta menos en salud o alimentos y por eso incrementa su pobreza relativa. La insuficiencia del salario obstruye la reproducción normal de la fuerza de trabajo (Osorio, 2017: 8-10; 2009: 107-115).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esta caracterización parte de un acertado diagnóstico de severa limitación del poder adquisitivo en las economías subdesarrolladas. Un verdadero abismo separa a Estados Unidos de Brasil en el volumen corriente de compras de la población.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini constató esa diferencia y describió cómo el capitalismo incentiva el consumo sin permitir su disfrute. El propio sistema propicia ampliaciones de las ventas y obstruye su concreción reduciendo los costos salariales.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Estas tensiones entre la producción y el consumo –que derivan en última instancia de la estratificación clasista de la sociedad- desembocan en crisis periódicas. Estas convulsiones -que impiden la venta de las mercancías a precios compatibles con la ganancia esperada- son más agudas en la periferia por la estrechez de los mercados.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los críticos de la teoría de la dependencia objetan esta visión. Señalan que los bajos ingresos populares no obstaculizan la acumulación, si los capitalistas continúan invirtiendo. En contraposición a Marini afirman que esa ampliación de los negocios transforma los productos de lujo en compras usuales y bienes necesarios de los trabajadores (Astarita, 2010: 55-58).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Con otros razonamientos -enfáticamente opuestos a cualquier teoría sub-consumista- se estima que los problemas de realización son equivalentes en los países avanzados y subdesarrollados (Valenzuela Feijoo, 1997).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero en realidad Marini nunca identificó las limitaciones del poder de compra con el subconsumo, ni con el estancamiento de la economía. Postulaba un enfoque multicausal de la crisis, que combinaba los desequilibrios de realización con la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En nuestra lectura de esa misma tesis hemos destacado cómo el primer aspecto opera con mayor fuerza en las economías subdesarrolladas y el segundo en las avanzadas (Katz, 2009: 117-119).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El reconocimiento de la obstrucción al fordismo en la periferia es indispensable para explicar la mayor intensidad de la crisis en los países subdesarrollados. En estas regiones justamente ocurre lo que el antidependentismo descarta: la estrechez del mercado induce a los capitalistas a invertir menos en productos de consumo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini registró acertadamente esta perdurable contradicción de las economías periféricas. Pero extremó su análisis sin notar que ese desequilibrio no se asienta en la superexplotación. La retracción del consumo obedece a la simple vigencia de salarios reducidos. No implica pagos por debajo del valor de la fuerza de trabajo. Si las remuneraciones fueran tan insignificantes los frágiles circuitos de compra siquiera podrían emerger.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lo que predomina en esas regiones es la perpetuación de ingresos escasos que contraen el mercado, asfixiando en forma periódica el desenvolvimiento auto-sustentado.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>¿DÓNDE ES MAYOR LA EXPLOTACIÓN?</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La superexplotación suscita también debates sobre la sujeción diferenciada que padecen los asalariados del centro y la periferia. Algunos autores sostienen que la teoría de la dependencia omite que el trabajo es más productivo en el primer segmento y pierde relevancia en el segundo (Callinicos, 2001).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Otros pensadores argumentan que ese enfoque ignora la vigencia de tasas de plusvalía superiores en las economías desarrolladas (Valenzuela Feijoo, 1997). Con la misma fundamentación se afirma que el crecimiento de Estados Unidos, Japón o Alemania obedece a la mayor productividad de esas economías y no a la apropiación de plusvalía generada en los países retrasados (Astarita, 2010: 109-110).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero Marini siempre reconoció que la tasa de plusvalía es superior en el centro. Allí se concentran las inversiones más significativas y se gesta el mayor volumen de trabajo excedente. Este diagnóstico es aceptado también por los defensores contemporáneos del concepto de superexplotación (Osorio, 2009: 167-186).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El problema a esclarecer es más complejo por otro motivo. La mayor tasa de plusvalía en el centro no equivale a porcentuales de ganancia también superiores. Al contrario en la periferia industrializada la tasa de beneficio es más elevada, puesto que la composición orgánica del capital es inferior (técnicas de trabajo intensivas) y con la misma inversión se logran réditos más significativos. Amin complementa este hecho resaltando la existencia de diferencias salariales superiores a las brechas de productividad.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Cuando se afirma que la tasa de explotación es mayor en el centro se identifica este último concepto con la extracción de plusvalía. Pero si la confiscación de trabajo excedente es asociada con el nivel de esfuerzo exigido al asalariado, esa obligación es más gravosa en la periferia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La explotación presenta, por lo tanto, dos acepciones que se utilizan para convalidar una u otra caracterización. Si es identificada con la magnitud del trabajo confiscado es claramente superior en las economías más productivas del centro. Si por el contrario es asociada con los padecimientos de los asalariados, la escala de ese agobio es mayor en los países subdesarrollados.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los antidependentistas utilizan el primer parámetro y algunos defensores de la superexplotación el segundo. En este último caso se sugiere que el grueso de la plusvalía circulante en el planeta es generado en la periferia (Smith, 2010: 50).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero ya en los debates de los años 60 se demostró el equívoco de esa tesis (Bettelheim, 1971: 169-174). Este mismo error es acertadamente cuestionado en la actualidad (Mercatante, 2016). En los hechos coexisten los dos fenómenos. Hay mayor productividad en las economías metropolitanas y también lucros superiores derivados de la brutalidad laboral imperante en la periferia. Ambos procesos confirman los postulados de la teoría marxista de la dependencia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>APLICACIONES ACTUALES</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los debates sobre la superexplotación son muy útiles para evaluar la brecha de salarios vigente en la actual etapa de mundialización neoliberal. Este análisis requiere introducir las dos correcciones que hemos propuesto. Por un lado, sustituir el concepto de pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor por baja remuneración de ese recurso. Por otra parte, priorizar las transferencias internacionales de plusvalía en la explicación de la dependencia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Estos dos enunciados facilitan la interpretación de lo ocurrido en las últimas tres décadas de ofensiva del capital contra los trabajadores. El escenario keynesiano de posguerra que estudió Marini ha quedado totalmente modificado por esa andanada internacional de precarización laboral.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Se han diversificado las formas de empleo, con mayor dispersión de las remuneraciones y eliminación de las reglas salariales definidas. Se afianza la individualización de los ingresos, con exigencias de validación permanente de las calificaciones y una premeditada dislocación de la solidaridad obrera.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esta agresión segmenta el trabajo en sectores formales e informales. En la primera franja se mantienen los niveles de estabilidad requeridos para la continuidad de la acumulación y en la segunda rige la precarización sin límites.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las viejas caracterizaciones centradas en el contraste de universos obreros estables (del centro y la periferia) deben ser revisadas. El nuevo marco está signado por el deterioro y la fractura laboral en ambos polos. ¿Qué implicancias tienen estos cambios para el valor de la fuerza de trabajo?</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El interrogante no puede zanjarse observando sólo lo ocurrido con los asalariados. Otra mutación de la misma envergadura se ha consumado en la división internacional del trabajo. En este terreno se verifica la nueva gravitación de empresas transnacionales, que actúan en la cadena global de valor mediante el desplazamiento de la industria hacia Oriente. Estos cambios han alterado radicalmente la fabricación y localización de la producción en función de la baratura del trabajo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Para maximizar esta ventaja las empresas transnacionales fracturan geográficamente los procesos fabriles. Las mercancías elaboradas en cierta zona son adquiridas en otro punto del planeta. Este proceso incluye la terciarización de labores hacia compañías que asumen parte del riesgo (y del costo) de la globalización productiva.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El principal efecto de estas transformaciones es el incremento de la brecha mundial. La desigualdad entre las naciones ha crecido más rápidamente que la fractura dentro de los países. La fuerza de trabajo de las economías subdesarrolladas recupera gravitación como reserva de la explotación.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En este contexto recobran actualidad varios razonamientos de Marini para explicar la inversión extranjera en la periferia. El aprovechamiento de la fuerza de trabajo abaratada despierta actualmente más apetito de lucro que en el pasado. Una planta en Bangla Desh promete más ganancia que su equivalente en Brasil hace cuarenta años.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La nueva segmentación internacional de la producción genera las mismas transferencias de plusvalía que estudiaron los teóricos de la dependencia. Algunos investigadores sostienen que la magnitud de esos giros no es contabilizada por los sistemas estadísticos actuales, elaborados con criterios de agregación nacional (Smith, 2010:34-40).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La nueva cadena global de valor introduce además estratificaciones más complejas. La polarización centro-periferia es complementada con la introducción de nuevas categorías intermedias. ¿Cómo podría conceptualizarse este escenario en la tradición de la teoría marxista de la dependencia?</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>UN ESQUEMA TENTATIVO</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La contraposición entre países con valores altos de la fuerza de trabajo (Estados Unidos, Alemania) y bajos (Filipinas, Bangla Desh) está mediada en la actualidad por economías intermedias (Corea del Sur, Brasil). Esta diferenciación -que despuntaba en la época de Marini- se ha tornado más visible.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El simple contraste entre economías con parámetros de explotación y superexplotación no registra esa diversidad. Tampoco permite notar el pasaje de un status a otro.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La segmentación entre el sector formal e informal de los asalariados es un rasgo compartido por todas las economías. Una fuerte brecha de ingresos separa a dos sectores igualmente explotados al interior de cada país. Estos grupos mantienen a su vez diferencias estructurales con sus equivalentes de otros lugares. En el centro, la semiperiferia y la periferia imperan distintas modalidades de extracción de plusvalía.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En los tres tipos de países existe también un sector de trabajadores empobrecido o semi-desempleado. El concepto de superexplotación podría ser aplicado a este segmento, considerando que en cierta medida es remunerado por debajo de su valor. Esta situación se verifica entre los inmigrantes en el centro, los recién llegados del campo en la semiperiferia y los marginales urbanos de la periferia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El valor alto, medio o bajo de la fuerza de trabajo está determinado por el grado de desarrollo interno y la modalidad de inserción en el mercado mundial de los tres tipos de países. Pero lo que tiende a estabilizar ese lugar en la etapa actual de mundialización neoliberal es la función de cada economía en la cadena global de valor. Ese rol depende del peso de las empresas transnacionales y del impacto de la nueva industrialización asiática.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Como las transferencias de plusvalía están determinadas por el lugar final de cada economía, si el país es receptor de esos flujos mantendrá o alcanzará una ubicación central. Si por el contrario es emisor de esos recursos soportará o afianzará un status periférico. En el medio se sitúan las economías con emisión o recepción acotada de esos movimientos.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esas transferencias consolidan o modifican la preeminencia de valores, altos, bajos o medios de la fuerza de trabajo, según la magnitud y el tipo de inversión predominante en cada país. Lo que define una situación nacional frente a otra es la relación comparativa de los salarios con las productividades.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El siguiente cuadro presenta con cifras imaginarias distintas ubicaciones de esa variedad de estatus. El valor de la fuerza de trabajo de los explotados formales (E1), informales (E2) y superexplotados (S) de los países representativos de cada grupo, es ordenado en función del lugar ocupa en la cadena global de valor (CGV).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<br /></div>
<table cellpadding="4" cellspacing="0" style="margin: 0px; padding-left: 3px; padding-right: 3px; width: 567px;"><colgroup><col width="195"></col><col width="166"></col><col width="117"></col><col width="55"></col></colgroup><tbody>
<tr valign="top"><td width="195"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>Lugar en la CGV</b></span></span></div>
</td><td width="166"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>Valor de la fuerza de trabajo</b></span></span></div>
</td><td width="117"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
</td><td width="55"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
</td></tr>
<tr valign="top"><td width="195"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
</td><td width="166"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">E1</span></span></div>
</td><td width="117"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">E2</span></span></div>
</td><td width="55"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">S</span></span></div>
</td></tr>
<tr valign="top"><td width="195"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Centro avanzado</span></span></div>
</td><td width="166"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">100</span></span></div>
</td><td width="117"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">70</span></span></div>
</td><td width="55"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">30</span></span></div>
</td></tr>
<tr valign="top"><td width="195"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Nuevo centro</span></span></div>
</td><td width="166"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">40</span></span></div>
</td><td width="117"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">20</span></span></div>
</td><td width="55"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">10</span></span></div>
</td></tr>
<tr valign="top"><td width="195"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Semiperiferia ascendente</span></span></div>
</td><td width="166"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">60</span></span></div>
</td><td width="117"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">40</span></span></div>
</td><td width="55"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">20</span></span></div>
</td></tr>
<tr valign="top"><td width="195"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Semiperiferia descendente</span></span></div>
</td><td width="166"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">50</span></span></div>
</td><td width="117"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">30</span></span></div>
</td><td width="55"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">15</span></span></div>
</td></tr>
<tr valign="top"><td width="195"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Periferia</span></span></div>
</td><td width="166"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">20</span></span></div>
</td><td width="117"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">10</span></span></div>
</td><td width="55"><div style="direction: ltr; line-height: 12px; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">5</span></span></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<br /></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las economías centrales avanzadas (como Estados Unidos, Alemania o Japón) mantienen esa condición por su primacía en la internacionalización productiva. Concentran las tareas más complejas de concepción de las distintas actividades. Allí se localizan por ejemplo grandes firmas de la nueva tecnología de la información, que requieren labores altamente calificadas. Los valores de la fuerza de trabajo son más elevados en los tres segmentos considerados.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Nuevos centros -como China- ha registrado un ascenso al status de gran potencia por su creciente protagonismo en el proceso productivo global. Aunque el valor de su fuerza de trabajo es inferior a países más relegados en la pirámide mundial, el gigante asiático subió escalones absorbiendo más plusvalía que la transferida fuera de sus fronteras.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En las semiperiferias predominan valores medios de la fuerza de trabajo. Pero economías ascendentes de ese rubro (como Corea del Sur) consumaron un salto desde lugares básicos hasta especializaciones más significativas. En esa trayectoria valorizaron su fuerza de trabajo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Por el contrario las economías descendentes del mismo renglón (como Brasil) han padecido una regresión industrial y un retorno al perfil agro-exportador. Por eso decrecieron en el ranking de la globalización productiva y en el consiguiente valor comparativo de su fuerza de trabajo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este contraste entre dos semiperiferias sintoniza con el reemplazo del modelo de sustitución de importaciones por esquemas de industrialización orientados por las exportaciones. El primer caso favorecía -en la era keynesiana- a las economías intermedias con cierto peso de los mercados internos (Brasil). El segundo potenció -en la mundialización neoliberal- a naciones más relegadas y con reservas laborales más numerosas o disciplinadas (Corea).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Finalmente países de la periferia inferior (como Bangla Desh o Filipinas) con bajísimos valores de la fuerza de trabajo han quedado incorporados al piso de la cadena global de valor. Esa inserción ha sido factible por un grado de internacionalización del transporte, las comunicaciones y el comercio inimaginable en la época de Marini.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">A diferencia del modelo expuesto por el teórico brasileño, este esquema concibe a la superexplotación como una categoría muy acotada, pero presente en todas las economías. Las brechas internacionales persisten y se amplían en todos los segmentos. El abismo que separa a un desamparado estadounidense de su par en Bangla Desh es tan significativo, como la fractura que distingue a los explotados de ambos países. Esta misma divergencia se verifica en las restantes situaciones del cuadro.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>CONTROVERSIAS SOBRE LA EXTENSIÓN</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Una interpretación que combine los distintos valores de la fuerza de trabajo con la dinámica de las transferencias internacionales de plusvalía es esclarecedora de los determinantes actuales del subdesarrollo. Aporta mayores pistas de reflexión que las distintas tesis genéricas sobre la globalización o el neoliberalismo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las vertientes más radicales de estos últimos enfoques suelen resaltar correctamente los propósitos capitalistas de la etapa actual. Subrayan la intención de elevar la tasa de explotación, mediante la dualización laboral y la masificación del desempleo. Pero estas observaciones no clarifican de qué forma el modelo actual reconfigura las relaciones de dependencia y las brechas entre economías avanzadas y retrasadas.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El concepto de superexplotación es utilizado por otros analistas para clarificar esa temática. Pero el principio de remunerar a la fuerza de trabajo por debajo de su valor genera problemas irresolubles. Ese abordaje no registra la existencia de mercados laborales interiormente segmentados, internacionalmente diferenciados e igualmente signados por la presencia de los desamparados.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Estas dificultades se verifican en el debate sobre la extensión mundial de la superexplotación. Esa ampliación fue sugerida por el propio Marini en sus últimos escritos.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Varios autores retoman ese señalamiento para destacar cómo la superexplotación se ha generalizado en los centros desde los años 90. Estiman que el desarrollo de empresas globales ha forjado espacios comunes de acumulación, que permiten utilizar esa sub-remuneración de los salarios como un nuevo instrumento de concurrencia . La universalización de la pobreza, la informalidad laboral y el estancamiento de los sueldos corroborarían ese cambio (Martins, 2011a: 293-294, 302-303; 2011b).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esta visión entiende que la superexplotación se amplió a los países desarrollados, a través de firmas que acrecientan la precarización laboral, mediante la diversificación de sus inversiones (Sader, 2009: 27-36; 2012).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero si la superexplotación se ha extendido a escala universal, ya no constituye un mecanismo propio del capitalismo dependiente. Ha perdido la especificidad que le asignaba Marini.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa contradicción se torna muy visible, cuando se afirma que los mismos mecanismos de compensación de pérdidas utilizados por la burguesía latinoamericana, son ahora implementados por sus pares del centro.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Se supone que en ambos polos se exprime por igual a los asalariados para contrarrestar retrasos tecnológicos o adversidades de productividad (Bueno, 2016: 49-56, 66-68). En esta versión o en planteos semejantes (Santana, 2012: 135- 137) el divorcio con las tesis de Marini es mayor. La teoría de la dependencia es asemejada a una concepción sobre las nuevas formas de explotación del siglo XXI.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Algunos seguidores del pensador brasileño perciben este problema, pero igualmente estiman que la superexplotación se ha extendido, luego de perder su exclusiva localización en las economías dependientes (Sotelo, 2013; 78-81).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Afirman que ese rasgo constituyente de las sociedades latinoamericanas se ha convertido en un dato operativo de la economía internacional (Sotelo, 2012: 161-167). Destacan que ese proceso despunta sólo como una tendencia, sin notar que la atenuación del diagnóstico no reduce la contradicción con las tesis de Marini.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Para preservar ese enfoque también se afirma que la extensión de la superexplotación coexiste con las brechas de poder adquisitivo entre el centro y la periferia (Sotelo, 2013: 92-93).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">¿Pero en que se cimenta esa fractura si los asalariados de ambas regiones soportan la misma sub-remuneración salarial? El fundamento inicial de esa disociación se diluye, al suponer que el ingreso de los asalariados no cubre en ambos casos la reproducción normal de la fuerza de trabajo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La extensión de la superexplotación afecta todas las críticas del dependentismo al enfoque transnacionalista, que postula la total desaparición de las fracturas entre el centro y la periferia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esta última mirada extrema la tesis de la “tercermundización” del planeta. Equipara una maquila mexicana con un taller precario en Los Ángeles, omitiendo que los salarios de ambos países continúan girando en torno a diferentes canastas nacionales de bienes. No registra la persistencia de la brecha de ingresos entre Estados Unidos y México, que se refleja en padecimientos de distinta escala entre los pauperizados de ambas naciones.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los críticos de la extensión del concepto de superexplotación resaltan estas contradicciones. Recuerdan que es una categoría de las economías dependientes y afirman que la ampliación de su incidencia socava la teoría marxista de la dependencia (Carcanholo, 2013:108-124). Estiman que se pone en riesgo los pilares de esa concepción (Massa, 2013: 83-85).</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">¿Pero alcanza con subrayar ese contrasentido? ¿La mundialización neoliberal no ha modificado la estructura internacional del mercado de trabajo? ¿Cómo interpretar la creciente precarización y segmentación laboral en todo el planeta?</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Estas preguntas –que la tesis extensiva no logra responder- son soslayadas por la visión opuesta. Este último enfoque remarca la inconsistencia de su contraparte sin ofrecer alternativas. Supone que la tesis inicial de Marini rige con plenitud, evitando registrar hasta qué punto ha quedado cuestionada por la mundialización neoliberal.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>UN SENDERO PROMISORIO</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La teoría marxista de la dependencia aportó el principal esquema analítico para develar las peculiaridades del capitalismo latinoamericano. Pero incurrió en ciertos desaciertos conceptuales, que tendieron a enmendarse con observaciones de pensadores convergentes con esa concepción.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La superexplotación es una de las nociones corregidas con esa maduración del dependentismo. La modificación sustituye la idea de pago por debajo del valor de la fuerza de trabajo por una remuneración baja de ese recurso.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esta revisión permite no sólo resolver viejos interrogantes del caso latinoamericano. También introduce un criterio para interpretar la diversidad contemporánea de los salarios. Esa variedad deriva del lugar ocupado por cada economía en la cadena global de valor, en el nuevo escenario de empresas transnacionales e industrialización asiática. Este análisis ofrece respuestas a los enigmas del desenvolvimiento de Corea y China.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revisión del concepto de superexplotación es coherente con la primacía asignada a las transferencias internacionales de plusvalía, como principal determinante del subdesarrollo.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El estudio de esos flujos bajo la mundialización neoliberal exige retomar algunos temas abordados, omitidos o poco indagados por Marini. El ciclo dependiente es un ejemplo del primer tipo, la renta del segundo y la lógica política de la dependencia del tercero. En nuestros próximos artículos analizaremos estas asignaturas pendientes.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>RESUMEN</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Marini postuló que la burguesía latinoamericana recrea el subdesarrollo al compensar su adversidad internacional con superexplotación. No identificó el pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor con la plusvalía absoluta, ni con la miseria creciente.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero esa sub-remuneración contradice la lógica del mercado laboral, que determina los bajos salarios de la periferia industrializada. Las empresas lucran con la existencia de brechas de esos ingresos mayores que las diferencias de productividad. Los desniveles de desarrollo están altamente condicionados por las transferencias de plusvalía a favor de las economías avanzadas.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La teoría de la dependencia no requiere un concepto de superexplotación omitido por Marx. Hay tasas de plusvalía superiores en el centro, pero mayor estrechez del consumo y agobio laboral en la periferia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En un cuadro de generalizada precarización se reordenan las diferencias nacionales de salarios de los explotados formales, informales y empobrecidos. Tanto la extensión del concepto de superexplotación a las metrópolis, como el desconocimiento de la mundialización neoliberal obstruyen la actualización de la teoría de la dependencia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>REFERENCIAS</b></span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Amin, Samir (1973).<span> </span><i>¿Cómo funciona el capitalismo?</i>, Siglo XXI, Buenos Aires.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Amin, Samir (2003).<span> </span><i>Más allá del capitalismo senil,</i><span> </span>Paidós, Buenos Aires.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Amin, Samir (2008).<span> </span><i>Modernité, religion et démocratie</i>, Critique de l´eurocentrisme, Parangon, Lyon .</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Astarita, Rolando (2010).<span> </span><i>Subdesarrollo y dependencia</i>, Universidad de Quilmes.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Bambirra, Vania (1978).<span> </span><i>Teoría de la dependencia: una auto-crítica</i>, Era, México.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Bettelheim, Charles (1971). Los trabajadores de los países ricos y pobres tienen intereses solidarios,<span> </span><i>Imperialismo y comercio internacional</i>, Cuadernos de Pasado y Presente n 24. Córdoba.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Cueva, Agustín (1973).<span> </span><i>El desarrollo del capitalismo en América Latina,</i><span> </span>Siglo XXI, México.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Cueva, Agustín (2012). Las interpretaciones de la democracia en América Latina,<span> </span><i>Algunos problemas, Ensayos Sociológicos y Políticos</i><span> </span>, Ministerio de Coordinación, Quito.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Dussel, Enrique (1988)<span> </span><i>Hacia un Marx desconocido. Un comentario de los Manuscritos del 1861-63</i>, Siglo XXI, Iztapalapa.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Figueroa, Víctor (1986).<span> </span><i>Reinterpretando el subdesarrollo</i>, Siglo XXI, México.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Marini,<span> </span><b> </b><span> </span>Ruy Mauro (1978). Razones del neo-desarrollismo,<span> </span><i>Revista Mexicana de Sociología,</i><span> </span>vol. XL , México.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
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<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Massa, Andrei Chikhani (2013).<span> </span><i>Superexploração da força de trabalho, uma categoria em disputa</i>, Guarulhos: Universidade Federal de São Paulo, UNIFESP.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Mercatante, Esteban (2016). Las venas abiertas del Sur, laizquierdadiario.com/ ideasdeizquierda/ wp-content/uploads /2016/05/32_34</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Nascimento, Carlos Alves do; Dillenburg, Fernando Frota; Sobral, Fábio Maia (2013). Exploração e superexploração da força de trabalho em Marx e Marini. Almeida Filho N<i>. Desenvolvimento e Dependência</i>: cátedra Ruy Mauro Marini, IPEA. Brasilia.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Osorio, Jaime (2009). Dependencia e superexplotacao,<i><span> </span>A América Latina e os desafíos da globalizacao</i>, Boitempo, Rio.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Osorio, Jaime (2009).<span> </span><i>Explotación redoblada y actualidad de la revolución.</i><span> </span>ITACA, UAM, México.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Osorio, Jaime (2013). Fundamentos de la superexplotación,<span> </span><i>Razón y Revolución,</i><span> </span>nº 25, Buenos Aires.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Osorio, Jaime (2017). La teoría marxista de la dependencia revisitada, 22/3<i>,<span> </span></i><a href="http://vientosur.info/spip.php?article12379" style="color: blue; text-decoration: none;">vientosur.info/spip.php?article12379</a>.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Portes, Alejandro (2004).<i><span> </span>El desarrollo futuro de América Latina: neoliberalismo, clases sociales y transnacionalismo</i>, Antropos, Bogotá.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Ruiz Acosta, Miguel A (2013). Devastación y superexplotación de la fuerza de trabajo en el capitalismo periférico: una reflexión desde América Latina,<b> </b><i><span> </span>Razón y Revolución,<span> </span></i>n° 25, 1er. semestre, Buenos Aires.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Sader, Emir (2009). Ruy Mauro Marini, intelectual revolucionario,<span> </span><i>A América Latina e os desafíos da globalizacao</i>, Boitempo, Rio.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Sader, Emir (2012). América Latina y la economía global. En diálogo con "Dialéctica de la dependencia", de Ruy Mauro Marini,<i><span> </span>Nueva Sociedad<span> </span></i>238, marzo-abril.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Santana, Pedro Marques (2012). Um estudo sobre o conceito de superexploração do trabalho na obra de Ruy Mauro Marini,<span> </span><i>Dissertação de Mestrado em Economia</i><span> </span>, Universidade Federal da Bahia, 2012.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Smith, John (2010).<span> </span><i>Imperialism & the Globalisation of Production.</i><span> </span>Sheffield: University of Sheffield.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Sotelo Valencia Adrián, (2012).<i> </i><i>Los rumbos del trabajo: Superexplotación y precariedad social en el siglo XXI</i>, Porrúa, México.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Sotelo, Valencia Adrián (2013) Capitalismo contemporáneo en el horizonte de la Teoría de la Dependencia Revista<span> </span><i>Argumentos<span> </span></i>vol.26 no.72 México may-ago, México.</span></span></div>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Valenzuela Feijoo J, (1997). Sobreexplotación y dependencia,<i><span> </span>Investigación Económica,</i><span> </span>n 221, julio-sept, México.</span></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiuQ3F4aPqzGnCTCXGn-3uRs-upY0d84Gkqfm1j6D_Vwz3edKRgMAZ8fyB-gqqt_94ykvDbhXtM3ixr1-Uhk96NSTlGdhTnMtBS6jSX3PnGSbIF5ornAirGLPJpt0OXP2a61o_GV1fdZEn/s1600/01.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiuQ3F4aPqzGnCTCXGn-3uRs-upY0d84Gkqfm1j6D_Vwz3edKRgMAZ8fyB-gqqt_94ykvDbhXtM3ixr1-Uhk96NSTlGdhTnMtBS6jSX3PnGSbIF5ornAirGLPJpt0OXP2a61o_GV1fdZEn/s1600/01.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"> http://lapaginademontilla.blogspot.com/</span></span></i></u></span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="direction: ltr; line-height: 13px; margin-bottom: 0.21cm; text-align: left;">
<span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></i></u></span></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-85437611442106723482017-09-08T10:54:00.000-04:002017-09-08T10:54:15.743-04:00Dos periodistas contra el poder — El caso Watergate, más actual que nunca<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5jkD-Dww7Lnm6vAQPlMvxKhF4a9N9G_0-1uyvyoPJn2VLqFka2F1wcqSTJGHrthDKAqVLydEr1BKqHirgwXTBbmMkSLglD5kdkMWC0GU8NDrjImU-YWLdC-iH8RuHggItGkE6HlsL6M4q/s1600/Nixon-resigns_550.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="458" data-original-width="700" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5jkD-Dww7Lnm6vAQPlMvxKhF4a9N9G_0-1uyvyoPJn2VLqFka2F1wcqSTJGHrthDKAqVLydEr1BKqHirgwXTBbmMkSLglD5kdkMWC0GU8NDrjImU-YWLdC-iH8RuHggItGkE6HlsL6M4q/s320/Nixon-resigns_550.jpg" width="320" /></a></div>
<i><b><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Carlos García Santa Cecilia</span></span></b></i><br />
<br />
<span class="cap">L</span>a reciente reedición de <em>Todos los hombres del presidente</em>,
de Bob Woodward y Carl Bernstein (los libros del lince, 2017), un
clásico del periodismo, con un epílogo escrito por los autores en 2012,
cobra, como reza un paratexto editorial, “una imprevista actualidad
cuando la Casa Blanca está ocupada por otro (y no menos peligroso)
aprendiz de brujo”. La investigación llevada a cabo por los dos
periodistas de <em>The Washington Post,</em> que<em> </em>logró desvelar los manejos de un poder que se creía impune, comenzó con una llamada intempestiva.<br />
<br />
<div class="cita">
“Día 17 de junio de 1972, sábado por la mañana. Hora:
las nueve. Demasiado temprano para telefonear. Woodward tentó la mesilla
hasta alcanzar el auricular y terminó de despertarse. El redactor jefe
de la sección Local de <em>The Washington Post</em> [Barry Sussman]
estaba al otro lado de la línea. Cinco hombres habían sido detenidos esa
madrugada en el cuartel general del Partido Demócrata llevando consigo
un equipo fotográfico y una serie de instrumentos electrónicos. ¿Podía
ir a la redacción para hacerse cargo del asunto?”.</div>
<a name='more'></a><br />
El periodista Bob Woodward llevaba solo nueve meses en <em>The Washington Post</em>.
Esperaba una oportunidad, pero aquella llamada intempestiva del
redactor jefe no podía depararle más que otro trabajo como los que había
hecho últimamente: locales que no reunían las condiciones sanitarias,
insignificantes casos de corrupción policial… Acababa de terminar una
serie de reportajes sobre el intento de asesinato del gobernador de
Alabama, George Wallance, y había alimentado la esperanza de que no
volvería a los temas locales. Tuvo que frotarse los ojos antes de
levantarse.
<br />
Woodward recorrió a pie las seis manzanas que le separaban del enorme edificio del <em>Post,</em>
entró en la redacción y dio los buenos días. El redactor jefe no le
contestó. Su semblante delataba preocupación. El asalto se había
producido en el complejo de apartamentos y oficinas del hotel Watergate,
a orillas del río Potomac. Un lugar inusual para los demócratas. En el <em>Post,</em> todos sabían que era el centro preferido por la administración republicana del entonces presidente Richard Nixon.<br />
<br />
Dos años antes, el moderno y exclusivo complejo de edificios del
Watergate había sido el objetivo de una manifestación contra Nixon que
reunió a más de mil personas. La policía disolvió sin contemplaciones la
protesta. Uno de los que dio con sus huesos en el suelo fue el
reportero del <em>Post</em> Carl Bernstein. El policía que le tumbó de
un golpe no había visto –o no había querido ver– la acreditación de
periodista que llevaba al cuello. Cuando Woodward comenzó a recabar
información sobre el asalto se dio cuenta de que Bernstein llamaba a las
mismas personas que él. Sus mesas estaban separadas por una columna y
sus miradas se cruzaron un instante.<br />
<br />
Carl Bernstein era un periodista que se había hecho desde abajo.
Creció a la sombra del Capitolio, junto a los monumentos de Lincoln y
Jefferson. A los 16 años entró como botones en <em>The Washington Star</em> y a los 19 ya era redactor de plantilla. Cuando en 1964 el <em>Star</em>
se opuso a hacerle reportero porque no había completado sus estudios,
Bernstein dejó Washington y se trasladó a Nueva Jersey, al <em>Elizabeth Journal,</em> donde enseguida se hizo un hueco y donde sus compañeros le apodaron <em>el carroñero</em>. Dos años después ingresó en el <em>Post</em>.
Trabajó como reportero judicial y redactor municipal, aunque lo que de
verdad le gustaba era escribir artículos polémicos sobre “gente de la
calle”. Su gran afición era la música rock. Woodward pensaba de él que
era un grasiento melenudo y fumador empedernido al que precedía una
terrible fama de meterse en los asuntos de los demás.<br />
<br />
En el lado opuesto, Bob Woodward había nacido en el seno de una
familia de clase media-alta. Hijo de un juez, se graduó en Yale e
ingresó en el Cuerpo de Oficiales de la Marina. En 1970 decidió
abandonar el ejército y hacerse periodista. Trabajó en un diario de
Maryland algún tiempo, hasta su incorporación al <em>Post</em>.
Aficionado a la música clásica, estaba considerado como un gran jugador
de tenis. Bernstein le miraba y pensaba que estaba allí por sus
influencias mucho más que por su trabajo y por su talento. Además, se
rumoreaba en la redacción que tenía serios problemas a la hora de
escribir porque el inglés no era su lengua materna.<br />
<br />
Woodward tenía 29 años y estaba separado; Bernstein, 28, y estaba
divorciado. Nunca habían trabajado juntos, apenas se conocían y se
miraron con mutua desconfianza, según recrearon ellos mismos en <em>Todos los hombres del presidente,</em>
el libro en el que recogieron el proceso de investigación del caso
Watergate. Sin embargo, unas horas después del intercambio de miradas,
los periodistas confrontaban juntos las primeras informaciones.<br />
<br />
Los cinco hombres habían sido detenidos a las 2:30 de la madrugada,
eran de origen cubano e iban vestidos con trajes oscuros y guantes de
cirujano. Les sorprendieron en el interior del cuartel general de los
demócratas, que había sido instalado en el complejo Watergate a pesar de
la tradición republicana del edificio. La policía les intervino un <em>walkie-talkie,</em>
cuarenta rollos de película virgen, dos cámaras de 35 milímetros,
ganzúas, pequeñas pistolas de gas lacrimógeno del tamaño de una
estilográfica y micrófonos y aparatos de escucha para captar
conversaciones telefónicas. Cada uno de los detenidos llevaba unos
centenares de dólares en el bolsillo –ninguno llegaba a mil–, pero lo
curioso es que la mayor parte del dinero, en billetes de cien dólares,
tenía la numeración correlativa.<br />
<br />
Este último detalle, de esencial interés para la investigación
posterior, lo obtuvieron de Alfred E. Lewis, un veterano colaborador del
<em>Post</em> a medio camino entre la policía y el periodismo. Lewis
nunca había escrito una línea ni solía ir por el periódico. Era lo que
se denomina un informador. Conocía como nadie el funcionamiento de la
policía y su misión consistía en llamar por teléfono dando detalles de
las operaciones a cambio de algunos dólares.<br />
<br />
Woodward se enteró por Lewis de que los cinco detenidos iban a
comparecer aquella misma tarde ante el juez, en una audiencia
preliminar, y decidió acudir. A las 15:30, los detenidos se presentaron
ante el tribunal, que les preguntó su profesión. “Anticomunista”, dijo
uno de ellos, y los demás asintieron. El juez, acostumbrado a todo tipo
de respuestas destempladas, pidió a uno de los acusados que se pusiera
en pie. Era bastante calvo, de nariz prominente y mandíbula cuadrada.
Dijo que se llamaba James W. McCord. El juez volvió a preguntarle cuál
era su ocupación. “Consejero de seguridad”, respondió. “¿Para quién
trabaja?”, insistió el magistrado. “Para la CIA”, repuso McCord.<br />
<br />
“Mierda”, dijo para sus adentros Woodward [según recoge en <em>Todos los hombres del presidente],</em> y corrió a la redacción.<br />
<br />
A las 18:30 horas se reúnen los responsables de las distintas áreas de <em>The Washington Post</em>
para decidir las informaciones de la primera página. Es una reunión que
se repite en todos los periódicos del mundo. Y, como ocurre en todos
los periódicos del mundo, los jefes de las secciones de Local y Nacional
discuten con frecuencia. Aquella tarde la polémica giraba en torno a
quién debía seguir la información del asalto. El asunto había salpicado a
la CIA y era de trascendencia nacional, pero Barry Sussman, el redactor
jefe de Local, adujo que sus muchachos habían dado con la conexión y
llevaban todo el día trabajando. El director adjunto, Howard Simons, que
calificó la historia de “excepcional” –“aunque posiblemente se trate”,
añadió, “de un grupo de cubanos chiflados”–, dio la razón a Sussman y
ordenó que la noticia se insertara en la primera página.<br />
<br />
<div class="cita">
“Cinco hombres, uno de los cuales afirma ser exmiembro
de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) fueron detenidos ayer a las
dos y media de la madrugada cuando intentaban llevar a cabo lo que las
autoridades han descrito como un plan bien elaborado para colocar
aparatos de escucha en las oficinas del Comité Nacional del Partido
Demócrata en esta ciudad”.</div>
<br />
Era año de elecciones en Estados Unidos y los dos principales
partidos ultimaban los detalles de sus campañas. Richard Nixon se
presentaba a la reelección y encabezaba todas las encuestas, que le
colocaban por delante de los candidatos demócratas por no menos de 19
puntos. George McGovern se perfilaba como favorito de los demócratas
ante las elecciones primarias, comienzo del complejo sistema electoral
norteamericano. La información del <em>Post,</em> firmada por Bob Woodward –la primera sobre el caso Watergate– terminaba así:<br />
<br />
<div class="cita">
“No hay explicación inmediata de por qué los cinco
sospechosos querían someter a espionaje y escucha a las oficinas del
Comité Nacional Demócrata, y tampoco se sabe si estaban trabajando para
otras personas privadas u organizaciones”.</div>
<br />
Sussman pidió a Bernstein y a Woodward que volvieran a la mañana
siguiente. Había que responder a esa pregunta. Al llegar, los reporteros
se encontraron con el primer pisotón del <em>caso Watergate</em>.
Bernstein había pasado la tarde anterior investigando a los acusados sin
encontrar nada interesante. La agencia Associated Press, sin embargo,
informaba que McCord, el cubano que dijo que trabajaba para la CIA, era
el coordinador de seguridad del Comité para la Reelección del Presidente
(CRP). Puestos al habla con el CRP, John Mitchell, director de la
campaña de Nixon, admitió a Bernstein que McCord había trabajado para el
comité meses atrás “ayudando en la instalación del sistema de
seguridad”, pero ya no tenía nada que ver con los republicanos, que ni
aprobaban ni permitirían algo semejante.<br />
<br />
Los periodistas siguieron la huella de McCord. Tras un largo rastreo
de las guías de teléfono dieron con la oficina donde había estado –o
estaba– ubicada la empresa de seguridad del cubano. No obtuvieron
demasiada información, pero lograron reconstruir la vida y la
personalidad de McCord y llegaron a la conclusión de que no era un
hombre capaz de cometer una acción de ese tipo por su cuenta. Vecinos y
familiares insistían en que McCord trabajaba en exclusiva para el Comité
para la Reelección del Presidente.<br />
<br />
Los dos días siguientes la investigación no avanzaba y el caso
parecía morir. Por fin, otro de los informadores habituales de la
sección de Local cercanos a la policía facilitó un dato de gran interés.
En las agendas de dos de los detenidos aparecía el teléfono de un tal
Howard E. Hunt junto a la anotación: “W. House” y “W. H.”. Woodward
llamó al teléfono de las agendas, pero no obtuvo respuesta. Seguidamente
marcó el número de la centralita de la Casa Blanca. “¿El señor Howard
Hunt?”, preguntó. “Un momento”, le respondieron. Al cabo del rato, la
telefonista volvió a la línea: “No está, pero hay otro lugar donde puede
estar. En la oficina del señor Colson. Le paso”. En la oficina del
señor Colson le dijeron que tampoco estaba allí.<br />
<br />
Woodward se levantó de su mesa y le preguntó a uno de los veteranos
de la sección de Nacional quién era Colson. “¿Que quién es Colson?”, rio
el compañero, “un consejero especial del presidente, el hombre duro de
Richard Nixon”. Woodward confirmó que Hunt trabajaba para Colson y para
la Casa Blanca y escribió una información que también saltó a la primera
página: “Consejero de la Casa Blanca, relacionado con los sospechosos
de espionaje telefónico”.<br />
<br />
Los candidatos demócratas redoblaron sus ataques a la administración
Nixon tras aquella revelación: “¿Cuántos intentos de este tipo pueden
haberse dado?”, “¿Quién está complicado en ellos?”. El jueves 22 de
junio, los hombres del presidente hicieron su primera declaración sobre
el caso Watergate: “La Casa Blanca no tiene la menor relación con ese
particular incidente”. Los reporteros del <em>Post</em> y de otros
periódicos seguían, sin embargo, publicando datos –viajes, pagos,
llamadas– que involucraban cada vez más a los asaltantes con Hunt y a
Hunt con la Casa Blanca, hasta que la conexión llegó a ser innegable. El
1 de julio, John Mitchell, director de la campaña del presidente,
dimitió aduciendo que se retiraba por la insistencia de su mujer. Nadie
le creyó.<br />
<br />
El redactor jefe Barry Sussman había pedido a Bernstein que dejase el
caso Watergate y volviese a su trabajo habitual. Se acercaban las
elecciones y no podía permitirse descuidar ningún flanco informativo.
Bernstein montó en cólera, dijo que el <em>Post</em> le debía cuatro
meses de vacaciones y escribió un informe en el que contaba lo que sabía
y apuntaba las líneas de investigación. Sussman terminó por ceder.<br />
<br />
Bernstein y Woodward descubrieron que Hunt había estado investigando,
mientras trabajaba para la Casa Blanca, la vida del senador Ted Kennedy
y el accidente que sufrió en Chappaquiddick junto a su secretaria, que
le apartó definitivamente de la carrera hacia la presidencia. También
confirmaron que Hunt era autor de varias novelas de espionaje, con
argumentos trepidantes. Con este material escribieron el siguiente
reportaje.<br />
<br />
Benjamín C. Bradlee, director de <em>The Washington Post,</em> salió
de su despacho acristalado, al otro lado de la redacción, y se sentó
junto a Bernstein. Era la primera vez que el director se dirigía a ellos
desde que había comenzado el asunto del Watergate. Ben Bradlee, de 50
años de edad, era un hombre de expresión sobria que había sido muy amigo
del presidente John F. Kennedy. <em>The Wall Street Journal</em> había
comparado su aspecto al de un ladrón internacional de joyas. Se dirigió a
los periodistas: “No habéis conseguido nada. Una bibliotecaria dice que
Hunt estaba leyendo un libro. Eso es todo. La próxima vez, conseguid
información más consistente”, y volvió a su despacho sin oír la réplica.<br />
<br />
El caso Watergate estaba de nuevo en un callejón sin salida. Además,
funcionarios de la Casa Blanca y miembros del Comité para la Reelección
lograron desviar la atención de los periodistas en una dirección falsa:
una compleja trama de cubanos anticastristas que intentaban probar
mediante el asalto que los demócratas recibían ayuda económica de Cuba.
Era también un contraataque electoral. Bernstein protestó, pero fue
enviado de nuevo a su destino habitual; Woodward se tomó unos días de
vacaciones.<br />
<br />
Era difícil retomar el hilo. En esta ocasión, fue <em>The New York Times</em>
quien publicó que desde el teléfono de otro de los cubanos detenidos se
habían hecho por lo menos quince llamadas al Comité para la Reelección
del Presidente. El diario neoyorquino descubrió varios aspectos
esenciales del caso Watergate a lo largo de toda la investigación. Uno
de los reporteros que se ocuparon del asunto fue Seymour Hersh, el
periodista que desveló <a href="http://www.fronterad.com/?q=15331">la matanza de My Lai en Vietnam</a>.
Hersh publicó meses después que los cubanos seguían cobrando de
personas desconocidas tras su detención. Su obsesión durante el largo
proceso fue involucrar a Henry Kissinger, secretario de Estado. En un
encuentro que tuvo con Woodward y Bernstein para intercambiar
información, le calificó de “criminal de guerra”. Logró probar que
Kissinger hizo vigilar a varios colaboradores de Nixon dentro de la Casa
Blanca, pero el escándalo Watergate apenas salpicó al veterano
estadista y Hersh se reafirmó en su idea de que todo era una mentira
tras otra.<br />
<br />
Bernstein viajó a Miami y obtuvo en la oficina del fiscal una información que volvía abrir el caso para el <em>Post:</em>
el dinero con el que presuntamente se había pagado a los asaltantes,
que tenía la numeración correlativa, procedía de las donaciones para la
campaña electoral de Nixon. Varios miembros de la Administración podían
estar involucrados –tesoreros, encargados de finanzas– y Woodward
averiguó por un testimonio confidencial que cientos de miles de dólares
procedentes de donaciones no habían sido debidamente registrados.<br />
<br />
Este reportaje, publicado el 1 de agosto, fue el primero del caso que
firmaron juntos los dos periodistas. Hasta entonces, su relación había
sido sobre todo competitiva. Pero Sussman, que fue apartado de sus
responsabilidades en la sección de Local para coordinar la información
sobre el caso, logró el milagro de unir definitivamente a dos
profesionales tan distintos. En la redacción, solían llamarles desde
entonces Woodstein. La figura de Barry Sussman resultó clave no sólo
para la fructífera unión de dos estilos de periodismo sino para toda la
investigación. Algo metido en carnes, a sus 38 años Sussman tenía dos
pasiones confesables: las encuestas y la historia. Su cabeza era el
verdadero archivo de datos del Watergate: “¿Qué ha sido de la secretaria
de Mitchell?”, “¿Cuándo llegó Hunt a la Casa Blanca?”, ¿Dónde estaba el
despacho de Colson?”. Tras una larga bocanada de su pipa, era capaz de
unir varios datos para apoyar lo que no habría sido más que una débil
revelación. Sussman había comenzado como redactor en un pequeño
periódico de provincias de Virginia. Fue profesor de lectura rápida en
Nueva York y redactor de sociedad del <em>Post</em>. Después de estudiar
otros escándalos similares, Sussman sostenía que el Watergate no podía
separarse de la necesidad ética posterior a la guerra del Vietnam y de
la personalidad de Nixon.<br />
<br />
El 22 de agosto se publicó el trabajo de veinte días de investigaciones y comprobaciones del <em>Post: </em>El
Comité para la Reelección del Presidente había administrado
indebidamente más de 500.000 dólares de los fondos recogidos para la
campaña. De ellos, cerca de 100.000 fueran destinados a “fondos de
seguridad”. El valor de la información, más que en la importancia de la
cantidad desviada, radicaba en que por primera vez se confirmaba la
existencia de unos “fondos de seguridad”. Ese mismo día, Richard Nixon
fue designado como candidato republicano para un segundo mandato a la
presidencia de Estados Unidos.<br />
<br />
Los hombres del presidente hicieron recaer las culpas de la
desviación de fondos en Gordon Liddy, consejero de finanzas del Comité
para la Reelección. El presidente Nixon convocó una rueda de prensa el
29 de agosto en la que afirmó que la ley que regulaba la financiación de
las campañas era nueva y, por tanto, “se daban violaciones técnicas por
ambas partes”. Después, hizo la siguiente declaración:<br />
<br />
<div class="cita">
“Puedo decir categóricamente que nuestras
investigaciones indican que nadie en la Casa Blanca, nadie actualmente
empleado en la Administración, está mezclado en este grotesco incidente.
Lo que realmente duele en asuntos de este tipo no es el hecho de que
ocurran, porque en el trascurso de las campañas siempre hay gente
excesivamente celosa que hace cosas que están mal; lo que realmente
hiere es que alguien trate de encubrirlas”.</div>
<br />
Los republicanos ya tenían a sus acusados camino del banquillo: los
cinco cubanos, Howard Hunt y Gordon Liddy. El caso había quedada
resuelto. Woodward y Bernstein, por su parte, no tenían más que una
lista de varios centenares de nombres –policías, contactos en la Casa
Blanca y, sobre todo, miembros del Comité para la Reelección– a los que
llamaban sistemáticamente todas las semanas. Los pocos con los que
lograban hablar confirmaban que se estaban encubriendo actividades del
Comité y que el FBI investigaba, pero no había forma de llegar a alguna
fuente que facilitara datos concretos.<br />
<br />
Decidieron concentrar sus actividades en los miembros del Comité para
la Reelección. Como no había forma de hablar con ellos por teléfono,
les visitaban en sus casas por las tardes al terminar la jornada
laboral. Enseguida comprobaron que el miedo a perder el empleo y las
amenazas paralizaban a todos sus posibles informadores. Una chica que
tomó un café con Woodward fue inmediatamente reprendida. Un miembro del
comité les cerró la puerta, pero antes les dijo que un responsable del
gabinete de prensa se había presentado esa misma mañana en su
departamento diciendo: “Me gustaría saber quién en este comité tiene
relación con Woodward y Bernstein”. El 15 de septiembre se presentó la
acusación contra los cinco fontaneros –llamados así porque algunos de
ellos habían pertenecido al extraño club de los <em>plumbers–,</em> y
contra Hunt y Liddy. El caso parecía resuelto y no había manera de
avanzar. Woodward tuvo que recurrir a su último recurso, un mito ya en
la historia del periodismo: Garganta Profunda.<br />
<br />
El director adjunto del <em>Post</em> Howard Simans le bautizó así
porque, según contaba Woodward, tenía una voz ronca y grave y porque las
citas se realizaban en diferentes aparcamientos subterráneos de la
ciudad. Pero, en realidad, <em>Garganta Profunda</em> es el título de
una de las películas pornográficas más famosas de la historia. Para
Woodward fue la pieza fundamental del Watergate. Las reglas del juego
entre ellos habían sido establecidas de antemano: no facilitaría nunca
información directa, ni podría ser jamás citado; solo confirmaría,
añadiría alguna nueva perspectiva y orientaría la investigación.
Woodward podía recurrir a él mediante una contraseña –cambiar de lugar
una maceta de su balcón– pero no podía siquiera llamarle por teléfono.
Solían verse alrededor de las dos de la madrugada.<br />
<br />
Garganta Profunda fue quien confirmó, pocos días después del asalto,
que Hunt estaba involucrado. Durante todo el proceso advirtió a Woodward
de la importancia del caso y le recomendó que fuera con pies de plomo.
Tenía acceso privilegiado al Comité para la Reelección, a la Casa Blanca
y al FBI. Desde entonces, en periodismo, se denomina Garganta Profunda a
cualquier informador que confirma datos y orienta al reportero sin que
jamás se conozca ni se sospeche su identidad.<br />
<br />
Durante muchos años se mantuvo en secreto su identidad. El hombre tal
vez más cercano al presidente Nixon en aquellos días, el consejero John
Dean, publicó en 1982 un libro, <em>El honor perdido,</em> en el que
revelaba que Garganta Profunda era Alexander Haig, entonces principal
adjunto del secretario de Estado, Henry Kissinger, y después del
Watergate su sucesor en el mismo puesto. Según Dean, era el único
colaborador de Nixon que podía estar al tanto de ciertas informaciones
como, por ejemplo, la desaparición de algunas cintas magnetofónicas en
las que se recogían conversaciones grabadas en el despacho del
presidente. Haig negó inmediatamente esta imputación calificándola de
“absurda” y añadió que se debía, probablemente, “a motivaciones
comerciales”.<br />
<br />
Durante muchos años su identidad se mantuvo en secreto lo que, para
algunos analistas, erosionaba la investigación al desconocerse los
móviles del informador. Más de tres décadas después, en 2005, W. Mark
Felt, director adjunto del FBI, reconoció en una entrevista a <em>Vanity Fair </em>que era el misterioso personaje: a los 91 años y animado al parecer por su familia, que no quería dejar escapar un lucrativo <em>best seller</em>.
Woodward, que se había comprometido a no hacer público su nombre hasta
su muerte –Felt murió tres años después–, se vio liberado del compromiso
y publicó poco después <em>El hombre secreto. La verdadera historia de ‘Garganta Profunda’</em>. Tanto
como su conciencia cívica, pudo pesar en la actuación de Felt su
frustración por no haber sido elegido sucesor de J. Edgar Hoover al
frente del FBI. En el periodismo de investigación, tan importantes como
los hechos son las motivaciones de las fuentes.<br />
<br />
Sea como fuere, aquella noche del otoño de 1972, cuando todas las
vías de investigación parecían cerradas, el periodista se alegró de
estrechar la mano de su informador. Parecía más hablador que de
costumbre. “Hay un medio para desatar el nudo del Watergate”, dijo al
reportero. “Yo no puedo ni quiero darte nuevos nombres, pero el FBI ha
hecho más de 1.500 entrevistas. En el entorno de Nixon ha cundido el
pánico, saben que el asunto se les ha ido de las manos. Hay altas
personalidades complicadas en el caso Watergate y en otros similares.
Ten en cuenta que no es un caso aislado, a los fontaneros no se les
contrató solo para lo del Watergate. Son muchos años de actividades,
mucho dinero y mucha gente involucrada. No investiguéis solo en el
asalto”.<br />
<br />
Durante tres horas –hasta las seis de la mañana– Garganta Profunda
insistió en que la corrupción y el todo vale se habían apoderado de los
hombres del presidente. “Debéis tener mucho cuidado, el FBI y los
tribunales han decidido restringir su trabajo al Watergate, pero las
irregularidades salpican a todos, sin excepción”.<br />
<br />
Dos semanas más tarde, los reporteros –inmersos ya en un mar de
nombres y conexiones– entregaban un nuevo reportaje a los directivos del
<em>Post</em>. Benjamin Bradlee, el director, salió de su despacho,
pero esta vez con otra expresión: “Muchachos, habéis hecho un buen
trabajo”. Se publicó el 10 de octubre de 1972 y es una de las mejores
piezas del Watergate:<br />
<br />
<div class="cita">
“Agentes del FBI han establecido que el incidente de la
escucha clandestina forma parte de una campaña masiva de espionaje y
sabotaje político llevada a cabo en nombre del Comité para la Reelección
del Presidente Nixon y dirigida por funcionarios de la Casa Blanca y
del propio comité.</div>
<br />
<div class="cita">
Estas actividades, de acuerdo con afirmaciones obtenidas
en el FBI y en el Departamento de Justicia, estuvieron dirigidas contra
los más destacados oponentes demócratas en la elección presidencial y,
desde 1971, representó una estrategia básica del esfuerzo en pro de la
reelección de Nixon.</div>
<br />
<div class="cita">
Durante la investigación del caso Watergate, agentes
federales establecieron que cientos de miles de dólares aportados por
los contribuyentes a la campaña de Nixon fueron desviados para pagar una
campaña larga y secreta encaminada a desacreditar individualmente a los
candidatos demócratas y causar disturbios en sus campañas.</div>
<br />
<div class="cita">
El trabajo del servicio de inteligencia es normal
durante una campaña y se dice que fue llevado a cabo por ambos partidos
políticos. Pero los investigadores federales afirman que las acciones
descubiertas de los hombres de Nixon no tienen precedentes ni en
extensión ni en intensidad”.</div>
<br />
En los párrafos siguientes se incluían casos concretos de espionaje y sabotaje:<br />
<br />
<div class="cita">
“Seguir a miembros de las familias de los candidatos
demócratas, reunir informes sobre sus vidas privadas, falsificar cartas y
distribuirlas como firmadas por los candidatos, hacer llegar a la
prensa noticias falsas y manipuladas, provocar que las reuniones
previstas para determinada hora no pudieran tener lugar a tiempo,
apoderarse de archivos confidenciales de la campaña e investigar la vida
privada de docenas de personas que trabajaban para los demócratas”.</div>
<br />
A cuatro columnas, la información encabezaba la primera página de <em>The Washington Post</em>
con el título: “El FBI descubre que ayudantes de Nixon saboteaban a los
demócratas”. Habían pasado cuatro meses desde el asalto al cuartel
general de los demócratas en Washington y la pregunta sobre las
motivaciones y conexiones del suceso que el periódico había planteado el
primer día tenía ya respuesta. El <em>Post</em> había ganado la primera
batalla, pero comenzaba la guerra. Bradlee llamó a Woodward y a
Bernstein a su despacho: “Cuidado con el teléfono”, les dijo; “Vigilad
las cuentas con Hacienda y no permitáis que un amigo con droga entre en
casa. Ahora empieza la verdadera investigación”.<br />
<br />
La batalla del Watergate fue larga y compleja. Semanas después, el
presidente Nixon fue reelegido por un amplio margen de votos. Woodward
era miembro del partido republicano, pero no votó. Tras las elecciones,
los hombres del presidente atacaron a la prensa con una dureza
desconocida. En particular al <em>Post</em>. Nixon llegó a decir que iba a emplear los cinco millones de dólares que le habían sobrado de la campaña “para acabar con el <em>Post”</em>.
A Bradlee le calificó de líder de “esa estrecha franja de élite
arrogante que infecta a los periodistas norteamericanos con sus
peculiares puntos de vista del mundo”.<br />
<br />
“Si Bradlee sale alguna vez”, dijo otro de los hombres del
presidente, “del círculo de los cocktails de Georgetown, donde él y sus
camaradas almuerzan mientras tratan de conseguir información de tercera
mano y chismes y rumores, tal vez pueda descubrir a la Norteamérica
verdadera que hay fuera de aquellos lugares”.<br />
<br />
La trama del Watergate incluye cientos de nombres y de conexiones.
Woodward y Bernstein tardaron meses en confirmar las actividades
financiadas con los fondos reservados del Comité para la Reelección. En
realidad, ellos y otros periodistas siguieron la investigación que ni el
FBI ni el Departamento de Justicia culminaron. Cada nuevo reportaje
descubría una nueva implicación de consejeros o ayudantes cada vez más
cercanos al presidente. “La alfombra”, dijo un periodista, “se levantaba
un poco más cada día y aparecía más y más basura acumulada desde los
primeros tiempos de la guerra del Vietnam”. Guerra, por cierto, que
terminó aquellos días con una precipitada retirada que se intentó
utilizar para relanzar la imagen de Nixon.<br />
<br />
Las actuaciones más o menos veladas contra el <em>Washington Post</em>
fueron de todo tipo. Las acciones del periódico bajaron en la Bolsa un
50% y el organismo estatal que controla las comunicaciones puso reparos a
las dos emisoras de televisión que el periódico tenía en Florida. “El <em>Post”,</em> dijo un funcionario a Bernstein, “llegará a desear no haber oído jamás hablar del Watergate”.<br />
<br />
En enero de 1973 comenzó el juicio contra los siete implicados en el asalto. El <em>Post</em>
pudo averiguar que se habían ejercido fuertes presiones para que se
declararan culpables a cambio de una considerable suma de dinero y de la
promesa de una liberación a corto plazo. No se probó nada, pero tampoco
se convenció a nadie. El propio juez declaró que pensaba que en el
juicio no se había esclarecido “toda la verdad”.<br />
<br />
En el mes de febrero, el Congreso inició una investigación por su
cuenta. El 23 de marzo, la confesión de McCord –el asaltante del
Watergate que declaró que trabajaba para la CIA–, en la que confirmó las
presiones para mantener silencio, resultó determinante. Se llegó a
establecer, incluso, que los fondos secretos se habían mantenido después
del asalto al Watergate.<br />
<br />
El 30 de abril, el presidente Nixon se vio obligado a hacer la
primera declaración importante sobre el caso y se dirigió al país por
televisión. Aceptó la “responsabilidad oficial” por el Watergate, pero
negó que supiera de antemano las actividades que se cometían. También
negó que hubiera tratado de encubrir a “delincuentes” y dijo que había
mandado realizar “nuevas investigaciones” y que prescindiría de “toda
persona del Gobierno que fuera acusada”. Con un busto de Lincoln de
fondo y un retrato de su familia sobre la mesa, concluyó ante las
cámaras: “Ha habido un esfuerzo para ocultar los hechos tanto a ustedes
como a mí”.<br />
<br />
Nixon aceptó inmediatamente la dimisión de cuatro de sus principales
consejeros. Un año más tarde se condenó a uno de ellos, Richard
Kleindienst, a un mes de cárcel y una multa de cien dólares. Fue la
primera vez en la historia de Estados Unidos que se condenó a un
secretario de Justicia por un delito criminal. El 22 de mayo, el
presidente hizo una nueva declaración. Reconoció por primera vez que la
Casa Blanca estaba envuelta en las operaciones de los fontaneros y que
algunos individuos “altamente motivados” pudieron intervenir en
actividades “que yo habría desaprobado si se hubiese llamado mi atención
sobre ellas”, y admitió que “aparentemente hubo amplios esfuerzos para
limitar la investigación y para ocultar la posible complicidad de
miembros de la Administración y del Comité para la Reelección”. Pero
negó que estuviese enterado de esas actividades, salvo de ciertos
asuntos referentes a la “seguridad nacional” que trató de separar del
Watergate.<br />
<br />
Esa misma semana habían comenzado a comparecer todos los acusados
ante un comité especial del Senado con las cámaras de televisión
retransmitiendo en directo. En estas sesiones, que lanzaron a la fama a
su presidente, el viejo senador Sam Ervin, hubo unas cuantas “sorpresas”
que hicieron que el caso Watergate y sus derivaciones pasaran del
terreno de la conjetura al de la certeza, del delito electoral al
“escándalo del siglo”.<br />
<br />
El último eslabón de la cadena llegó de forma casi casual. El comité
que investigaba las derivaciones del caso Watergate interrogó el 13 de
julio a Alexander Butterfield, que había sido segundo asistente en la
Casa Blanca. Le preguntaron sobre los hábitos de Nixon durante las
conversaciones con sus subordinados. “Habitualmente no tomaba notas”,
declaró Butterfield. A uno de los investigadores aquello le pareció
raro, ya que Nixon parecía recordar siempre muy bien sus propias
palabras. Entonces, se le ocurrió preguntar: “¿Acaso se grababan las
conversaciones del despacho oval?”. Butterfield asintió y añadió que
había deseado con toda su alma que no le hicieran nunca esa pregunta
porque el presidente no deseaba que se revelase.<br />
<br />
En 1970, Nixon había ordenado a su Servicio Secreto que “con fines
históricos” instalaran micrófonos y grabaran las conversaciones por
teléfono en seis lugares de la Casa Blanca y que recogiesen cuanto se
hablase en el despacho oval y en el salón del gabinete. Los micrófonos
estaban unidos por cable a magnetófonos instalados en los sótanos de la
Casa Blanca. En la investigación, había varios testimonios que habían
involucrado al presidente. Era su palabra contra la de Nixon. Ahora, de
pronto, podía averiguarse la verdad con solo escuchar el magnetófono.<br />
<br />
El comité investigador pidió al presidente que entregara las
grabaciones en las que se hablara del Watergate. Durante una semana, la
Casa Blanca permaneció en silencio. El 23 de julio, poco más de un año
después del asalto de los fontaneros, llegó la respuesta: el presidente
no entregaba las cintas.<br />
<br />
Esta decisión le costó el puesto. Meses más tarde, y después de
despedir al fiscal especial del caso –su segundo gran error–, se vio
obligado a entregar parte de las cintas. En ellas se demostraba al menos
la complicidad del presidente. El contenido de otra cinta dada a
conocer con posterioridad –y denominada “pistola humeante”– demostró que
Nixon encubrió el asalto al Watergate. Diez meses después, y ante la
inminencia de su procesamiento parlamentario –<em>impeachment–,</em> Richard Nixon dimitió. El 8 de agosto de 1974, a las nueve de la noche, anunció ante las cámaras su decisión.<br />
<br />
A la mañana siguiente se despidió de sus últimos colaboradores en la
Casa Blanca y del nuevo presidente, Gerald Ford, que se convirtió en el
jefe de Estado más poderoso de la Tierra gracias a una auténtica
carambola, ya que el vicepresidente Spiro Agnew se había visto también
obligado a dimitir ante la amenaza de dar con sus huesos en la cárcel
por un delito fiscal. El cielo claro de Washington se tragó a primera
hora de la mañana al helicóptero que transportaba al primer presidente
dimisionario de la historia de Estados Unidos.<br />
<br />
Richard Nixon se retiró de la vida pública enfermo y, según algunos,
pensando seriamente en el suicidio. Diez años después, sin embargo,
había sido capaz de lograr que su imagen quedara parcialmente
rehabilitada. Amasó una fortuna de varios millones de dólares y logró
una gran influencia en la Administración del siguiente presidente
republicano, Ronald Reagan, que accedió a la Casa Blanca en 1980.
Durante la reelección de Reagan, en 1984, se especuló con la posibilidad
de que Nixon pudiera hacer su primera aparición pública desde el
Watergate durante la convención republicana, pero finalmente se desechó
la idea. Estuvo protegido por el Servicio Secreto hasta su fallecimiento
en 1994, a los 81 años de edad.<br />
<br />
Woodward y Bernstein escribieron un segundo libro sobre el final político de Nixon, <em>Los últimos días,</em> y recibieron el Premio Pulitzer en 1973. En 1976 Alan J. Pakula rodó una película de gran éxito, <em>Todos los hombres del presidente,</em>
con Robert Redford –promotor del proyecto– en el papel de Woodward, y
Dustin Hoffman como Bernstein. El Watergate les encumbró y se
convirtieron en la pareja de periodistas más famosa de la historia. Pero
pronto se separaron y sobrellevaron la fama de forma diferente.
Woodward sigue en el <em>Post,</em> aunque apenas va por el periódico.
Trabaja desde la última planta de su casa del elegante barrio de
Georgetown –donde tiene instalados sus ordenadores y sus archivos– en
libros de investigación. Posiblemente no llegue nunca a director del <em>Post,</em>
puesto al que parecía predestinado. El periódico se vio obligado a
admitir la falsedad de una información publicada por una redactora de la
sección Local cuando la dirigía Woodward. La conmovedora historia de un
niño heroinómano de ocho años, a la que se concedió el Pulitzer, era
una total invención. Sin embargo, Ben Bradlee, antes de jubilarse en
1991, dijo que, fuera o no su sucesor, Woodward era “el mejor
periodista” que había conocido.<br />
<br />
Bernstein abandonó el <em>Post</em> en 1976 y fichó por la cadena de
televisión ABC. Inquieto, mujeriego y pendenciero, su imagen se fue
deteriorando con los años. A pesar de los millones de dólares que le
reportó el Watergate, Bernstein ha rondado la ruina. Su trabajo en la
televisión fue degenerando en una especie de crónica social en primera
persona. Su matrimonio con la escritora Nora Ephron le deparó su segunda
aparición en el cine.<br />
<br />
Nora, que describió a Bernstein como “un hombre capaz de hacer el amor con una persiana”, escribió el <em>best seller</em> <em>Se acabó el pastel,</em>
un relato apenas disimulado de la disolución de su matrimonio, que fue
llevado al cine protagonizado por Jack Nicholson y Merly Streep. La
novela y la película satirizan la superficialidad y las infidelidades de
los denominados matrimonios de puente aéreo. Bradlee dijo que el caso
de Bernstein era “una tragedia griega que pasa ante mí y ante la que
nada puedo hacer”. “Pero si Carl volviera al <em>Post”,</em> añadió, “le volvería a dar trabajo”.<br />
<br />
Unos años después del Watergate, Bernstein fue detenido cerca de su
casa de Washington por conducir ebrio. No tenía a nadie y llamó a Bob
Woodward, que fue a pagar la fianza. Los dos volvieron a sumergirse,
después de años separados, en la noche de la capital norteamericana. Un
amigo común dijo entonces: “Siguen empeñados en que hay cierta ternura
en el periodismo, cuando no la hay. Y menos para dos reporteros a los
que se imputa haber derrocado a un presidente”.<br />
<div class="text-node" id="cuerpo" style="font-size: 14px; margin-top: 10px;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikcISfd_9EqxHc7Mk-XSCvVVG1AWet3goQNUvB4GBffUvqqdnw94LE_B9sPRJUo3XlnF3ZnzxVUhtx_d8CStXDtLRRhUR-FqpNvHJkpZojTfQH2QlMn2u-6fuiTEJmTsAqS27wCnbFUjqQ/s1600/FronteraD.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikcISfd_9EqxHc7Mk-XSCvVVG1AWet3goQNUvB4GBffUvqqdnw94LE_B9sPRJUo3XlnF3ZnzxVUhtx_d8CStXDtLRRhUR-FqpNvHJkpZojTfQH2QlMn2u-6fuiTEJmTsAqS27wCnbFUjqQ/s1600/FronteraD.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">http://www.fronterad.com/ </span></span></i></u></span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span></i></u></span></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-76655894929310415942017-09-07T13:25:00.002-04:002017-09-07T13:25:49.181-04:00Rivoluzione d’Ottobre e democrazia<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9_NSmKQobNJw-NUFgNd1gxTzqU2tSfWpM8VqBwRkzTC4KDirVXPqaAZ8C70Thu7hOIHP3khT-vkbvPTDnCaz8lxAZyAe4CBNxf88RocMUXeP13_zmB7R3jsVIh_4tU2CFn6FcikkW35F5/s1600/Revoluci%25C3%25B3n+de+octubre+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="333" data-original-width="500" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9_NSmKQobNJw-NUFgNd1gxTzqU2tSfWpM8VqBwRkzTC4KDirVXPqaAZ8C70Thu7hOIHP3khT-vkbvPTDnCaz8lxAZyAe4CBNxf88RocMUXeP13_zmB7R3jsVIh_4tU2CFn6FcikkW35F5/s320/Revoluci%25C3%25B3n+de+octubre+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="320" /></a><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> <span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><i><b>Domenico Losurdo</b></i></span></span></span><br />
<br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">L’ideologia e la storiografia oggi dominanti sembrano voler compendiare il bilancio di un secolo drammatico in una storiella edificante, che può essere così sintetizzata: agli inizi del Novecento, una ragazza fascinosa e virtuosa (la signorina Democrazia) viene aggredita prima da un bruto (il signor Comunismo) e poi da un altro (il signor Nazi-fascismo); approfittando anche dei contrasti tra i due e attraverso complesse vicende, la ragazza riesce alfine a liberarsi dalla terribile minaccia;</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">divenuta nel frattempo più matura, ma senza nulla perdere del suo fascino, la signorina Democrazia può alfine coronare il suo sogno d’amore mediante il matrimonio col signor Capitalismo; circondata dal rispetto e dall’ammirazione generali, la coppia felice e inseparabile ama condurre la sua vita in primo luogo tra Washington e New York, tra la Casa Bianca e Wall Street. Stando così le cose, non è più lecito alcun dubbio: il comunismo è il nemico implacabile della democrazia, la quale ha potuto consolidarsi e svilupparsi solo dopo averlo sconfitto.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;"></span></span></div>
<a name='more'></a><span style="font-size: large;">1. La democrazia quale superamento delle tre grandi discriminazioni</span><br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Sennonché, questa storiella edificante nulla ha a che fare con la storia reale. La democrazia, così come oggi la intendiamo, presuppone il suffragio universale: indipendentemente dal sesso (o genere), dal censo e dalla «razza», ogni individuo dev’essere riconosciuto quale titolare dei diritti politici, del diritto elettorale attivo e passivo, del diritto di votare per i propri rappresentanti e di essere eventualmente eletto negli organismi rappresentativi. E cioè, ai giorni nostri la democrazia, persino nel suo significato più elementare e immediato, implica il superamento delle tre grandi discriminazioni (sessuale o di genere, censitaria e razziale) che erano ancora vive e vitali alla vigilia dell’ottobre 1917 e che sono state superate solo col contributo, talvolta decisivo, del movimento politico scaturito dalla rivoluzione bolscevica.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Cominciamo con la clausola d’esclusione, macroscopica, che negava il godimento dei diritti politici alla metà del genere umano e cioè alle donne. In Inghilterra, le signore Pankhurst (madre e figlia), che promuovevano la lotta contro tale discriminazione e dirigevano il movimento femminista delle suffragette, erano costrette a visitare periodicamente le patrie prigioni. La situazione non era molto diversa negli altri grandi paesi dell’Occidente. Era Lenin invece, in Stato e rivoluzione, a denunciare l'«esclusione delle donne» dai diritti politici come una conferma clamorosa del carattere mistificatorio della «democrazia capitalistica». Tale discriminazione veniva cancellata in Russia già dopo la rivoluzione di febbraio, da Gramsci salutata come «rivoluzione proletaria» per il ruolo di protagonista svolto dalle masse popolari, com’era confermato dal fatto che la rivoluzione aveva introdotto «il suffragio universale, estendendolo anche alle donne». La medesima strada era poi imboccata dalla repubblica di Weimar, scaturita dalla «rivoluzione di novembre», scoppiata in Germania a un anno di distanza dalla rivoluzione d’ottobre e sull’onda e a imitazione di quest’ultima. Successivamente, in questa direzione si muovevano anche gli USA. In Italia e in Francia, invece, le donne conquistavano i diritti politici solo dopo la seconda guerra mondiale, sull’onda della Resistenza antifascista, alla quale i comunisti avevano contribuito in modo essenziale o decisivo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Considerazioni analoghe si possono fare a proposito della seconda grande discriminazione, che ha anch’essa caratterizzato a lungo la tradizione liberale: mi riferisco alla discriminazione censitaria, che escludeva dai diritti politici attivi e passivi i non proprietari, i non abbienti, le masse popolari. Già efficacemente combattuta dal movimento socialista e operaio, pur fortemente indebolita, essa continuava a resistere pervicacemente alla vigilia della rivoluzione d’ottobre. Nel saggio sull’imperialismo e in Stato e rivoluzione Lenin richiamava l’attenzione sulle persistenti discriminazioni censitarie, camuffate mediante i requisiti di residenza o altri «"piccoli" (i pretesi piccoli) particolari della legislazione elettorale», che in paesi come la Gran Bretagna comportavano l'esclusione dai diritti politici dello «strato inferiore propriamente proletario». Si può aggiungere che proprio nel paese classico della tradizione liberale ha tardato in modo particolare ad affermarsi pienamente il principio «una testa, un voto». Solo nel 1948 sono dileguate le ultime tracce del «voto plurale», a suo tempo teorizzato e celebrato da John Stuart Mill: i membri delle classi superiori considerati più intelligenti e più meritevoli godevano del diritto di esprimere più di un voto, ciò che faceva rientrare dalla finestra la discriminazione censitaria cacciata dalla porta. </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Per quanto riguarda l’Italia, sui manuali scolastici si può leggere che la discriminazione censitaria è stata cancellata nel 1912. In realtà continuavano a sussistere le «piccole» clausole di esclusione denunciate da Lenin. Ma non è questo il punto più importante. La legge varata in quell’anno concedeva graziosamente i diritti politici solo a quei cittadini di sesso maschile che, pur di modeste condizioni sociali, si fossero distinti o per «titoli di cultura e di onore» o per il valore militare mostrato nel corso della guerra contro la Libia terminata poco prima. In altre parole, non si trattava del riconoscimento di un diritto universale, bensì di una ricompensa in primo luogo per quanti avevano dato prova di coraggio e di ardore bellico nel corso di una conquista coloniale dai tratti brutali e talvolta genocidi.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">In ogni caso, anche là dove il suffragio (maschile) era divenuto universale o pressoché universale, esso non valeva per la Camera Alta, che continuava a essere appannaggio della nobiltà e delle classi superiori. Nel Senato italiano vi sedevano, in qualità di membri di diritto, i principi di Casa Savoia: tutti gli altri erano nominati a vita dal re, su segnalazione del presidente del Consiglio. Non dissimile era la composizione delle altre Camere Alte europee che, a eccezione di quella francese, non erano elettive bensì caratterizzate da un intreccio di ereditarietà e nomina regia. Persino per quanto riguarda il Senato della Terza Repubblica francese, che pure aveva alle spalle una serie ininterrotta di sconvolgimenti rivoluzionari culminati nella Comune, è da notare che esso risultava da un'elezione indiretta ed era costituito in modo tale da garantire una marcata sovra-rappresentanza alla campagna (e alla conservazione politico-sociale), a danno ovviamente di Parigi e delle maggiori città, a danno cioè dei centri urbani considerati il focolaio della rivoluzione. Anche in Gran Bretagna, nonostante la secolare tradizione liberale alle spalle, la Camera Alta (interamente ereditaria, eccettuati pochi vescovi e giudici), non aveva nulla di democratico, e netto era il controllo esercitato dall’aristocrazia sulla sfera pubblica: era una situazione non molto diversa da quella che caratterizzava Germania e Austria. È per questo che un illustre storico (Arno J. Mayer) ha parlato di persistenza dell’antico regime in Europa sino al primo conflitto mondiale (e alla rivoluzione d’ottobre e alle rivoluzioni e agli sconvolgimenti che hanno fatto seguito a essa)</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">In quegli anni neppure negli USA erano assenti i residui di discriminazione censitaria. Rispetto all’Europa, però, l’antico regime si presentava in una versione diversa: l’aristocrazia di classe si configurava come aristocrazia di razza. Nel Sud del paese il potere era nelle mani degli ex-proprietari di schiavi, che nulla avevano perso della loro arroganza razziale o razzista e che non a caso erano bollati dai loro avversari quali Borboni; non era certo dileguato il regime talvolta celebrato dai suoi sostenitori e talaltra criticamente analizzato dagli studiosi contemporanei come una sorta di ordinamento castale, in quanto fondato su raggruppamenti etnico-sociali resi impermeabili dal divieto di miscegenation, e cioè dal divieto di rapporti sessuali e matrimoniali inter-razziali, severamente condannati e puniti in quanto suscettibili di mettere in discussione la white supremacy.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">2. La duplice dimensione della discriminazione razziale</span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">E veniamo così alla terza grande discriminazione, quella razziale. Prima della Rivoluzione d’Ottobre essa era più viva che mai e manifestava la sua vitalità in due modi. A livello globale il mondo era caratterizzato dal dominio incontrastato, per dirla con Lenin, di «poche nazioni elette» ovvero di un pugno di «nazioni modello» che attribuivano a se stesse «il privilegio esclusivo di formazione dello Stato», negandolo alla stragrande maggioranza dell’umanità, ai popoli estranei al mondo occidentale e bianco e pertanto indegni di costituirsi quali Stati nazionali indipendenti. E dunque, le «razze inferiori» erano escluse in blocco dal godimento dei diritti politici già per il fatto di essere considerate incapaci di autogoverno, incapaci di intendere e di volere sul piano politico. Tale esclusione era ribadita a un secondo livello, a livello nazionale: nell’Unione sudafricana e negli USA (il paese sul quale soprattutto ci soffermeremo), i popoli di origine coloniale erano ferocemente oppressi: essi non godevano né dei diritti politici né di quelli civili. </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Si pensi ad esempio ai linciaggi che, tra Otto e Novecento, negli Stati Uniti erano riservati in particolare ai neri. Un illustre storico statunitense (Vann Woodward) ne ha dato una descrizione secca ma tanto più efficace e raccapricciante:</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">«Notizie dei linciaggi erano pubblicate sui fogli locali e carrozze supplementari erano aggiunte ai treni per spettatori, talvolta migliaia, provenienti da località a chilometri di distanza. Per assistere al linciaggio, i bambini delle scuole potevano avere un giorno libero.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lo spettacolo poteva includere la castrazione, lo scoiamento, l'arrostimento, l'impiccagione, i colpi d'arma da fuoco. I souvenir per acquirenti potevano includere le dita delle mani e dei piedi, i denti, le ossa e persino i genitali della vittima, così come cartoline illustrate dell'evento».</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Vediamo qui all’opera non la democrazia propriamente detta di cui favoleggia la storiella edificante di cui ho parlato agli inizi, bensì quella che eminenti studiosi statunitensi hanno definito la Herrenvolk democracy, una democrazia riservata esclusivamente al popolo dei signori, il quale esercitava una terroristica white supremacy non solo sui popoli di origine coloniale (afroamericani, asiatici ecc.) ma talvolta anche sugli immigrati provenienti da paesi (quali l’Italia) considerati di dubbia purezza razziale.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ancora negli anni ’30 i neri, che pure nel corso della prima guerra mondiale erano stati chiamati a combattere e a morire per la «difesa» del paese, continuavano a subire un regime di terrore che al tempo stesso funzionava come una ripugnante società dello spettacolo. Eloquenti sono di per sé i titoli e le cronache dei giornali locali del tempo. Li riprendiamo dall’antologia (100 Years of Lynchings) curata da uno studioso afroamericano (Ralph Ginzburg): «Grandi preparativi per il linciaggio di questa sera». Nessun particolare doveva essere trascurato: «Si teme che colpi d’arma da fuoco diretti al negro possano andare fuori bersaglio e colpire spettatori innocenti, che includono donne con i loro bambini in braccio»; ma se tutti si atterranno alle regole, «nessuno sarà deluso». L’inedita società dello spettacolo procedeva in modo implacabile. Vediamo altri titoli: «il linciaggio eseguito pressoché come previsto nell’annuncio pubblicitario»; «la folla applaude e ride per l’orribile morte di un negro»; «cuore e genitali recisi dal cadavere di un negro». </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">A subire il linciaggio non erano solo i neri colpevoli di «stupro» ovvero, il più delle volte, di rapporti sessuali consensuali con una donna bianca. Bastava molto meno per essere condannati a morte: l’«Atlanta Constitution» dell’11 luglio 1934 informava dell’avvenuta esecuzione di un nero di 25 anni «accusato di aver scritto una lettera “indecente e insultante” a una giovane ragazza bianca della contea di Hinds»; in questo caso la «folla di cittadini armati» si era accontentata di riempire di pallottole il corpo dello sciagurato. Per di più, oltre che sui «colpevoli», la morte, inflitta in modo più o meno sadico, incombeva anche sui sospetti. Continuiamo a sfogliare i giornali dell’epoca e a leggere i titoli: «Assolto dalla giuria, poi linciato»; «Sospetto impiccato a una quercia sulla pubblica piazza di Bastrop»; «Linciato l’uomo sbagliato». Infine la violenza non si limitava a prendere di mira il responsabile o il sospetto responsabile del misfatto a lui attribuito: accadeva che, prima di procedere al suo linciaggio, venisse data alle fiamme e bruciata completamente la capanna in cui abitava la sua famiglia. </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">È da aggiungere che la terza grande discriminazione finiva col colpire anche certi membri e certi settori della stessa casta o razza privilegiata. Sfogliando sempre l’antologia relativa ai cento anni di linciaggi negli USA, ci imbattiamo nel titolo di un articolo del «Galveston (Texas) Tribune» del 21 giugno 1934: «Una ragazza bianca è rinchiusa in carcere, il suo amico negro è linciato». Su quella ragazza bianca il regime di terroristica white supremacy si abbatteva in modo duplice: sia privandola della sua libertà personale, sia colpendola pesantemente nei suoi affetti.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">3. Movimento comunista e lotta contro la discriminazione razziale</span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">In che direzione, a quale movimento e a quale paese guardavano le vittime di tale orrore, per cercare solidarietà e ispirazione nella lotta di resistenza e di emancipazione? Non è difficile indovinarlo. Subito dopo la rivoluzione d’ottobre, gli afroamericani che aspiravano a scuotersi di dosso il giogo della white supremacy erano spesso accusati di bolscevismo, ma pronta era la replica di un militante nero che non si lasciava intimidire: «Se lottare per i nostri diritti significa essere bolscevichi, ebbene io sono bolscevico e che gli altri si rassegnino una volta per sempre».</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Sono gli anni in cui i neri che diventavano militanti del Partito comunista degli USA o che visitavano la Russia sovietica facevano un’esperienza inedita e esaltante: si vedevano finalmente riconosciuti nella loro dignità umana; su un piano di parità con i loro compagni potevano partecipare alla progettazione di un mondo nuovo. Si comprende allora che essi guardassero a Stalin come al «nuovo Lincoln», al Lincoln che avrebbe messo fine questa volta in modo concreto e definitivo alla schiavitù dei neri, all’oppressione, alla degradazione, all’umiliazione, alla violenza e ai linciaggi che essi continuavano a subire. Non c’è da stupirsi per questa visione. Si tenga presente che per lungo tempo, nel periodo in cui la discriminazione razziale e il regime di supremazia bianca infuriavano pressoché indisturbati all’interno degli USA e a livello mondiale nel rapporto tra metropoli capitalistica e colonie, il termine «razzismo» ha avuto una connotazione positiva, quale sinonimo di comprensione sobria e scientifica della storia e della politica, una comprensione scientifica che solo gli ingenui (per lo più socialisti o comunisti) si ostinavano a ignorare o a mettere in discussione.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Quando interveniva il momento di svolta nella storia degli afroamericani? Nel dicembre 1952 il ministro statunitense della giustizia inviava alla Corte Suprema, che era stata chiamata a discutere la questione dell’integrazione nelle scuole pubbliche, una lettera eloquente: «La discriminazione razziale porta acqua alla propaganda comunista e suscita dubbi anche tra le nazioni amiche sull’intensità della nostra devozione alla fede democratica». Già per ragioni di politica estera occorreva sancire l’incostituzionalità della segregazione e della discriminazione anti-nera. Washington – osserva lo storico statunitense (Vann Woodward) che ricostruisce tale vicenda – correva il pericolo di alienarsi le «razze di colore» non solo in Oriente e nel Terzo Mondo ma nel cuore stesso degli Stati Uniti: anche qui la propaganda comunista riscuoteva un considerevole successo nel suo tentativo di guadagnare i neri alla «causa rivoluzionaria», facendo crollare in loro la «fede nelle istituzioni americane». In altre parole, non si poteva arginare la sovversione comunista senza mettere fine al regime di white supremacy. E dunque: la lotta ingaggiata dal movimento comunista e la paura del comunismo finivano con lo svolgere un ruolo essenziale nella cancellazione negli USA (e poi nel Sudafrica) della discriminazione razziale e nella promozione della democrazia.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">A questo punto s’impone una riflessione. Le opzioni politiche di ciascuno di noi possono essere le più diverse. E, tuttavia, chi voglia fondare le sue affermazioni su una sia pur elementare ricostruzione storica, deve riconoscere un punto essenziale: la storiella edificante dalla quale abbiamo preso le mosse, e che continua a essere strombazzata dall’ideologia dominante, è per l’appunto una storiella. Se per democrazia intendiamo quantomeno l’esercizio del suffragio universale e il superamento delle tre grandi discriminazioni, è chiaro che essa non può essere considerata anteriore alla Rivoluzione d’Ottobre e non può essere pensata senza l’influenza che quest’ultima ha esercitato a livello mondiale.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">4. La discriminazione razziale tra USA e Terzo Reich</span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Se da un lato spingeva le sue vittime a riporre le loro speranze nel movimento comunista e nell’Unione Sovietica, dall’altro il regime di white supremacy vigente negli USA e a livello mondiale suscitava l’ammirazione del movimento nazista. Nel 1930, Alfred Rosenberg, che poi sarebbe diventato il teorico più o meno ufficiale del Terzo Reich, celebrava gli Stati Uniti, con lo sguardo rivolto soprattutto al Sud, come uno «splendido paese del futuro» che aveva avuto il merito di formulare la felice «nuova idea di uno Stato razziale», idea che si trattava allora di mettere in pratica, «con forza giovanile», senza fermarsi a mezza strada. La repubblica nord-americana aveva coraggiosamente richiamato l’attenzione sulla «questione negra» e anzi l’aveva collocata «al vertice di tutte le questioni decisive». Ebbene, una volta cancellato per i neri, l’assurdo principio dell’uguaglianza doveva essere liquidato sino in fondo: occorreva trarre «le necessarie conseguenze anche per i gialli e gli ebrei».</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Non c’è dubbio, il regime di white supremacy ha profondamente ispirato il nazismo e il Terzo Reich. È un’influenza che ha lasciato tracce profonde anche sul piano categoriale e linguistico. Proviamo a interrogarci sul termine-chiave suscettibile di esprimere in modo chiaro e concentrato la carica di de-umanizzazione e di violenza genocida insita nell’ideologia nazista. In questo caso non c’è bisogno di ricerche particolarmente tormentose: è Untermensch il termine-chiave, che in anticipo priva di qualsiasi dignità umana quanti sono destinati a essere schiavizzati al servizio della razza dei signori o a essere annientati quali agenti patogeni, colpevoli di fomentare la rivolta contro la razza dei signori e contro la civiltà in quanto tale. Ebbene, il termine Untermensch, che un ruolo così centrale e così nefasto svolge nella teoria e nella pratica del Terzo Reich, non è altro che la traduzione dall’americano Under Man! Lo riconosce Rosenberg, il quale esprime la sua ammirazione per l’autore statunitense Lothrop Stoddard: a lui spetta il merito di aver per primo coniato il termine in questione, che campeggia come sottotitolo (The Menace of the Under Man) di un libro pubblicato a New York nel 1922 e della sua versione tedesca (Die Drohung des Untermenschen) apparsa tre anni dopo. Per quanto riguarda il suo significato, Stoddard chiarisce che esso sta a indicare la massa di «selvaggi e barbari», «essenzialmente incapaci di civiltà e suoi nemici incorreggibili», con i quali bisogna procedere a una radicale resa dei conti, se si vuole sventare il pericolo che incombe di crollo della civiltà. Elogiato, prima ancora che da Rosenberg, già da due presidenti statunitensi (Harding e Hoover), Stoddard è successivamente ricevuto con tutti gli onori a Berlino, dove incontra non solo gli esponenti più illustri dell’eugenetica nazista, ma anche i più alti gerarchi del regime, compreso Adolf Hitler, ormai lanciato nella sua campagna di decimazione e schiavizzazione degli «indigeni» ovvero degli Untermenschen dell’Europa orientale, e impegnato nei preparativi per l’annientamento degli Untermenschen ebraici, considerati i folli ispiratori della rivoluzione bolscevica e della rivolta degli schiavi e dei popoli delle colonie. </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ben lungi dal poter essere assimilate l’una all’altra quali nemiche mortali della democrazia, Unione Sovietica e Germania hitleriana si sono storicamente collocate su posizioni contrapposte: la prima ha svolto un ruolo d’avanguardia nella lotta contro la terza grande discriminazione (quella razziale), mentre la seconda si è distinta nella lotta per radicalizzare ed eternizzare la terza grande discriminazione e, nel far ciò, si è richiamata all’esempio costituito dagli USA. Nel complesso, l’analisi storica costringe a riconoscere il contributo essenziale o decisivo fornito dal movimento scaturito dalla rivoluzione d’ottobre al superamento delle tre grandi discriminazioni e dunque alla realizzazione di un presupposto ineludibile della democrazia.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">5. Un incompiuto processo di democratizzazione</span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Conviene ora porsi un’ultima domanda: le tre grandi discriminazioni sono oggi del tutto dileguate? Già diversi anni fa, un eminente storico statunitense, Arthur Schlesinger Jr, che è stato anche consigliere del presidente John Kennedy, tracciava un quadro ben poco lusinghiero della democrazia nel suo paese: «L'azione politica, una volta imperniata sull'attivismo, s’impernia ora sulla disponibilità finanziaria». Dati i «costi spaventosamente alti delle recenti campagne elettorali», si delineava nettamente la tendenza a «limitare l’accesso alla politica a quei candidati che hanno fortune personali o che ricevono denaro da comitati d’azione politica», ovvero da «gruppi di interessi» e lobbies varie. In altre parole, era come se la discriminazione censitaria, cacciata dalla porta, fosse rientrata dalla finestra. Conviene prenderne atto: la campagna neoliberista contro i «diritti sociali ed economici», solennemente proclamati e sanciti dall'ONU nel 1948 ma denunciati da Friedrich August von Hayek quali espressione dell'influenza (da lui considerata rovinosa) della «rivoluzione marxista russa», ha finito con l‘investire anche i diritti politici.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Nell’atto di accusa contro la Rivoluzione d’Ottobre formulato dal patriarca del neoliberismo (e premio Nobel per l’Economia nel 1974) si può e si deve leggere un grande riconoscimento. Quella rivoluzione ha contribuito alla realizzazione dei diritti economici e sociali e all’edificazione anche in Occidente; non a caso, ai giorni nostri, al venire meno della sfida del movimento comunista corrisponde lo smantellamento dello Stato sociale nella stessa Europa, con il risultato che la discriminazione censitaria finisce col ripresentarsi in forme nuove.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">E per quanto riguarda le altre due grandi discriminazioni? Non c’è tempo per un’analisi approfondita, ma non posso fare a meno di una breve osservazione a proposito della terza grande discriminazione. Certo, la storia non è l’eterno ritorno dell’identico, come pretendeva Nietzsche. Sarebbe errato e fuorviante ignorare i mutamenti intervenuti e i risultati conseguiti dalla lotta di emancipazione. Ai giorni nostri nessuno oserebbe fare professione di razzismo e proclamare ad alta voce la necessità di difendere o ristabilire la white supremacy. Non bisogna però dimenticare che, storicamente, un aspetto essenziale della terza grande discriminazione è stato la gerarchizzazione dei popoli e delle nazioni. L’ha ben compreso Lenin che abbiamo visto definire l’imperialismo come la pretesa di «poche nazioni elette» ovvero di poche «nazioni modello» di riservare esclusivamente a se stesse il diritto di costituirsi in Stato nazionale indipendente. È stata abbandonata una volta per sempre tale pretesa? In occasione di gravi conflitti politici e diplomatici, l’Occidente e in particolare il suo paese-guida si rivolgono al Consiglio di Sicurezza dell’ONU perché autorizzi l’intervento militare da loro auspicato o programmato, ma al tempo stesso dichiarano che, anche in assenza di autorizzazione, essi si riservano il diritto di scatenare sovranamente la guerra contro questo o quel paese. E’ evidente che, arrogandosi il diritto di dichiarare superata la sovranità di altri Stati, i paesi occidentali si attribuiscono una sovranità dilatata e imperiale, da esercitare ben al di là del proprio territorio nazionale, mentre per i paesi da loro presi di mira il principio della sovranità statale è dichiarato superato e privo di valore. In forme nuove si riproduce la dicotomia (nazioni elette e realmente fornite di sovranità/popoli indegni di costituirsi in Stato nazionale autonomo) che è propria dell’imperialismo e del colonialismo. Con la forza delle armi continua a esser fatto valere il principio della gerarchizzazione dei popoli e delle nazioni. </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Nel caso degli USA questa sedicente gerarchia è proclamata ad alta voce e viene persino religiosamente trasfigurata. Nel settembre del 2000, nel condurre la campagna elettorale che l’avrebbe portato alla presidenza, George W. Bush enunciava un vero e proprio dogma: «La nostra nazione è eletta da Dio e ha il mandato della storia per essere un modello per il mondo». È un dogma ben radicato nella tradizione politica statunitense. Bill Clinton aveva inaugurato il suo primo mandato presidenziale, con una proclamazione ancora più enfatica del primato degli USA e del diritto-dovere a dirigere il mondo: «La nostra missione è senza tempo»!</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Si direbbe che alla white supremacy sia subentrata la western supremacy ovvero l’American supremacy. Resta fermo il principio della gerarchizzazione dei popoli e delle nazioni, una gerarchizzazione naturale, eterna e persino consacrata dalla volontà divina, come nella monarchia assoluta dell’Antico regime! Almeno per quanto riguarda la sua dimensione internazionale, la terza grande discriminazione non è dileguata. Detto altrimenti: almeno per quanto riguarda i rapporti internazionali, siamo ben lontani dalla democrazia. Il processo di democratizzazione iniziato con la rivoluzione d’ottobre è ancora ben lungi dalla sua conclusione.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; padding-left: 30px; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Il
testo è la rielaborazione nella forma della Conferenza pronunciata a
Napoli, presso la libreria Feltrinelli, il 6 luglio 2007, nell’ambito
del ciclo «I venerdì della politica» promosso dalla Società di studi
politici.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; overflow-wrap: break-word; padding-left: 30px; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Ho
sviluppato i temi qui accennati in tre libri ai quali rinvio per gli
approfondimenti e i riferimenti bibliografici: Controstoria del
liberalismo (Laterza, 2005); Il linguaggio dell’Impero (Laterza, 2007),
Stalin. Storia e critica di una leggenda nera (Carocci, 2008) (D.L)</span></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgm7MhopzX9UqDqWKp6I8tmOg4vdbLld_IsGJgQDwacThGNRcU_ePgGvuNtFFZD7HygFT6UZAR7sJYU_MIbLsp7WAoBBGEXCOzbQ7qBTrj238SsHqa4g7om1aiyR8ND23gLJyBzC4vJoIs8/s1600/Marx+XXI.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgm7MhopzX9UqDqWKp6I8tmOg4vdbLld_IsGJgQDwacThGNRcU_ePgGvuNtFFZD7HygFT6UZAR7sJYU_MIbLsp7WAoBBGEXCOzbQ7qBTrj238SsHqa4g7om1aiyR8ND23gLJyBzC4vJoIs8/s1600/Marx+XXI.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> http://www.marx21.it/</span></span></i></u></span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #333333; font-family: Verdana, verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 9px; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px; word-wrap: break-word;">
<span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"></span></span></i></u></span><br /></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-85246873949489333462017-09-06T11:07:00.000-04:002017-09-14T10:45:25.377-04:00El joven Lenin, una protohistoria — I & II<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: left;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRVzw3Xkcz63U9fKQLU_s5FaoFobSaGZY53N90e3K-OE3zZeDQaSJbtFnUQ3C2J-DcuKiXhC3G3A2ojnqv6GhyphenhyphenqEdtbDhW3QTzdldCwgdvt6ks5jdUkbfJdXKLMPglMkdcEaCijVMwdb_U/s1600/Lenin+%25E2%259C%2586+Michele+Rocchetti+%25C2%25A9+%25C3%2591%25C3%25A1ngara+Marx.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRVzw3Xkcz63U9fKQLU_s5FaoFobSaGZY53N90e3K-OE3zZeDQaSJbtFnUQ3C2J-DcuKiXhC3G3A2ojnqv6GhyphenhyphenqEdtbDhW3QTzdldCwgdvt6ks5jdUkbfJdXKLMPglMkdcEaCijVMwdb_U/s1600/Lenin+%25E2%259C%2586+Michele+Rocchetti+%25C2%25A9+%25C3%2591%25C3%25A1ngara+Marx.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Lenin ✆ Michele Rocchetti </span></span></td></tr>
</tbody></table>
<i><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Nicolás González Varela </span></span></b></i></div>
<div align="right">
<br /></div>
<div align="right">
<i>“El materialista pone al desnudo las contradicciones de clase” </i>(Lenin, 1895) </div>
<br />
Todo
inicio es una definición encubierta. Y algo se puede llegar a conocer
si sabemos cómo ha llegado a ser lo que es. ¿El comienzo no dice acaso
la verdad del ser? O si lo quisiéramos decir con las palabras de
indudable <i>pathos</i> hegeliano de un socialista agrario ruso que tuvo
mucha influencia en Lenin, “por su forma, la etapa superior de
cualquier desarrollo es similar al inicio del que se ha partido”.
¿Podemos comprender mejor, aprehenderlo en su contexto y necesidad, la
práctica y la idea de Lenin si entendemos su origen, si logramos
descifrar sus raíces, si exponemos cómo llegó a ser lo que fue? Lenin
continúa siendo un enigma incluso cuando eliminamos los escombros del
culto a la personalidad. ¿Cuál es la peculiaridad del marxismo de Lenin?
Krupskaia definía a Lenin como “un erudito marxista surgido del Volga”.
¿Podemos explicar de manera materialista-crítica este surgimiento
concreto desde el Volga? La tarea ya había sido planteada por el
malogrado Dutschke: intentar una “reconstrucción crítico-materialista”
de la comprensión de la revolución en Lenin, que conlleva reconsiderar
el fundamento asiático de la Rusia zarista.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref1"> [1] </a> O en palabras del viejo Negri: intentar una lectura marxista del marxismo de Lenin.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref2"> [2] </a>
Una proto-historia de la teoría revolucionaria de Lenin solo puede
evocar lo que se nos ha perdido. Evoquemos el bulto de este vacío. En el
mito se debe introducir la natural discontinuidad dialéctica de todo
pensamiento, incluso el de Lenin. Calibremos la “otredad” del marxismo
de Lenin. O sea: se trata de explicar a Lenin no desde la perfecta
geometría del éxito de Octubre de 1917 sino desde el caos original de su
constitución como práctico socialista y teórico marxista. Y como
veremos la primera juventud tiene su meta en sí misma, no es un
“escalón”. Si el discurso de Lenin “traduce” en términos organizativos
una composición de clases real, que se entiende como algo
específicamente determinado, solo podemos demostrarlo explicando su
formación, el inicio. “Repetir” al Lenin de 1917 es un falso paso,
remachar un fantasma, una nueva “beatificación”, una parodia que se
practica sobre un mito, una voluta de humo académica.<br />
<a name='more'></a><br />
La visión no-geométrica de Lenin, el reverso materialista que nos conduce hacia el enigmático <i>praktiki</i> Vladimir “Volodia” Illich Ulianov de los años 1890, se puede reconstruir no sin cierta dificultad,<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref3"> [3] </a> en parte debido al propio culto a la ersonalidad en la URSS que comenzó ya en 1918,<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref4"> [4] </a>
en parte a las propias condiciones de trabajo conspirativo que imponía
el zarismo y en parte a la propia personalidad y estilo de Lenin, muy
reservado en cuanto a sus recuerdos biográficos o en practicar
autointerpretaciones de su <i>Bildung</i> política.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref5"> [5] </a>
Lenin era un enigma incluso en vida. Durante su vida fue muy poco
pródigo en recuerdos personales y, como señala Wolfe “al contrario de
Stalin y Trotsky, no se preocupó en absoluto de la publicación de su
futura nota necrológica”.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref6"> [6] </a> En 1922, el jefe de la sección rusa de la revista <i>Photo Cinema</i>,
Piotr Voievodin, bolchevique desde 1903, redacta el largo guión de una
gran película abortada sobre la vida de Ulianov y a este fin, intenta
compilar “lo humano de Lenin”; sólo logra establecer de manera
fehaciente que “1) Le gustan los niños; 2) y los gatos; 3) ríe a menudo;
4) tiene un plan y un modo de vida modestos; 5) juega bien al ajedrez;
6) le gusta montar en bicicleta’', y poco más. Zinoviev, muy cercano a
Lenin, se dedicó desde 1932 a lograr un retrato concreto y exhaustivo;
cuando en agosto de 1936 Stalin lo ejecutó no había podido anotar más
que algunas ideas y preguntas: como Lenin preparaba sus informes,
redactaba una resolución, presidía reuniones, escuchaba a un visitante,
reaccionaba ante las derrotas, las victorias y rupturas.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref7"> [7] </a>
No pudo ir mucho mas lejos. Detrás de la espesa niebla ideológica del
“Santo-Apóstol-Profeta-Mártir”, se esconde un Lenin concreto, el Volodia<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref8"> [8] </a> de “carne-y-hueso” que intentamos reconstruir. Lenin <i>qua </i>marxista
revolucionario es inteligible sin este fundamento digamos
concreto-nacional, sin esa discontinuidad real. Intentar rastrear el
origen, las raíces, los preciosos momentos de formación del marxismo de
Lenin es una tarea difícil, pendiente y necesaria. El culto a Lenin, ya
latente a pesar de su propia opinión contraria en vida, paso a ser
después de su muerte en 1924 descomunal, una producción monstruosa digna
de Gargantúa. La <i>Leniniana</i> alcanzó proporciones bíblicas, desde
crónicas diarias de su carrera política en todos los formatos
imaginables, además que sus artículos y notas fundamentaban cada paso en
la línea política oficial del Estado, cada cambio en la dirección debía
ser necesariamente contrastado y ligado a una palabra maestra de Lenin.
Como señala Bensaïd, el leninismo “estalinizado” no es otra cosa que
una mera ortodoxia estatal. Pero incluso las fracciones y líneas de
opinión internas (Trotsky, Kollontai, Kamenev, Zinoviev, Stalin,
Bujarin, Miasnikov <i>et altri</i>) se legitimaban ante las bases a
través de citas y contra-citas bizantinas de sus libros y discursos.
Incluso Gorbachov en 1985 tuvo que justificar su <i>Glasnot </i>y <i>Perestroika</i> remitiéndolas al <i>corpus</i>
de ideas inmortales de Lenin. La acumulación documental leniniana,
alguna de la cual aportaba información interesante sobre la recepción
histórica de Marx y la distintiva formación “oriental” del marxismo en
Rusia, fue abruptamente interrumpida en 1938 por un <i>ukase </i>de Stalin.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref9"> [9] </a>
Toda investigación seria y materialista sobre Lenin quedó interrumpida
hasta 1956, y aquellos que se habían aventurado en rastrear las raíces
“rusas” del marxismo corrían peligro, yacían en un gulag o habían sido
ejecutados.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref10"> [10] </a> Para el <i>Dia-Mat</i> y para Stalin, Lenin fue un <i>ur</i>-marxista
ortodoxo desde su adolescencia y punto. Lenin, en cuanto a Marx, era
una suerte de Minerva, que nació con casco, pica, égida y escudo. Con
razón Negri afirma que el leninismo en cuanto tal no existe.<br />
<br />
En Occidente la <i>Leninografía</i>
sufrió la falta de fuentes de primera mano además de la
sobredeterminación ideológica de la Guerra Fría, pero las incongruencias
y heterodoxia de Lenin intentaron ser explicadas de diversas maneras.
Básicamente en la mayoría de los casos juegan en diferentes jerarquías
tres paradigmas sobre Lenin <i>praktiki</i> marxista. Unos sostuvieron
la versión de un Lenin marxista-primitivo, anclado en el Marx juvenil de
barricada, el “blanquista” de 1847-1850, que todavía no había madurado
hacia el cientificismo de <i>Das Kapital</i>. Otros veían a Lenin como
un caso para ser analizado desde el punto de vista histórico-psicológico
(al estilo del Wilson de Freud), respuesta de su <i>psyché </i>al
conflicto con la figura zarista y noble de su padre y para resolver en
lo real la ejecución vergonzosa de su hermano; finalmente la más
extendida presentaba al marxismo heterodoxo y pragmático de Lenin como
el último y más ilustre representante de la larga tradición rusa
jacobina (terrorista y violenta que se remonta a Pestel), de la cual se
habría apropiado en cuanto a ideas y estilos organizativos, agregándole <i>a posteriori</i>
el stock teórico de Marx y Engels. Lenin en este caso nunca puede ser
considerado un “socialdemócrata ortodoxo” (o lo fue durante un corto
tiempo), y al <i>corpus</i> ideológico jacobino ruso simplemente le sumó
una fina pátina de ideas marxistas. Intentaremos aquí salir de este
atolladero, esquivar los dos polos opuestas de la mala interpretación de
Lenin, tanto el del mito beatificador stalinista como el del
neo-jacobino, intentando saber cómo Lenin llegó a ser lo que fue en la
práctica como en la teoría.<br />
<br />
El viaje es de adelante hacia
atrás, desde la consolidación ya sin retorno del Estado de partido único
en 1922, hacia el pasado conspirativo, hacia el sofocante mundo
paranoico de los círculos populistas y marxistas durante el zarismo,
pero también hacia la creatividad de un marxismo abierto, alejado del
naciente <i>Dia-Mat</i>. El año 1922 es el principio del fin para Lenin,
pero en marzo de ese año logra escribir un ensayo revelador:
“Significación del materialismo militante”, titulo-homenaje a su maestro
marxista Plekhanov,<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref11"> [11] </a> para la revista teórica mensual: <i>Bajo la bandera del marxismo</i>.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref12"> [12] </a>
En él afirma que “afortunadamente las tendencias principales del
pensamiento social avanzado de Rusia tienen una sólida tradición
materialista. Sin mencionar a Plekhanov, bastará nombrar a
Chernishevsky”. Más adelante Lenin afirmaba que “sin un sólido
fundamento filosófico… ningún materialismo puede soportar la lucha
contra la ofensiva de las ideas burguesas, contra la restauración de la
concepción burguesa del Mundo”, por lo que propone al comité editorial
de la revista, “organizar el estudio sistemático de la dialéctica de
Hegel desde el punto de vista materialista, o sea: de la dialéctica que
Marx aplicó prácticamente en <i>El Capital</i> y en sus trabajos
históricos y políticos.” Lenin concluye diciendo que “basándose en el
modo como Marx aplicaba la dialéctica de Hegel, concebida de manera
materialista, podemos y debemos desarrollar esta dialéctica en todos sus
aspectos, publicar en la revista fragmentos de las principales obras de
Hegel, interpretarlas de un ‘modo materialista’, comentándolas con
ejemplos de la aplicación de la dialéctica por Marx.” Y como colofón
final sugiere al grupo de redactores y colaboradores que la revista se
constituya en una suerte de “Sociedad de amigos materialistas de la
dialéctica hegeliana”. Lenin consideraba que “sin plantearse semejante
tarea y sin cumplirla sistemáticamente, el Materialismo no puede ser
materialismo combativo”.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref13"> [13] </a> Todos los
conceptos materialistas para Lenin, como decía Marcuse, contienen una
acusación y un imperativo. El artículo es sintomático, advierte de la
posibilidad de una “restauración burguesa” en la teoría: la exhortación
de Lenin es contemporánea a su reflexión práctica sobre la exigencia de
normas más severas para el ingreso al partido, además de señalar el
deficiente nivel de los militantes, previa al XIº Congreso de marzo, así
como su preocupación por la composición de clase del Comité Central. La
praxis se desmorona, pierde su eficacia y se hace “administrativa de
las cosas” sin una teoría revolucionaria, sin el método materialista…
¿El núcleo esencial de toda filosofía es en última instancia la
política?<br />
<br />
Pero además aparece la herencia revolucionaria
autóctona a la que no solo no hay que renunciar sino incluso volver a
reactivar. Lenin recuerda a las nuevas generaciones la sólida tradición
materialista rusa (ilustrada, no-jacobina e independiente de la
“Narodnaya Volya”) con la cual se formó, que se inicia, de manera
sorprendente, no con Herzen, no con Plekhanov sino con un economista
“socialista agrario” llamado Nikolái Gavrílovich Chernishevsky.<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref14"> [14] </a> Personaje destacado en su tiempo, que llamó la atención del Marx tardío, que lo calificaba de “gran sabio y crítico”. El <i>Dia-Mat</i>,
en el obligado Diccionario Soviético de Filosofía (edición de 1959) lo
define malamente como “gran demócrata revolucionario ruso, filósofo
materialista, crítico literario y socialista utópico.”¿Utópico? Sabemos
que el régimen stalinista nunca rindió homenaje a Chernishevsky, o a su
discípulo Dubroliúbov, raro porque siendo predecesores reconocidos del
leninismo son predecesores <i>ab initio</i>, por lo tanto, de la misma
URSS. El problema era que el espejo antidespótico de Chernishevsky, su
lucha contra la forma autoritaria-despótica asiática de Estado y
Sociedad, lo que denominaba <i>Aziatstvo</i>,<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref15"> [15] </a>
además de su antinacionalismo eslavo, lo hacía muy incómodo al régimen
de Stalin. Obviamente, se sabe que la famosa obra de Lenin sobre la
organización de 1903, <i>¿Qué hacer?</i>,<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftnref16"> [16] </a>
al parecer se inspiraba en su título en la novela homónima de
Chernishevsky, cosa dudosa para algunos escolares, pero poco más. En sus
memorias la Krupskaia reconocía que “en sus artículos y en sus libros
[Lenin] no habla nunca de un modo directo, pero cada vez que se refería a
Chernichevski su verbo tomaba un acento apasionado. Si dais una ojeada a
las obras de Lenin veréis que los pasajes en que habla de Chernichevski
están escritos de un modo particularmente caluroso.” Se puede
reconstruir, a través de varias fuentes y testimonios, así como de las
escasa palabras autobiográficas de Lenin, el papel teórico-práctico de
Chernishevsky. Lenin comentaba que “lo había leído con un lápiz en la
mano”, que había sido “una influencia esencial” o en otro testimonio
oral reconoce que “Chernishevsky ha arado sobre mí una y otra vez”. Si
no bastara las reminiscencias de Lenin además tenemos lo indeleble, como
decía Krupskaia, la propia palabra escrita. Retrocedamos en la
historia.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Notas</span></blockquote>
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn1"> [1] </a> Rudi Dutschke: <i> Versuch, Lenin auf die Füsse zu stellen : über den halbasiatischen und den westeuropäischen Weg zum Sozialismus </i> , Wagenbach, Berlin, 1974; en español: <i>Lenin. Tentativas de poner a Lenin sobre los pies</i>, Icaria, Madrid, 1976. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn2"> [2] </a> Antonio Negri: “Lenin y nuestra generación” (1972), ahora en: <i>La fábrica de la estrategia: 33 lecciones sobre Lenin</i>, Akal Editor, Madrid, p. 15 y ss. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn3"> [3] </a> Un intento en este sentido es el trabajo de Tamás Krausz: <i>Reconstructing Lenin. An Intellectual Biography</i>, Monthly Review Press, New York, 2015; que a pesar de sus méritos tiene graves insuficiencias y lagunas. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn4"> [4] </a>
La primera biografía de tono hagiográfico se publicó ya en septiembre
de 1918, luego del intento de atentado contra su vida por parte de Fanny
Kaplan, producto de la pluma de Zinoviev: <i>Vladimir Il'ich Ul'yanov: ocherki zhizni i deyatel'nosti</i>,
Petrograd, 1918; es decir: “Vladimir Ilich Ulianov, ensayos sobre su
vida y su obra”; Zinoviev afirmaba que: “Lenin es un elegido entre
millones. Lenin es Líder (Vozhd’) por la gracia de Dios. Lenin es la
auténtica figura de un Líder (Vozhd’) como no ha existido en los últimos
quinientos años de existencia de la Humanidad” (<i>ibidem</i>, p. 34), Zinoviev llega a afirmar que Lenin desciende de ¡siervos campesinos!, cuando su padre era un auténtico y noble <i>chinovnik</i>
zarista; el término “Vozhd’” será de uso corriente para nombrar a
Stalin después de 1929; ya en 1919 había comenzado el trabajo editorial
de sus obras llamadas “completas”, la <i>Sobranie sochinenii</i>, que
contemplaba tan solo veintiséis volúmenes (tan solo 1500 escritos de
Lenin) y terminó en 1926. Lenin sin duda fue el escritor marxista más
prolífico, al que pueden adjudicarse más 35.000 documentos de su pluma y
letra. Sobre la historia de omisiones y censuras en las Obras Completas
de Lenin, incluso después de 1956, véase: R. C. Elwood: “How Complete
is Lenin's <i>Polnoe Sobranie Sochinenii</i>?”, en: <i>Slavic Review</i>, Vol. 38, No. 1 (Mar., 1979), pp. 97-105; en lo posible hemos utilizado la edición española: <i>Obras Completas</i>,
Akal Editor, Madrid, 1976, 45 volúmenes más índices complementarios,
versión de la 4ª edición (1941-1957) con los agregados de la 5ª, se la
conoce como la “Edición Stalin” por su censura y omisiones; en caso de
duda o falta del texto nos hemos remitido a la edición en alemán (más
completa y exhaustiva que la rusa): <i>Werke</i> (40 Bände, 2
Ergänzungsbände, Register, Vergleichendes Inhaltsverzeichnis).
Dietz-Verlag, Berlin (DDR), 1956–1972; y su correspondencia: <i>Briefe</i>
(10 Bände), Dietz-Verlag, Berlin (DDR),1967–1976. Para una guía de las
obras completas de Lenin, véase: Harding, Neil: “Appendix 2. Guide to
Lenin’s ‘Collected Works’”, en: <i>Leninism</i>, Duke University Press,
Durham, pp. 300-316.; la crónica (con errores) de la vida de Lenin en
español: Weber, Gerda/ Weber, Hermann: <i>Crónica de Lenin. Datos sobre su vida y obra</i>; Anagrama, Barcelona, 1975; la crónica de la vida de Lenin más exhaustiva sigue siendo: AA. VV.: <i>Vladimir Il'ich Lenin. Biograficheskaya khronika</i>, ed. G. N. Golikov et altri, 12 volúmenes, Moscow, 1970-1982. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn5"> [5] </a>
Por ejemplo: sobre la ejecución de su hermano Aleksandre, hecho
conmocionante y decisivo en su vida política, Lenin apenas hace dos
menciones marginales en toda su enorme obra escrita. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn6"> [6] </a> Bertram D. Wolfe: <i>Tres hombres que hicieron una revolución</i>, Janés, Barcelona, 1956, p. 89. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn7"> [7] </a> La anécdota en: Jean-Jacques Marie: <i>Lenin (1870-1924)</i>, POSI, Madrid, 2008, p. 14. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn8"> [8] </a>
“Volodia” es la habitual forma afectiva en ruso que adopta el nombre
Vladimir; la traducción literal de “Vladimir” (Влади ́ мир ) significa
“el que posee un gran poder”. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn9"> [9] </a> Se trató
de un decreto digamos en forma literaria: la publicación de la versión
oficial del Bolchevismo y de la actividad de Lenin como político, se
trata del libro de Stalin: <i>Istoriya Vsesoyuznoi Kommunisticheskoi Partii bol'shevikov: Kratkii kurs</i>, Moscú, 1938, en español: <i>Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS</i>,
Ediciones de Lenguas Extranjeras, Moscú, 1939; acompañando esta novedad
historiográfica, en agosto de 1938 el presidium de la URSS aprobó una
resolución que advertía que se castigaría con severidad la aplicación de
“métodos pseudocientíficos de investigación al árbol genealógico de
Lenin”. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn10"> [10] </a> Antes de 1929, se debatió
con amplitud en la URSS la cuestión de las raíces rusas y los
componentes nacionales del leninismo, discutiendo la tesis menchevique
que Lenin en realidad había retornado a la tradición premarxista; a
partir de 1923 se debatió si Lenin era (o no) la “síntesis marxista” de
toda la herencia revolucionaria de Rusia, estimando que existe una
filiación legítima entre jacobinismo y leninismo, estableciéndose cierta
continuidad ideológica, partiendo de “La joven Rusia”, Tchakev,
Nechaev, la “Naródnaya Volia”, genealogía a la que ciertos historiadores
agregan tímidamente los nombres de Chernishevsky (V. Kirpotin), Bakunin
(B. Gorev) y Lavrov (N. Sergievsky); la mayoría de los historiadores
participantes en la investigación y debate sobre el origen “ruso” del
leninismo en los 1920’s serían ejecutados en el Gran Terror o morirían
en un gulag. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn11"> [11] </a> Véase el aporte al debate contra Bogdanov y el Empirio-monismo: Plechanov, Georgij Valentinovič: '”<i>Materialismus militans</i>. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo pervoe”, [Respuesta al sr. Bogdanov. Primera carta], en: <i>Golos social-demokrata</i>, 6-7, pp. 3-14, 1908; “<i>Materialismus militans</i>. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo vtoroe” [Respuesta al sr. Bogdanov. Segunda carta], <i>Golos social-demokrata</i>, 8-9, pp. 3-26, 1908; y: “<i>Materialismus militans</i>. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo tret'e” [Respuesta al sr. Bogdanov. Tercera carta], en: <i>Ot oborony k napadeniju</i>, M., B. Cicerin, 1910, pp.70-111; en español: Plekhanov, Jorge: <i>Materialismo militante</i>,
Grijalbo, México, 1967; como vemos Plekhanov era un gran admirador de
Chernishevsky: “mi desarrollo intelectual se efectuó a partir de la
masiva influencia de Chernishevsky”, independientemente de la influencia
paralela en el mismo Lenin, subrayando que lo había conducido al
materialismo vía Feuerbach. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn12"> [12] </a> <i>Pod Znamenem Marksizma</i>, que apareció desde 1925 en alemán como <i>Unter Banner des Marxismus</i>;
el texto de Lenin apareció en el Nº 2, de marzo de 1922; el objetivo de
la publicación era la crítica general desde el punto de vista
materialista (“Órgano del materialismo militante”) así como artículos
sobre Marx y el marxismo; en ese número se podía encontrar letras
inéditas de Engels y Marx a Lassalle, un artículo de David Riazanov
(editor de las <i>MEGA</i>1) sobre la vida cotidiana de Marx, ensayos
sobre lógica formal y lógica dialéctica, o la relación entre anarquismo y
marxismo, además de recensiones bibliográficas. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn13"> [13] </a> Lenin: <i>Obras Completas</i>, tomo XXXVI, Akal editor, Madrid, 1978, pp. 198-199. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn14"> [14] </a>
Nacido en 1828 y muerto en 1889, fue un escritor, revolucionario ruso,
filósofo materialista, crítico literario y socialista, considerado el
fundador del Movimiento<i> narodnik</i>, aunque luego renegó de su
Ideología, muy influenciado por Hegel, la izquierda hegeliana (Bauer),
Feuerbach y los materialistas de fines del siglo XIX
(Büchner-Moleschott); editor jefe de la influyente revista <i>Sovremennik</i>
(“El contemporáneo”), fue encarcelado con pruebas falsas en 1862, tuvo
una “ejecución civil” seguida de una reclusión penal en Siberia en 1872,
donde falleció; véase: Venturi, Franco: “Nikolai Gavrilovich
Chernyshevski”, en: <i>El populismo ruso</i>, Revista de Occidente, Madrid, 1975; pp. 275-352. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn15"> [15] </a>
Definido por Chernishevsky en el ensayo de 1859: “La superstición y las
reglas de la lógica” de esta manera: “Llamo ‘Aziatstvo’ al orden de
cosas en el cual la inviolabilidad de los derechos no existe, en el cual
ni la persona, ni el trabajo, ni la propiedad se encuentran protegidos
de la arbitrariedad. En los estados asiáticos la Ley es completamente
impotente. Quién intenta apoyarse en ella se condena. Reina en ellos
exclusivamente la violencia.”, en: Chernishevsky, N. G.; <i>Polnoe sobranie socinenij</i>, Moscú, 1949, tomo V, p. 700; para Chernishevsky la categoría de <i>Aziatstvo</i> era la clave para comprender de manera hegeliana-materialista al Estado ruso y zarista. <br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="_ftn16"> [16] </a> Véase la introducción de Vittorio Strada a la edición italiana de <i>¿Qué hacer?</i>; en español: “Introducción”, en: Lenin, I., Vladimir: <i>¿Qué hacer?</i>;
ERA ediciones, México, 1977, p. 11-80. Recientemente Lih a revalorizado
el Lenin de esta época y situado histórica y políticamente la obra:
Lih, T. Lars: <i>Lenin rediscovered. ‘What is to be done?’ in context</i>,
Brill, Leiden, 2005; Lih desconfía que el titulo se remita a la novela
de Chernishevsky o bien a un homenaje implícito, como reza la
persistente leyenda.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b><span style="font-size: x-large;">II</span></b></span></div>
<br />
<br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">La familia noble de Ulianov llevaba una vida prosaica en un barrio pudiente segregado en Simbirsk, es el inicio del año 1887. Como señala Deutscher (contra toda la Leninografía) las cuestiones sociales contemporáneas “le eran tan lejanas como a cualquier joven apolítico”. Tiene razón Trotsky (contra toda la Leninografía) al señalar que el nombre de Marx no decía absolutamente nada al adolescente “que dedicaba casi exclusivamente su interés a las bellas letras”. Por diversos testimonios sabemos que Volodia tuvo una adolescencia acomodada y confortable, nunca se entendió con su hermano terrorista Aleksandre, el futuro ejecutado, sus lecturas se encontraban guiadas en especial por la literatura de Turguénev, su autor familiar favorito.</span><a href="https://www.blogger.com/null" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span> </span>[1]<span> </span></a><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">La Literatura bajo el Zarismo se convirtió en un sórdido campo de batalla y de lucha de significaciones en que se debatía, entrelíneas y bajo cuerda, todos los asuntos sociales y políticos decisivos. Recordemos que Turguénev fue el que acuñó por primera vez la palabra “nihilista” (“Nihilista es la persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe”).</span><a href="https://www.blogger.com/null" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span> </span>[2]<span> </span></a><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Por lo que, además de Chernishevsky, la forma en que Turguénev configuró (o no) la orientación revolucionaria de Lenin es una cuestión de considerable importancia. Todas las menciones de Lenin a Turguénev se producen en un contexto político, sus escritos se convirtieron cada vez más en un poderoso estímulo intelectual y de la posibilidad de una lectura entre líneas, “esópica”, de la situación político-social-psicológica de Rusia. Lenin en su exilio forzoso en la aldea de Shushenskoie en 1898, le solicitaba en una carta a su madre y hermanas, le enviaran las obras completas de Turguénev.</span><a href="https://www.blogger.com/null" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span> </span>[3]<span> </span></a><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Ante el temor que los escritos de Turguénev en la edición rusa estuvieran “editados” por la autocensura y la censura estatal, Lenin buscó la edición completa en alemán.</span></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;"></span>Los personajes de Turguénev, aunque poseían un<span> </span><i>pathos</i><span> </span>vagamente liberal, discutían abiertamente sobre cómo mejorar a Rusia, eran, en general, exponentes del Racionalismo occidental (consideraba a Feuerbach, y su Materialismo, tal como hará Chernishevsky, el mejor pensador de Occidente), críticos de la feudal servidumbre zarista, opuestos al Nacional-eslavismo (conservador, radical o terrorista, crítico acérrimo de Herzen), escépticos en torno al futuro socialista de la<span> </span><i>Obshchina<span> </span></i>, la mítica comuna campesina. Lenin, después de pasar por el fulcro ideológico-literario de Turguénev, ya no podría permanecer encerrado en pantano<span> </span><i>narodnik</i>, ni en alguna variante de izquierda eslavófila (Turguénev decía que la doctrina Nacional-eslavófila no solo era falsa sino fútil). En este caso, es evidente que el “liberal” Turguénev es un primer influjo importante para que Lenin comprendiera que las condiciones rusas carecían de “excepcionalidad”, eran ya relaciones de producción burguesas y que, por ende, era en ella plenamente aplicable las enseñanzas revolucionarias que se difundían en Occidente. Una singular interpretación y prognosis de Rusia que en ese entonces ningún marxista teórico de la época, mucho menos los terroristas populistas, aceptaba. Lenin ingresa a la Política revolucionaria de mano de uno de los llamados “hombres de la década del cuarenta” (Bakunin-Herzen-Ogarev-Turguénev-Belinsky),<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[4]<span> </span></a>como se los conocía en Rusia, la última generación de románticos, que políticamente se educaron dentro del Liberalismo constitucional de Occidente, y, lo que es más decisivo para nosotros, filosóficamente en el Idealismo subjetivo y objetivo alemán: Kant, Fichte, Schelling, Hegel y en algunos casos incluso en el post-Hegelianismo (Bauer, Feuerbach).<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[5]<span> </span></a>Como alumno en Berlín, Turguénev frecuentó el ambiente joven-hegeliano, incluso escuchó los sermones izquierdo-hegelianos del joven Bakunin, todavía pre-anarquista. Llegó a conquistar a su hermana a la que luego abandonó.<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[6]<span> </span></a>De aquí seguramente surgió el personaje “materialista-nihilista” Bazarov, que en un momento de la novela reemplaza bruscamente un libro de Pushkin por<span> </span><i>Kraft und Stoff</i><span> </span>del médico-filósofo Ludwig Büchner,<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[7]<span> </span></a>¡última exposición de la época sobre el Materialismo en Occidente!. Recordemos que Büchner formaba parte del movimiento materialista evolucionista (inspirado en Darwin) de fines del siglo XIX, muy criticado por Engels y Marx (su polémica con Vogt). Para Büchner decía que la Materia no podía concebirse sin la Fuerza, la Realidad es uníca, el Conocimiento científico carece de límites, su Materialismo es un nuevo Realismo en el que el Saber verdadero mantiene una relación de adecuación con las cosas que describe y explica. Como “materialista evolucionista” Búchner era un poco atípico, ya que reivindicaba el Comunismo, decía que “es falso que los ensayos comunistas hayan sido desafortunados, ; que allí donde fracasaron, su falta de éxito fuera ocasionada por dificultades externas más que por interiores… Desde el punto de vista económico y social las ventajas de la Comunidad de Bienes prometen ser completamente extraordinarias, y que es muy posible imaginar un Estado social en el que, sin peligro para el fin propio de toda Sociedad o para la individualidad de cada uno, el Trabajo, libre de toda obligación y puramente voluntario, tendría únicamente como fin el Bien de la Comunidad”.<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[8]<span> </span></a>Pese a que Büchner no reconoce las clases sociales (critica incluso a Lassalle) se mantuvo en contacto directo con Engels y muy cercano a los representantes alemanes de la Iª Internacional. A su vez el reaccionario Dostoievski satirizará a los nuevos materialistas-militantes estilo Bazarov en su contra-novela<span> </span><i>Demonios</i>: “en su habitación tenía colocadas, en sendos soportes, en forma de atriles, las obras de Vogt, Moleschott y Büchner, y ante cada uno de los tres atriles ardía un cirio de los de las iglesias”.<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[9]</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Por supuesto, quedaba claro que los “nihilistas” afirmaban que el Arte, la Religión, la Propiedad e incluso la propia familia eran instrumentos que servían a estructuras sociales y políticas explotadoras. Sólo la Ciencia, el Realismo en el arte y el Materialismo en la Filosofía podrían desenmascarar la podredumbre de los viejos valores que apoyaban el dominio de clase y la explotación servil. El Arte se convirtió en un lujo a menos que sirviera objetivos progresistas y materiales identificados por las ciencias naturales y sociales, tal el mensaje subliminal de Bazarov. Bazarov, una “persona superflua” para la Rusia zarista, pero es el héroe de la nueva literatura de protesta, miembro de la reducida minoría de hombres formados y con sensibilidad moral que, incapaz de encontrar un lugar en su propia patria, suele escaparse a fantasías e ilusiones, derrumbarse en el cinismo y la desesperanza, o lo que es pero: en la autodestrucción o la rendición total. Bazarov es el “Nuevo Hombre”, el representante de la novísima<span> </span></span><i style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">raznochinaia intelligentsia</i><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">, cuyos talentos y poderes son desaprovechados. En primer lugar es un positivista, un racionalista egoísta, un cientificista que cree en el rol emancipador de la Ciencia: “un buen químico es veinte veces más útil que un poeta” declama; en segundo lugar, es un “occidentalista”, un modernista revolucionario; en tercer lugar, es un utilitarista en Ética. Muchos estudiosos (como Berlín o Lunacharsky) observaron que Bazarov puede ser considerado no solo el primer héroe “positivo” en la Literatura moderna rusa sino ¡el primer bolchevique!, tanto por su férrea voluntad en luchar por la igualdad y la justicia social como por su escala heroica imperturbable. Bazarov tiene otra virtud: se encuentra en estado de rebelión perpetua, no está atado a ninguna teoría formal o dogma, esa es su fuerza oculta, además no cree en principios sino en hechos. Su centro de gravedad es la "concretidad". Es un moralista racionalista con mirada dialéctica. No es casualidad que precisamente Chernishevsky se inspirara en el personaje de Bazarov para crear a Rakhmetov en su novela<span> </span></span><i style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">¿Qué Hacer?</i><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">, aunque su<span> </span></span><i style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">dramatis personae</i><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span> </span>era una versión perfeccionada y en cierto sentido antinómica, con lo que el rizo ideológico se cerraba. Otro personaje de Turguénev como Rudín,</span><a href="https://www.blogger.com/null" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span> </span>[10]<span> </span></a><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">inspirado en la jerga filosófica de Bakunin y en su propia persona, retrata a un hombre de altos y nobles ideales, excelente retórica (lemas, diatribas), pero carente de carácter y sin proyecto político ni respaldo organizativo, que muere inútilmente luchando en las barricadas de París durante la revolución de 1848. En una novela tardía,<span> </span></span><i style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Tierras vírgenes</i><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">,</span><a href="https://www.blogger.com/null" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span> </span>[11]<span> </span></a><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">el personaje Nezhdanov, “nihilista de acción” (adorado por Ana, la hermana de Lenin), revolucionario fracasado, demasiado civilizado, demasiado sensible, demasiado complejo, termina por suicidarse porque sus orígenes sociales y su carácter individualista le incapacitan para adaptarse a la dura disciplina de una organización revolucionaria eficaz, termina confesando “no puedo simplificarme a mí mismo”. Allí están los dos grandes ejes: odio sin concesiones a la opresión zarista, a la clase terrateniente (irrecuperable para cualquier tipo de emancipación social) y odio a la pasión política romántica pasiva. Lo que resultaba claro para el joven Lenin era que los liberales en general (Turguénev era paradigmático)</span><a href="https://www.blogger.com/null" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><span> </span>[12]<span> </span></a><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">concebían las actitudes políticas como funciones de carácter de los seres humanos, pero nunca como funciones coercitivas de leyes sociales objetivas que se imponían con coerción, naturalidad y fatalismo.</span><span style="font-family: inherit;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; display: inline !important; float: none; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"></span></span> </span></span></div>
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<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Hasta qué punto Lenin apreciaba a Turguénev es que utilizaría frecuentemente citas en sus ensayos y artículos polémicos (pero colocándolo más atrás en su conciencia revolucionaria que Chernishevsky o su discípulo Dubroliúbov). Por ejemplo, en el artículo de 1912: “En memoria de Herzen”,<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[13]<span> </span></a>Lenin expone esta diferenciación ideológica, desde el punto de vista de su composición de clase, señalando que “Chernishevsky, Dubroliúbov, Serno-Soloviévich, quienes representaban la nueva generación de revolucionarios no procedentes de la Nobleza, tenían mil veces razón cuando reprochaban a Herzen [y a la generación de los 1840’s] las desviaciones de la Democracia hacia el Liberalismo”, por lo que puede verse “con claridad tres generaciones, tres clases que actuaron hasta ahora en la Revolución rusa. Al principio, los nobles y terratenientes, los ‘Decembristas’ y Herzen. Estos revolucionarios constituían un pequeño grupo. Estaban muy lejos del Pueblo. Pero su esfuerzo no fue estéril… [En segundo lugar] Los revolucionarios no precedentes de la Nobleza, desde Chernishevsky hasta los héroes de ‘Narodnaia Volia’, recogieron esta tarea, la ampliaron, la intensificaron y consolidaron. El círculo de los luchadores se hizo más amplio, más estrechos sus vínculos con el Pueblo… pero todavía no eran la verdadera tempestad. [En tercer lugar] La tempestad es el movimiento de las masas mismas. El Proletariado, la única clase revolucionaria hasta el fin, se levantó al frente de ellas… El primer embate de la tempestad fue en 1905”. Lenin no se equivocaba: el mismo Turguénev reconocía que era un “gradualista”, un “anticuado liberal en el sentido dinástico (constitucional) inglés, un hombre que espera reformas<span> </span><i>sólo desde arriba</i>”. Veremos que Chernishevsky no estaba en desacuerdo con Turguénev, solo en los medios para llevarlo a cabo los mismos fines. Como buen joven-hegeliano, Turguénev creía que ninguna cuestión estaba cerrada para siempre, ninguna situación podía ser cancelada y clausurada en la Historia, que toda Tesis debe sopesarse contra su Antítesis, que todo Absoluto es una forma sofisticada de Idolatría. En cuanto al hombre revolucionario, el tiempo histórico exige no más Hamlets ni Quijotes. Está claro porqué las precauciones de la policía zarista en el funeral de Turguénev no fueron exageradas, y porqué jóvenes anarco-terroristas como el hermano de Volodia, Aleksandre, intentaron transformarlo en un gran acto político radical. En un artículo de enero de 1914, Lenin atacó una declaración del diario liberal<span> </span><i>Dien</i>, que exigía un Lenguaje estatal centralizado y obligatorio para que la supuesta “riqueza” de la Cultura rusa se derramara entre los pueblos minoritarios dominados por Rusia: “El idioma ruso es un idioma grande y poderoso, nos dicen los liberales… Todo esto es cierto, caballeros liberales, respondemos nosotros. Sabemos mejor que ustedes que el lenguaje de Turguénev, Tolstoi, Dubroliúbov y Chernishevsky es grande y poderoso… Lo que no queremos es el elemento de<span> </span><i>coerción</i>. No queremos que la gente sea llevada al Paraíso a golpes de garrote”.<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[14]<span> </span></a>El Lenin triunfal y tardío seguirá recordando a Turguénev, como por ejemplo en abril de 1918, criticando a los Mencheviques compartir sesenta años después las fantasías constitucionales de Turguénev: “Los ‘socialdemócratas’ modernos del tipo de Scheidemann o, lo que es casi igual, de Mártov, sienten repugnancia por los soviets y atracción por el respetable Parlamento burgués o la Asamblea Constituyente, del mismo modo que Turguénev, sesenta años atrás, sentía atracción por la moderada Constitución monárquica y aristocrática, y repugnancia por la Democracia ‘mujik’ de Dubroliúbov y Chernishevsky”.<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[15]</a>Lenin se encuentra en su<span> </span><i>Stimmung</i><span> </span>revolucionario temperamentalmente mas próximo a Chernishevsky y Dubroliúbov (de quién Marx había dicho que era una suerte de Lessing ruso, un Diderot eslavo) que de Turguénev, pero jamás olvida su efecto catalizador con respecto al Populismo eslavo<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[16]<span> </span></a>de Herzen. Y finalmente en el IX Congreso de RKP (b), marzo de 1922, Lenin criticaba la nueva jerga burocrática de la<span> </span><i>Nomenklatura<span> </span></i>del mismo CC: “No sabemos dirigir la Economía. Este año lo hemos demostrado. Desearía mucho tomar como ejemplo varios ‘Est-Trust’<a href="https://www.blogger.com/null"><span> </span>[17]<span> </span></a>(si puedo expresarme en ese hermoso idioma ruso, tan alabado por Turguénev) y mostrar de qué manera dirigimos la Economía”.<a href="https://www.blogger.com/null">[18]</a></span></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Notas</span></span></span></blockquote>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[1]<span> </span></a>Entre otros: N. Valentinov,<span> </span><i>Encounters with Lenin</i>, Oxford University Press, New York, 1968; y<span> </span><i>The Early Years of Lenin</i>, The University of Michigan Press, Ann Arbor, 1969; además véase:<span> </span><i>Maloznakomyi Lenin</i>, Librairie des Cinq Continents, Paris, 1972; y en la inconclusa biografía que planeaba Isaac Deutscher, interrumpida por su muerte:<span> </span><i>Lenin's Childhood</i>, London, 1970, en español:<span> </span><i>Lenin. Los años de formación</i>; Ediciones ERA, México, 1975; Deutscher cuenta que en 1883 su hermano Aleksandre incluso intento transformar el sepelio de Turguénev el 9 de octubre de 1883 en un acto político, p. 64 y ss.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[2]<span> </span></a>De su novela:<span> </span><i>Padres e Hijos</i><span> </span>de 1862, cuyo arquetipo será el materialista Bazarov.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[3]<span> </span></a>Además tratando de saber si la edición que solicitaba en doce volúmenes era decorosa, esto es: “sin tergiversaciones, mutilaciones, ni errores muy burdos”; véase: carta Nº 42 del 24 de febrero de 1898, en: Lenin, I. V.:<span> </span><i>Obras Completas</i>. Tomo XLI, Akal editor, Madrid-México, 1987.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[4]<span> </span></a>Véase el bello libro de Carr sobre los exiliados rusos románticos:<span> </span><i>Los exiliados románticos</i>.<span> </span><i>(Bakunin-Herzen-Ogarev)</i>, Anagrama, Barcelona, 2010.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[5]<span> </span></a>Véase el prólogo de E. H. Carr a la edición en inglés de la novela<span> </span><i>¿Qué hacer?</i><span> </span>de Chernyshevski:<span> </span><i>What Is To Be Done?,</i><span> </span>Vintage Books, New York, 1964;; en español: “¿Qué hacer?”,<span> </span><i>1917. Antes y después (la Revolución rusa)</i>, Anagrama, Barcelona, 1970, pp. 61-70.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[6]<span> </span></a>La importancia político-filosófica del viaje a Berlín (y a Occidente en general) en la biografía de Leonard Shapiro:<span> </span><i>Turgenev, His Life and Times,<span> </span></i>Harvard University Press, 1978<i>,<span> </span></i>p. 20 y ss.; sobre el poco conocido Bakunin joven-hegeliano véase la edición en francés de sus artículos de 1840’s: Bakunin, M.:<span> </span><i>Bakounine jeune hégélien: La philosophie et son dehors</i>, ENS Éditions, Lyon, 2007, incluye sus artículos entre 1842 y 1843 en la revista de Ruge y Marx,<span> </span><i>Deutsche Jahrbücher fûr Wissenschaft und Kunst<span> </span></i>y en el diario suizo<span> </span><i>Schweizerischer Republikaner</i>.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[7]<span> </span></a>Büchner, Ludwig Friedrich:<span> </span><i>Kraft und Stoff. Empirisch-naturphilosophische Studien. In allgemein-verständlicher Darstellung</i>. Meidinger, Frankfurt am Main, 1855; en español:<span> </span><i>Fuerza y Materia. estudios populares de historia y filosofía naturales</i>, Librería de Fernando Fé, Madrid, 1878; durante un tiempo la “Biblia del Materialismo” de la época, se editaba clandestinamente en Rusia y nunca se tradujo al ruso hasta después de 1917.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[8]<span> </span></a>Büchner, Ludwig Friedrich:<span> </span><i>Die Stellung des Menschen in der Natur in Vergangenheit, Gegenwart und Zukunft oder: Woher kommen wir? Wer sind wir? Wohin gehen wir? Allgemein</i><span> </span><i>verständlicher Text mit zahlreichen wissenschaftlichen Erläuterungen und Anmerkungen</i>, Thomas, Leipzig, 1869, p. 224.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[9]<span> </span></a>Fiodor M. Dostoievski:<span> </span><i>Demonios</i>, en:<span> </span><i>Obras completas. Tomo V</i>, Aguilar, Madrid, 1953, p. 245.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[10]<span> </span></a>De la novela homónima de 1857.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[11]<span> </span></a>Turguénev pretendía que fuera la continuación de<span> </span><i>Padres e hijos</i>, la novela se publicó en 1876.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[12]<span> </span></a>Véase: Isaiah Berlin: “’Padres e hijos’. Turgueniev y la situación liberal”, en:<span> </span><i>Pensadores rusos</i>, México, FCE, 1980, p. 480 y ss.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[13]<span> </span></a>Lenin, V. I.:<span> </span><i>Obras Completas. Tomo XVIII</i>, Akal editor, Madrid, 1977, pp. 69-76.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[14]<span> </span></a>Lenin, V. I.: “¿Es necesario un idioma oficial obligatorio?”, en:<span> </span><i>Obras Completas. Tomo XX</i>, Akal editor, Madrid, 1977, p. 416.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[15]<span> </span></a>Lenin, I. V.: “Las tareas inmediatas del Poder soviético”; en:<span> </span><i>Obras Completas. Tomo XXVIII</i>, Akal editor, Madrid, 1976, p. 482.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[16]<span> </span></a>Entendemos aquí por “Populismo” (<i>Narodnichestvo</i>) al movimiento de ideas radical en Rusia surgido a mediados del siglo XIX, cuyas principales metas eran la Justicia y la Igualdad social, creían que la esencia de una sociedad igualitaria ya existía en la comuna campesina moscovita (la<span> </span><i>Obschina</i>), organizada en forma de una unidad colectiva-cooperativa (<i>Mir</i>), esta comunidad era la piedra angular de una futura federación de unidades socializadas, autogobernadas al estilo de Proudhon; el sujeto principal de la emancipación era el campesino, y no el proletariado industrial; creían en el carácter excepcional de Rusia, lo que haría que evitaran el paso obligado por las etapas del Capitalismo occidental; la expresión más genuina políticamente fue la famosa<span> </span><i>Naródnaya Volia,<span> </span></i>fundada en 1879. Richard Pipes: “Narodnichestvo: A Semantic Inquiry”, en:<span> </span><i>Slavic Review</i>, Vol. 23, No. 3 (Sep., 1964), pp. 441-458; sigue siendo insuperable sobre el Populismo ruso la obra de Franco Venturi:<span> </span><i>El Populismo ruso</i>, Revista de Occidente, Madrid, 1975; es muy útil para nuestro tema la obra de Andrzej Walicki:<span> </span><i>Populismo y Marxismo en Rusia</i>, Editorial Estela, Barcelona, 1971; sobre el Populismo entre 1870-1880, el trabajo de Valentina Tvardovskaia:<span> </span><i>El Populismo ruso</i>, Siglo XXI, México, 1978; una visión desde el<span> </span><i>Dia-Mat</i>: Pantin, I.<span> </span><i>El Pensamiento socialista en Rusia: paso de Utopía a Ciencia</i>, Editorial Progreso, Moscú, 1979;</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[17]<span> </span></a>En 1922 era sintomático que la burocracia soviética había desarrolla su propia Neolengua, una jerga administrativa y clasista no apta para neófitos y difícil de decodificar para un ciudadano común.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-align: left; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null">[18]<span> </span></a>Lenin, V. I.:<span> </span><i>Obras Completas. Tomo XXXVI</i>, Akal editor, Madrid, 1978, p. 242.</span></span></div>
<br />
<i><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">[Continuará...!]</span></span></b></i><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPc5mfO8zw6iNuhL1Mbg2VuR-G-stMmUyBuTDQqcWxgBjgG50q-U3gu-vNSZLm3Ffqy6KPo-VKkrOrN5bavrzsKLpsLmleGmbAulM0zzwWqmyLOwPpgYcPb-Tw-wVYZ-IlxnU1oj7ZgFu8/s1600/01.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPc5mfO8zw6iNuhL1Mbg2VuR-G-stMmUyBuTDQqcWxgBjgG50q-U3gu-vNSZLm3Ffqy6KPo-VKkrOrN5bavrzsKLpsLmleGmbAulM0zzwWqmyLOwPpgYcPb-Tw-wVYZ-IlxnU1oj7ZgFu8/s1600/01.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i><span style="color: blue;"><u><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">https://lapaginademontilla.blogspot.com/ </span></span></u></span></i></td></tr>
</tbody></table>
<br /><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-68641542415687265302017-09-05T10:01:00.001-04:002017-09-05T10:01:35.938-04:00El huracán Harvey no salió de la nada<h3 class="title aleft">
<i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Naomi Klein</span></span></i> </h3>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-wbO3td5wmsJNE9zBKajXwwKBbi0qPDafr3pWIHry1mklMxZbzFMqsdk6sr3vrtDo8BoNEjy1Omp75nXYHxcIlozcNdD9CBUCxK_rVCUbjifbkG_-Ueu4WuV0JXPH0oS4l_A_UhU0sRM-/s1600/Centro+Nacional+de+Huracanes++-+Harvey.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="359" data-original-width="667" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-wbO3td5wmsJNE9zBKajXwwKBbi0qPDafr3pWIHry1mklMxZbzFMqsdk6sr3vrtDo8BoNEjy1Omp75nXYHxcIlozcNdD9CBUCxK_rVCUbjifbkG_-Ueu4WuV0JXPH0oS4l_A_UhU0sRM-/s400/Centro+Nacional+de+Huracanes++-+Harvey.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Ahora es el momento de hablar sobre el cambio climático y todas las
demás injusticias sistémicas –desde realizar detenciones e
interrogatorios basados en el perfil racial hasta la austeridad
económica– que transforman desastres como Harvey en catástrofes humanas.
Busquen la cobertura mediática sobre el huracán Harvey y las
inundaciones en Houston, y oirán acerca de cómo este tipo de lluvia no
tiene precedente. Escucharán acerca de cómo nadie lo vio venir, así que
nadie se podía preparar adecuadamente.<br />
<br />De lo que oirán muy poco es acerca de por qué estos eventos
climáticos sin precedentes, históricos, ocurren con tanta regularidad,
que decir histórico ya se volvió un cliché meteorológico. En otras
palabras, no escucharás hablar mucho, si es que algo, sobre el cambio
climático. Esto, nos dicen, es porque se busca no politizar una tragedia humana
que todavía está en desarrollo, lo cual es comprensible, pero aquí está
el detalle: cada vez que hacemos como que un suceso meteorológico nos
llega de la nada, como alguna acción de Dios que nadie pudo predecir,
los reporteros toman una decisión extremadamente política. Es la
determinación de no herir sentimientos y evitar la controversia, a costa
de la verdad, por más difícil que sea.<br />
<a name='more'></a><br />
Porque la verdad es que estos eventos fueron predichos desde hace
mucho tiempo por los científicos climáticos. Los cada vez más cálidos
océanos crean tormentas más poderosas. Los cada vez más altos niveles de
los océanos implican que esas tormentas entran a sitios que antes no
alcanzaban. Las temperaturas cada vez más calientes ocasionan
precipitaciones pluviales cada vez más extremas: largos períodos de
sequía interrumpidos por masivas tormentas de nieve o lluvia, en vez de
los estables y predecibles patrones con que la mayoría de nosotros
crecimos.<br />
<br />
Los récords que se rompen año con año –ya sea de sequía, de
tormentas, fuegos incontrolados o simplemente calor– ocurren porque el
planeta está notablemente más caliente, más que nunca desde que
comenzaron a llevarse registros. Cubrir sucesos como Harvey mientras se
ignoran esos hechos, no ofrecer una plataforma para que los científicos
climáticos puedan explicarlo con sencillez, mientras no se menciona la
decisión del presidente Donald Trump de retirarse de los acuerdos
climáticos de París, implica fracasar en el más básico deber del
periodismo: ofrecer hechos importantes y contexto relevante. Deja al
público con la falsa impresión de que estos desastres no tienen un
origen, lo cual también implica que no se pudo haber hecho algo para
prevenirlos (y que no se puede hacer algo para evitar que en el futuro
sea peor).<br />
<br />
También
vale la pena señalar que la cobertura mediática de Harvey ha estado
altamente politizada desde mucho antes de que la tormenta tocara tierra.
Ha habido eternas conversaciones acerca de si Trump tomaba
suficientemente en serio la tormenta, largas especulaciones acerca de si
este huracán será su “momento Katrina” y se han ganado puntos políticos
(con justificada razón) con el hecho de que muchos republicanos votaron
contra el apoyo a Sandy pero ahora sí atienden a Texas. Eso se llama
hacer política de un desastre –es el tipo de política partisana que está
en la zona de confort de los medios convencionales, una política que,
de forma oportunista, no toma en cuenta el hecho de que anteponer los
intereses de las empresas de combustibles fósiles a la necesidad de un
decisivo control de la contaminación es un asunto profundamente
bipartisano.<br />
<br />
En un mundo ideal, todos deberíamos poder poner en pausa lo político
hasta que la emergencia haya pasado. Luego, cuando todo mundo estuviera a
salvo, tendríamos un largo, meditativo e informado debate público
acerca de las implicaciones para las políticas de la crisis que
acabábamos de presenciar. ¿Qué debería implicar para el tipo de
infraestructura que construimos? ¿Qué debería implicar para el tipo de
energía de la que dependemos? (Una pregunta con tremendas consecuencias
para la industria dominante en la región, a la que le está pegando más
duro el huracán: la petrolera y la del gas). La hipervulnerabilidad a la
tormenta de los enfermos, los pobres y los de la tercera edad, ¿qué nos
dice acerca del tipo de redes de seguridad que tejemos, dado el
escabroso futuro que ya aseguramos?<br />
<br />
Dado que hay miles de desplazados, podríamos incluso discutir los
innegables vínculos entre la alteración climática y la migración –desde
el Sahel a México– y aprovechar la oportunidad para debatir la necesidad
de una política de migración que comience con la premisa de que Estados
Unidos tiene una buena parte de la responsabilidad de las principales
fuerzas que sacan a millones de sus hogares.<br />
<br />
Pero no vivimos en un mundo que permite ese tipo de debate serio y
mesurado. Vivimos en un mundo en el cual los poderes gobernantes se han
mostrado demasiado dispuestos a explotar el desvío de atención de una
crisis de gran escala; y muchos están dispuestos a usar las emergencias
de vida o muerte para imponer sus políticas más regresivas, políticas
que nos llevan más por el camino correctamente descrito como una forma
de apartheid climático. Lo vimos después del huracán Katrina, cuando los
republicanos no perdieron el tiempo y promovieron un sistema de
educación completamente privatizado, debilitaron la legislación laboral y
fiscal, incrementaron las perforaciones petroleras y de gas y la
industria de la refinación, y abrieron las puertas a compañías
mercenarias como Blackwater. Mike Pence fue un artífice clave de ese
proyecto inmensamente cínico y no deberíamos esperar menos después de
Harvey, ahora que él y Trump están al mando.<br />
<br />
Ya vimos a Trump usar como tapadera al huracán Harvey para lograr el
muy controversial indulto de Joe Arpaio y una mayor militarización de
las fuerzas policiales estadunidenses. Se trata de movimientos
especialmente ominosos, en el contexto de que los puestos de control
migratorios siguen operando aún con las carreteras inundadas (un serio
desincentivo para que los migrantes evacuen), así como en el contexto de
los funcionarios municipales hablando acerca de aplicar las penas
máximas a los saqueadores (vale la pena recordar que después de Katrina,
varios residentes afroestadounidenses fueron baleados por la policía en
medio de este tipo de retórica).<br />
<br />
En
pocas palabras, la derecha no desperdiciará el tiempo para explotar a
Harvey y ningún otro desastre como ese para diseminar ruinosas y falsas
soluciones, como la policía militarizada, más infraestructura petrolera y
de gas y sistemas privatizados. Lo cual significa que la gente
informada y a la que le importa tiene el imperativo moral de nombrar las
verdaderas raíces de esta crisis –conectar los puntos entre la
contaminación climática, el racismo sistémico, los reducidos fondos de
los servicios sociales y los excesivos fondos para la policía. También
necesitamos aprovechar el momento para proponer soluciones
intersectoriales, que dramáticamente reduzcan las emisiones mientras
batallamos contra toda forma de desigualdad e injusticia (algo que hemos
intentado plantear en The Leap (https://theleap.org/), y que grupos
como la Alianza por la Justicia Climática (www.ourpowercampaign.org/cja)
han impulsado durante mucho tiempo).<br />
<br />
Y tiene que ocurrir ahora mismo –justo cuando los enormes costos
humanos y económicos de la inacción están en plena luz pública. Si
fracasamos, si dudamos debido a una errónea idea de lo que es apropiado
durante una crisis, dejamos la puerta abierta a que despiadados actores
exploten este desastre para obtener predecibles y perversos fines.<br />
<br />
También es una dura verdad que la ventana para tener estos debates es
cada vez más estrecha. No tendremos ningún tipo de debate de política
pública después de que pase esta emergencia; los medios regresarán a
cubrir obsesivamente los tuits de Trump y otras intrigas palaciegas. Así
que, si bien parecería ser indecente estar hablando acerca de las
causas primordiales mientras la gente aún está atrapada en sus hogares,
este es, siendo realistas, el único momento en que tenemos la atención
de los medios como para tratar el tema del cambio climático. Vale la
pena recordar que la decisión de Trump de retirarse del acuerdo
climático de París –acción que va a repercutir a escala global durante
décadas– recibió más o menos dos días de cobertura decente. Luego
regresaron a hablar de Rusia las 24 horas.<br />
<br />
Hace poco más de un año Fort McMurray, pueblo en el corazón del auge
de petróleo de arenas bituminosas en Alberta, casi quedó reducido a
cenizas. Durante un tiempo el mundo estuvo pasmado por las imágenes de
los vehículos que iban en fila, sobre una carretera, con las llamas
acercándose por ambos lados. En aquel momento nos dijeron que era
insensible y sólo se buscaban chivos expiatorios si se hablaba acerca de
cómo el cambio climático exacerbaba fuegos incontrolables como este.
Era todavía más tabú hacer cualquier conexión entre nuestro mundo, cada
vez más caliente, y la industria que da energía a Fort McMurray y que
daba empleo a la mayoría de los desalojados, que produce una forma de
petróleo particularmente alta en carbono. El momento no era el adecuado;
era el de mostrar compasión, brindar apoyo y no hacer preguntas
difíciles.<br />
<br />
Pero, claro, ya para cuando era apropiado plantear esos asuntos los
reflectores de los medios hace mucho que se habían ido. Y hoy, mientras
Alberta intenta conseguir al menos tres nuevos oleoductos para cubrir
sus planes de incrementar la producción a partir de bituminosas, ese
terrible incendio y las lecciones que podría haber aportado casi no se
mencionan.<br />
<br />
En ello hay una lección para Houston. La ventana para proveer un
contexto significativo y sacar conclusiones importantes es reducida. No
podemos arriesgarnos a echarla a perder.<br />
<br />
Hablar con honestidad acerca de qué fomenta esta época de desastres
seriales –incluso mientras ocurren– no falta al respeto a la gente que
está en el sitio en cuestión. De hecho, es la única manera de en verdad
rendir tributo a sus pérdidas, y nuestra última esperanza para prevenir
un futuro con incontables más víctimas.<br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Nomi Klein es la autora de <i>Esto cambia todo: el capitalismo contra el clima</i>. Su
nuevo libro es <i>No, no es suficiente: Resistir las políticas del shock de
Trump y obtener el mundo que necesitamos</i>. Traducción: Tania Molina
Ramírez. Fuente: The Intercept.</span></span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8J9rXqZUozTAsEil1A6l-J8cDeRW_zZw3HCeYjeP7feDVIK2ABUO3UydgutqIr8jvUluuK11xKemoK4I-vr_gubpr6-jQYThgFXMIlv2snSwEhKh2wHI67M_hr95Mz44Bgwyuc32As7Qi/s1600/Sur+%2526+Sur.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8J9rXqZUozTAsEil1A6l-J8cDeRW_zZw3HCeYjeP7feDVIK2ABUO3UydgutqIr8jvUluuK11xKemoK4I-vr_gubpr6-jQYThgFXMIlv2snSwEhKh2wHI67M_hr95Mz44Bgwyuc32As7Qi/s1600/Sur+%2526+Sur.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><u><span style="color: blue;"><i>http://www.surysur.net/ </i></span></u></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></span><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-77586841271036778682017-09-04T11:06:00.002-04:002017-09-04T11:08:14.319-04:00Nuestra revolución rusa, en su centenario<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
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<i><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Charles
Michaloux & François Sabado </span></span></b></i><span style="mso-ansi-language: ES-VE;"></span></div>
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</style>
<![endif]--><br />
<div id="TextoNoticia">
</div>
<div id="TextoNoticia">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b>El centenario
de la Comuna de París, en mayo de 1971 en París, estuvo marcado por una
gran marcha en la que la muy reciente energía de Mayo del 68 flotaba en
el ambiente de la primavera parisina delante del cementerio del
Père-Lachaise y el Muro de los Federados. Era la celebración de un
evento fundador pero que terminó en derrota. Si bien el recuerdo de la
masacre de los Comuneros por los Versallescos y la burguesía parisina
otorgaba a ese centenario toda su gravedad, estaba impregnado por la
feliz esperanza de la juventud que salió a la calle aquel día. </span></span></div>
<div id="TextoNoticia">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El
centenario de la Revolución Rusa se presenta de manera muy diferente.
Sin embargo, Octubre de 1917, a diferencia de la Comuna de Paris,
concluyó con una victoria; una victoria prolongada, de forma brillante,
por la que se ganó contra el cerco contrarrevolucionario de todas las
grandes potencias de la época. Pero, tras los destrozos del estalinismo,
la implosión de la Unión Soviética se dio sin que este brutal colapso
reavivara la memoria de Octubre. No está previsto ninguna movilización
[conmemorativa], y actualmente, tras una década de crisis en la que se
siente cada vez más la violencia de un capitalismo sin fronteras,
empieza a pesar el espíritu de los tiempos. Se aprovecha el centenario
para hacer propaganda sobre lo nocivo o inútil de esa revolución que
terminó en dictadura, o dando a entender que desde su nacimiento fue el
instrumento de esta última gracias al golpe de Estado. </span></span><br />
<a name='more'></a><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En este
escrito tomamos partido en defensa de la Revolución Rusa como un gran
acontecimiento en la historia de la emancipación de los pueblos, un
momento fuera de lo común en el que las clases dominantes perdieron el
control que esperaban tener para los siglos futuros, y en el que las
masas populares arrasaron con todo para tomar las riendas de su destino.
Estamos convencidos de que la respuesta a la decisiva pregunta
histórica y teórica sobre si había que tomar el poder en las condiciones
precisas de Octubre de 1917 sigue siendo que sí. El impulso de la
movilización antes, durante y después de Octubre de 1917, el entusiasmo
que suscitó y la sacudida que provocó en el mundo entero muestran el
alcance de esta revolución. “Concretamente, lo que podrá sacar a la luz
los tesoros de las experiencias y las enseñanzas no será la apología
ciega, sino la crítica penetrante y reflexiva”. “Pues una revolución
proletaria modelo en un país aislado, agotado por la guerra mundial,
estrangulado por el imperialismo, traicionado por el proletariado
internacional, sería un milagro. Lo que importa es distinguir, en la
política de los bolcheviques, lo esencial de lo accesorio, lo
substancial de lo fortuito”, escribía Rosa Luxemburg en sus notas de
prisión sobre la Revolución Rusa. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Frente a una burguesía rusa
que, zigzagueante durante los diferentes estadios de la movilización
revolucionaria, se batía para que continuara la guerra, para que el
campesinado siguiera sin tierra y para que las duras condiciones de vida
de los obreros no cambiaran en nada, los bolcheviques optaron por la
organización independiente del movimiento en sóviets y acompañaron la
profundización del movimiento señalando los objetivos que lo alejaban de
toda conciliación hasta lograr derrocar al gobierno a través de la
insurrección que daría “todo el poder a los sóviets”. Pero lo que en el
corto período que siguió a la revolución era (o podía parecer) accesorio
se mostró después como algo fundamental; en cualquier caso, así lo
presentaron no solo los adversarios de la revolución sino también sus
principales actores, en los años 20. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> El contexto explica algunos
de los errores o desviaciones: una revolución proletaria en un océano
campesino, una guerra civil de una crueldad descabellada, el agotamiento
de las fuerzas productivas y de toda la sociedad, el aislamiento
internacional, la historia del país y su carencia de tradiciones
democráticas. Pero estas circunstancias no explican todo. Los
bolcheviques —y, en su dirección, los más eminentes de entre ellos,
Lenin y Trotsky— hicieron de tripas corazón y transformaron las medidas
de excepción de la guerra en leyes y reglas de funcionamiento del Estado
y de la sociedad. Se sofocó a la oposición y la vida democrática del
país de forma progresiva y rápidamente (en apenas unos años). Por tanto,
es necesario reevaluar la política impulsada en los primeros años de la
Revolución por Lenin y Trotsky en este ámbito. Ya que este fue el caldo
de cultivo en el que la contrarrevolución estalinista, una vez
“congelada” la revolución (como decía Saint-Just de la francesa), pudo
acabar con lo que aún quedaba de la herencia viva de Octubre. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> A
nuestro entender, este enfoque se inscribe de manera deliberada en la
continuidad de las reflexiones críticas de Rosa Luxemburg desde los
primeros meses que siguieron a la toma del poder (véanse sus Notas sobre
la Revolución Rusa), de la defensa de Ernest Mandel de la “legitimidad
de la Revolución Rusa” (Octubre de 1917: golpe de Estado o revolución
social, <a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://www.vientosur.info/spip.php?article12178&source=gmail&ust=1504282305547000&usg=AFQjCNE_DoTNueWFF08Gnyk0Af00nZP4Zg" href="http://www.vientosur.info/spip.php?article12178" target="_blank">http://www.vientosur.info/<wbr></wbr>spip.php?article12178</a> ) y del balance crítico de Daniel Bensaïd en 1997 (<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://danielbensaid.org/Questions-d-Octobre?lang%3Dfr&source=gmail&ust=1504282305547000&usg=AFQjCNGnyj_KP4dsohO2v_OW-cJf7OS9xw" href="http://danielbensaid.org/Questions-d-Octobre?lang=fr" target="_blank">http://danielbensaid.org/<wbr></wbr>Questions-d-Octobre?lang=fr).</a></span> </span><br />
<br />
<span style="font-size: small;">Hoy en día nos parece importante sistematizar y dar forma a este
balance crítico, más de lo que ya lo hicieron Mandel y Bensaïd. Aun así,
el telón de fondo de esta reflexión sigue siendo el mismo: la
Revolución Rusa es la primera revolución proletaria victoriosa de la
historia. Lo que consiguió continúa siendo una inspiración viva; en este
marco, la acción de las mujeres y los hombres que tuvieron esa audacia
merece un examen crítico, por respeto a sus logros y por la voluntad de
extraer las mejores lecciones posibles de ellas. Toda revolución tendrá
que cargar con estas cuestiones, como ya perfila la fuerte sensibilidad
democrática en todas las movilizaciones de cierto alcance. </span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b><span style="font-size: large;">Revolución e insurrección </span></span></span></blockquote>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
¿Golpe de Estado? La insurrección fue a la vez la culminación de la
revolución iniciada en febrero y el punto de partida de una nueva
situación revolucionaria. ¡En cualquier caso, no fue un golpe de Estado!
Preparada y debatida abiertamente, la insurrección fue el punto
culminante de un proceso de radicalización de masas y de su
representación en los sóviets que —a trompicones en función de los
acontecimientos que sacudían Rusia— dio la mayoría a quienes defendían
la toma del poder por los sóviets. La insurrección de Octubre no fue una
operación tramada por círculos político-militares sin la intervención o
a espaldas de las masas. Desde este punto de vista, la referencia a
Blanqui no es más justa que la caracterización de “golpe de Estado”. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Tuvo lugar con dificultades y sobresaltos, incluso en el seno del
partido bolchevique. Pero cuando se reunieron las condiciones, a finales
de septiembre, surgió un debate más avanzado. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Lenin, que ya
había tenido que pelear duro para obtener un acuerdo sobre la
perspectiva de la toma del poder, desconfiaba de las tergiversaciones
que, a su parecer, no tenían otra función que la de retrasar los plazos.
Así pues, preconiza ir rápido, y exige que se lancen los regimientos y
batallones de la flota y las tropas de Finlandia, fieles a los
bolcheviques, al asalto del Palacio de Invierno, para derrocar al
gobierno provisional de Kerenski. Se dirige a la dirección del partido
sin ambigüedad: “Los bolcheviques han de tomar el poder”. Trotsky, que
resistía a sus conminaciones cada vez más apremiantes, hace hincapié en
la necesidad de que la insurrección, o sea la toma del poder, emane de
la legalidad soviética. Vela porque el sóviet de Petrogrado —del que fue
nombrado presidente— se dote de un Comité Militar Revolucionario (CMR)
al que respondan los sóviets de soldados, los cuales representan un
ejército en plena efervescencia revolucionaria. Y es el CMR el que
organiza la insurrección en la noche del 25 al 26 de octubre (en nuestro
calendario, es la que va del 6 al 7 de noviembre). </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La
divergencia entre Lenin y Trotsky remite a una cuestión más sustancial
que el simple carácter “técnico” de la insurrección, sobre cuya
necesidad estaban de acuerdo. Evidentemente, toda organización
insurreccional exige preparativos militares específicos y secretos de
orden conspirativo. Todo ello fue llevado a cabo con un perfecto dominio
por el CMR dirigido por los bolcheviques, con Trotsky a la cabeza. Los
centros neurálgicos del poder (correos, comunicaciones, cuarteles)
fueron ocupados rápidamente por los batallones revolucionarios. Como
sabemos, la toma del Palacio de Invierno, donde residía el gobierno
provisional, fue un poco más lenta por una menor organización. Este episodio, que es en cierto sentido el primero del nuevo poder, es
bastante revelador de ciertos problemas que se agravarán más tarde con
las terribles dificultades de la guerra civil. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Lenin ve los
sóviets como una máquina de destrucción del zarismo, de su Estado, de
todas sus instituciones, y como el instrumento de la movilización de las
masas contra el zarismo y contra el gobierno provisional. Desde este
punto de vista, los sóviets eran también un organismo de frente único
para derrocar al poder establecido. De ahí las consignas de Lenin a
favor de “todo el poder a los sóviets” y la presión para que
mencheviques y socialrevolucionarios constituyesen un gobierno de
ruptura con la burguesía, apoyado por los sóviets. En esta situación
revolucionaria, anterior a la conquista del poder, con un partido
bolchevique minoritario, la democracia soviética ocupaba un lugar
importante, con sus distintos componentes (corrientes, partidos,
sindicatos). Pero confrontado a los problemas tácticos y estratégicos de
la toma del poder (¿quién toma el poder?), Lenin relega la
auto-organización a un segundo plano, y no confía más que en la
dirección militar bolchevique. No se concibe ya a los sóviets como el
verdadero lugar del poder sino como el instrumento, o incluso como la
“tapadera” del poder bolchevique. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Trotsky tiene otra manera de
proceder. Su papel en la revolución de 1905, a la cabeza del sóviet de
San Petersburgo, su imagen de defensor de la unidad en el movimiento
revolucionario ruso, lo conducen a otorgar un lugar más central a la
auto-organización popular; de ahí su insistencia en lo relativo a la
toma del poder por el CMR. La fuerza de la dinámica soviética, pero
sobre todo Trotsky y los principales dirigentes bolcheviques, obligaron a
Lenin a pasar por el CMR y el sóviet para dirigir la insurrección. En
el corazón mismo de la insurrección se expresa este crucial problema:
¿quién toma y quién tiene el poder? ¿Los sóviets o el partido? Es así
como se plantea de entrada la cuestión de un cierto sustitucionismo (del
Partido respecto a los órganos revolucionarios). </span></span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b><span style="font-size: large;">La paradoja de El Estado y la revolución </span></span></span></blockquote>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Unos meses antes de estas jornadas de Octubre, Lenin se ve empujado a
la clandestinidad por la represión que sigue a las jornadas de julio. En
su exilio forzado, vuelve a los textos de Marx y Engels, especialmente
sobre la Comuna de París. En agosto de 1917 acaba El Estado y la
revolución. Este texto capital es una carga contra el líder alemán de la
social-democracia (Karl Kautsky) y sus seguidores en Alemania y en
Rusia. Volviendo a los fundamentos, da con una fórmula a menudo
sorprendente de la necesidad de destruir la vieja máquina burocrática y
militar del Estado para construir un nuevo gobierno, una nueva
administración y un nuevo ejército —cuyo objetivo es transformar de
arriba abajo la sociedad y cuya función es perecer nada más creados—.
Siguiendo y citando a Marx, Lenin ve en la Comuna “la forma política al
fin encontrada” de esta empresa revolucionaria. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> “La Comuna es la
forma al fin encontrada, por la revolución proletaria, bajo la cual
puede lograrse la emancipación económica del trabajo”. (Lenin, O.E. pp.
169). </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">“La Comuna es el primer intento de la revolución
proletaria de destruir la máquina estatal burguesa y la forma política,
descubierta al fin, que puede y debe sustituir a lo destruido". (ibid). </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Y Lenin concluye que “las revoluciones rusas de 1905 y de 1917
prosiguen, en otras circunstancias, bajo condiciones diferentes, la obra
de la Comuna y confirman el genial análisis histórico de Marx”. (ibid.
pp 171). </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La paradoja es que este texto, escrito tres meses antes
de la toma del poder, si bien es muy eficaz para echar por tierra las
pseudo-teorías marxistas ortodoxas de la época —que justificaban para
los socialdemócratas alemanes o los mencheviques rusos la perspectiva de
amoldarse al Estado burgués—, no dice nada sobre las cuestiones
específicas de la democracia y de la representación política para un
régimen de transición entre el capitalismo y el socialismo. Haciendo
suya la profesión de fe de Engels en el Anti-Dühring (“el gobierno de
las personas deja lugar a la administración de las cosas y a la
dirección de las operaciones de producción”), El Estado y la revolución
arrasa con fuerza las antiguallas reformistas de adaptación a la
sociedad burguesa y a su Estado represivo; sin embargo, no dice nada
sobre el debate político propiamente dicho, o sobre el pluralismo de
opiniones y de corrientes organizadas para defenderlas. En fin, no se
aborda la política como tal, como si ella también tuviera que perecer
después de la revolución. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Así pues, lo paradójico es que el
aliento revolucionario auténtico que recorre este folleto parece al
mismo tiempo desfasado respecto a la realidad de las intensas luchas
políticas que tienen lugar entonces en Rusia (y en los partidos obreros
mismos), y respecto a aquella que va a aparecer tras la toma del poder. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Pero lo que Lenin deja sin abordar relativo a la democracia socialista
que ha de poner en la agenda la revolución, bajo circunstancias y
decisiones extrañas. a la argumentación central de El Estado y la
revolución, se va a ver cargado con otro contenido, realmente diferente. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Este callejón sin salida tiene un doble origen: la ausencia de
tradiciones políticas democráticas, siquiera parlamentarias, en la vieja
Rusia, combinada a la concepción dominante en la Segunda Internacional
según la cual la socialdemocracia era la expresión orgánica de la clase
obrera y del movimiento obrero, y en la que al movimiento sindical se le
considera subordinado al partido. Las tendencias existían, pero en el
seno de un solo y mismo partido: la socialdemocracia. En el movimiento
obrero, el multipartidismo no formaba parte de la cultura de la época:
una sola clase, un solo sindicato, un solo partido. Sin embargo, la
lucha entre tendencias y fracciones eran extremadamente agudas,
especialmente en Rusia, incluso en el partido bolchevique de marzo a
octubre de 1917. Las cosas cambiarían progresivamente tras la conquista
del poder. </span></span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b><span style="font-size: large;">El giro de los años 20 y la asfixia democrática </span></span></span></blockquote>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Tanto en la ciudad como en el campo, la economía estaba muy
desorganizada, y la clase obrera terriblemente debilitada. El ejército
se encontraba en gran parte descompuesto debido a la movilización de los
soldados. La Administración, más que reticente hacia el poder de los
sóviets, hacía todo lo que podía para no hacer nada. Rápidamente, la
situación tomó un rumbo dramático. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La primera cuestión espinosa
fue poner fin a la guerra sin entorpecer el desarrollo de la revolución,
tan esperada en Alemania y en Europa. Al respecto, el partido
bolchevique se vio desgarrado por fuertes discusiones, al igual que las
demás corrientes presentes en los sóviets como los mencheviques, los
socialrevolucionarios, los anarquistas. Este debate impidió terminar
pronto [la guerra], como lo deseaba Lenin, que preconizaba con realismo
aceptar las exigencias alemanas. Unos meses más tarde, el ejército
alemán penetraba profundamente en territorio ruso. Y el tratado de
Brest-Litovsk, firmado en marzo de 1918, ratificaba la amputación de un
cuarto del territorio ruso y de su población, así como la pérdida del 70
% de los recursos agrícolas y de acero. Una verdadera sangría que, sin
duda, la hubiera podido evitar o reducir una decisión más rápida. Pero
tan pronto como fue firmado, el tratado provocó la salida de los
mencheviques internacionalistas y de los SR de izquierda de los
organismos soviéticos, para denunciarlo. Algunos sectores de los SR
añadieron también la vuelta al terrorismo contra dirigentes bolcheviques
(Volodarski fue asesinado en Petrogrado en junio de 1918). </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Desde finales de 1917, una mayoría de la dirección había impuesto a
Lenin (que no quería) la entrada de los llamados mencheviques
internacionalistas y de los SR de izquierda (ambos en disidencia con la
orientación conciliadora de su dirección) en las instancias del nuevo
gobierno. Así pues, su presencia duró poco. Pero este clima que tanto
nos cuesta imaginar ahora mismo, tiene bastante que ver con las
propensiones monolíticas que se agudizarían más adelante. Las
tergiversaciones y la inmadurez puestas de manifiesto en el debate en
relación a la paz costarían muy caras al final. Y la inconstancia
política de los mencheviques y de los SR de izquierda (los de derecha se
fueron rápidamente a unirse a la contrarrevolución) tampoco ayudó a
reducir la tentación de gobernar solos. Sobre todo teniendo en cuenta
que la guerra civil y la intervención extranjera franco-británica
comenzaron bastante rápido, en el otoño de 1918. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Las
circunstancias jugaron su papel pero, durante todo este período, los
bolcheviques no tuvieron una política orientada a la construcción de
coaliciones que tradujeran las correlaciones de fuerzas políticas del
país. Los bolcheviques eran mayoritarios en los sóviets de las
principales ciudades. Lo que no era el caso en el campo, donde la
tradición populista (narodniki) y los socialrevolucionarios eran
ampliamente mayoritarios. Además, subsistían corrientes y sensibilidades
de los partidos de la democracia revolucionaria, mencheviques, SR y
anarquistas. La cuestión de las alianzas o de las coaliciones
gubernamentales se planteó desde la toma del poder, a pesar de la
desconfianza o la oposición de Lenin. Lenin y Trotsky nunca teorizaron
el poder de un partido único… pero, una vez conquistado el poder, no
tuvieron un enfoque unitario, como diríamos ahora. Al contrario, Lenin
llegó a declarar en mayo de 1918: “Ahora que el poder ha sido
conquistado, conservado, consolidado entre las manos de un solo partido,
no toca compartirlo”. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Por supuesto, había que combatir,
reprimir y condenar a quienes tomaban las armas contra la revolución.
¿Pero al resto? Había que encontrar los medios y las mediaciones para
que pudieran encontrar su lugar en el seno del poder soviético, en la
medida en que se inscribían en el proyecto revolucionario. Este rechazo
de una representación política pluralista no solamente aislará a los
bolcheviques, sino que les conducirá a servirse cada vez más de métodos
administrativos, represivos y, por último, del terror hacia otros
partidos y corrientes políticas. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La guerra civil y la lucha
encarnizada contra el ejército blanco y sus aliados extranjeros pusieron
al país de rodillas. Durante el año 1920 se gana la prueba porque las
fuerzas sociales que se enfrentan en este cruel combate disciernen
perfectamente sus vínculos y sus intereses. Los campesinos no querían
dar sus tierras a los grandes propietarios y los obreros se negaban a
perder el control de su producción, a pesar de que tanto las tierras
como la producción industrial estaban asfixiadas. En esta tormenta, los
bolcheviques teorizarán una transición al socialismo identificada con el
comunismo de guerra. La política, la economía y la sociedad debían
estar centralizadas al máximo. Trotsky no dejó de preconizar por
entonces la militarización del trabajo y de los sindicatos. Por fortuna,
Lenin se negó a seguirle por ese camino. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Una vez ganada la
guerra, se planteó la cuestión de la salida del comunismo de guerra (con
las expropiaciones en el campo y las milicias en las fábricas para
forzar la producción). Un año antes de la adopción de la Nueva Política
Económica (NEP), Trotsky, de vuelta de sus concepciones
ultra-centralistas, propuso realizar este giro. Confrontado a la
resistencia de Lenin y de la mayoría de la dirección, tuvo que esperar
hasta marzo de 1921 para que los problemas se agravaran, planteándose
todos al mismo tiempo. Las revueltas en el campo eran numerosas
(dirigidas a veces por anarquistas como Makhno en Ucrania), y la
atmósfera apenas era mejor en las fábricas, donde los sóviets
sobrevivían en el papel. La revuelta de los marinos de Cronstadt vino a
completar un cuadro catastrófico. “El relámpago ha iluminado la realidad
más vivazmente que todo lo demás”, dice Lenin en el X Congreso
bolchevique que tiene lugar en ese mismo momento. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La conclusión que se sacará de ello no deja de plantear serias interrogaciones. La NEP estaba absolutamente justificada por la necesidad de relanzar la
industria —incluso con inversiones extranjeras—, así como la producción
agrícola dando el control de ella a un campesinado que pagase
impuestos. Pero la mejor protección contra las posteriores derivas de la
NEP (el enriquecimiento rápido de ciertos koulaks, campesinos medios y
comerciantes) residía sin duda en un régimen reactivado de apertura
política, paralela a la apertura económica. Una NEP política para todos
los partidarios de la revolución, tras la victoria sobre la
contrarrevolución interna y externa. Ello habría estimulado el
renacimiento de la vida política, soviética, sindical y asociativa, que
habría visto en el resurgimiento de sus derechos una motivación para
acompañar la reactivación de la economía y del país. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Pero lo que
se puso en marcha fue todo lo contrario. En primer lugar, por la
terrible represión contra los marineros y los obreros de Cronstadt.
Fuesen los que fuesen los peligros que estos últimos hacían correr a la
revolución al sublevarse, la violencia de esta represión no tiene
justificación. En segundo lugar, por un proceso de represión molecular
que se extiendieron por todo el país, como señala Boris Souvarine. Y por
último, por las decisiones del X Congreso bolchevique, que asfixiarían
el debate político en el partido y en el país. La prohibición de
tendencias y fracciones en el seno del partido, ya transformado en
comunista, respondía sin lugar a dudas al temor de un desgarro o de una
explosión tras las crisis que lo habían atravesado. El remedio fue,
evidentemente, peor que la enfermedad. Además, ratificó —fuera del
partido y para toda la sociedad— el monolitismo de un partido único que
conllevaban tales medidas disciplinarias. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> A finales de la década
de los 20, cuando Stalin y la burocracia germinada a partir de estas
reglas sangraron al partido, no les será difícil encontrar
justificaciones leninistas, que Lenin puso en tela de juicio al final de
su vida y que Trotsky comenzó a denunciar demasiado tarde. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Este
balance crítico en el terreno de las libertades políticas no estaría
completo sin considerar la cuestión del terror y de su instrumento, la
Checa. Todas las revoluciones han tenido que hacer frente a proyectos
contrarrevolucionarios que utilizan todos los medios violentos a su
alcance. A los que hay que responder. En su Historia socialista de la
Revolución Francesa, Jean Jaurès describía las cosas así: “Cuando un
país lucha al mismo tiempo contra las facciones interiores y contra el
mundo, cuando la más mínima duda o el mínimo error pueden comprometer,
quizá por siglos, el destino del nuevo orden, aquellos que dirigen esta
empresa inmensa no tienen tiempo de incorporar a los disidentes, de
convencer a sus adversarios. No pueden dejar demasiado lugar al espíritu
del debate o al espíritu de la artimaña. Tienen que abatir, que actuar
y, para guardar intacta su fuerza de acción, para no disiparla,
preguntar a la muerte que establezca a su alrededor la unanimidad
inmediata que necesitan”. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> El problema es entonces el de
distinguir entre las medidas de excepción que por desgracia son
necesarias y la utilización de dichas medidas como medio perenne de
gobierno. Ahora bien, Lenin no tarda en exclamar, en enero de 1918:
“¡Mientras no empleemos el terror contra los especuladores fusilándolos
de inmediato, nada cambiará!”. Declaración intempestiva que conducirá al
SR de izquierda Isaac Steinberg a preguntar inocentemente por qué se le
había nombrado Comisario del pueblo para la Justicia. Las derivas
fueron, en efecto, numerosas para estos chequistas vestidos de cuero que
se creían la punta de lanza de la revolución (revolución en la que no
todos habían participado). Un dirigente bolchevique de la Checa, Latsis,
escribirá con frialdad en una orden de misión: “La cuestión que está al
orden del día es la de saber a qué clase social pertenecen, su
extracción, su instrucción, su profesión. Su destino se decido en
función de eso”. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> En su momento, el uso del terror fue
justificado tanto en términos de principio (“instrumento de la dictadura
del proletariado”) como en términos de reacción circunstancial (“en la
guerra como en la guerra”). La verdad obliga a decir que las protestas
contra este estado de cosas, y hubo muchas, fueron apartadas de un
manotazo como si fueran escrúpulos pequeñoburgueses. En un clima en el
que se despreciaba el pluralismo con sarcasmos en nombre de la lucha de
clases, estas derivas no dejaron de corromper profundamente los ideales
de la revolución, y sobre todo a los autores de dichas conductas.
Después, se les podrá reclutar más fácilmente en las tropas de choque
del estalinismo. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Creyendo, probablemente de manera sincera, que
todo ello era necesario dadas las duras circunstancias, los dirigentes
bolcheviques no volvieron a abordar de forma explícita lo ocurrido, lo
cual nos deja una herencia que hoy preferiríamos no tener. Lenin no hizo
balance crítico hasta poco antes de su muerte. Trotsky esperará mucho
tiempo. Es cierto que las plataformas de la Oposición reclamaban la
restauración de la libertad de discusión en el partido, pero no se
pronunciaban en lo relativo a la libertad de las demás corrientes. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
En 1936, en La revolución traicionada, Trotsky escribe a propósito de
las medidas del X Congreso de 1921, quince años antes: “La prohibición
de los partidos de oposición produjo la de las fracciones; la
prohibición de las fracciones llevó a prohibir el pensar de otra manera
que el jefe infalible. El monolitismo policíaco del partido tuvo por
consecuencia la impunidad burocrática que, a su vez, se transformó en la
causa de todas las variantes de la desmoralización y de la corrupción”.
(pp.75) </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En 1938, en el Programa de transición, decía: "Es
imposible una democratización de los sóviets sin legalización de los
partidos soviéticos. Los obreros y campesinos deben indicar mediante su
voto qué partidos reconocen como soviéticos.”.(Edit. Traficantes de
sueños, Madrid, pp.66)Lo cual supone de manera implícita el derecho de
existencia, de reunión y de expresión para las organizaciones y las
corrientes políticas que deseen presentarse a elecciones. Y la
organización de elecciones libres. Si hubiera sido así en la Unión
Soviética de Lenin y de Trotsky en los años 20, justo después de la
victoria sobre los Blancos, no cabe duda de que habría habido
mencheviques, socialrevolucionarios, anarquistas y quizás otras fuerzas
representadas. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Podemos añadir que hoy sabemos mejor que antes,
que los votos populares pueden ir a corrientes que no se identifican con
el socialismo, o para los cuales la palabra no es más que una tapadera
que esconde otras baratijas. Este tipo de problema ya surgió durante las
elecciones a la Asamblea Constituyente Rusa, a finales de 1917. Vale la
pena volver a abordarlo. </span></span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b><span style="font-size: large;">La Constituyente, las elecciones y la democracia socialista </span></span></span></blockquote>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Contra las acusaciones de “putschismo” o de “blanquismo” que florecían
ya contra los bolcheviques, Lenin exclamaba en mayo de 1917: “No
queremos hacernos con el poder, pues toda la experiencia de las
revoluciones nos enseña que sólo está sólidamente establecido un poder
que se apoye en la mayoría de la población”. En efecto, esta mayoría, en
la clase obrera y el campesinado pero también en una parte de la
pequeña burguesía urbana, se ganó con el paso de los meses. Se
manifiesta con resplandor en septiembre de 1917, cuando la mayor parte
de los sóviets de las principales ciudades de Rusia bascula a favor de
los bolcheviques. Es entonces cuando la cuestión de la toma del poder se
plantea y se debate abiertamente. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Pero, a principios de febrero
de 1917, la lucha contra la autocracia zarista había tomado el
estandarte de la convocatoria de una Asamblea Constituyente, que era aún
más imperiosa tras la abdicación de Nicolas Romanoff y la sucesión de
gobiernos provisionales hasta el último, presidido por Kerenski. Además,
sus dudas e indecisiones se refugiaban de manera regular tras el futuro
dominado por la llegada de la Constituyente. Las elecciones que tenían
que conducir a ella fueron retrasadas una y otra vez debido a distintos
acontecimientos. Y en un país como Rusia, cuya extensión es la de un
continente, en plena guerra mundial, la organización del escrutinio tomó
meses. Pero esta asamblea fue elegida finalmente y reflejó más la
situación de febrero-marzo que la de septiembre-octubre de 1917. “Este
estado de cosas permite comprender hasta qué punto la Constituyente se
ha quedado rezagada respecto al desarrollo de la lucha política y de los
cambios conseguidos en la correlación de fuerzas entre los distintos
partidos”, comenta Trotsky en ese momento, defendiendo pues la decisión
tomada de disolverla. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Merece la pena mencionar la composición de
la asamblea elegida. Los bolcheviques representan más o menos un
cuarto, los mencheviques casi nada (un 3 %), la derecha (kadetes) un 10
%, los partidos nacionales y musulmanes un 22 %; al final, la fracción
más grande es la de los SR (tomando en cuenta en la misma lista a los de
derecha y a los de izquierda), con un 41 %. Una eventual alianza,
realizada tras un nuevo escrutinio, entre bolcheviques, mencheviques
internacionalistas y SR de izquierda (esto es, favorables a la
revolución), así como al menos una parte de las corrientes “nacionales y
musulmanas”, no parece ser una apuesta insensata. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Muchos
testimonios de la época, incluso de la parte de adversarios de la
revolución, dan fe de que la disolución de la Constituyente no provocó
una gran perturbación. Pero el problema no es ese. Las descripciones
efectuadas del desajuste entre la situación rusa y el resultado de estas
elecciones prolongadas no son cuestionables. Lo que sí lo es, es la
ausencia de alternativa presentada por los dirigentes revolucionarios
frente a este callejón sin salida democrático, cuando ellos mismos
habían defendido con entusiasmo esta perspectiva durante largo tiempo. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Todo ocurre como si a partir de entonces juzgaran, tras la insurrección
victoriosa y la toma del poder, como superflua toda manifestación
electoral general distinta de la renovación periódica de la
representación en los distintos sóviets. En cierto modo, esta
Constituyente se reveló finalmente como caduca desde su formación, pero
el proceso que la defendió y defendió la Revolución durante largos
meses, proceso de una vibrante aspiración democrática, hacía necesaria
una respuesta institucional, paralela a la representación soviética y no
contra ella. El nuevo poder no lo quiso y, rápidamente, dejó esta
cuestión en el olvido. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Por el contrario, Rosa Luxemburg, en sus
Notas sobre la Revolución Rusa, aborda la cuestión de manera más
práctica: “Si la Asamblea Constituyente ya estaba elegida mucho antes
del punto crítico, de la rebelión de octubre, y en su composición
reflejaba la imagen de un pasado superado y no de la nueva situación, la
conclusión evidente era liquidar esa asamblea caduca, no nata, y
convocar sin tardanza nuevas elecciones para la Constituyente. Los
bolcheviques no querían y no debían encomendar el futuro de la
revolución a una asamblea que reflejaba la Rusia de ayer, el periodo de
las debilidades y de la coalición con la burguesía; perfecto, lo único
que había que hacer era convocar de inmediato otra asamblea que
representase a la Rusia más avanzada y renovada. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> "En lugar de
llegar a esta conclusión, Trotski se centra en las deficiencias
específicas de la Asamblea Constituyente reunida en octubre y llega a
generalizar acerca de la inutilidad de toda representación popular
surgida del sufragio universal durante el período de la revolución. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
"¿Qué quedaría, en realidad, si todo esto desapareciese? Lenin y
Trotski han sustituido las instituciones representativas, surgidas del
sufragio popular universal, por los soviets, como única representación
auténtica de las masas trabajadoras. Pero al sofocarse la vida política
en todo el país, también la vida en los soviets tiene que resultar
paralizada. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> "Sin sufragio universal, libertad ilimitada de
prensa y de reunión y sin contraste libre de opiniones, se extingue la
vida de toda institución pública, se convierte en una vida aparente, en
la que la burocracia queda como único elemento activo.Es ésta una ley
suprema y objetiva, a la que no puede sustraerse ningún partido. La vida
pública se adormece poco a poco. El error básico de la teoría de Lenin y
Trotski es que, exactamente igual que Kautsky, contraponen la dictadura
a la democracia. "Dictadura o democracia", es como plantean la cuestión
tanto los bolcheviques como Kautsky; el último se pronuncia lógicamente
por la democracia y, concretamente, por la democracia burguesa, a la
que considera como una opción frente a la revolución socialista; Lenin y
Trotski se pronuncian, en cambio, por la dictadura en oposición a la
democracia, es decir, por la dictadura de un puñado de personas, por la
dictadura según el modelo burgués. Son dos polos opuestos, equidistantes
de la verdadera política socialista.”. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La opinión de Rosa
Luxemburg es ilustradora. Pero sería presuntuoso decir hoy en día que
hacía falta nuevas elecciones para la Constituyente. Su disolución
forzada en marzo de 1918 precede, por pocos meses, al inicio de la
guerra civil y de la coalición extranjera que intentaría ahogar la
Revolución. Pero después de la victoria, en 1920, la reanimación de la
vida democrática era de nuevo una necesidad tan abrasadora como la de
relanzar la economía. Ello pasaba, como hemos dicho anteriormente, por
el reimpulso de los sóviets exangües a través de una transfusión masiva
de libertades recuperadas en su interior, pero también por la
reconstrucción de un debate democrático nacional que condujera a
elecciones y a un organismo capaz de convertirse en el lugar de debate y
de toma de decisiones sobre las opciones políticas globales que
afectaban a todo el país. Así pues, no adoptar esta vía costó mucho más
caro que los riesgos que se hubieran corrido tomándola. </span></span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b><span style="font-size: large;">El poder: ¿tomarlo?, ¿conservarlo?, ¿siempre? </span></span></span></blockquote>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
El mayor de los riesgos es, efectivamente, el de perder el poder. En
nombre de este riesgo y de manera explícita, la deriva condujo una
dictadura (en principio del proletariado) que, sin duda, era inevitable
durante la guerra civil, hacia una dictadura del partido, a pesar de que
este se encontraba en gran medida limitado respecto a sus propias
tradiciones. Este riesgo era evidente durante toda la guerra civil, pero
lo que estaba en juego entonces era muy claro. Por supuesto, si la
guerra se ganó tras dos años de combates encarnizados, es gracias a la
movilización de todo el país detrás de los sóviets y de su Ejército
Rojo. Pero esta movilización fue el resultado de los desafíos sociales
que prolongaban aquellos que estaban en juego en la propia revolución. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Antes de Octubre, la alternativa no estaba entre la toma del poder por
los sóviets o una democracia parlamentaria más o menos estabilizada. Se
resumía a la disyuntiva entre la revolución hasta el final o el retorno
hacia una autocracia reinstalada por los complotistas de la reacción.
Durante la guerra entre el ejército blanco y rojo, el primero fue
rechazado y vencido porque, en las zonas que controlaron temporalmente,
no hacían más que reinstaurar la supremacía de los grandes propietarios y
de los capitalistas, esto es, la deshonrosa autocracia, ya sin zar. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
Esta componente social —que se tiende a relativizar demasiado en todos
los debates sobre la política propiamente dicha— habría seguido siendo
determinante más adelante si la apertura política hubiera acompañado a
las reformas económicas. Probablemente, habría existido el riesgo de que
las elecciones nacionales vieran retroceder a los bolcheviques o,
incluso, que fueran minoritarios. Un siglo después, la cuestión es: ¿se
puede dudar de que esta eventualidad era menos peligrosa que la
catástrofe histórica que fue la degeneración de la Unión Soviética?
Desde luego, las masas rusas estaban agotadas y hartas de la guerra;
aspiraban a un cambio rápido de sus condiciones de vida. Pero es
improbable que hubieran optado entonces por votar a fuerzas que
amenazaban con restituir a aquellos que la revolución había derrotado y
que la guerra había vencido. Y aún si hubiera sido así, la lucha habría
renacido rápidamente para defender por todos los medios las conquistas
de la revolución, y habría encontrado su traducción política en las
siguientes elecciones, renovando la confianza hacia los responsables del
cambio social iniciado en 1917 por la revolución y los sóviets. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">“Pero la minoría, el Partido, no puede implantar el socialismo. Podrán
implantarlo decenas de millones de seres cuando aprendan a hacerlo ellos
mismos”, decía Lenin en el IV Congreso Panruso de los Sóviets. En
evidente contradicción con esta profesión de fe, las decisiones de los
primeros años impidieron la representación de las correlaciones reales
de fuerzas políticas, así como el reparto del poder en el seno de los
sóviets. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Se puede comprender que estas opciones parezcan hoy en
día mucho más claras que en el espeso humo de las batallas de entonces.
Los revolucionarios de Octubre no eran, desde luego, conscientes de las
consecuencias de sus decisiones, obligados y limitados como estaban por
las circunstancias dramáticas de los años 20. Las consecuencias, sin
embargo, se manifestaron de forma clara y bastante rápida. Sin embargo,
durante la década de los 20, hasta los terribles años 30, aun era
posible un cambio de tendencia; es más, se debatió su posibilidad en el
seno del partido bolchevique, en lo que quedaba de los demás partidos y
en toda la sociedad. </span></span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b><span style="font-size: large;">Continuidad, discontinuidad, ruptura </span></span></span></blockquote>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
No hay comparación entre la represión de los años 1918-1924 y la
degeneración estalinista; no solamente en términos cuantitativos sino
también en lo que respecta a sus mecanismos más profundos. La represión
bolchevique se inscribía en la situación de excepción del choque
violento de la guerra civil. La simultaneidad del XI Congreso y de
Cronstadt marca un cambio que va favorecer, sin lugar a dudas, la
degeneración estalinista. Pero la situación no se había estabilizado
aún. La lucha entre fracciones y los debates en el partido dan cuenta de
una situación que aún podía evolucionar. Es verdad que hay elementos de
continuidad entre la época leninista y la reacción estalinista, pero
las discontinuidades y las rupturas son aún más importantes. A finales
de la década de los 20, y con la colectivización forzosa de 1928, se
produce una ruptura histórica, primero con la derrota de todas las
oposiciones, y más adelante con la normalización del partido
bolchevique, la difusión de un poder totalitario de represión política y
social en toda la sociedad rusa, las deportaciones, las liquidaciones
masivas. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La política estalinista no se inscribió en la dinámica
revolucionaria, sino en la defensa de los intereses particulares del
centro estalinista y de la burocracia, con sus privilegios, que fue la
base del poder personal de Stalin. Es también una política reaccionaria a
nivel internacional. El poder establecido no defendía ya los mismos
intereses. El poder de la burocracia sustituye al de los obreros y
campesinos, representado todavía en los sóviets y en el partido de
principios de los años 20. Es en el seno mismo de la revolución donde se
desarrolla la contrarrevolución estalinista. Esta no es el resultado de
lo anterior, a pesar de que haya habido graves errores durante el
período leninista; es una contrarrevolución violenta contra la propia
base política del proceso revolucionario, que finalmente pudo usurpar el
poder. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La combinación fatal entre asfixia democrática, hartazgo
social, cristalización burocrática y, sobre todo, la purga brutal a
gran escala con una tremenda represión, hizo que la continuidad
revolucionaria de Octubre saltara en pedazos. Y ahora que está rota, es
necesario analizar claramente lo que pasó, para que el transcurso de los
acontecimientos pueda ser distinto en el futuro, cuando la revolución
se ponga a escribirlo de nuevo. </span></span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSE6KPF55R-Adtg5CC6t31ShH8xtZFDDMPseiH9QM2LXhrCYh5EobpYZ6DGdh4PvvV1S2H5Ln_6BCZKtYJjcg5Xoxct-fKb3FZ28EeZJ89GtB0ZMjWi7F3O9DHvPSbGkYV0vqUBonMSSCR/s1600/Viento+Sur.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSE6KPF55R-Adtg5CC6t31ShH8xtZFDDMPseiH9QM2LXhrCYh5EobpYZ6DGdh4PvvV1S2H5Ln_6BCZKtYJjcg5Xoxct-fKb3FZ28EeZJ89GtB0ZMjWi7F3O9DHvPSbGkYV0vqUBonMSSCR/s1600/Viento+Sur.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><u><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://www.vientosur.info/&source=gmail&ust=1504282305547000&usg=AFQjCNE7apOaqaaj1p5DWk8-Yk9ikQDObQ" href="http://www.vientosur.info/" target="_blank">http://www.vientosur.info</a></span></span></u></td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMDxcP8z6p1ATBxpfRkxSz7l7fY45GnBUGRhjlQaESGtByVTnlIlMTWT2nYJ2rdX0sHZDXMCfrUnueZC5MfPYzkVbEdIlhL_MhvDaDLoVwvwzU3zc3hpRHu1SuQYJoh5C9HGcEBfMydqpV/s1600/Contretemps.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMDxcP8z6p1ATBxpfRkxSz7l7fY45GnBUGRhjlQaESGtByVTnlIlMTWT2nYJ2rdX0sHZDXMCfrUnueZC5MfPYzkVbEdIlhL_MhvDaDLoVwvwzU3zc3hpRHu1SuQYJoh5C9HGcEBfMydqpV/s1600/Contretemps.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span lang="ES"><u><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><a href="http://www.contretemps.eu/">http://www.contretemps.eu/</a></span></u></span></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"></span></span></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-85773757535297321752017-09-03T11:41:00.000-04:002017-09-03T11:41:24.363-04:00Argentina: Más límites que hegemonía y más derecha que renovación<div style="text-align: left;">
<i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b><span style="font-size: small;">Claudio Katz </span></b></span></i>
</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">¿Cuál es la envergadura del triunfo de <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cambiemos">Cambiemos?</a></i>
Muchos analistas estiman que el gobierno logró una victoria arrolladora
que consolida su hegemonía. Otros consideran que se perfila como una
derecha renovada y democrática. En el bando opuesto se interpreta que
dos de cada tres votantes repudiaron al oficialismo.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Radicalismo conservador</span></span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyk-Gsr_BLlWSYTHFMQuIZ8OvIDA3eJQgavTK3LKV7ubegKzg9qzqbsy1jzqjeKzY8QpP0pfHgmXDPUlNgSmqBmwHlCEvkVADPggot7OzmVqSJPtGhtWI76ACN-BnogQXnR4xoh-7PLUYv/s1600/Argentina.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="700" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyk-Gsr_BLlWSYTHFMQuIZ8OvIDA3eJQgavTK3LKV7ubegKzg9qzqbsy1jzqjeKzY8QpP0pfHgmXDPUlNgSmqBmwHlCEvkVADPggot7OzmVqSJPtGhtWI76ACN-BnogQXnR4xoh-7PLUYv/s400/Argentina.jpg" width="400" /></a><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los datos de la primaria indican cierto avance del gobierno en
comparación al 2015. Se afianzó como primera minoría, obtuvo victorias
en numerosas provincias y cayó sólo por un reducido margen en Buenos
Aires. Ese moderado repunte fue potenciado por el inesperado triunfo en
Neuquén, La Pampa y San Luis y por la reafirmación conseguida en los
bastiones de la Capital Federal y Córdoba.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La imagen de una victoria fulminante no surge del cómputo de los
sufragios, sino de la ausencia del voto castigo que anticipaban algunas
encuestas. La euforia de los funcionarios obedece al desacierto de esas
previsiones.<i> Cambiemos</i> superó su frágil estatus de coalición absorbiendo
al radicalismo. La UCR [Unión Cívica Radical] perdió peso y singularidad
con giros más oficialistas (Santa Fe) o encabezando el curso
reaccionario del gobierno (Jujuy).</span></span><br />
<a name='more'></a><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El macrismo afianza a su vez el empalme con las vertientes
conservadoras del radicalismo. Más que erigir una nueva derecha recicla
esas vetas regresivas. La C<i>eocracia</i> de gerentes que maneja varios ministerios complementa ese perfil.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Vidal expresa con nitidez esa fisonomía de conservadurismo
tradicional. Gobierna para las clases dominantes mediante un entramado
de políticas sociales, que garantiza votos de los segmentos
empobrecidos. Para aceitar ese sostén el PRO mantiene la asignación
universal y actualiza el clientelismo de su red de punteros. La imagen
angelical y compasiva de Heidi se amolda a esa función.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La estrategia oficial se nutre del retroceso del peronismo, que
confirmó en las PASO (Elecciones primarias, abiertas y obligatorias) la
ausencia de un liderazgo alternativo a Cristina. Los aspirantes a ocupar
ese comando perdieron puntos y su intención de forjar una liga de
gobernadores quedó en suspenso. La crisis del justicialismo se prolonga
sin ningún desenlace a la vista.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La expectativa de Massa de conducir ese espacio quedó muy afectada
por el resultado de las primarias. Gran parte de sus votantes
prefirieron la variante original del proyecto gubernamental a su copia
renovadora. La ancha avenida del medio quedó carcomida por la escasa
credibilidad que despertaron los imitadores del macrismo.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Como Massa asumió algunas banderas de la derecha en forma explícita
(seguridad) y otras en forma disfrazada (ajuste de la economía), terminó
incentivando el voto por <i>Cambiemos</i>. Randazzo no se atrevió a tanto y se diluyó en la insignificancia.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Mientras el oficialismo festeja esa reorganización del mosaico
electoral, el eclipse de los renovadores deteriora una carta de
reemplazo derechista del gobierno. Cualquiera sea el veredicto de
octubre ya se sabe que habrá pocas modificaciones en el equilibrio de
bancadas parlamentarias. El oficialismo deberá negociar con una
oposición más voluble.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Cristina logró un significativo resultado en las PASO que sintoniza
con la popularidad de su mandato. Cerró esa gestión posponiendo el
ajuste y preservando la memoria de ciertas mejoras. El establishment no
esperaba una resurrección, que presenta ciertas semejanzas con la
renovada centralidad de Lula en Brasil.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Diferencias con el menemismo</span></span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">A una semana de las primarias se concretó una multitudinaria
movilización sindical. Todas las maniobras ministeriales para forzar el
levantamiento de esa marcha fracasaron. La protesta contra la miseria
actual se extendió a los proyectos para agravarla, con reformas
impositivas, laborales y previsionales.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La manifestación confirmó la vigencia de relaciones sociales de
fuerzas que limitan el ajuste. Macri no ha satisfecho la exigencia
capitalista de erosionar la combatividad de los trabajadores. Tampoco
pudo oponer a los excluidos con los asalariados organizados.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La complicidad de la burocracia sindical es una pieza clave del
gobierno contra la resistencia popular. Pero el oficialismo carece de un
sector incondicional significativo de esa jerarquía. Por eso debe
negociar la entrega a cambio prebendas. El dinero de las obras sociales
es la gran caja de una corruptela que se tramita con los chantajes de
siempre.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Macri necesita preservar la tregua concertada con burócratas, que
están sometidos a una fuerte presión por abajo. Los jerarcas rehúyen los
actos masivos y bloquean el llamado a un paro nacional. Cuando convocan
acciones puntuales aparece el fantasma de un desborde, que refleja la
tensión social imperante. Cualquier sea la performance electoral de <i>Cambiemos</i> el gobierno deberá convivir con ese dato.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este escenario explica la estrategia de atropellos pausados que la
prensa denomina “gradualismo”. Los funcionarios tiran piedras y esconden
la mano, para evaluar cuánta brutalidad tolera el pueblo (“si pasa,
pasa”). Guían su acción por esa norma empírica de agresiones. Por ahora
tantean su anhelada reforma laboral con la erosión puntual de los
convenios.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Promueven el modelo implementado en Sancor para negociar puestos de
trabajo por flexibilización o el esquema ensayado en Tierra del Fuego de
auxilio federal a cambio de recortes. También apuntalan la modalidad
acordada con algunos burócratas (petróleo, construcción, automotrices),
para anular derechos con la zanahoria de futuras inversiones.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ese molde de atropellos escalonados es complementado con vaivenes en
los tarifazos y una pugna para bajar el techo salarial de las
paritarias. Hasta ahora prevalece un desangre puntual de empleos en las
reparticiones públicas y no los masivos despidos que exige la ortodoxia.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Si Macri mantiene esa agenda repetirá lo ocurrido en su primer bienio
y seguirá preparando el mega-ajuste para un futuro mandato. El líder
del PRO necesita reunir un mayor soporte político, para imitar el
ejemplo brasileño de reforma laboral troglodita.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La comparación con Menem persiste como la mejor referencia para
evaluar los márgenes de acción reaccionaria del gobierno. En las
elecciones de medio término, el riojano ya exhibía mayores atropellos
contra el pueblo que su émulo.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La principal diferencia radica en la derrota que impuso a las
huelguistas de la telefonía, YPF y ferrocarriles. El justicialista
neoliberal doblegó a los sindicatos combativos, debilitó al movimiento
popular y asimiló por completo a la burocracia sindical.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Menem aprovechó el agobio generado por la hiperinflación para imponer
su inédito modelo de injusticia social. Macri no puede auto-infligirse
una repetición del 2001para implementar el mismo ajuste.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Además, su antecesor gobernó en un contexto internacional de euforia
neoliberal que se ha disuelto. No es sencillo consolidar una hegemonía
derechista en el turbulento escenario actual.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Manipulación con límites</span></span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El gobierno sobredimensiona su performance electoral. Se auto-engaña con el fraude mediático que proclamó ganador a<i> Cambiemos</i>, cuando faltaban procesar sufragios decisivos del Gran Buenos Aires</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El macrismo propagó esos resultados antes de su corroboración, para
incidir en los zócalos de las pantallas y las tapas de los diarios.
Instaló un clima de gran victoria apostando a la lenta disolución de
cualquier desmentida posterior.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este nefasto manejo de la información ha sido bautizado con una
denominación acorde al desinterés por los hechos. Bajo el imperio de la
“pos-verdad” alcanza y sobra con la simulación para disuadir reflexiones
e impactar sobre las emociones.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Con toda la artillería que aporta Duran Barba y sus <i>focus grups</i>,
Macri recurre a una sofisticada tecnología del engaño. Esa manipulación
incluye intercalar mensajes de buena onda y confrontación. Las suaves
convocatorias al diálogo se entremezclan con brutales exigencias de
entierro del pasado.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El PRO selecciona los temas en función de una u otra conveniencia
(“ya llega el segundo semestre” o “no se habla de economía”). Desvía la
atención de lo relevante y abusa de la invención contra-fáctica
(“evitamos la hiperinflación”). Con figuras taquilleras busca capturar
el voto despolitizado, para sostener su gobierno en una mayoría
silenciosa.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Se apoya además en la base social derechista que despuntó con los
cacerolazos y promueve un liberalismo gorila con ingredientes de odio de
clase. Los indigentes son presentados como “perritos” y los opositores
son ubicados en el universo del “narco-menudeo”. Tampoco faltan
crueldades frente al sufrimiento popular (corte de pensiones por
discapacidad).</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El propósito de esta acción es romper la solidaridad social para
culpar a los excluidos por sus padecimientos. Se busca naturalizar la
conveniencia de un gobierno de millonarios, difundiendo la absurda
creencia que ya no necesitan robar en la función pública.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero estos cimientos ultra-reaccionarios de<i> Cambiemos </i>están
por ahora afincados en sectores medio-altos y en generaciones veteranas.
Esas creencias no han calado en el grueso de la población. Los
adherentes del oficialismo glorifican el mercado hasta que el ajuste los
afecta. Avalan la disciplina social pero no la represión en gran
escala. Por eso los tarifazos desatan protestas generalizadas y los
ensayos “anti-piquete” quedan a medio camino.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este contexto explica también el masivo rechazo al “dos por uno” que
favorecía a los genocidas y la conmoción creada por la desaparición de
Maldonado. Mientras crece una marea de indignación, el gobierno se
empantana en insólitos inventos para encubrir a la gendarmería.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El secuestro de un militante que protestaba junto a los mapuches
contra el despojo que perpetran Benetton y Lewis impacta en toda la
sociedad. Un reclamo por la aparición con vida sensibiliza a varias
generaciones.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La eventual hegemonía derechista del PRO no solo choca con la
vitalidad de esa conciencia colectiva. También debe lidiar con la
endeblez de la economía. El gobierno compensa la ausencia de crecimiento
con un alocado endeudamiento, que potencia las bicicletas financieras y
precipita periódicas corridas hacia el dólar.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esos temblores obedecen a la fragilidad del modelo y no al temor que
suscita un triunfo de Cristina. La vulnerabilidad de la economía
determina también el bajo estatus crediticio que mantienen las
calificadoras de riesgo.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El gobierno apuesta a sostener el financiamiento externo con un
afianzamiento de la reactivación. Pero hasta ahora sólo administra un
paupérrimo rebote del ciclo, carente de inversiones o recuperación del
empleo. Para colmo Trump retribuye el “retorno” del país al mundo, con
penalidades aduaneras a la exportación de biodiesel. En la economía de
Macri hay poco espacio para el festejo electoral.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Los conservadores de siempre</span></span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><i>Cambiemos </i>es visto por algunos analistas como una derecha
renovada y democrática. Sustentan esa mirada en la impronta cultural del
macrismo, que ofrece a las clases medias acomodadas un molde más
presentable del proyecto reaccionario.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ese formato incluye retórica <i>new age</i> y preocupaciones por
una ciudad verde con bicisendas y comida saludable. Esa ideología aporta
un disfraz de neoliberalismo modernizado, que reivindica el disfrute
pasajero y ensalza el individualismo.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la asimilación efectiva de ese imaginario choca con las penurias
de la clase media para llegar a fin de mes. La penetración real del
relato macrista está sobreestimada por la influencia de los
comunicadores que controlan las pantallas.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En ese ámbito se verifica un cambio de figuras. El vetusto derechismo
eclesiástico (Neustadt, Grondona) ha sido reemplazado por los sermones
de ex progresistas, que veneran el status quo con poses de informalidad
(Lanata, Fernando Iglesias, Leuco, Birmajer). Con más ingenio y cinismo
recrean las mismas banalidades conformistas de sus antecesores.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">De todas formas el PRO depende más de la partidocracia tradicional
que de esos pintorescos personajes. Los votos se logran con demagogia
electoral y gasto público. La modernización cultural que se le atribuye a
<i>Cambiemos</i> omite auditar la billetera que maneja Vidal. Se
silencia especialmente sus negociaciones con intendentes para organizar
cortes de boleta a cambio de obras.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Es cierto que el macrismo logró votos en las zonas empobrecidas,
atribuyendo todos los males del país a la corrupción del kirchnerismo.
Pero utiliza el mismo argumento esgrimido por todos los gobiernos, para
distraer a la población con los robos de sus antecesores.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lo insólito de <i>Cambiemos </i>es el peso que tiene esa acusación
entre funcionarios manchados por desfalcos de todo tipo. Muy pocos
personajes del PRO pueden justificar sus incalculables fortunas. En dos
años de gestión el grueso del gabinete exhibe sorprendentes incrementos
de patrimonio, valuaciones truchas de propiedades e inversiones
millonarias en el exterior.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Macri encabeza ese listado de irregularidades. Dispensa incontables
favores a una familia que se enriqueció esquilmando al estado. Apuntala
los negocios de su grupo, propiciando ventajas en múltiples negocios
(autopistas, correo, aviación, rutas) y contratos (Odebrecht).</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Sólo el descarado apañamiento de la justicia impide el juicio
político a un presidente tan involucrado en el lavado de su fortuna
(Panamá Papers). Hay que buscar con lupa los ingredientes de renovación
en esta típica gestión corrupta de la derecha tradicional.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Más incongruente es el uso del término democrático para caracterizar a
esa administración. El macrismo se ubica en las antípodas de esa
calificación. Su gobierno ilustra cómo el poder real se ejerce fuera del
ámbito electoral, mediante el manejo cotidiano de la economía, la
justicia y los medios de comunicación. Los gerentes de esos dispositivos
no están sujetos a ningún sufragio y son rigurosamente seleccionados
entre la elite de los acaudalados.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero <i>Cambiemos </i>avasalla incluso los formalismos
institucionales de esa estructura de poder. Al igual que Santos en
Colombia y Peña Ñieto en México, Macri preside una plutocracia
contrapuesta a la soberanía popular.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Sin sometimento, ni castigos</span></span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La exagerada evaluación del éxito electoral del macrismo es
compartida por algunos intelectuales del kirchnerismo, que fueron
sorprendidos por el triunfo de su rival. Esperaban un voto castigo y
atribuyen el error de esa expectativa a razonamientos economicistas.
Estiman que identificaron mecánicamente el padecimiento social con el
descontento político. Consideran que <i>Cambiemos</i> logró socavar esa conexión con un discurso que penetra en los sectores populares.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero ese enfoque no registra el carácter limitado de la influencia
del gobierno y evita analizar lo ocurrido en el flanco opuesto del
kirchnerismo. Cristina hizo una buena elección, pero no recuperó los
votos perdidos en las últimas secuencias de comicios.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ese estancamiento no obedece a fracturas en la conciencia popular.
Simplemente expresa el balance crítico hacia una gestión que preservó
los privilegios de los capitalistas y los cimientos del subdesarrollo.
El brutal ajuste implementado en Santa Cruz rememora las carencias de la
década pasada.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Para eludir el debate sobre esas falencias se magnifica el avance del
PRO. Los méritos atribuidos al gobierno permiten disimular las
limitaciones del cristinismo. Se supone que la derecha prospera por sus
propias cualidades y no por las insuficiencias del mandato K.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El repunte de <i>Cambiemos </i>es frecuentemente identificado con
la astucia del relato oficial. Pero en interpretaciones simétricas se
explica el mismo fenómeno por la crudeza del gobierno y la pasividad del
pueblo. En este caso se estima que el macrismo explicita el ajuste y
logra consenso ante la resignación colectiva.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero esta imagen de sometimiento contrasta con la intensa resistencia
social y con el doble discurso que ejercita el PRO. En lugar de
recurrir al descaro derechista, el gobierno suele enmascarar sus
acciones. Sin ese ejercicio del engaño Macri naufragaría en poco tiempo.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Otros pensadores del kirchnerismos rechazan acertadamente el
pesimismo de sus colegas, pero recaen en un extremo opuesto de exitismo.
Afirman que dos de cada tres votantes sufragó contra el gobierno.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"></span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La arbitrariedad de esa estimación salta a la vista, puesto que
embolsa en un mismo bloque anti-PRO a expresiones muy contrapuestas. No
es sensato equiparar los sufragios por Massa con las papeletas de la
izquierda. Con el método de contraponer los votos propios con todo el
espectro restante se podría afirmar que dos de cada tres ciudadanos
rechazó al kirchnerismo. Esa matemática acomodaticia no lleva a ningún
lado.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El principal problema del Cristinismo no fueron los números, sino la
campaña que desenvolvió en las PASO. Comenzó insinuando un perfil de
denuncia del ajuste y promoción de alternativas (revisión de la deuda,
freno de los tarifazos, emergencia alimenticia, congelamiento de
precios). Incluso denunció a los legisladores de su espacio que avalaron
en el Parlamento el atropello oficial.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero posteriormente decidió hablar poco con el extraño argumento de
transferirle la voz al pueblo. Con esa modalidad silenciosa atemperó las
críticas, diluyó las propuestas e incluso emitió convocatorias a
suspender acciones de resistencia.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este giro hacia la moderación contradice la convocatoria a votar al
kirchnerismo para frenar el ajuste. Es evidente que ese límite se
conquistará más en la calle que en el cuarto oscuro. La contraposición
del sufragio con la movilización suele desembocar en una gran
frustración popular.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Nadie sabe si la estrategia de Cristina apunta a reconstruir el
peronismo o a gestar una nueva fuerza de centroizquierda. Pero en ambas
opciones se desvanece la batalla real contra el macrismo. Esa
resistencia exige el contundente compromiso con la lucha, que
demostraron los líderes de izquierda al acompañar a los trabajadores de
Pepsico.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Habrá que ver si la derecha logra o no forjar su ansiada hegemonía.
Ese resultado dependerá del desenlace de las batallas sociales. Los
comicios de octubre incidirán pero no definirán la gran pulseada entre
los capitalistas y los trabajadores.</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Referencias</span></span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Rosso, Fernando. ¿Cambiemos: una nueva hegemonía?</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://panamarevista.com/cambiemos-una-nueva-hegemonia/">http://panamarevista.com/cambiemos-una-nueva-hegemonia/</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Alemán, Jorge. Cambiemos encarna una conquista del desierto cultural</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a class="spip_url spip_out auto" href="https://www.tiempoar.com.ar/articulo/view/70041/cambiemos-encarna-una-conquista-del-desierto-cultural" rel="nofollow external">https://www.tiempoar.com.ar/articulo/view/70041/cambiemos-encarna-una-conquista-del-desierto-cultural</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Semán, Pablo. Cambiemos está explorando una nueva hegemonía</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.agenciapacourondo.com.ar/elecciones-2017/cambiemos-esta-explorando-una-nueva-hegemonia">http://www.agenciapacourondo.com.ar/elecciones-2017/cambiemos-esta-explorando-una-nueva-hegemonia</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Natanson, José. El macrismo no es un golpe de suerte</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a class="spip_url spip_out auto" href="https://www.pagina12.com.ar/56997-el-macrismo-no-es-un-golpe-de-suerte" rel="nofollow external">https://www.pagina12.com.ar/56997-el-macrismo-no-es-un-golpe-de-suerte</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><i>-Granovsky, Martin </i>¿<i>Derecha democrática</i>? </span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.pagina12.com.ar/57262-derecha-democratica">https://www.pagina12.com.ar/57262-derecha-democratica</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-<i>Postolski, Glenn. Elecciones sin vueltas</i></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.pagina12.com.ar/58085-elecciones-sin-vueltas">https://www.pagina12.com.ar/58085-elecciones-sin-vueltas</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><i>-Fidanza, Eduardo.</i> <i>Triunfos de verdad y de posverdad</i>. </span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.lanacion.com.ar/2054686-triunfos-de-verdad-y-de-posverdad">http://www.lanacion.com.ar/2054686-triunfos-de-verdad-y-de-posverdad</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><i>-</i>Vilas, Carlos M. Vapuleados pero no vencidos</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a class="spip_url spip_out auto" href="https://www.pagina12.com.ar/57065-vapuleados-pero-no-vencidos" rel="nofollow external">https://www.pagina12.com.ar/57065-vapuleados-pero-no-vencidos</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-López, María Pía. ¿Qué hay de nuevo, viejo?</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.pagina12.com.ar/57923-que-hay-de-nuevo-viejo">https://www.pagina12.com.ar/57923-que-hay-de-nuevo-viejo</a></span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-<i>Horowicz, Alejandro</i>. <i>Tanto realismo</i>, <i>tanta aceptación de las relaciones de fuerza</i>, <i>muestra la voluntad de no transformarla</i>. </span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.herramienta.com.ar/content/elecciones-primarias-y-algunos-debates-estrategicos-urgentes-para-una-izquierda-sin-brujula">http://www.herramienta.com.ar/content/elecciones-primarias-y-algunos-debates-estrategicos-urgentes-para-una-izquierda-sin-brujula</a></span></span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGiRBDSkLoWwS74IuCy7T2NS76_SQxmL-OF0Pk0cSL-Hl-udbSHxqF4jyck7q4tzf8liqlHlMnEHQmv4lHq5JprqiCR2mo7S8cO2z0BWjMaTjc1FvcDEXxs5hh6yHmr-9jwNYIdLsl6mDv/s1600/01.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGiRBDSkLoWwS74IuCy7T2NS76_SQxmL-OF0Pk0cSL-Hl-udbSHxqF4jyck7q4tzf8liqlHlMnEHQmv4lHq5JprqiCR2mo7S8cO2z0BWjMaTjc1FvcDEXxs5hh6yHmr-9jwNYIdLsl6mDv/s1600/01.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">http://lapaginademontilla.blogspot.com/ </span></i></u></span></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-34998510531391775632017-08-28T09:49:00.000-04:002017-08-28T09:49:09.780-04:00Imperiofobia y Leyenda Negra. Medias mentiras y medias verdades<!--[if gte mso 9]><xml>
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<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b><span style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-bidi-font-style: normal;">Esteban Mira Caballos</span></span></b></span></i><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div style="text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe4Nb2128hghYlzAeCnGKFOrLU41pRBRZHC6KoE_s8QFsMXNHRNgcVPefEQtGUGXMx-fk-aMqEQC-oQ_QUmIvVBzt6QeBXi8j5H7JUFXWE7JH_-n7g6a01juZLJ53MGgzBEnv2oOw_BGiq/s1600/Imperiofobia+y+Leyenda+Negra.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="600" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe4Nb2128hghYlzAeCnGKFOrLU41pRBRZHC6KoE_s8QFsMXNHRNgcVPefEQtGUGXMx-fk-aMqEQC-oQ_QUmIvVBzt6QeBXi8j5H7JUFXWE7JH_-n7g6a01juZLJ53MGgzBEnv2oOw_BGiq/s400/Imperiofobia+y+Leyenda+Negra.jpg" width="400" /></a></div>
La edición de esta obra de María Elvira Roca Barea (Madrid,
Siruela, 2016) ha tenido un gran éxito editorial y un considerable impacto
mediático. Y ello por las hipótesis novedosas que plantea con un amplio aparato
bibliográfico y con un tono a veces poco cordial y hasta despectivo con una
parte de la historiografía. Me ha resultado imposible comentar todos los
aspectos del libro por lo que apenas aludiré a las leyendas negras romana, rusa
o estadounidense, centrándome en la española. Una decisión que no es aleatoria
ya que, aunque la autora se detenga ampliamente en otros imperios y en otras
imperiofobias, el objetivo del libro está bien claro desde la primera página:
desenmascarar la leyenda negra y limpiar el buen nombre de España y de los
españoles. Quiero empezar reconociendo que sus ideas fundamentales están bien
documentadas y magníficamente argumentadas. Básicamente defiende tres aspectos:<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Uno, que la leyenda negra es por antonomasia española pues,
de hecho, para referirse a otras hay que ponerle el adjetivo de rusa, francesa
o estadounidense. Los que mandan siempre han gozado de mala prensa,
especialmente los imperios. Eso sí, a su juicio hay imperios coloniales como el
belga, cuya mala prensa, el holocausto generado en el Congo, no es leyenda sino
historia, pero no es el caso del español. Empieza explicando la Imperiofobia
aplicada a Roma, para después establecer comparaciones con otras leyendas
negras aplicadas al imperio español, a Rusia y a los Estados Unidos. </div>
<a name='more'></a><br />
Por
cierto, que Elvira Roca omite un trabajo de un doctor en filología, al igual
que ella, que le hubiera resultado de gran utilidad. Se trata de la obra de
José Luis Conde, "La lengua del Imperio", que obtuvo el II Premio
Rosa María Calaf de Investigación y que fue editado en el año 2008. En este
último estudio se compara, con una excelente erudición, la retórica del
imperialismo romano con el estadounidense. El Dr. Conde establece
interesantísimas conexiones ideológica entre los pensadores romanos imperialistas
o antiimperialistas –Cicerón, Salustio, Cornelio Tácito, Tito Livio, etc.- y
los estadounidenses –Miles, Chalmers, Badian, etc.- así como símiles
sorprendentes en la evolución política de ambos imperios. Dentro del propio
imperio romano hubo críticos como Salustio, una especie como de padre Las Casas
de la antigüedad.<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Dos, que la leyenda negra no es una cuestión del pasado sino
que sigue existiendo en pleno siglo XXI con gran vitalidad, a través de los
textos y de la filmoteca. Niega la idea repetida por algunos historiadores
actuales, como Henry Kamen o Ricardo García Cárcel, de que la leyenda negra ha
desaparecido hace mucho tiempo. Y se ensaña con ambos, primero con Kamen a
quien considera justo al contrario de lo que él mismo afirma, es decir, de ser
uno los agentes perpetuadores de la imperiofobia. Y ello precisamente por negar
la leyenda y respaldar la teoría del Imperio Inconsciente cuando afirma que
España no construyó su imperio sino que "le cayó encima de manera
circunstancial", fruto de herencias. Y segundo con García Cárcel a quien
corrige con dureza pues le parece inadmisible su tesis de que nunca ha existido
una leyenda negra al no darse una crítica sistemática y premeditada frente a
España y a los españoles. Y la autora llega tan lejos en su idea que sostiene
que la crisis económica actual y el incremento de la deuda pública española no
se ha debido tanto a la crisis internacional o a la mala gestión de los
sucesivos gobiernos españoles como a ¡la Leyenda Negra!, al incrementar sin causa
aparente la prima de riesgo. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZE52ehvWyUbpt3EPmk90OCLpfeiI_qXjQiIW7gyhVkqrCAbcwu66v3dAd1oCy2Pn0g74lIYJvVMexhqqhNGI5XYAnTc1JtLzDHW8NjJXk5ycAYkL4meaOJRXKyo4nk4GW9DgQBSyIP8-Q/s1600/Imperiofobia+y+Leyenda+Negra+%25E2%259C%2586+Mar%25C3%25ADa+Elvira+Roca+Barea+%25C2%25A9+MultiSignos.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1056" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZE52ehvWyUbpt3EPmk90OCLpfeiI_qXjQiIW7gyhVkqrCAbcwu66v3dAd1oCy2Pn0g74lIYJvVMexhqqhNGI5XYAnTc1JtLzDHW8NjJXk5ycAYkL4meaOJRXKyo4nk4GW9DgQBSyIP8-Q/s400/Imperiofobia+y+Leyenda+Negra+%25E2%259C%2586+Mar%25C3%25ADa+Elvira+Roca+Barea+%25C2%25A9+MultiSignos.jpg" width="263" /></a>Y tres, que esta leyenda ha terminando calando en la propia
intelectualidad española hasta el punto que todos ellos deben entrar en mayor o
menor medida en la crítica a su propia nación "¡si quieren conseguir algún
respeto!" Y dice más, en general, el intelectual español es desde siempre
"autocrítico y flagelante" y estima que "negar la leyenda negra
es ser un español moderno y no un periférico acomplejado". Según parece
todos estábamos equivocados, ensimismados en nuestra propia paranoia
flagelante, hasta que hemos tenido la suerte de gozar de su redención. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La Leyenda Negra empezó en Italia y la terminó asumiendo la
élite ilustrada española. En cambio, el concepto sí que surgió en la España
decimonónica para popularizarse en la siguiente centuria a partir del libro de
Julián Juderías, un cantor de las glorias de la patria hispana. Quede claro que
el término parte no de los enemigos de España sino de los defensores. Pero,
contra la opinión del propio Kamen, de Pierre Chaunu o de Carmen Iglesias, esta
leyenda no solo existe en la conciencia de los españoles sino que sigue
fuertemente implantada en toda la intelectualidad de los países de nuestro
entorno, especialmente de los protestantes.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Creo que su tesis principal, es decir, que hubo –y en
algunos aspectos pervive- una Leyenda Negra, al tiempo que está en plena
vigencia una Imperiofobia frente a los Estados Unidos, es correcta. Hace
algunos siglos, los españoles encarnaban el mal, la perniciosa mezcla racial y
el engendro de todos los males como en la actualidad lo encarnan los
estadounidenses. Hasta ahí podemos estar más o menos de acuerdo, pasemos ahora
a analizar los desacuerdos. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Se lamenta
la autora de que la interpretación de la historia siempre se ha realizado desde
la ideología, especialmente por los historiadores de izquierda. Y en parte
lleva razón, pues todo historiador tiene su ideología y ello influye en su
forma de interpretar la historia. El problema es que su texto también está
preñado de ideología, por lo que en cualquier caso peca de lo mismo que con
tanto énfasis critica. E incluso le llega a traicionar el subconsciente cuando
sorprendentemente afirma –p. 359- que una de las constantes de los imperios ha
sido el autocuestionamiento y la inadecuación de la respuesta. Dice que ante la
propaganda orangista Felipe II respondió convocando una auditoría internacional
y frente a los grabados de De Bry con la sesuda obra de Solorzano Pereira. Un
verdadero fiasco porque, según Elvira Roca, la respuesta ¡no puede ni debe ser
científica sino que a los ataques propagandísticos, solo se puede responder "de
la misma manera, a ser posible de forma más ofensiva y más falsa!" Pues
¡vaya!, esta idea suya no dice mucho a favor del cientifismo de sus argumentos
que tratan de responder a la Leyenda Negra. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero a mi juicio, el mayor error de su obra consiste en
confundir leyenda negra con historia negra, de forma que al final trata de
reescribir toda la historia, bordeando, omitiendo o directamente eliminando los
aspectos más escabrosos que, según ella, son falsedades atribuibles a la citada
Imperiofobia. La autora tergiversa infinidad de hechos, unos de manera
intencionada y otros quiero creer que por desconocimiento, para tratar de meter
con calzador su particular visión de la historia. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Empieza ironizando sobre la afirmación de Marvin Harris de
que la aparición del estado llegó ligada a la de la esclavitud. La autora dice
jocosamente que "por eso el hombre preneolítico, con una esperanza de vida
de unos veinte años, era el más libre del planeta". Pues, mire usted, pese
a su ironía, es posible que el hombre del Paleolítico viviese más libre aunque
padeciese el azote de la enfermedad y de la muerte. </div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Con respecto a la historia de España interpreta, siguiendo su propia línea
argumental, que ha estado fuertemente influida por la Leyenda Negra. De ahí que
analice uno a uno muchos aspectos de nuestra historia haciendo una revisión
crítica, siempre aminorando o directamente eliminando los aspectos más
negativos o polémicos. Obviamente, entra de lleno en los asuntos más
controvertidos de nuestro pasado: genocidio americano, casticismo, inquisición,
militarismo, racismo, etc. El famoso saco de Roma de 1527 fue usado ampliamente
por los hispanófobos pese a que los soldados españoles eran minoría y que hubo
otros saqueos mucho más gravosos. Igualmente las guerras de religión que se
generaron en Europa, fueron verdaderas guerras civiles entre católicos y las
distintas ramas del protestantismo. Incluso la victoria en la batalla de
Mühlberg (1547) fue atribuida a los españoles cuando en realidad estos eran una
minoría. Y es que lo mismo las guerras de religión que la de Flandes fueron
sendas guerras civiles en las que España participó de manera muy marginal, pese
a los diretes de la Leyenda Negra. Y ofrece un dato: de los 54.300 que
comandaba en Flandes el duque de Alba en 1573, solo 7.900 eran españoles. Y en
parte lleva razón, aunque supongo que alguna responsabilidad tendría el
Imperio. </div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
A la Inquisición le dedica un capítulo de veintisiete páginas para tratar de
demostrar que toda la información ha sido manipulada por los historiadores
detractores de la patria. Se ceba especialmente con la antropóloga belga
Christiane Stallaert, a quien considera "inoculada del complejo psíquico
de la leyenda negra" al comparar la Inquisición con el holocausto nazi.
Sin embargo yo, que sigo con gran interés los textos de la profesora belga,
diré en su descargo que ella trabaja dentro de una metodología comparativista
constructiva e hizo la asimilación explicando muy bien las diferencias tanto
cuantitativas como cualitativas entre ambos acontecimientos. Elvira Roca nos
recuerda con insistencia varios aspectos del Santo Tribunal que la mayoría
sabíamos: que apenas ajustició a unas 3.000 personas, que la tortura fue una
práctica excepcional y que las persecuciones religiosas en Europa causaron
muchas más víctimas. En este caso sigue a Henry Kamen y le tocan las críticas a
Joseph Pérez por advertir que tampoco hay que abusar de la atenuación de los
horrores inquisitoriales tan de moda en las investigaciones actuales. Y ya
puestos a destacar las excelencias del Santo Tribunal destaca que fue pionero
en la defensa de los derechos humanos, al prohibir la tortura un siglo antes de
que esta misma medida se generalizara en Europa. Bueno, supongo que la doctora
Roca podrá disculpar que me posicione y solidarice con el gran Joseph Pérez; ni
tanto ni tan calvo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
En relación a las expulsiones de minorías étnicas o
religiosas, la autora obviamente las minimiza. En relación al cadalso de los
sefardíes en 1492, afirma que ha formado parte esencial de la Leyenda Negra, al
difundirse que fue un problema exclusivamente hispánico. Sin embargo, ella cree
haber descubierto algo todos sabemos desde siempre, que las expulsiones de
judíos fueron una constante en toda la Europa bajomedieval, pues empezaron con
la expulsión de semitas ingleses en 1290. Y dice más, los expulsados fueron
poco numéricamente hablando e irrelevantes desde el punto de vista económico,
como prueba el hecho de que España se mantuviera como primera potencia mundial.
La expulsión de los moriscos tampoco se debió a la xenofobia sino que había un
problema de seguridad nacional. Y añade un dato: ya en la rebelión de las
Alpujarras hubo que traer a los tercios de Flandes porque se temió un
desembarco turco que ayudase a los moriscos a recuperar España para el Islam.
Pues bien, en España hay una larguísima trayectoria en estudios sobre los
moriscos y ha quedado bien demostrado que los moriscos no poseían armas ni
posibilidad de reconquistar España y que ese argumento fue un intento de
justificación pensado a posteriori. Por otro lado, salieron 300.000 personas en
medio de todo tipo de calamidades y penalidades, pues fueron asaltados durante
el trayecto a los puertos de embarque. En algunos casos, se les arrebataba a
sus propios hijos antes de embarcar, pues en teoría habían quedado al margen de
la expulsión. Un verdadero drama para aquellas familias, forzadas a marchar al
exilio, expoliadas y maltratadas. Y la cosa no acababa ahí, pues el embarque se
hacía en condiciones de hacinamiento y a su llegada, incluso en territorio
magrebí, no siempre eran bien aceptados. Un drama que no comparece en las
páginas del libro de Elvira Roca. Sería muy largo seguir insistiendo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La derrota de la Armada Invencible es otro de los temas
favoritos de la Leyenda Negra que a su juicio ha exagerado hasta rozar el
"ridículo", por dos motivos: primero porque el objetivo nunca fue
invadir Inglaterra sino deponer a Isabel I y, segundo, porque España mantuvo el
dominio de los mares durante más de medio siglo más. En fin, no es que no sea
cierto lo que afirma sino que no conozco a ningún autor español ni inglés que
afirme lo contrario. Y añade un argumento que a mi juicio no puede ser más
parcial: todo el mundo –"eruditos y semianalfabetos", puntualiza-
conoce el desastre de la Invencible en Inglaterra, pero casi nadie sabe que los
ingleses fracasaron cinco veces en su intento de invadir el Imperio: Veracruz
(1568), España (1589), Cartagena de Indias (1740) y Argentina (1804 y 1806). Un
par de matices: uno, dado que la autora no cree que los territorios americanos
fuesen colonias sino solar patrio, claro, incluye los asaltos a los territorios
ultramarinos. Y otro, puestos a sumar dichos territorios hay que añadir que
fueron muchísimos más, algunos exitosos, como el perpetrado contra Jamaica. El
propio desembarco de los puritanos en Norteamérica no dejaba de ser una
invasión en tanto en cuanto dichos territorios habían sido donados a España en
las bulas Inter Caetera. Y enlazando con la defensa de Cartagena de Indias en
1740 por el gran Blas de Lezo, se lamenta de que nadie hable de él, cosa que no
es cierta y me remito a lo mismo que suele hacer la autora, es decir, a buscar
Blas de Lezo en Google para comprobar que goza de cientos de entradas. Y en
relación al rechazo al almirante dice que en 2016 hubo una consulta popular
para poner nombre a un buque de la armada inglesa y, al salir Lezo en primer
lugar, fue eliminado directamente por las autoridades británicas. El comentario
no puede ser más desafortunado, está claro que no le iban a poner a un buque de
la armada inglesa el nombre de la persona que la humilló. Sería igual de
ilógico que ponerle a un buque de la armada española el nombre de Francis
Drake; creo que empatizar un poco no es tan difícil, solo hay que intentarlo. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Asimismo, trata el asunto de la venalidad en el imperio
español, para añadir que nunca alcanzó la extensión y la intensidad que en
otros países de Europa. Pues por las referencias que cita, Antonio Domínguez
Ortiz y Francisco Tomás y Valiente, da la impresión que no conoce los recientes
trabajos de Francisco Andújar Castillo, María del Mar Felices de la Fuente,
Ángel Sanz Tapia o Antonio Jiménez Estrella, por citar solo a algunos. En
dichos estudios se sitúa la venalidad en el Imperio al mismo nivel que en
Francia y en cotas muy superiores al de otros países de nuestro entorno, como
Portugal. Desgraciadamente, la venta de oficios públicos por parte de la Corona
fue una constante en el Antiguo Régimen a lo largo y ancho del Imperio. Ello se
enmarcaba en un proceso más amplio de enajenación de todo el patrimonio regio,
por necesidades monetarias, que abarcó a todo lo vendible, desde títulos de
ciudad a nobiliarios, pasando por Grandezas de España y todo tipo de cargos de
la administración civil y militar, tanto nacional como local. </div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Otro capítulo completo, de más de cincuenta páginas, le dedica a la conquista y
colonización de América, otro de los grandes mitos de la Leyenda Negra. Quiero
señalar que el primer error está en el comentario de la propia portada, que
pone "Lienzo de Tlaxcala, 1522". Bueno, es cierto que es un fragmento
del citado lienzo pero no del año 1522. Los tres oríginales que se confeccionaron
eran de 1552, pero dado que se perdieron solo se conserva una copia de Manuel
de Yáñez de 1773. Quede constancia de este pequeño desliz. Pero siguiendo con
nuestro argumento, como no podía ser de otra forma, empieza la parte americana
desacreditando al "panfletista" paranoico del padre Las Casas,
siguiendo sin citarlo a Méndez Pidal, que no fue más que un mero imitador de
fray Antonio de Montesinos. Una vez más, el buen nombre del dominico, del
querido protector de los indios, uno de los personajes más fascinantes de
nuestro pasado, tirado por los suelos por dar pábulo a nuestra Leyenda Negra.
Como ella suele decir, no insistiré; solo una cosa, dice que alentó la
introducción de esclavos negros para proteger al indígena, idea que está
rebatida ya por decenas de historiadores desde hace décadas. Lo escribió en una
ocasión y se retractó varias veces a lo largo de su vida. Quede constancia.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Como dijimos anteriormente, insiste muy especialmente en el
hecho de que los territorios americanos nunca fueron colonias sino reinos,
suelo patrio en igualdad de condiciones con el resto de entidades peninsulares.
Le parece incomprensible que profesionales de la historia, entre los que me
cita, usen el concepto de colonia, esgrimiendo que las Leyes de Indias dejan
muy claro que no eran tal cosa. Y ya que me cita a mí personalmente, aunque
somos cientos los americanistas que usamos el término colonia, trataré de
rebatirla. Es cierto que las Leyes de Indias hablan de reinos y de virreyes,
pero cualquier americanista sabe, esos mismos a los que ella trata de
ridiculizar, que en la práctica el estatus de aquellos territorios fue
colonial. Da igual como aparezcan denominados en la documentación, lo realmente
importante es que lo mismo la expansión inglesa, que la holandesa, francesa, estadounidense
o española pretendía obtener unos réditos de la explotación de aquellos
territorios. Los criollos lo tenían clarísimo, tan claro que desde la segunda
mitad del siglo XVI se configuraron como clase para defender, con éxito por
cierto, sus propios intereses frente a los metropolitanos. Y la propia
Independencia, ya en el siglo XIX, la llevaron a cabo no para acabar con la
estructura social colonial sino al contrario, para perpetuarla y beneficiarse
de ella sin tener que rendir cuentas a las autoridades metropolitanas. Y no
cito autoridades que afirman esto mismo por no extenderme en exceso.</div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Alude extensamente, citando de nuevo un libro de mi autoría, al extremeño
Nicolás de Ovando, el primer gobernador de las Indias, con el que comete el
error clásico de convertirlo en "fray" cuando en realidad era "frey",
es decir, freire de la Orden de Alcántara y no fraile de una Orden religiosa.
Pero, entrando en el fondo de la cuestión, destaca sus excelencias como
poblador, fundador de ciudades y organizador de cabildos. Eso sí, omite
cualquier tema relacionado con las brutales matanzas de Higüey y Xaragua o el
ajusticiamiento de la bella cacica Anacaona. Asimismo, prescinde de un dato muy
relevante que fue él precisamente el introductor en el Nuevo Mundo de las
encomiendas de indios que a la postre se convirtieron en una forma encubierta
de esclavitud. Supongo que la autora interpreta que todo eso se trata de
fabulas, de invenciones introducidas por mí que estoy abducido por la Leyenda
Negra.</div>
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</div>
<div class="MsoNormal">
Por lo demás destaca la red de caminos, la preocupación por los hospitales
públicos, la introducción del protomedicato en Indias y de las Universidades.
Afirma que solo en la primera mitad del siglo XVI se erigieron veinticinco
hospitales grandes, al estilo del gran hospital de San Nicolás de Bari, fundado
en Santo Domingo por Nicolás de Ovando. Y puedo dar por válido el número total
de hospitales pero no el calificativo de "grandes". Parece ignorar
que ese gran edificio de San Nicolás al que ella se refiere y cuyas ruinas se
pueden visitar todavía hoy, fue construido en estilo tardogótico, mucho
después, y que en tiempos de Ovando no era más que un pequeño habitáculo
vernáculo con camas para seis enfermos. </div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Por supuesto, el declive de la población indígena es uno de los temas favoritos
de la Leyenda Negra que Elvira Roca trata de de aclarar. Empieza aludiendo,
cómo no, a estimaciones extremadamente bajas, más aún que las de Ángel
Rosenblat, como las de José Vasconcelos que sitúa la población total de América
en 6 millones de habitantes. No conozco a ningún americanista ni demógrafo
actual que defienda cifras tan bajas. De hecho, las estimaciones sobre la
población en el continente fluctúan entre los 8 millones y los 112, aunque lo
más común es aceptar cifras intermedias, comprendidas entre los 30 y los 50
millones. Pero dado que el descenso se situó entre el 80 y el 90 por ciento el
posicionamiento de situarla en seis millones no es baladí. No es lo mismo un
descenso de cuatro millones que de 26. Pero en cualquier caso; y ¿por qué
descendió la población hasta situarse a finales del siglo XVI en poco más de
dos millones? La autora tiene muy claras las dos causas: una, debió a las
enfermedades virulentas, empezando por la influencia suina de 1493, citando los
estudios de Francisco Guerra e ignorando que Noble David Cook ha demostrado que
en realidad fue un brote temprano de viruela. Y otra, el mestizaje, dado que
las mujeres indígenas quedaron encandiladas con los españoles, "producían
niños mestizos", no indios, es decir, pura y simple "matemática".
Todo lo demás, asesinatos de caciques hostiles, trabajo sistemático en las
minas, las pesquerías de perlas, las hambrunas tras el robo de sus alimentos,
las expediciones de rescate, etc., etc., son invenciones de la Leyenda Negra.
Ni una palabra de la encomienda, aunque sí dedica unas líneas a la mita para
decir que los españoles se limitaron a mantener en el tiempo una institución
incaica y que solo había hombres asalariados, y ¡mejor pagados por cierto que
muchos de los trabajadores europeos! Pues bueno, no sé de dónde saca esas
informaciones, pues los únicos asalariados en las minas hispanas eran los
llamados faltriqueras, que eran habas contadas. De nuevo, tergiversación pura y
dura y sin ningún tipo de pudor; la mita incaica eran unos servicios en obras
públicas muy llevaderos y los españoles la modificaron, llevándola a unos
niveles de explotación absolutamente irracionales. En 1575 el virrey Francisco
de Toledo la reguló, movilizando nada menos que a 95.000 nativos de diecisiete
provincias que trabajarían una semana y descansarían dos. Se estimaba que tenía
que haber permanentemente en las minas cuatro mil quinientos efectivos por lo
que, para respetar las dos semanas de descanso, debían movilizarse
permanentemente a trece mil quinientos mitayos. Otra cuestión es que, debido a
la alta mortalidad, al final los tiempos de descanso no se respetaron,
convirtiéndose las minas en verdaderos cementerios. Tan claro lo tenían los
pobres quechuas que el día antes de su partida celebraban en sus pueblos un
lúgubre oficio de réquiem, en el que unos y otros se abrazaban llorando. Se ha
calculado en un millón, el número de nativos fallecidos en los yacimientos de
Huancavelica, Potosí, Oruro y cerro de Pasco. Un holocausto sangriento para
saciar la voracidad de plata del Imperio de los Habsburgo y que omite
totalmente Elvira Roca. </div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
La conquista española, a diferencia de la expansión de otros imperios, fue
pactista, y la autora destaca la necesidad de hacer una gran monografía
destacando este singular aspecto. Aunque no lo dice explícitamente se suma a la
tesis de que la conquista de América fue poco menos que una guerra civil entre
indios. En cambio en la expansión anglosajona no hubo pactos, según la autora,
no porque no fuera posible sino porque nunca hubo voluntad de alcanzarlos.
Sería largo rebatir este punto, pero me limitaré a decir que todos los pueblos
conquistadores a lo largo de la historia, macedonios, cartagineses, romanos,
godos, islámicos, etc., etc., han tratado siempre de alcanzar pactos con las
poblaciones nativas. Ningún guerrero quería señorear un territorio vacío; allí
donde existía la posibilidad de pacto se hacía, donde no, se eliminaba a la
élite dirigente y se colocaba en su lugar a otra sumisa a los deseos de los
vencedores. Y esto, como digo, ha sido una constante a lo largo de la historia,
incluso en Norteamérica, donde sí hubo acuerdos hasta la brutal conquista del
oeste del siglo XIX. En cualquier caso, por si alguien piensa lo contrario,
aclara, siguiendo a Inga Clendinnen, que lamentar la desaparición de un imperio
sangriento, antropófago y totalitario como el azteca es como sentir pena por la
derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Creo que no es necesario
refutar semejante barbaridad. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No podía faltar la comparación entre la colonización
puritana de Norteamérica y la española. Se ensaña con el hispanista inglés John
Elliott, a quien dicho sea de paso cita reiteradamente como Elliot, sin la
segunda "t" final. Le acusa de "ceguera intelectual", al
comparar ambas realidades como si se tratase dos imperios que en realidad no
fueron simultáneos sino sucesivos. Y efectivamente, como explica Elvira Roca y
desarrolla con mucha más amplitud Jorge Fernández-Armesto, la América Hispana
era mucho más rica que la anglosajona y que la súbita divergencia solo ocurrió
tras la Independencia, y no por la actitud ante el trabajo de los puritanos
como una parte de la historiografía ha defendido. Asimismo, trata de rebatir la
idea del hispanista de que en Norteamérica se exterminó al aborigen no por
racismo sino porque era imposible de integrar en la cadena productiva. Elvira
Roca lo desmiente argumentando que en Norteamérica había pueblos civilizados
como los iroqueses, algonquinos o sioux y tampoco fueron integrados. Y que en
Hispanoamérica había grupos seminómadas que sí fueron integrados por los
misioneros jesuitas y franciscanos. Sin embargo, por mucho que se empeñe,
pueblos como los algonquinos o los sioux fueron siempre seminómadas y se
asentaban solo temporalmente en las zonas donde cazaban o pescaban; nada
parecido a pueblos estatalizados como los mexicas o los incas. En cuanto a las
reducciones jesuíticas y franciscanas fueron un verdadero hito, una de esas
luces que todavía nos hacen creer en el ser humano. Pero no fue la norma;
cuando los españoles se encontraron pueblos nómadas o seminómadas o los
exterminaron o simplemente no colonizaron dicho territorio. Si hubiese leído el
magnífico libro de Jorge Cañizares-Esguerra, "Católicos y puritanos en la
colonización de América" (Marcial Pons, 2008), hubiese podido concluir, de
acuerdo con dicho autor, que ambos, puritanos y católicos, "veían el mundo
de la colonización en términos bastante similares". </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Actualmente, está en plena efervescencia el
antiamericanismo, pues se le atribuyen a los Estados Unidos todos los tópicos
de la Leyenda Negra: el hecho de ser "una versión degenerada de
Europa" y racialmente impuros. Y, como le ha ocurrido a la hispanofobia,
también tienen el antiamericanismo dentro de casa, cuya cabeza visible es Noam
Chomsky, quien "con sus medias verdades y medias mentiras… no es más que
una máquina expendedora de antiamericanismo… cuyo producto tiene mucha demanda
porque proporciona confort y autocomplacencia casi gratis". Y es que,
según Elvira Roca, la Imperiofobia encuentra "su acomodo en una clase
letrada, con capacidad de captar y manipular el malestar del pueblo". Y ya
puestos, todas las críticas al actual Imperio, los Estados Unidos, se deben a
la leyenda negra, siendo, a juicio de la autora, una pura invención interesada.
Se le critica por lo que son –un imperio- y no por lo que hacen. Por eso está
generalizada la idea de que los estadounidenses, "además de medio tontos,
son unos ignorantes". Y toda esta crítica a las actuaciones descomedidas
del imperio, lo mismo de George Bush que de Clinton o del actual Donald Trump,
es negligente por definición "porque vender irresponsabilidad ha sido
siempre muy lucrativo. Que la culpa sea de otro es descansado. Alivia el alma y
nos evita muchos quebraderos de cabeza y mucho esfuerzo". ¡Increíble que
esto lo haya podido escribir una persona medianamente sensata! </div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
concluir, creo que estamos ante un libro inteligente y bien trabajado,
pero al servicio de una ideología muy concreta. Además tiene el aliciente de
generar debate, algo que puede hacernos avanzar desde el punto de vista
historiográfico. Su tesis fundamental está bien demostrada y contrastada, que
la Leyenda Negra ha existido y en parte perdura hasta nuestros días. Los
imperios siempre han sido criticados e incluso se ha fabulado contra ellos, eso
queda bien claro en este libro. Como aspectos más negativos encuentro dos: uno,
que impugna muy críticamente los trabajos de grandes maestros, como John
Elliott, Henry Kamen, Christiane Stallaert, Joseph Pérez o Marvin Harris. Todos
pueden haber planteado ideas discutibles en algún momento pero es injusto y muy
atrevido refutar la totalidad de su excelencia académica e investigadora. Y el
otro me parece aún más grave; confunde leyenda negra con historia negra. Está
claro que eso de los españoles latinos, anti-semitas y comedores de carne cruda
es pura Leyenda Negra, pero no es menos cierto que existió un Santo Tribunal de
la Inquisición, que no defendía precisamente los Derechos Humanos, que
Atahualpa murió ajusticiado después de pagar su rescate y que los moriscos
fueron dramáticamente expulsados. Hubo Leyenda Negra y también historia negra,
y es muy importante no confundir una cosa con la otra ni olvidarla,
especialmente la segunda. </div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_IcmLTmS0rb3SLJ8lpDzIIFBQ_i2_iwSROOzbdWjj6tBqFxhv3dBouZwHOIUgKn5p-6kZ5O4XVgTOJ8p5iiRXbHFSz-aO_XD0Y9I0si5tfD783kq6WgARbUKFWWXGlnHDzL5BlAwX7Phb/s1600/Esteban+Mira.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_IcmLTmS0rb3SLJ8lpDzIIFBQ_i2_iwSROOzbdWjj6tBqFxhv3dBouZwHOIUgKn5p-6kZ5O4XVgTOJ8p5iiRXbHFSz-aO_XD0Y9I0si5tfD783kq6WgARbUKFWWXGlnHDzL5BlAwX7Phb/s1600/Esteban+Mira.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><a href="http://estebanmiracaballos.blogia.com/">http://estebanmiracaballos.blogia.com/</a></span></span></i></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></span></i>
</div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-44761032798192716222017-08-28T08:53:00.000-04:002017-09-04T11:25:43.450-04:00'Emoji' o la anulación del pensamiento<div style="text-align: left;">
<a href="https://www.emojirequest.com/img/requestEmojis.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Risultati immagini per emoji" border="0" height="285" src="https://www.emojirequest.com/img/requestEmojis.jpg" width="400" /></a><i><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Patricia Terino</span></span></b></i></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div class="section section-post-header" style="text-align: left;">
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<div style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;">
</div>
<div style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;">
</div>
“<i>El lenguaje es la casa del Ser</i>“, decía <b>Heidegger</b>
en su última etapa filosófica, después de haber explorado otras vías en
la búsqueda permanente de aquello que nos constituye, y que él, como
tantos otros anteriormente, denominaron <i>el Ser</i>. Pero el
lenguaje al que ha quedado supeditada la sociedad actual, lejos de
desvelar la esencia intrínseca a todo lo existente, la corrompe,
eliminando cualquier atisbo de profundidad en él y revistiéndolo de la
más absoluta superficialidad, permaneciendo así acorde a nuestro tiempo y
a casi todo lo que a este caracteriza. No en vano, el argumento de <i>Emoji: la película, </i>resulta ser <b>una apología sin paliativos de la eliminación del lenguaje escrito e incluso hablado</b>,
en favor de sus sustitutos digitales como expresiones de todo tipo de
emociones, sentimientos o ideas, vacías de contenido y desprovistas de
los caracteres propios con los que ha contado la comunicación humana
desde sus orígenes.<br />
<a name='more'></a><br />
La
filosofía del lenguaje y todo lo que esta nos ha enseñado desde sus
recientes orígenes a finales del S.XIX, parece haber fracasado ante la
tendencia ya casi instaurada por completo en nuestra sociedad, a la <b>eliminación del pensamiento profundo</b>,
a la reflexión, a la argumentación y exposición de ideas presentadas
razonadamente. Los lingüistas actuales coinciden en establecer un
vínculo inseparable entre pensamiento y lenguaje, por lo que si
empobrecemos y pervertimos este último, el primero sufre las
consecuencias de esta corrupción en términos lingüísticos.<br />
<br />
A principios del S.XX, bajo el contexto de lo que se denominó el <i>giro lingüístico</i>,
la filosofía analítica planteó las dificultades que traía consigo el
lenguaje ordinario para la elaboración de teorías filosóficas y la
propia exposición de ideas, dada la gran complejidad de este tipo de
expresión lingüística por la abundancia de sinonimias, polisemias,
simbolismos, matices, metáforas y expresiones hechas, lo que da lugar a
confusiones y malentendidos en el significado dentro del terreno de la
filosofía. Por ello, el logicismo de <b>Frege</b>, el atomismo lógico de<b> Russell</b> y del primer <b>Wittgenstain</b> y el neopositivismo del <b>Círculo de Viena</b>
intentaron refugiar a la filosofía en el lenguaje de la lógica y
desprenderla así de las imperfecciones del lenguaje ordinario o
cotidiano, tarea, por otra parte, a la que ya se habían encomendado
otros pensadores anteriormente, como <b>Leibniz</b> y su proyecto de la <i>characteristica universalis</i>.<br />
<br />
Pero
a pesar de que el lenguaje formal de la lógica elimina los contenidos
lingüísticos tal como los empleamos habitualmente, con el fin concreto
de facilitar la comprensión en un ámbito muy concreto, a saber, el
matemático y científico, ello no es comparable ni siquiera de forma
somera, al despojo al que se somete el lenguaje en la actualidad de sus
caracteres y propósitos más esenciales y, por ende, al propio
pensamiento, volviéndolo <b>banal, superficial, dócil, manipulable y, por consiguiente, controlable</b>.<br />
<br />
<a href="https://patriciaterino.com/wp-content/uploads/2017/08/poder_de_palabras-300x219.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" class="aligncenter wp-image-550 size-medium" data-lazy-loaded="true" height="146" src="https://patriciaterino.com/wp-content/uploads/2017/08/poder_de_palabras-300x219.jpg" style="display: block;" width="200" /></a>Y todo ello queda de manifiesto en esta película infantil, patrocinada por las grandes multinacionales de la era digital y <b>dirigida a captar pequeños adeptos a esta nueva forma vacía de comunicación</b>
y, por extensión, de entretenimiento, igualmente vacío y destinado a la
anulación del pensamiento. En el largometraje no se desmiente ni se
presenta ningún atisbo de crítica hacia afirmaciones como que <b>“las palabras no molan”</b>,
repetidas por los personajes de la película; se acepta casi de buen
grado por parte de los profesores el uso constante del móvil en clase
que los alumnos utilizan de manera permanente para intercambiar mensajes
carentes de palabras entre ellos; y se defiende el éxito final al que
conduce este tipo de comunicación artificial, en detrimento del contacto
humano y de la palabra para con las relaciones interpersonales.<br />
<br />
No creo exagerar al comparar este lenguaje del presente, extendido entre los más jóvenes y vulnerables, a la <i>neolengua</i> descrita por Orwell en su ya clásica obra <i>1984</i>, como <b>mecanismo de control hacia la ciudadanía</b>.
Y es que más allá de la perversión del lenguaje y, por ende, del
pensamiento, que se lleva a cabo al privarlo de contenidos profundos, y
de la crítica que la filosofía pueda hacer al respecto, la principal
característica de esta inmediatez y vacuidad en el lenguaje reside en el
papel que juega como mecanismo adormecedor de conciencias utilizado por
el sistema como su principal y más eficaz arma y recurso en el dominio
de la sociedad.<br />
<br />
<a href="https://patriciaterino.com/wp-content/uploads/2017/08/jelDv-300x141.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" class="aligncenter wp-image-556 size-medium" data-lazy-loaded="true" height="141" src="https://patriciaterino.com/wp-content/uploads/2017/08/jelDv-300x141.jpg" style="display: block;" width="300" /></a><b>Jerry Mander</b>
entre otros, hace cuarenta años, y por tanto antes de la imposición
definitiva de la era digital, ya alertaba de los peligros de la
tecnología y su tendencia al <i>estado alfa</i> en el que esta nos
sumerge (concepto aplicado a la televisión, sobre la que versan sus
estudios, pero extrapolable a los efectos causados por cualquier
tecnología visual actual). Otros, como <b>Nicholas Carr</b>, en su obra <i>Superficiales</i>,
inciden en los daños cognitivos irreparables que produce la cada vez
mayor falta de profundidad de nuestro pensamiento, causada en gran
medida, no solo por el canal que empleamos para elaborarlo y
transmitirlo, sino por el tipo de lenguaje al que lo sometemos,
favoreciendo su superficialidad y haciéndolo vulnerable, una vez más, y
del modo más sutil que podamos imaginar, al <b>control por parte de los que ostentan el poder</b>.
Y algunos otros, anteriormente en el tiempo, como los pensadores de la
Escuela de Frankfurt, especialmente Adorno, Horkheimer o Marcuse,
denunciaron en los años veinte del pasado siglo, esta nueva forma de
control y dominio a través de la tecnología incipiente que empezaba a
desarrollarse y expandirse por el mundo a través de la radio, la
televisión o la publicidad, bajo el entramado de la llamada industria
cultural y del entretenimiento, y que hoy día alcanza su máximo apogeo a
través de las telecomunicaciones que prescinden del lenguaje como tal y
de la esencia de la que este consta.<br />
<br />
Los defensores de la llamada <b>hipótesis de Sapir-Whorf</b>
afirman que el tipo de lenguaje empleado determina y condiciona nuestro
pensamiento y visión del mundo. Un primer paso hacia la corroboración
de esta teoría es el análisis del ser humano actual y los tipos de
relaciones que entabla a través de un lenguaje carente de profundidad,
como casi todo lo que nos envuelve. Un tipo de <b>lenguaje vanal, despersonificador y desprovisto de emociones y sentimientos reales</b>
que puedan ser transmitidos personalmente, da lugar a un pensamiento de
estas mismas características y a la interiorización de una determinada
realidad por parte de una ciudadanía carente de crítica y rebosante de
esa conciencia adormecida de la que hablaba Marcuse, hoy más presente
que nunca.<br />
<br />
Esta película es <b>un reflejo más del poder adoctrinador del sistema</b>
a través un medio sutil para los más pequeños y vulnerables ante estos
mecanismos, introducidos de manera tan natural y cotidiana en nuestras
vidas que pasan absolutamente desapercibidas las consecuencias que traen
consigo y que claramente empiezan a ser evidentes entre los más
críticos.<br />
<br />
<a href="https://patriciaterino.com/wp-content/uploads/2017/08/adoctrinamiento-01-1-300x169.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" class="aligncenter wp-image-552 size-medium" data-lazy-loaded="true" height="112" src="https://patriciaterino.com/wp-content/uploads/2017/08/adoctrinamiento-01-1-300x169.jpg" style="display: block;" width="200" /></a>El citado<i> giro lingüístico</i>
tuvo lugar porque los grandes pensadores del momento tuvieron que
reconocer la absoluta relevancia del lenguaje para el estudio del ser
humano y de su pensamiento. El mundo que construimos pasa
irremediablemente por nuestro modo de interactuar en él y entre nosotros
mismos, a través especialmente del lenguaje que empleamos. El que se
nos impone en la actualidad nos dirige hacia la <i>deshumanización, </i>como apuntaba el estructuralismo filosófico, y hacia un nuevo triunfo del <i>status quo</i>, de la <b>homogeneización del pensamiento</b>
y del control sobre este inherente al mismo. Por ello, el verdadero
desafío de la maltrecha filosofía actual y del pensamiento crítico,
denostados de nuevo por el poder hegemónico en la era contemporánea,
será devolverle su casa al Ser, a lo que auténticamente somos y que nos
está siendo arrebatado.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMXlPYdxjQs2BBkMlOtjosXm7DuiYiLanWXVpNILtk-0saMcB-mUJweHizlH_YB-q353fV10SDfFYZKD_VxHWlMdQDT8UUimIx0GMXMHAe_Aktfb4AoC3XtPXnbfn_pjrwFjX1q7EPzwEj/s1600/01.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMXlPYdxjQs2BBkMlOtjosXm7DuiYiLanWXVpNILtk-0saMcB-mUJweHizlH_YB-q353fV10SDfFYZKD_VxHWlMdQDT8UUimIx0GMXMHAe_Aktfb4AoC3XtPXnbfn_pjrwFjX1q7EPzwEj/s1600/01.png" /></a></div>
</div>
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-601645952310553552017-08-23T11:05:00.000-04:002017-08-23T11:05:34.189-04:00Campo y ciudad en el pensamiento de Bolívar Echeverría y Rodolfo Kusch<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQllaeEtr9oRSbwvIg4es2800o522PfQtB50f-1AYAo2kjDXutnGm0HIx_2htxXQS407K8UEkgJf6n8dJCpYO-PsSOYv0sIbliEf0XgTq-ocYGpbzw_52hCt9Xo0N2IvkP5EJbw8UXejf8/s1600/%25E2%259C%2586+Paulo+Slachevsky.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="691" data-original-width="1228" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQllaeEtr9oRSbwvIg4es2800o522PfQtB50f-1AYAo2kjDXutnGm0HIx_2htxXQS407K8UEkgJf6n8dJCpYO-PsSOYv0sIbliEf0XgTq-ocYGpbzw_52hCt9Xo0N2IvkP5EJbw8UXejf8/s400/%25E2%259C%2586+Paulo+Slachevsky.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Fotografía: Paulo Slachevsky</span></span></td></tr>
</tbody></table>
<i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b>Rodrigo Muñoz</b></span></i><br />
<br />
Durante el Renacimiento europeo se habría comenzado a desplegar un
proceso de progresiva racionalización de la naturaleza, proceso que como
consecuencia habría de reflejarse en una reconstrucción radical de las
perspectivas del tiempo y del espacio en el mundo Occidental. La
conquista y el ordenamiento racional del espacio se convirtieron en una
parte integrante del proyecto de modernización, en donde dicha
organización ya no se llevaba a cabo para reflejar la ‘gloria de Dios’,
sino para celebrar y facilitar la liberación del hombre como individuo
libre, dotado de conciencia y voluntad. Los viajes de descubrimiento
cambiaron la forma de representar el mundo, mostrando que este era
finito y potencialmente cognoscible. De esta forma, por ejemplo los
mapas, ya despojados de todos los elementos de fantasía y de la creencia
religiosa, se convirtieron en sistemas abstractos y estrictamente
funcionales para el ordenamiento fáctico de los fenómenos del espacio<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn1" name="_ftnref1" style="outline: medium none;"><sup>[1]</sup></a>.
Dicha visión totalizante del mapa daría lugar a la construcción de un
fuerte sentido de las identidades nacionales, locales y personales por
medio de las diferencias geográficas, siendo reflejo de este proceso el
hecho de que durante la primera época de la economía-mundo europea se
constituyera en torno a las ciudades-Estado, las cuales a su vez darán
lugar a los Estados territoriales o Estados Nacionales<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn2" name="_ftnref2" style="outline: medium none;"><sup>[2]</sup></a>.<br />
<a name='more'></a><br />
El filósofo trasandino Rodolfo Kusch señala que después de una Edad
Media profundamente femenina, el hombre adquiría en Europa un profundo
sentido fálico que se traducía en una penetración al mundo<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn3" name="_ftnref3" style="outline: medium none;"><sup>[3]</sup></a>.
En Occidente la ciudad tendrá la dimensión de un recinto amurallado,
como “polis”, entendido como un ámbito cerrado en el que se refugia el
hombre para poner en vigencia su pura humanidad. Este encierro en las
murallas de la ciudad reflejaría el miedo del hombre a la Naturaleza,
miedo que es sustituido por la creación de otro mundo, en donde el
hombre pasa de ser dependiente del mundo a ser soberano. La ciudad se
constituye entonces como un <i>patio de objetos, </i>en la cual el
hombre es el dios iracundo que gobierna a la naturaleza con el afán de
convertir todo el espacio que lo rodea en una “ciudad total”, de manera
que la antigua <i>ira de Dios</i> es remplazada por la ira del hombre.
Siguiendo este hilo argumentativo Bolivar Echeverría señala que el
industrialismo capitalista se puede concebir como una tendencia
arrolladora a reducir la importancia relativa de los medios de
producción no producidos (como los naturales o del campo) en beneficio
de la importancia adjudicada a los medios de producción cuya existencia
se debe casi exclusivamente al trabajo humano (como los artificiales o
de la ciudad). Desde esta perspectiva el urbanismo en las sociedades
modernas sería la imagen por excelencia de la manera en que se presenta
una sustitución del Caos por el Orden y de la barbarie por la
civilización. La ‘Gran Ciudad’ se constituye como un recinto exclusivo
de lo humano, a la manera de una absolutización que refleja la tendencia
a construir el territorio humano como una materialización constante de
la idea del tiempo como progreso:
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<div style="padding-left: 30px;">
“<i>Afuera, como reducto del pasado,
dependiente y dominado, separado de la periferia natural o salvaje por
una frontera inestable: el espacio rural, el mosaico de recortes
agrarios dejados o puestos por la red de interconexiones urbanas, el
lugar del tiempo agonizante o apenas vitalizado por contagio</i>.<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn4" name="_ftnref4" style="outline: medium none;"><sup>[4]</sup></a>”</div>
</blockquote>
Echeverría considera que sin la explicación del objeto complejo que
es la ciudad sería imposible la comprensión de la sociedad moderna, de
la que es constitutiva y constituyente. Con la aparición de la gran
ciudad y la metrópoli en el desarrollo del sistema capitalista, el campo
resulta subordinado a éstas en forma definitiva, convirtiéndose en un
mero apéndice de la periferia industrial. La ciudad capitalista, última
instancia del proceso de urbanización de las ciudades modernas, se
caracterizará por una subsunción total de lo rural a lo urbano,
produciéndose una sujeción, explotación y destrucción incluso, del campo
en beneficio de la ciudad, de manera tal que la gran ciudad será una
suerte de “parásito” que se constituye en la negación absoluta de lo
rural. En vez de armonizar con lo rural, en la ciudad capitalista se
refleja la tendencia a reconstruir todo el planeta bajo la forma de la
ciudad, y de construir una suerte de “ciudad absoluta” o “ciudad total”,
de manera tal que el campo pasa a ser un mero intersticio del espacio
citadino. En el proceso de urbanización de la modernidad capitalista el
campo pasa a ser, en definitiva, una proyección de la estructura cívica
urbana. Existiría entonces una suerte de correlato entre ciudad y
mercado en el contexto de la civilización moderna europea, de manera que
la ciudad va a provocar que se perfeccionen las formas del mercado y
los mercados, por su parte, van a estar solicitando de manera constante
la aparición de las ciudades, así como de las sucesivas modificaciones
de sus estructuras<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn5" name="_ftnref5" style="outline: medium none;"><sup>[5]</sup></a>.
La ciudad habría de adquirir su necesidad política a partir del hecho
de que es el lugar privilegiado de la esfera de la circulación.<br />
<br />
En las culturas extra-europeas esta urbanización vinculada al dominio
de la naturaleza se encontraría vinculada también a la expulsión de la <i>barbarie, </i>entendida
como una suerte de reconstrucción de las formas de vida europea, las
cuales siempre se habrán de mezclar con las herencias prehispánicas, lo
que Echeverría denominaría como la puesta en funcionamiento del
“programa del barroco”<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn6" name="_ftnref6" style="outline: medium none;"><sup>[6]</sup></a>.
Rodolfo Kusch caracteriza esta mixtura a través de los conceptos de
“hedor” y pulcritud”, que mostraría una irremediable aversión entre una
supuesta pulcritud de las formas de vida europeas y un hedor tácito de
todo lo americano, que se traduciría en la creación de políticas puras y
teorías económicas impecables, ciudades espaciosas, cierto tipo de
educación y un “mosaico de republiquetas prósperas” que cubrirán todo el
continente. El hedor en América sería todo aquello que se encuentra más
allá de la ciudad, y la categoría de ciudadano apuntará a considerar
todo aquello que “no es ciudad” -es decir que no está caracterizado a
través de la idea de pulcritud- no es más que un simple hedor
susceptible de ser exterminado. Tal afán estaría determinado por el
miedo, el cual es el reflejo de este intento del hombre por controlar a
la naturaleza, siendo Cristóbal Colón uno de sus primeros portavoces:<br />
<blockquote class="tr_bq">
<div style="padding-left: 30px;">
<i>“Cuando funda el primer fuerte
lo hace así, como aspirando a crear la ciudad. Por eso inicia la
superposición de la realidad europea, alimentada por la convicción
técnica, sobre una realidad que no era. Y es que había miedo en Colón
porque le apremiaba esa superposición, y no quería o no podía ver lo que
había quedado abajo</i>.<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn7" name="_ftnref7" style="outline: medium none;"><sup>[7]</sup></a>”</div>
</blockquote>
<i> </i>Este mundo que queda abajo reflejaría un miedo antiguo que
el mito de la pulcritud intentaría remediar con el progreso y la
técnica, pero que reaparece constantemente, mostrándonos el hecho de que
no somos tan europeos aunque nos lo propongamos, siendo más bien una
mezcla de este hedor y pulcritud que Kusch caracteriza a través del
concepto de <i>fagocitación. </i>Con relación a esto señala Echeverría
que podemos presenciar la imposibilidad de llevar adelante la vida
americana como una prolongación de la vida europea, pero también una
imposibilidad de llevar adelante una vida americana como una
reconstrucción de la vida prehispánica:<br />
<blockquote class="tr_bq">
<div style="padding-left: 30px;">
<i> </i>“<i>El siglo XVII en América no
puede hacer otra cosa, en su crisis de sobrevivencia civilizatoria, que
re-inventarse a Europa y reinventarse también, dentro de esa primera
reinvención, lo prehispánico. No pueden hacer otra cosa que poner en
práctica el programa barroco</i><a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn8" name="_ftnref8" style="outline: medium none;"><sup>[8]</sup></a>”.</div>
</blockquote>
El intento de los criollos americanos de instaurar una realidad
europea en un continente ajeno provocaría la paradoja de que de pronto
se vieran construyendo algo diferente de lo que se habían propuesto,
erigiendo una Europa que nunca existió ante ellos, una Europa diferente,
“latino-americana”. Bolívar piensa el hecho del mestizaje como una
actualización de una voluntad de forma que pierde la suya anterior, al
transformar a una ajena, de manera tal que en la América ibérica no se
habría dado una prolongación de lo europeo existente, sino más bien una
recreación o reinvención, es decir, una restitución de eso ya existente
por otra versión diferente de lo mismo<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn9" name="_ftnref9" style="outline: medium none;"><sup>[9]</sup></a>.
El barroco reflejaría el modo en que las formas europeas se encuentran
siendo alteradas y remodeladas en el sentido de los americanos,
caracterizado, por ejemplo, en un “urbanismo espontáneo”, en el uso
recodificado de la lengua española, reflejándose incluso en la economía y
la política, a través del aparecimiento de la corrupción como medio de
producción. El proyecto de re-edición de Europa en un mundo ajeno no se
habría llevado a cabo sino a través de un nuevo comienzo en donde aún se
convive con los vestigios de las civilizaciones pre-hispánicas que
nunca fueron completamente aniquiladas<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftn10" name="_ftnref10" style="outline: medium none;"><sup>[10]</sup></a>.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Notas</span></blockquote>
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref1" name="_ftn1" style="outline: medium none;">[1]</a> Harvey, David. 1990. <i>La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural, </i>Buenos Aires: Amorrortu Editores. 267-280.<br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref2" name="_ftn2" style="outline: medium none;">[2]</a> Echeverría, Bolívar (2013). <i>Modelos elementales de la oposición campo-ciudad. Anotaciones a partir de una lectura de Braduel y Marx, </i>México D.F.: Editorial Ítaca. 71.<br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref3" name="_ftn3" style="outline: medium none;">[3]</a> Kusch, Rodolfo. <i>América Profunda, </i>Buenos Aires: Editorial BONUM, 1986.p. 128.<br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref4" name="_ftn4" style="outline: medium none;">[4]</a> Echeverría, Bolívar. <i>Ilusiones de la modernidad</i>. México: UNAM/El Equilibrista, 1995. P. 153.<br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref5" name="_ftn5" style="outline: medium none;">[5]</a> Echeverría, Bolívar (2013). <i>Modelos elementales de la oposición campo-ciudad. Anotaciones a partir de una lectura de Braduel y Marx, </i>México D.F.: Editorial Ítaca. 36.<br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref6" name="_ftn6" style="outline: medium none;">[6]</a> Cevallos, Santiago (2012). <i>Iconos:
La crítica de Bolívar Echeverría del barroco y la modernidad
capitalista. Revista de Ciencias sociales. Num. 44, pp. 119-124, Quito. </i><br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref7" name="_ftn7" style="outline: medium none;">[7]</a> América Profunda, Kusch, 1986, 148<br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref8" name="_ftn8" style="outline: medium none;">[8]</a> Cevallos, Santiago (2012). <i>Iconos:
La crítica de Bolívar Echeverría del barroco y la modernidad
capitalista. Revista de Ciencias sociales. Num. 44, pp. 119-124, Quito.</i><br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref9" name="_ftn9" style="outline: medium none;">[9]</a> <a href="http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4823286" style="outline: medium none;">Barroco y modernidad alternativa</a>: diálogo con Bolívar Echeverría. <a href="http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=3471478" style="outline: medium none;">José Antonio Figueroa</a>, <a href="http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1157394" style="outline: medium none;">Mauro Cerbino</a> <a href="http://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=13857" style="outline: medium none;">Íconos: Revista de Ciencias Sociales</a>, ISSN-e 1390-1249, <a href="http://dialnet.unirioja.es/ejemplar/376399" style="outline: medium none;">Nº. 17, 2003</a> (Ejemplar dedicado a: Dossier: El ataque a los tagaeri), págs. 102-113<br />
<a href="http://www.carcaj.cl/campo-y-ciudad-en-el-pensamiento-de-bolivar-echeverria-y-rodolfo-kusch/#_ftnref10" name="_ftn10" style="outline: medium none;">[10]</a> Bolívar Echeverría: la aventura de la Teoría Crítica al barroquismo <i>Luis Arizmendi</i><i>. </i>c 2014. Revista Internacional de Comunicacion y Desarrollo, 0, 71-9<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoADOSD6N6hCQadQbCP65HEAMzAnbmzG5EekAJnKccVX6uufzF_vc_6r4-to9ihVnLyEJm_ayxZF3HESWfl-_IGmFKgSQfepz0AWMf-CNBdbBkIvVWl_1pFNxPg1JNxw5hvl5HaEP8797S/s1600/Carcaj2.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoADOSD6N6hCQadQbCP65HEAMzAnbmzG5EekAJnKccVX6uufzF_vc_6r4-to9ihVnLyEJm_ayxZF3HESWfl-_IGmFKgSQfepz0AWMf-CNBdbBkIvVWl_1pFNxPg1JNxw5hvl5HaEP8797S/s1600/Carcaj2.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">http://www.carcaj.cl/</span></i></u></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: blue;"><u><i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></i></u></span><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-2810449713633313942017-08-18T15:43:00.000-04:002017-08-18T15:43:42.980-04:00A propósito de la invocación de la posición de Lenin sobre el derecho de autodeterminación<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfyVFFys6KvliUMv5By42apbgMEcX4OSg23Q0b7Kooi1P7StFeNgVc2sa3iRNWU5DLKSvWxuYWSqfWj7zPSNxoouAVb5mdtGjBCWnIaoCXYwGlkfAumqa59zga3sOOmlEny7zq_PShAShP/s1600/Lenin+%25E2%259C%2586+V.+Annekov+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="382" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfyVFFys6KvliUMv5By42apbgMEcX4OSg23Q0b7Kooi1P7StFeNgVc2sa3iRNWU5DLKSvWxuYWSqfWj7zPSNxoouAVb5mdtGjBCWnIaoCXYwGlkfAumqa59zga3sOOmlEny7zq_PShAShP/s320/Lenin+%25E2%259C%2586+V.+Annekov+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="244" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Lenin ✆ V. Annekov</span></span></td></tr>
</tbody></table>
<i><b><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><span style="color: black;">José Luis Martín Ramos</span></span></span></b></i><br />
<br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Un argumento que una parte del independentismo revolucionario utiliza para defender su posición en el actual “proceso” nacional catalán y también para echar en cara la posición adoptada por Izquierda Unida o cualquier izquierda que no comparta la suya, es la defensa del derecho de autodeterminación por parte de Lenin, como si ésta fuera un derecho incondicional que no tuviera más traducción práctica admisible que el referéndum unilateral que, con una precaria base de apoyo político y social, está convocado para el 1 de octubre.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a>Recientemente, en un intercambio hecho público, Alberto Garzón respondió a Pau Llonch, que le echó en cara un texto de Lenin para recriminarle su rechazo a un referéndum unilateral y sin garantía, que él no estaba por las sagradas escrituras sino por el análisis concreto de la situación concreta. No es una respuesta inadecuada; invita a no caer en la patrística y menos cuando ésta se reduce al recordatorio descontextualizado de escritos supuestamente “canónicos”. Sin embargo, no hay porque no tomar en consideración el pensamiento y la acción de Lenin en su conjunto –no en la foto fija de un momento– como parte de la tradición de la izquierda, que no se ha de tomar como receta pero sí como experiencia acumulada. Lo malo del asunto es que a Lenin se le acostumbra, en esta cuestión, a recordar por una imagen fragmentada de la reflexión de un momento, entre 1913 y 1917, cuando en sus habituales polémicas políticas enfatizó de manera particular la consideración de que el derecho de autodeterminación significaba el reconocimiento de la igualdad de las naciones, en derechos, y por tanto también el de la constitución de una nación como estado independiente, separándose si era el caso de aquel al que hasta entonces había estado integrado. Y digo malo porque siendo cierta esa imagen, se desvirtúa cuando se la aísla del conjunto de la reflexión de Lenin sobre la cuestión nacional y el nacionalismo, y de toda la trayectoria de pensamiento, acción e intervención de Lenin al respecto, desde comienzos de siglo hasta su muerte. Esa doble descontextualización permite una manipulación absoluta de Lenin, voluntaria o involuntaria.</span></span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">¿Qué dijo y que qué hizo? Una línea habitual de interpretación sostiene que dos cosas distintas antes y después de octubre de 1917. Es obvio que no hizo lo mismo cuando era el dirigente de un grupo revolucionario, cuya preocupación fundamental era la organización y actuación de ese grupo y la respuesta a dar a las situaciones desde su intención revolucionaria, que cuando era, además, máximo responsable de un estado nuevo surgido de la revolución de 1917 e inmerso, desde finales de aquel año, en una guerra a muerte por la supervivencia de ese estado y la revolución frente a sus enemigos interiores y exteriores. Los problemas no eran los mismos, las respuestas habían de ser a los nuevos problemas, pero el criterio con que se abordaron unos y otros – más allá del acierto de las respuestas– fue sustancialmente el mismo. No tuvo ni un comportamiento oportunista, ni un comportamiento cínico, cambiando de criterio o aflorando desde el ejercicio del poder un criterio diferente.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote1anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a>¿Cuál fue el núcleo fundamental de su pensamiento? Está expuesto a lo largo de unos cuantos escritos de diverso signo, entre 1903 y 1917. No son escritos de escuela, son textos de combate político, de adopción de resoluciones o de polémica con sus antagonistas, con el Bund, los liberales rusos, Rosa Luxemburg, el Partido Socialista Polaco de Pilsudski…; en ocasiones no son textos fáciles de seguir si desconoces el sentido de esas polémicas, o simplemente porque el estilo de Lenin no lo facilita, sin embargo las conclusiones son inequívocas. Lenin reconoce el hecho nacional como un producto histórico, y lo mismo hace con una consecuencia de ese hecho nacional y del principio de igualdad, en este caso aplicado a las naciones, el derecho de autodeterminación, que contempla también como producto de la historia, no como un derecho natural. Es más, en su polémica con Rosa Luxemburg, a la que critica por enredar la naturaleza del hecho y el conflicto, rechaza que ese “derecho” haya de abordarse desde la perspectiva jurídica: “¿Qué debe entenderse por ella [la autodeterminación]? ¿Deberemos buscar la respuesta en definiciones jurídicas, deducidas de toda clase de “conceptos generales” de derecho? ¿O bien hay que buscar la respuesta en el estudio histórico-económico de los movimientos nacionales?”<a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote1sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;"><sup>i</sup></span></a> La respuesta es la segunda.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote2anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote3anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a>Desde luego, autodeterminación nacional significa en esos momentos para Lenin la constitución en estado propio, eso es lo que el independentismo revolucionario recuerda, pero olvida el resto de sus consideraciones. En primer lugar que siempre “debemos <i>supeditar</i> [las cursivas son de Lenin] la reivindicación de la autodeterminación nacional justamente a los intereses de esa lucha”<a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote2sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;"><sup>ii</sup></span></a>, la “lucha de clases del proletariado” ; y esa lucha es considerada siempre por Lenin como la lucha del proletariado de todo un estado, que es única y no se fragmenta en sus partes nacionales cuando las haya. Segundo, “que los marxistas no pueden reconocer la reivindicación de la independencia nacional más que en forma condicionada y precisamente en virtud de la condición arriba expuesta”<a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote3sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;"><sup>iii</sup></span></a>. </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La reivindicación del derecho de autodeterminación no es para Lenin incondicional, está sometida a la situación política. Tercero, no vale el subterfugio de que una acción unilateral de un fragmento nacional de las clases trabajadoras de un país ayuda a la lucha conjunta separándose, rompiendo la unidad organizativa y estratégica, porque así debilita al estado opresor -en este caso al zarista– como pretende el PSP de Pilsudsky que sostiene que “arrancando Polonia al zarismo, nosotros sólo podemos debilitarlo; son los camaradas rusos los que tienen que derribarlo”, la palabra con la que Lenin califica ese sofisma es “monstruoso”, “esto no es más que sacrificar los más acuciantes intereses del proletariado a una interpretación democrática burguesa de la independencia nacional”.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">No es una posición de 1903, la mantiene diez años más tarde, y en un texto de debate con el nacionalismo ucraniano insiste: “si el marxista ucraniano se deja llevar por su odio, <i>muy legítimo y natural</i>, a los opresores rusos, hasta el <i>extremo </i>de hacer extensivo ese odio, aunque solo sea un cierto distanciamiento, a la cultura proletaria y a la causa proletaria de los obreros rusos, ese marxista irá a parar a la charca del nacionalismo burgués. Del mismo modo se deslizará el marxista ruso a la charca del nacionalismo no solo burgués, sino también ultrarreaccionario, si olvida aunque sea por un instante, la reivindicación de la plena igualdad de derechos para los ucranios o el <i>derecho</i> de éstos a constituirse en Estado independiente"<a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote4sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;"><sup>iv</sup></span></a>.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote5anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a>Pero volvamos a la reivindicación del derecho de autodeterminación, que es para Lenin una reivindicación democrática insoslayable pero que está supeditada y condicionada; por tanto que no es lo mismo su reivindicación que su ejecución. En el texto de 1914 repite el principio del de 1903: “La burguesía plantea siempre en primer plano sus reivindicaciones nacionales. Y las plantea de un modo incondicional. El proletariado las subordina a los intereses de clase”<a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote5sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;"><sup>v</sup></span></a> y a renglón seguido formula Lenin su particular manera de entender, de partida, ese derecho: “El proletariado se limita a la reivindicación negativa, por así decir, de reconocer el <i>derecho</i> a la autodeterminación sin garantizar nada a ninguna nación ni comprometerse a dar <i>nada a expensas</i> de otra nación”. Este última consideración es fundamental. Si no se tiene en cuenta se deforma el pensamiento, la propuesta política de Lenin convirtiendo esa “reivindicación negativa” en una “reivindicación positiva”, es decir, en la reivindicación práctica de la independencia, del sí, como pretende el nacionalismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Sigo con Lenin, en el mismo artículo: “Toda la misión de los proletarios en la cuestión nacional “no es práctica” [Rosa Luxemburg había acusado a Lenin de falta de “pacticidad”, vaya de que no se mojaba en el sí o el no a la independencia], desde el punto de vista de la burguesía <i>nacionalista </i>de cada nación, pues los proletarios, enemigos de todo nacionalismo, exigen la igualdad “abstracta”, la ausencia del mínimo privilegio en principio” (…) En aras del “practicismo” de sus reivindicaciones, la burguesía de las naciones oprimidas llamará al proletariado a apoyar incondicionalmente sus aspiraciones. ¿Lo más práctico es decir un “sí” categórico a la separación del <i>tal o cual</i> nación, y no el <i>derecho</i> de todas las naciones, cualesquiera que sean, a la separación! El proletariado se opone a semejante practicismo: al reconocer la igualdad de derechos y el derecho igual a formar un Estado nacional, aprecia y coloca por encima de todo la unión de los proletarios de todas las naciones, evalúa toda reivindicación nacional <i>con la mira puesta</i> en la lucha de clase de los obreros”. Lo que plantea Lenin es, sustancialmente, la igualdad de derechos en la lucha por la democracia y la revolución; este es el sentido de su reivindicación del derecho de autodeterminación, que reconoce que implica la independencia, pero no plantea la lucha por la independencia. Todo está condicionado.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Cuál es la resolución “práctica” de la reivindicación: “la tarea práctica <i>principal</i>, tanto del proletariado ruso como del proletariado de toda otra nación: la tarea de la agitación y propaganda cotidianas contra toda clase de privilegios nacionales de tipo estatal”. Esa tarea no es práctica desde el punto de vista de la burguesía de las naciones oprimidas –que solo contempla la separación- , pero es la práctica que interesa a las clases trabajadoras: “esta propaganda y solo ella asegura una educación de las masas verdaderamente democrática y verdaderamente socialista. Solo una propaganda tal garantiza también las mayores probabilidades de paz nacional en Rusia, si sigue siendo un Estado de composición nacional heterógenea, y la división más pacífica (e inocua para la lucha de clase proletaria) en diversos Estados nacionales, si se plantea el problema de semejante división”.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Reivindicación del derecho, aceptación de sus implicaciones, pero de manera supeditada, condicionada y con una traducción práctica que se inscribe en la lucha por la democracia y el socialismo, no en la lucha nacionalista por la constitución de un estado determinado, y que evite entrar en la trampa de cualquiera de los nacionalismos: “que los proletarios mantengan una posición de completa neutralidad, por así decir, en la lucha de la burguesía de las diversas naciones por la supremacía. En cuanto el proletariado de una nación cualquiera apoye en lo más mínimo los privilegios de “su burguesía nacional, este apoyo provocará inevitablemente la desconfianza del proletariado de la otra nación, debilitará la solidaridad internacional de clase de los obreros, los desunirá para el regocijo de la burguesía”.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Desde luego, hay que leer a Lenin con el lenguaje de los problemas de hoy, pero no desnaturalizando su propuesta, que es compleja y que no se limita a una consigna. Y si ha de extraerse una consigna, es la que insiste en su texto del 14 con una fórmula sugestiva, que tendrá su práctica a partir de la revolución: “En el problema de la autodeterminación de las naciones, lo mismo que en cualquier otro, nos interesa, ante todo y sobre todo, la autodeterminación del proletariado en el seno de las naciones”.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En vísperas de la Gran Guerra Lenin ya había establecido lo fundamental de su posición sobre la cuestión nacional, que la guerra exasperó. Y, con toda congruencia, la aplicó al programa de la revolución de 1917. La lucha por la igualdad de las naciones formó parte de la lucha por la democracia y la culminación de la revolución iniciada en febrero. Punto, hasta ahí. Lo que no hizo Lenin, en ningún caso, fue estimular la traducción de esa lucha en forma de independencia nacional de ninguna de las partes del Imperio y sí en forma de adhesión del máximo de ellas al nuevo estado, de clase, surgido de la revolución de octubre. Lo que pasó a impulsar fue la “autodeterminación del proletariado en el seno de las naciones”, primero mediante su movilización revolucionaria, luego con la participación unida en la defensa de ese movimiento revolucionario en los tiempos de la guerra civil y la intervención extranjera y, finalmente en la propuesta de una <i>unión</i>, de un nuevo estado unido sobre el principio del pacto federal.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Y cuando la tarea práctica ya no pudo ser solo la agitación y la propaganda, la educación de las masas, sino la construcción y defensa de un estado revolucionario introdujo el criterio federal. Lenin no impulsó la proclamación de la independencia de Finlandia; lo hizo la socialdemocracia finlandesa para beneficio de la burguesía finlandesa que, liderada por Mannerheim, recurrió a Alemania para aplastar el intento de unir Finlandia al estado soviético. Tampoco se impulsó la independencia de Ucrania; lo hizo el nacionalismo ucraniano y cuando, en plena guerra civil el estado soviético intentó recuperar Ucrania el nacionalismo ucraniano se alió a los alemanes e incluso a Polonia, contra la revolución soviética. Menos aún, impulsó la independencia de Georgia; se encontró con ella y en manos de los mencheviques georgianos. La reconoció inicialmente, pero finalmente, en 1921, las necesidades de defensa del estado revolucionario le obligaron a aceptar –ciertamente después de dudas sobre el tiempo y los modos– la intervención de Georgia y su adhesión forzada a la unión de “repúblicas soviéticas”. Y la independencia de Polonia, bajo la hegemonía del nacionalismo, no fue tampoco producto ni de su intención ni de su gusto; agredido por Polonia en 1920, el estado soviético llegó incluso a pasar de la defensa al contraataque, con la ilusión de emancipar al proletariado polaco del nacionalismo –protegido por la paz cartaginesa de Versalles-, como primera etapa para estimular la revolución en Alemania. La realidad resultó muy dura, el proletariado polaco, el de Varsovia, había sido ganado para el nacionalismo por la posición errónea del PSP de Pilsudsky y fue él el que frustró aquella ilusión y puso el cierre definitivo al ciclo revolucionario de postguerra en Europa. Una lección muy dura.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lenin nunca hizo una interpretación “nacional” del derecho de autodeterminación, sino una interpretación de clase. Por eso también distinguió sobre la manera de resolver la diversidad nacional en el seno de la unión libre de pueblos libres que postulaba. A través de pactos bilaterales –y finalmente de conjunto en una constitución común, aprobada después de su muerte, pero diseñada en sus últimos momentos de actividad– con las nacionalidades de la periferia del territorio central ruso (el Báltico, Bielorrussia, Ucrania), pactos no iguales entre sí, sino modulados por los intereses de la defensa de la unión, no por los intereses “nacionales” de las partes. Pero mediante la concesión solo de estatutos de autonomía a las nacionalidades interiores del territorio central ruso, de las estepas y de Siberia, la Bachkiria, la nacionalidad kazak, kalmuk, kirguiz, los finlandeses de Carelia…</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Me parece bien que el independentismo invoque a Lenin, pero que lo haga sobre el conjunto de su propuesta, no sobre una parte. Que no convierta a Lenin, no ya en un independentista sino ni siquiera en un partidario de la independencia o del camino hacia la independencia, sin más. Que no obvie que su aceptación del derecho de autodeterminación no es de naturaleza jurídica, sino política, que está supeditado y condicionado, que se formula en una propuesta práctica que no es la práctica de la separación y que en última instancia, como recordó Garzón, habrá que considerar el análisis concreto de la situación concreta y sobre todo, cuál es la propuesta que no divide a las clases trabajadoras de todo el estado y que tampoco divide a las clases trabajadoras en Cataluña. Quizás esa propuesta sea más compleja, menos “rápida”, parecerá menos práctica para obtener una supuesta solución ya al conflicto; pero los atajos no acostumbran a ser buenos y como dijo Lenin –última invocación por mi parte– el mejor camino, al menos el deseable en principio, es el que parte de la paz nacional y de la paz entre las naciones, porque ese es el interés de todas las clases trabajadoras y populares.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Hasta que esa paz se haga imposible, lo que no creo que sea el caso; y no creo que sea no mejor sino simplemente bueno precipitar la ruptura de esa paz, el choque de trenes vaya, para justificar su supuesta imposibilidad.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: inherit;">Notas</span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote1sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote1anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;">i</span></a> V.I.Lenin, El derecho de las naciones a la autodeterminación, 1914</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote2sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote2anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;">ii</span></a> El problema nacional en nuestro programa, 1903</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote3sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote3anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;">iii</span></a> Idem</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote4sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote4anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;">iv</span></a> Notas críticas sobre el problema nacional, 1913</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="sdendnote5sym" style="color: #006078; text-decoration: none;"></a><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229388#sdendnote5anc" style="color: #006078; text-decoration: none;"><span style="color: blue;">v</span></a> El derecho de las naciones a la autodeterminación, 191</span></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9GKAgxOKxzy7wXc0usX5fCGkGeahtcVSfNhdXSs4NC5TRW80kTYmUk-VxRWMvGKi1cqBqB_4EZwlIrwIkzWv3tAGSIJfMt-bOEnwW55WWt-djfbK7goy7CB5OXolSkIm-TQilode0HvKj/s1600/Espai+Marx.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9GKAgxOKxzy7wXc0usX5fCGkGeahtcVSfNhdXSs4NC5TRW80kTYmUk-VxRWMvGKi1cqBqB_4EZwlIrwIkzWv3tAGSIJfMt-bOEnwW55WWt-djfbK7goy7CB5OXolSkIm-TQilode0HvKj/s1600/Espai+Marx.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><u><span style="color: blue;"><i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">http://www.espai-marx.net/</span></i></span></u></span></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-25616993423251928272017-08-17T21:06:00.001-04:002017-08-17T21:06:10.168-04:00Los huérfanos de sombra. En torno a las figuras de Alberto Giacometti<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKRjxTepXPgLDQi_UbPlNKMJqpYEcGLlA4QefKofdjFjIIah2mFXCeBaTDL6T7TCdpubNDF3n-FG3dtdARQB2SQ0JYAOikMvOhEUNNrW-mMP7Lv2pHa1ZB7FJQY7hOopz8JZv8uXVQScVJ/s1600/Obras+%25E2%259C%2586+Alberto+Giacometti+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="400" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKRjxTepXPgLDQi_UbPlNKMJqpYEcGLlA4QefKofdjFjIIah2mFXCeBaTDL6T7TCdpubNDF3n-FG3dtdARQB2SQ0JYAOikMvOhEUNNrW-mMP7Lv2pHa1ZB7FJQY7hOopz8JZv8uXVQScVJ/s320/Obras+%25E2%259C%2586+Alberto+Giacometti+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="320" /></a><i><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Juan Carlos Meana</span></span></b></i><br />
<br />
<span class="cap">E</span>l trabajo del escultor Alberto Giacometti
(1901-1966) es conocido por sus figuras filiformes en un deambular
solitario por el espacio, también por la sensualidad y ligereza de sus
esculturas del periodo surrealista o por la obsesión en trabajar los
rostros queriendo encontrar ese ser universal que contenga toda suerte
de fisionomías, desarrollado más intensamente en su último periodo. La
exposición que podemos visitar en Londres sobre su trabajo nos invita a
contemplar una importante cantidad de obras, más de doscientas, entre
las cuales debemos inmiscuirnos escuchando y participando del susurro
que nos transmiten.<br />
<br />
Alberto Giacometti nace en Bregaglia, en el cantón italiano de Suiza.
Era el hijo mayor de Giovanni Giacometti, un pintor postimpresionista, y
Annetta Giacometti-Stampa. Creció en el medio rural pero familiarizado
con la creación artística a través de las pinturas del padre, libros y
periódicos de arte. Este será el ambiente en el que comienza sus
primeros contactos con la práctica del dibujo. Se traslada a París en
1922 donde tiene su primer acercamiento a los artistas cubistas y el
surrealismo. Aunque estará interesado en la experiencia de ambos
movimientos, su actividad artística se centrará en observar directamente
el modelo, con el que trabajará, de manera intensa, a partir de su
regreso a París desde Ginebra, una vez finalizada la Segunda Guerra
Mundial, en 1945.<br />
<a name='more'></a><br />
La exposición la podemos recorrer en diez apartados distribuidas con
el orden, la sistematización y el buen montaje expositivo a los que la
institución británica nos acostumbra. Hay que tener en cuenta que es la
exposición más completa presentada sobre el artista en los últimos
veinte años en el Reino Unido, con una vocación de muestra retrospectiva
con todo lujo de detalles, además de la edición de un completo
catálogo.
<br />
<br />
Quizás la actitud con la que debamos ir a la planta tercera del
edificio sea la del flâneur que no sabe bien qué va a encontrar, pero se
deja llevar por impresiones y asociaciones establecidas a partir de lo
que está viendo. Nos recibe en la primera sala un conjunto de cabezas
fechadas en diferentes épocas y periodos de su quehacer artístico que
nos indican la obsesión que perseguía al autor. Los rostros que nos
reciben son los allegados y miembros de la familia del autor y a los que
pudo retratar a lo largo de su vida en numerosas ocasiones. Nos miran
frontalmente, todos en la misma dirección, advirtiéndonos de que vamos a
ser observados e interrogados por unas miradas y unos rostros a lo
largo de la exposición. Nada más penetrar en la sala vemos ya cuál va a
ser el tema obsesivo de trabajo del autor y con él, cómo a nosotros,
espectadores, se nos va a interpelar desde estas miradas salidas de la
oscuridad, rostros que buscan el común universal, figuras que nos sitúan
desde el espacio que dejan ante la soledad.<br />
<br />
Es significativo cómo estos rostros están hechos de diferentes
materiales: escayola, piedra, bronce. Y estilos: desde más simbólicos
hasta más figurativos. Desde luego el rostro será su obsesión retratando
a las personas que formaban su entorno, padres, hermano, esposa o a la
filósofa Simone de Beauvoir.<br />
<br />
En la década de los años veinte y treinta realiza obras donde
experimentará con un tránsito desde formas naturalistas hasta más
abstractas, como <em>Gazing Head</em> (1929), realizada en terracota y mármol; o <em>Spoon Woman</em>
(1927), una escultura de carácter totémico inspirada en la forma de una
cuchara y que evoca con exageración y sensualidad la figura de un
cuerpo femenino, todo ello bajo la influencia del arte africano, al
igual que ocurriera en el trabajo de otros artistas del momento. A
partir de 1932 se adensará su interés por el subconsciente, como
integrante del movimiento surrealista, donde asimismo participaría del
rechazo a los valores burgueses, la tradición y la moral.<br />
<br />
A medida que avanzamos por la sala, uno siente que las figuras que
contempla le despojan de su yo enmascarado y le desnudan ante un espacio
al que se ve arrojado. Las obras allí expuestas, en concreto las
pertenecientes al final de la década de los cuarenta y la de los
cincuenta, actúan como espejos que nos devuelven la mirada precipitada
sobre ellas. Actúan como la imagen desdoblada en un entronque con la
imagen clásica de Narciso. Así, nos contemplamos a modo de reflejo en
nuestra condición de género humano, donde el individuo ha pasado a ser
anónimo y sólo es contemplado en su faceta de ser solitario formando
parte de una comunidad de seres asociales.<br />
<br />
Será entre 1951, con su exposición en la Galería Maeght de París,
cuando le llega su reconocimiento en Europa, y 1955, con dos
exposiciones en Londres y en el Guggenheim Museum de Nueva York, cuando
su fama se expande. En el año 1956 representará a Francia en la Bienal
de Venecia con la obra <em>Women of Venecia,</em> inicialmente hecha en
escayola y posteriormente reproducida en bronce. Si bien es un artista
conocido sobre todo por sus figuras de bronce, no debemos olvidar que su
trabajo directo e inmediato lo realizaba fundamentalmente con escayola,
material más ligero y rápido de manipular.<br />
<br />
Fue un artista que trabajó tanto en el campo de la escultura como en
la pintura, donde se puede apreciar su inquietud por la figura humana,
especialmente el rostro. Sometidos sus modelos a intensas sesiones de
trabajo, la pintura semeja un amasijo de líneas que nacen de los rasgos
de la cara. Líneas corregidas insistentemente hasta configurar rostros
donde no le interesa tanto el parecido con el modelo sino observar cómo
se da en ellos un retrato del universal humano. El foco son los ojos de
sus modelos. Sus figuras nacen de una maraña que construye y genera el
espacio en el que se insertan. Se trata de un espacio abstracto, sin
detalles reconocibles y configurados con un paleta agrisada.<br />
<br />
Debemos situar la experiencia del escultor en una generación en la
que el hombre desconfiaba de sus semejantes, en una atmósfera donde el
conocimiento del Holocausto quitaba el aliento y adelgazaba las carnes,
donde el hedor de los cuerpos quemados quedaría en la memoria de las
generaciones que habitaron la conflictiva Europa de la época (Samuel
Beckett, Jean Genet, Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre...).
Generación traumatizada capaz de reconocerse a sí misma en estas
esculturas y que tuvo que empezar a confiar de nuevo desde cero, en un
acto de búsqueda de lo humano sabiendo que lo que encontrarían no
siempre resultaría agradable. Así, el artista se fue adentrando en lo
humano a medida que, paradójicamente, adelgazaba sus figuras en un
intento de buscar aquello que vitalmente le ayudara a creer de nuevo en
la humanidad. La relación con el espacio circundante va a ser siempre un
intento de apresar y sujetar aquello que le resulta más cercano y le
ayudará a dar presencia y corporeidad a sus esculturas. Podemos ver cómo
las cajas filiformes, los cubos o cavidades donde se encuentran las
figuras son un intento de habitar un espacio hostil, ajeno, donde la
figura apenas cobra presencia. Al igual que en sus pinturas, el espacio
aparece en muchas ocasiones delimitado por cubos y estructuras
filiformes que ayudan a sostener y albergar una figura en desaparición,
en fuga <em>(The Cage, first version,</em> 1949-50; <em>The Cage, </em>1950; <em>Figurine between Two Houses,</em> 1950).<br />
<br />
La influencia que su trabajo ha ejercido y ejerce en artistas
contemporáneos es patente en Bárbara Hepworth, Rebecca Warren, Thomas
Houseago, Louise Bourgeois o Francis Bacon, no solo por sus soluciones
formales sino por las derivas que toman aspectos como los cuerpos
estilizados, el movimiento y expresividad de sus figuras, o la relación
entre espacio y figura.<br />
<br />
En su trabajo posterior a la etapa surrealista vemos dos movimientos o
polos de atracción que ejercerán una fuerza esencial sobre nuestra
mirada para comprender su trabajo desde lo sensible.<br />
<br />
Una de estos polos se desprende del plano de sus pinturas y se trata
de la fuerza de la oscuridad, puesto que se trata de rostros y figuras
vistas de frente y enmarcadas en espacios planos. Son rostros que nacen
de la espesura de la noche más profunda en un acto de buscar la luz en
la que supuestamente estamos nosotros, espectadores. Tienen una
presencia como polos de atracción con unos ojos, una mirada, que nos
conecta con nuestra condición de humanos, preguntándonos dónde estamos,
dónde y cómo hacemos aparición. Su mirada no es un mirar de observación
de las cosas del mundo, como lo hacía J. S. Chardin, por ejemplo, sino
un mirar hacia dentro, un mirar ciego, como si con ello palparan con los
ojos la superficie de la tela. Tal vez por eso se presenta el espacio
delimitado, la superficie contorneada, encuadrada de nuevo, por el
vértigo ante la posibilidad de la pérdida y el intento de renovar de
nuevo la confianza en lo humano. Mirar para estas figuras es dar a luz,
iluminar una presencia que no es la suya sino la nuestra. Las miramos en
un diálogo con la oscuridad a la que tendemos en un acto de
interrogación sobre nuestra condición de humanos. Somos atraídos por
unas miradas que hemos buscar y perfilar detenidamente con nuestra
pausada observación hasta hacerlas cómplices.<br />
<br />
Un segundo polo que ejerce de fuerza de atracción es, esta vez, de
desplazamiento. Es el espacio en el que nos dejan las figuras
filiformes. No es el vacío interno a partir de las oquedades del cuerpo
que se busca y delimita, se perfila en medio de inmensos y redondos
volúmenes, como la podía hacer Henri Moore, entre otros. Es el espacio
del hambre por querer saber sobre nuestra condición de sujetos que
caminamos absortos en un equilibrio precario. Las figuras son reducidas,
en su extrema delgadez, a una mínima expresión, siempre apareciendo de
la nada en medio de la inmaterialidad del espacio. Son figuras que lejos
de contener el espacio, delimitarlo, atraparlo para sí, se ven
expulsadas de él, lo arrojan al exterior, nos lo devuelven al espacio
del espectador en un acto de huida, de desmaterialización, de
aislamiento y desconexión. Sus piezas de conjuntos de personajes parecen
decirnos que no es posible la comunidad, puesto que se trata de seres
individualizados, completamente absortos en una soledad que los sostiene
y angustia. En este mismo sentido, la escala de algunas de sus piezas
es esencial. Acudamos a sus palabras, que podemos leer en una de las
explicaciones de la exposición: “Al hacer algo con medio centímetro de
altura, es más probable que tengas una idea mejor del universo que si
intentas hacer todo el cielo”.<br />
<br />
Sus esculturas contienen la paradoja de que apenas producen sombra, y
esta paradoja, que parece anecdótica, resulta, sin embargo, esencial.
Si nuestra condición de seres humanos es ir acompañados en todo momento
por nuestra sombra como parte indisoluble de nuestra corporeidad, el
hecho de ser uno mismo cuerpo y sombra significa que no se ha producido
el desdoblamiento, que no hay distancia suficiente como para ver lo
humano con sus fantasmagorías. Son cuerpos sin apenas forma, con una
extrema delgadez, incapaces de salir al mundo para su normal
circulación. Los sujetos que nos presenta Giacometti son sujetos aún
nacientes de lo informe, son apenas volúmenes en un espacio abierto,
infinito. Tímidos y temerosos. Son esculturas que todavía no proyectan
sombra no porque sus figuras aparenten un estado de felicidad sino
porque aún no reconocen su sombra como parte de la representación del
otro lado del sujeto. En ese sentido son muy representativas de esta
generación de posguerra. Si el conflicto asoma como lucha en el
reconocimiento de las partes opuestas, en los cuerpos y rostros
representados por el escultor no aparece todavía esta posibilidad porque
se sabe dramática y traumática. Por ello se sitúan en el estado previo.
En las figuras de este escultor ni siquiera hay lugar para la sombra
como doble que alberga nuestro lado oculto. Sus esculturas no se dejan
ver porque el artista las ha sacado del espacio y en esa misma intención
nos deja a nosotros, espectadores, frente al abismo del espacio
desnudo, frente al espacio de lo abierto. Son previas a lo corpóreo, a
cualquier seducción de la carne y de los cuerpos. Sus esculturas nos
invitan a pasar delante, a abrir el camino que ellas nos señalan, porque
nos hacen señas de por dónde hay que ir para apuntar a la verdad. En
palabras del escultor recogidas en el catálogo: “Estoy muy interesado en
arte pero estoy instintivamente más interesado en la verdad”. Esta es
la función de la escultura. Podríamos decir que de la obra de arte:
señalar, indicar, apuntar una dirección invitando al espectador cómplice
a recorrerla. Se trata de figuras que han perdido todo espesor y con
ello la capacidad de establecer diálogos posibles con su lado oculto,
con aquello que forma parte de nuestra condición humana. En
consecuencia, su desmaterialización es también el adelgazamiento ante
cualquier posibilidad de reconstruir un sujeto abatido por su frágil
condición, por unas posibilidades de caer ante cualquier momento de duda
y fragilidad.<br />
<br />
Figuras sin sombra en las esculturas y rostros nacidos desde la
oscuridad de sus pinturas. Ambas son fuerzas que actúan a modo de ejes
constitutivos de una forma de mirar el mundo que dejan el tránsito de la
oscuridad a la luz y de la materialidad al espacio vacío como
presencias de una obra que, en su desvelamiento, ejerce la seducción de
quien toca la verdad de nuestra condición.<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY9dfKQA8Tbds8aK3ZL1vXSbyj4a9maTzUZIof9ukWCP0jo9baaK2T6k4W772BjSvMMzfsCi3q8sqL6qAy1RcENRhx5SyXO85OVA40ETu5E9Hwb-WjW3JttaPqjI40LowtdGQMuKEJt3Bb/s1600/FronteraD.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY9dfKQA8Tbds8aK3ZL1vXSbyj4a9maTzUZIof9ukWCP0jo9baaK2T6k4W772BjSvMMzfsCi3q8sqL6qAy1RcENRhx5SyXO85OVA40ETu5E9Hwb-WjW3JttaPqjI40LowtdGQMuKEJt3Bb/s1600/FronteraD.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><u><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">http://www.fronterad.com/ </span></span></i></u></span></td></tr>
</tbody></table>
<br /><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-64765248206907588022017-08-14T18:20:00.000-04:002017-08-14T18:24:02.990-04:00Volver atrás para defender a Venezuela <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUw1hqAcpmJKIJPS5D7IgdwGOwP5cOGSZM-OpaKLu3oPe9fXUFD0PfYB3MaU65suCmScI3M7Ce6PUQA-JdKocel2SC-cJuKc3tjpsxBTXc2PBCAGqC9sSRqhfTSrJikB4gV5sof5nMrj9y/s1600/Hugo+Ch%25C3%25A1vez+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="461" data-original-width="900" height="203" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUw1hqAcpmJKIJPS5D7IgdwGOwP5cOGSZM-OpaKLu3oPe9fXUFD0PfYB3MaU65suCmScI3M7Ce6PUQA-JdKocel2SC-cJuKc3tjpsxBTXc2PBCAGqC9sSRqhfTSrJikB4gV5sof5nMrj9y/s400/Hugo+Ch%25C3%25A1vez+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="400" /></a></div>
<b><i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Mauro Berengan</span></span></i><a href="https://www.blogger.com/null" name="m_1898582394024180045_m_4488144964223035902_m_7255067273750745449__ftnref1" title=""></a></b><br />
<br />
En los últimos meses hemos asistido en Argentina y en todo el
continente a una especie de venezolanización de la realidad. Los
grandes medios nos “informan” cotidianamente de cada accionar
triunfante de la oposición y cada tropiezo aciago del chavismo, en ese
orden y sin excepción. Los gobiernos se reúnen programadamente
de urgencia a hablar de Venezuela, mientras a sus pies se incendian los
palacios –como en el Paraguay. Las redes sociales rebalsan en
comentarios y posiciones de piedra con cada venezolanólogo. Y en la
izquierda argentina el debate divide aguas de militancias cotidianas,
mientras la intelectualidad discurre en ríos de tinta sin descanso.
Esto demuestra no tanto la intención de ocultamiento de realidades
locales por parte de los grandes medios, que claro sucede, si no la
centralidad de la batalla económica, cultural y geopolítica que
se juega en Venezuela. Valga entonces mirar atrás en un intento
más por discutir las visiones hegemónicas de los grandes
medios, pero también aquellas de la “intelectualidad
crítica de izquierda” que, con leves matices nombrados
apresuradamenteal iniciar cada nota, coinciden tantas veces con las
primeras.<br />
<a name='more'></a><br />
<div>
Creemos que para pensar Venezuela hay que acudir necesariamente a una
memoria larga, una media, y una de corta duración, rememorando la
célebre fórmula de Braudel.<br />
<br />
En la memoria larga encontramos la muy extendida organización del
<i>pueblo Caribe</i> y su resistencia “guerrillera” a la
colonización. Población que viviría un intenso proceso
de mestizaje con la negritud afrodescendiente dando lugar, al decir de Vargas
y Sanoja (2015: 65), a una fragua social que dio origen al 80 % de la
población de la extendida cultura venezolana, con su sincretismo
religioso, sus expresiones musicales y sus variados rasgos
fenotípicos. Otredad de la ciudad colonial, el pueblo afro-caribe se
diseminó en la larga colonización formando nuevas estructuras
culturales mestizas y criollas como los “llaneros”,
estigmatizados en la historia liberal y recuperados en la cadena de sentidos
chavista -Chávez partiría de su “árbol de las tres
raíces”, Bolívar, Rodríguez y Zamora,
resignificando estos sentidos, sujetos y memorias, e identificándose
con la figura de su bisabuelo llanero “Maisanta”. Luego, en las
décadas de 1910 y 1920, con el descubrimiento petrolero y la
reconversión del sistema económico dominante de la
producción agraria a la petrolera-rentista, mucha de esa
población se radicó en los cerros de Caracas en abierto choque
con la ciudad blanca; y allí quedaron marginados del aparato de poder
político y económico, y de la ciudad misma, de sus servicios
básicos, de su urbanidad, de su vida. Mas, como escribe Ociel
López (2015:46) <i>“los sentidos culturales de la fiesta, el
trabajo, la política, el ahorro, la justicia caribe permanecen en los
cerros”.</i> Son esos sentidos, esas memorias comunales reconfiguradas
y sedimentadas, las que dan parte del sustento a lo que representa hoy la
vanguardia de la revolución: la proyección de la nueva
organización social comunal.<br />
<br />
En la media duración hay que recordar el <i>Pacto de Punto
Fijo</i>, un bloque hegemónico (es decir, que ejerce coerción
pero con un convencimiento ideológico del dominado) que aunó
los principales partidos políticos –AD, COPEI-, el
ejército, el sindicalismo organizado en la Confederación de
Trabajadores de Venezuela, la iglesia y la burguesía petrolero
rentista, para establecer un control que no requirió, a contramano del
continente, golpes de Estados ni dictaduras para garantizar ser parte de esa
especie de <i>Commonwealth</i> estadounidense que es “el patio
trasero”. Firmado en 1958, la faz ideológica del dominio
económico del pacto se sustentó en un cuestionable imaginario
policlasista que, combinado con un incipiente proceso de
industrialización por sustitución de importaciones y un
mínimo Estado de Bienestar, generó una estabilidad presentada
al mundo como ejemplo de democracia. Claro, las persecuciones, torturas y
prohibiciones no fueron ajenas a la realidad venezolana, como tampoco las
carencias de los cerros. Este bloque estalló por los aires
cuando,desde su mismo seno, se emprendió la implementación del
programa neoliberal a fines de los 80, desarmando su propio imaginario
inclusivo y de bienestar, e hipotecando la renta petrolera con el sistema de
deuda. Esto generó una crisis orgánica -crisis económica
más crisis política- en la cual los aparatos de
mediación del poder (los partidos políticos y sus
representantes, las instituciones estatales, los sindicatos, etc.) cayeron en
el descrédito absoluto. Esta crisis orgánica, que produce el
<i>Caracazo</i>de 1989 como enfrentamiento cúspide con miles de
muertos reprimidos por el viejo Estado, estuvo abierta hasta la
conformación de un nuevo bloque histórico que logró
ocupar el vacío articulando aquella memoria popular: el
chavismo.<br />
<br />
Chávez inicia la “memoria corta”. Apareció por
un minuto en la televisión en 1992 y con su llamado a la
rendición (finalizado con aquel notable “por ahora”), ante
el fracaso del golpe en Caracas, pasó a ser la figura más
importante de la política venezolana. Millones se identificaron con
él, no mágicamente, sino porque vino a articular un discurso,
una ideología que ya estaba presente en aquellas masas de los cerros
caraqueños, en conjunción con las necesidades materiales,
mediando y representando a los in-representados. Ya Carlos Andrés
Pérez en los 70´había hablado de nacionalizar el
petróleo y distribuirlo, de un ejército popular, de una mirada
sudamericana en contra de los intereses estadounidenses… Chávez
apeló a esos “núcleos de buen sentido” de la
sociedad venezolana, confrontando en esa estrategia con los ricos, poderosos,
petroleros, estadounidenses, sifrinos, etc. Chávez fue como ellos.
Redefinió así una nueva identidad social y una nueva
demarcación en la sociedad venezolana, articulando las distintas
memorias del pasado, y dando vida central a este sujeto mayoritario de la
población venezolana. Desnudando, al decir de Therbon (1991: 15), las
trincheras de defensa de la vieja hegemonía: el presentar el mundo
desde la visión del dominador, el convencer de que lo que había
era lo mejor, y el negar la posibilidad de la alternativa.<br />
<br />
Las tres
trincheras caerían. Dice el propio Chávez:</div>
<blockquote class="tr_bq">
<div>
<i>Nosotros hemos venido liberando al Estado, porque la sociedad civil
burguesa controló al Estado venezolano a su antojo, manejaban el
gobierno, manejaban el poder legislativo, manejaban el poder judicial,
manejaban las empresas del Estado, manejaban la banca pública,
manejaban el presupuesto nacional; todo eso ellos lo han venido perdiendo, si
no totalmente, esencialmente. Y ellos están ahora, replegados en los
núcleos duros de la sociedad civil burguesa, utilizando de manera
desesperada los reductos que le quedan de esas instituciones señaladas
por Gramsci: la iglesia, los medios de comunicación y el sistema
educativo. De allí la importancia de entender el tablero de juego
(…) Mientras tanto a nosotros lo que nos queda es seguir conformando
el nuevo bloque histórico venezolano. Hugo Chávez, discurso del
6 de junio de 2007 (cit. en Callelo, 2010: 72). […]De esa manera, en
aquel momento <a href="https://www.blogger.com/null" name="m_1898582394024180045_m_4488144964223035902_m_7255067273750745449__Hlk490046589">[1992-1998]</a> regresaba a la mente
nacional la idea de la utopía política. O sea: comenzó a
existir en la imaginación colectiva el deseo de un nuevo país
con más justicia, más igualdad y menos corrupción.
(…) Esa era mi misión: darle contenido, en la psiquis del
pueblo venezolano, a la prodigiosa invención de un país
posible. Tenía que crear una utopía concreta. En otras
palabras: crear el mito colectivo de un futuro realizable (…)
¿No decía José Martí que las revoluciones hacen
posible lo que hoy parece imposible? (cit. en Ramonet, 2013: 627).</i></div>
</blockquote>
<div>
Ya en el poder (del Gobierno, que no es todo el Estado ni, mucho menos,
todo el Poder), el proceso de transferencia de recursos y capacidad de
gestión a las organizaciones populares y la radicalización
constante en las respuestas a los ataques de un imperialismo estadounidense
vivo, presente y muy interesado en frenar el proceso, fue la norma. Norma por
cierto contraria a la que regía el rumbo de buena parte del resto de
los gobiernos progresistas de la región que apostaron al discurso
neo-desarrollista y a ciertos procesos de desmovilización. Los
<i>Círculos Bolivarianos</i> en la ciudad y en el campo, las <i>Mesas
de diálogo</i>, el enorme despliegue de las <i>Misiones</i> sociales
en vivienda, salud, alimentación, educación etc., que
“puentearon” al Estado para llegar directamente a la gente de las
barriadas estableciendo recursos para ello, fueron algunos de los preludios
de la organización <i>comunal</i> que comenzaría a tomar forma
a partir del 2009. Y allí, en las <i>Comunas</i>, radica lo más
interesante de la revolución: la intención y el esfuerzo por
“superar el estado burgués y construir uno comunal” como
establece el Programa de gobierno de 2013. La autoorganización es el
gran desafío, y trabajosamente las comunas siguen creciendo pese a
todo, llegando a unas 1400 registradas. Esto genera si una
“grieta” interna del chavismo: un sector más
<i>estatalista</i>, nucleado en el PSUV, en las fuerzas militares, en el
Estado, con la <i>boliburguesía</i> haciendo sus negocios, y uno
más popular, de las barriadas, motoqueros, bachaqueros, pardos,
más difícil de organizar y “domesticar” como a todo
poder gustaría. Este es quizás el debate y la tensión
más avanzada del mundo respecto de cómo construir una nueva
sociedad. Debate imposible si el chavismo fuese desalojado del Gobierno, pues
la represión sería feroz, como en toda contra-revolución
e incluso contra-reforma, represión no solo política sino
también y sobre todo social, cargada de odio, revanchismo, violenciay
racismo.<br />
<br />
Las transformaciones tuvieron dos vías: la material y la
discursiva. Ambas son centrales y de grandes aportes a los pueblos y a la
izquierda mundial (pues de eso se trata la izquierda). En lo discursivo, la
radicalización llevó a resucitar el socialismo cuando
atravesaba su peor momento histórico quizás desde que naciera,
enterrado en el subsuelo de Berlín. Un socialismo de nuevo contenido,
abierto, en disputa, que busca superar los desaciertos y las percepciones
negativizadas del pasado. Ahí lo tienen a Chávez leyendo en
vivo a Marx, a Gramsci, a Lenin, a Mao, cuestionando la
burocratización stalinista desde su <i>“Aló presidente
teórico”</i> (!), llamando a una <i>Quinta internacional</i>,
colocando a la burguesía y al capitalismo como enemigos centrales. Un
gran aporte a la emancipación humana. Se es ciego en la izquierda,
cuando ciego se quiere ser. En la base material, la enumeración seria
infinita, porque las carencias eran absolutas: las cadenas <i>Mercal</i> de
alimentación (en las que yo mismo compré como turista sin
presentar absolutamente nada), las 1.7 millones de viviendas, los grandes
hospitales, las redes de acceso a los barrios con los teleféricos
más grandes del continente, la creación de universidades (al
punto de pasar de los últimos lugares a los primeros en cantidad de
profesionales en la región), hasta los DNI, porque ni DNI
tenían en los cerros, porque esos no eran gente para los que hoy son
oposición.<br />
<br />
Este doble proceso no puede negarse a la hora de pensar la actualidad. Y
se está negando. No puede analizarse la foto sin la película,
el presente sin la memoria.Tras la muerte de Chávez hubo claro una
gran debacle en el plano económico. Pero ¿quién o
quiénes fueron los culpables? La falacia muy repartida por las redes,
de la izquierda a la derecha, de que todo mal es culpa de quien dirige el
Estado, es un repetido argumento bien liberal. El chavismo, como toda
revolución (o llámenle si se quiere reformas radicales)
enfrentó desde su nacimiento un asedio absoluto: golpes de Estado,
paro petrolero e importador, violencia constante, financiamiento injerencista
a la oposición, ataque mediático que llega al paroxismo, etc.
etc. Esto se agudizó desde la asunción de Maduro porque
“era imposible que el chavismo resista”, era el momento de
imponer <i>la Salida</i>. Pero el invierno no llegó.<br />
<br />
Sería de
esperar que nadie culpe al bueno de San Martín por el desorden y las
penurias que la gesta libertadora armó en la situación de vida
del continente, ni a Fidel por el <i>período especial </i>con la isla
bloqueada por EEUU, con la URSS desmoronada, y con todo el continente
dándole la espalda (tal y como tantos hacen ahora con Venezuela).
Valga señalar sí que ya desde el Pacto de Punto Fijo el consumo
había crecido aceleradamente en tanto que la producción lo
hacía a niveles muy inferiores, por cuanto las divisas petroleras
permitieron aumentar las importaciones sin que ello redundase en una
diversificación de la producción. Este problema no fue resuelto
(ni originado) por el chavismo, y le dio a la oposición empresaria un
arma de destrucción masiva de la economía: frenando las
importaciones, desabastecen la población. López Maya lo refleja
en el siguiente cuadro (2009: 57):<br />
<br />
Entonces, como dato central: así como no se puede analizar el
presente sin el pasado o los pasados que lo fraguaron, no se puede analizar
un proceso mirando solo al Gobierno y el Estado, desconociendo los intereses
geopolíticos, las reservas en petróleo record del país,
no se puede analizar un proceso contra-hegemónico sin analizar la
reacción de la hegemonía. Esto es lo que esconde la
crítica, la periodística y, en algunos casos, la intelectual. Y
los recursos de Gran Dorado de Venezuela son la mitad del interés
geopolítico: la otra mitad es ideológica, es discursiva, es
cultural, es frenar y aislar a todo proceso que no siga la hegemonía
estadounidense y el ya desdeñoso sueño americano en el
continente. Es evitar que cunda un ejemplo que con Chávez se les iba
de las manos.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5_1lDixa_j4WyZImNkHUThLqKQy8t5aIAfTenVWe9hTe2kR5cl3deDEBWkNaXzWcolDUWn3q1FLf8j7vwSldavHjjpUEygpTzSh9bNotm_ip7VdWdkgDTZPrAq8y_s-exAhOWGs3H5-Om/s1600/Hugo+Ch%25C3%25A1vez+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="220" data-original-width="440" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5_1lDixa_j4WyZImNkHUThLqKQy8t5aIAfTenVWe9hTe2kR5cl3deDEBWkNaXzWcolDUWn3q1FLf8j7vwSldavHjjpUEygpTzSh9bNotm_ip7VdWdkgDTZPrAq8y_s-exAhOWGs3H5-Om/s640/Hugo+Ch%25C3%25A1vez+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla2.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
Maduro no es Chávez, claro, pero no es un inepto que habla con
pajaritos, como es presentado en Argentina; la influencia y el recorte
mediático nos influye a todos, aun a esos grandes intelectuales
críticos. Maduro está con Chávez dese el <i>MBR 200
</i>casi tres décadas atrás, fue canciller y artífice de
la disputa geopolítica que llevó a la nueva OPEP, al ALBA, a la
CELAC. Es un obrero (“esconde millones” dicen posteos afirmando
algo que ni los diarios se atreven a escribir), tiene un gran manejo
discursivo (en general pocos se han puesto en nuestro país a escuchar
sus discursos sin mediaciones) que lo coloca muy por encima del 95% de los
cuadros políticos del continente, y ha sabido mantener unido al
chavismo contra <i>todo </i>pronóstico de todos los espacios.</div>
<div>
<br />
Hoy, horrorizados, buena parte de la izquierda y toda la derecha
recalcitrante exhiben el “democratómetro” para juzgar a
Venezuela. Desconocen que Venezuela vivió un proceso democratizante
inédito, ya desde la Constituyente de 1999, si entendemos al menos la
democracia como gobierno del <i>demos</i> y no como un sistema de no
intervención en los mercados. Desconocen las 20 elecciones realizadas
en 17 años bajo absoluto monitoreo internacional como en ningún
otro país. Desconocen la inclusión constitucional del poder
popular. Desconocen las reformas de intervención directa que propone
la constitución y se llevaron adelante contra Chávez por
quizás única vez en el mundo. Desconocen las Comunas como
espacios de ejercicio de democracia directa. Desconocen cómo
llevó adelante la oposición el referéndum contra Maduro,
con groseros errores constitucionales. Desconocen que se convoca a una nueva
Constituyente de cara al pueblo, lejos de los decretazos pergeñados
por Menem y Alfonsín en el Pacto de Olivos. Desconocen sobre todo que
“la dictadura” está en la vereda de en frente, que un
gobierno de la oposición distará tanto de la democracia como
Pinochet, el gran demócrata para los norteños. Y, si nos
ponemos bien a la izquierda, desconocen que ningún sistema
político en el mundo prevé en sus leyes su propia
aniquilación ¿Los franceses no le cortaron la cabeza a
Luís?¿Simón Bolívar no hizo una Guerra?
¿Lenin y Trotsky no asaltaron el Palacio de invierno? ¿La
izquierda se va a dedicara defender el parlamentarismo republicano liberal?
Es una absorción del discurso hegemonizante que debemos rechazar; lo
que no quita desconocer los rasgos centralistas y verticales del propio
Chávez, rasgos presidencialistas presentes en todo el continente y
criticados por él mismo en su discurso-testamento político
conocido como <i>“Golpe de Timón”.</i><br />
<br />
Recomendamos una vez más las sencillas palabras de Enrique Dussel
que aporta gran claridad para los que no arriesgan a poner el cuerpo ni las
ideas. Hay que dar disputas internas, hay que seguir haciendo crecer los
poderes autónomos de la comunidad frente al Gobierno y el Estado aun
siendo dirigidos por la izquierda, hay que cuestionar desde la militancia,
hay que cuestionar desde la academia (aunque eso no es sinónimo de
académicamente serio, muchos crean que con eso basta escondiendo
posicionamientos ideológicos bien subjetivos en la supuesta
objetividad de la crítica); pero hay que ponderar las causas de
lo que se cuestiona, hay que tener presente todas las memorias,y hay que ser
cuidadosos porque, como dice allí Dussel, la historia puede juzgarnos
muy duramente por nuestras posiciones.<br />
<br />
Declaraciones de Enrique Dussel en respuesta a la carta de intelectuales
contra Venezuela:</div>
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=https://www.youtube.com/watch?v%3DWGoDxCZPCKY%26feature%3Dyoutu.be&source=gmail&ust=1502812346743000&usg=AFQjCNHGYmoVoIPu-QdWJpRykB20sOe_iA" href="https://www.youtube.com/watch?v=WGoDxCZPCKY&feature=youtu.be" target="_blank">https://www.youtube.com/watch?<wbr></wbr>v=WGoDxCZPCKY&feature=youtu.be</a></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div>
<span style="font-size: large;">Bibliografía </span></div>
</blockquote>
<div>
· LÓPEZ,
Ociel (2015): <i>Dale más gasolina: chavismo, sifrinismo y
burocracia.</i> Fundación Andrés Bello. Caracas.</div>
<div>
· LÓPEZ
MAYA, Margarita (2009): <i>Venezuela, el gobierno de Hugo Chávez y sus
fuerzas bolivarianas.</i> Colección Temas de la Democracia. Ed del
Instituto Nacional Electoral. México DF.</div>
<div>
· CALLELO, Hugo
(2010), “Argentina y Venezuela. Los mitos hegemónicos, violencia
política yel poder de los oprimidos” en CALLELO, Hugo y NEUHAUS,
Susana, compiladores: <i>El fantasmasocialista y los mitos
hegemónicos. Gramsci y Benjamin en América Latina</i>,
Herramientaediciones, Buenos Aires.</div>
<div>
· RAMONET,
Ignacio (2013): <i>Hugo Chávez mi primera vida</i>, Editorial Debate,
Buenos Aires.</div>
<div>
· THERBON,
Göran (1991): <i>La ideología del poder y el poder de la
ideología</i>. Siglo XXI.México D.F.</div>
<div>
· VARGAS ARENAS,
Iraida y SANOJA OBEDIENTE, Mario (2015): <i>La larga marcha hacia la sociedad
comunal. </i>Ed. El Perro y la Rana. Caracas.<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"> </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;">Mauro Berengan ews Licenciado en Historia por la Universidad
Nacional de Córdoba, Argentina, docente e investigador. </span></span></div>
<div>
<div id="m_1898582394024180045m_4488144964223035902m_7255067273750745449ftn1">
<div>
<span style="color: blue;"><i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><span style="font-size: small;"><a href="mailto:mauroberengan@gmail.com" target="_blank">mauroberengan@gmail.com</a></span></span></i></span></div>
</div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-47892176025553271762017-08-10T12:28:00.000-04:002017-08-10T12:28:21.462-04:00La jornada laboral, el reparto de las horas y la relación de fuerzas<!--[if gte mso 9]><xml>
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“Mercado laboral”, capitalismo y neoliberalismo. Lo posible y lo imposible en
polémica con Rolando Astarita</span></span></span></i><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"></span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"></span></span></span><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"><i><br /><br />Paula Bach</i> </span></span></span></b></div>
<b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"></span></span></b><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"></span></span></span></b><br /><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"></span></span></b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La campaña por la reducción de la jornada laboral, trabajando seis horas, cinco días a la semana y repartiendo las horas existentes entre todas las manos disponibles, con un salario mínimo equivalente al costo de la canasta familiar, caló hondo. La muy buena recepción en amplios sectores de trabajadores y jóvenes, el repudio de la ortodoxia con el ataque p<span style="color: blue;"><a class="spip_out" href="https://www.cronista.com/columnistas/Las-brillantes-ideas-de-Nicolas-nos-mandaran-al-cano-20170516-0022.html" rel="external" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;" target="_blank">úblico del economista neoliberal Javier Milei a Nicolás Del Caño</a></span>, así como la insistencia periodística sobre la imposibilidad de realizar tales medidas, resultan sintomáticos. Ponen de relieve que el asunto roza un sustrato profundo, incómodo y controversial. El tiempo de trabajo pero también su contracara, el tiempo libre, en tanto problema social, político y económico, adquiere protagonismo debido a la convergencia de varios factores que se cuecen en la arena internacional. Veamos.<a name='more'></a></span></span><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"></span></span></b><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; box-sizing: border-box; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; margin: 0px 0px 30px; padding-top: 10px; text-align: start; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La crisis económica mundial de 2008/9 que arrastra un crecimiento muy poco dinámico desde 2010, dejó a su paso un nuevo tendal de desocupados estructurales y amenaza el empleo de millones. Esta condición le sumó presión a una de las mayores “obras” del neoliberalismo: la degradación salarial asociada a una inédita división de la clase trabajadora expresada en multiplicidad de modalidades de contratación quizás nunca puestas de manifiesto de una manera tan perversamente diversa y chocante. El trabajo excesivo en un polo con la marca de la alienación, la insatisfacción y la falta de tiempo de disfrute se entrelaza con multiplicidad de formas de trabajo precario acompañado de salarios míseros y contrasta con la ausencia parcial o total de trabajo en otro extremo.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /><br />La amenaza de una “revolución tecnológica” que abreva en el auge efectivo de nuevas tecnologías, desentona con el escaso<b><span style="color: blue;"><span class="Apple-converted-space"> </span></span></b><span style="color: blue;"><span class="Apple-converted-space"></span><a href="http://www.laizquierdadiario.com/Revolucion-de-la-robotica-segunda-entrega" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;">dinamismo de la economía mundial</a><span class="Apple-converted-space"> </span>-<a href="http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/la-conspiracion-de-los-robots/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;">regional y nacional- y con un crecimiento particularmente débil de la inversión. Innovación</a></span><span class="Apple-converted-space"> </span>y aplicación, no son sinónimos. Si la aplicación tecnológica es un fenómeno en curso que en determinados sectores y países expulsa mano de obra, el riesgo de desempleo creciente resulta una amenaza más real por el lado de una profundización de la crisis que por el de una inversión masiva en nuevas tecnologías. No es el exceso de trabajo humano sino más bien la escasez relativa de mano de obra barata lo que se constituye nuevamente en uno de los dilemas centrales del capital ¿Qué explicaría de otro modo los ataques en curso destinados a incrementar la explotación del trabajo asalariado? ¿Cuál sería el fundamento de la reforma laboral de Temer, de la que prepara Macron en Francia o la administración Macri –por sólo dar algunos ejemplos- o de la presión internacional por el aumento de la edad jubilatoria –más años de trabajo y no menos- si la economía capitalista realmente pudiera crecer prescindiendo del trabajo humano?<br /><br />Hace unos días<span class="Apple-converted-space"> </span><a class="spip_out" href="http://www.lanacion.com.ar/2045735-la-argentina-frente-a-la-reforma-laboral-brasilena" rel="external" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #a1344e; text-decoration: none;" target="_blank"><span style="color: blue;">una editorial</span></a><a class="spip_out" href="http://www.lanacion.com.ar/2045735-la-argentina-frente-a-la-reforma-laboral-brasilena" rel="external" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #a1344e; font-weight: 700; text-decoration: none;" target="_blank"> </a>de La Nación conectaba con poca sutileza la reforma laboral con el avance de la “robótica”: “La llegada del siglo XXI ha empezado a demostrarnos que las economías de los países pueden crecer sin empleo, merced a la inusitada velocidad de los cambios tecnológicos y a la robotización. Frente a esta realidad no se puede desconocer que la mejor defensa de un trabajador ya no pasa por una legislación laboral inflexible y meramente protectora de las fuentes de trabajo, sino por su permanente capacitación profesional, por su capacidad por adaptarse a los cambios y por normas que estimulen su contratación”. La operación que vincula la “amenaza robótica” junto al reciclado de la vieja tesis del “<span style="color: blue;"><a href="http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/fin-del-trabajo-o-fetichismo-de-la-robotica/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;">fin del trabajo</a></span>” por un lado y la “necesidad” de una legislación laboral aún más flexible por el otro, resulta bastante evidente.<br /><br />Resulta innegable que las nuevas tecnologías poseen la extraordinaria capacidad “útil” de producir la misma cantidad de bienes empleando una menor cantidad de trabajo. Pero entre aquella tendencia histórica y las necesidades específicas del capital, media una brecha profunda. La ganancia capitalista depende del trabajo asalariado y es por ello que el capital convierte lo que podría ser una bendición para la clase trabajadora, en una catástrofe. La<span style="color: blue;"><span class="Apple-converted-space"> </span><a href="http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/fin-del-trabajo-o-fetichismo-de-la-robotica/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;">tecnología en manos del capital deviene un arma de varios filos</a></span>: instrumento de amedrentamiento de cara a la necesidad de abaratar la fuerza de trabajo, herramienta de disciplinamiento frente a la huelga y finalmente elemento simultáneamente creador de plusvalía relativa en un extremo, desempleo en otro y trabajo precario más allá. La expulsión de mano de obra en un polo se traduce en la contratación de una masa creciente en otro y la extracción de mayor trabajo excedente en general. En el curso de la aplicación tecnológica, la destrucción de antiguas tareas y trabajos, contrasta con la creación de nuevos. El resultado final –lejos del “crecimiento sin empleo”- redunda en una fuerza de trabajo con nuevas huestes de desempleados estructurales, con progresivas divisiones internas y mucho más precarizada en su conjunto. Es historia conocida, las décadas neoliberales dejaron claras enseñanzas al respecto.<br /><br /><span style="font-family: inherit;">La cuestión del “trabajo” se transforma en piedra angular. A medida que las ventajas neoliberales se agotan, el capital agitará todos los fantasmas y desatará su furia para convertir a la clase trabajadora en una masa aún más dividida y amorfa, incapaz de enfrentar sus designios. Garantizar la unidad deviene una tarea urgente.</span></span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: large;"><br /><br />Libre competencia (o divide y reinarás)</span></span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /><br />La libre competencia en el “mercado de trabajo” constituye uno de los anhelos sustanciales e históricos del capital. Que la oferta de mano de obra resulte lo más “infinita” o “ilimitada” posible es la estrategia privilegiada para presionar por un constante precio a la baja. Podría decirse que en este mercado tan particular, el capital puja por vulnerar el “principio de la escasez” que según la teoría oficial –neoclásica- explica la existencia de los precios en los mercados de bienes y servicios. En este mercado se busca –dicho esto con apenas un poco de ironía- que el precio de la fuerza de trabajo “tienda a cero”.<br /><br />Al calor de las últimas décadas neoliberales la obra fue perfeccionada puntillosamente. El tradicional ejército de desempleados se refuerza con una miríada de pobres urbanos, subocupados, trabajadores precarios e informales que garantizan a su turno la existencia de sobretrabajo bajo todas las modalidades de contratación, incluidas las formales. La crisis económica internacional que se arrastra desde hace nueve años contribuye a sostener este statu quo, engrosando el ejército de reserva.<br /><br />La presencia de un “otro” siempre dispuesto a aceptar circunstancias peores es la base del temor a que el rechazo de las condiciones existentes, la rebelión o la huelga, sean causantes de despido y constituye un elemento clave que garantiza la regencia del capital. Una regencia asentada en el nada original pero muy apropiado “divide y reinarás” que infunde sistemáticamente el fantasma de ese “otro” acechante e imbuido de múltiples rostros. No se trata tan solo del desocupado, del pobre, del precario o del que está en negro, sino también del inmigrante –un sitio recurrente en particular en los momentos más críticos del capitalismo- así como de las “nuevas tecnologías” que bajo su forma “humanoide” -el “robot”- muestran incluso mayor plasticidad física para adquirir ese lugar de “el otro”.<br /><br />Mientras la “libre competencia” en el mercado de bienes y servicios resulta limitada sistemáticamente por las estructuras monopólicas y oligopólicas de la oferta, la “libertad” -o la ausencia de condiciones “monopólicas” en el mercado laboral- representa la meta constante del capital. El único “mercado” en el que los dueños del capital y la teoría económica oficial fomentan con fanatismo la “libre competencia” que pregonan en los manuales, es el “mercado” de trabajo en el que, por otra parte, la patronal adquiere características de monopsonio –monopolio de la demanda.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /><br /><span style="font-size: large;">El monopolio de la fuerza de trabajo</span><br /><br />En términos estrictamente económicos, maximizar la jornada de trabajo y minimizar el salario es el objetivo de los propietarios del capital porque en la diferencia entre la duración de la jornada y el tiempo que el trabajador dedica a reproducir los bienes equivalentes a su salario, se encuentra el sustrato de la ganancia. Incluso el capital se las ingenia para que la aplicación de nueva tecnología responda en última instancia –aunque<span class="Apple-converted-space"> </span><span style="color: blue;"><a href="http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/fin-del-trabajo-o-fetichismo-de-la-robotica/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;">de una manera más sofisticad</a>a</span>- al mismo movimiento. Sin embargo, la burguesía y el Estado encuentran periódicamente límites para la explotación del trabajo asalariado. Marx expuso magistralmente esas demarcaciones en el capítulo La jornada laboral en el primer tomo de El Capital. En primer lugar se trata de las cuestiones relativas a las necesidades biológicas de preservación de la fuerza de trabajo. En segundo lugar, el mundo real no está habitado por “agentes económicos” sino por clases sociales. Y esas clases sociales son fuerzas en pugna que determinan lo posible y lo imposible desde el punto de vista de las necesidades de explotación del capital.<br /><br />La organización sindical representa un límite evidente a la anhelada “libre competencia” en el mercado laboral e introduce elementos de lo que alegóricamente podríamos llamar “monopolio” de la oferta de la fuerza de trabajo. Sin detenernos aquí a hacer historia, desde los sindicatos por oficio a los sindicatos por rama hay evidentemente un desarrollo de esos elementos parciales de “monopolio”. La organización de los trabajadores en tanto tiende a la unidad, es la fuerza que orada aquel modelo de “libre competencia”, oponiendo elementos de “monopolio” de la oferta de fuerza de trabajo y estableciendo límites a las necesidades del capital.<br /><br />Aquellos límites<a href="http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/wp-content/uploads/2017/04/20_22_Prieto-Lop.pdf" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #a1344e; font-weight: 700; text-decoration: none;"> </a><a href="http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/wp-content/uploads/2017/04/20_22_Prieto-Lop.pdf" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #a1344e; text-decoration: none;"><span style="color: blue;">adquirieron variadas expresiones a través de la historia tanto en la progresiva reducción de la jornada laboral</span></a><span class="Apple-converted-space"> </span>–cuyo hito generalizado más “reciente” es la lejana conquista de la<span style="color: blue;"><span class="Apple-converted-space"> </span><a class="spip_out" href="https://www.laizquierdadiario.com/La-lucha-por-la-reduccion-de-la-jornada-laboral" rel="external" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;" target="_blank">jornada legal de ocho horas</a></span>- como en las modificaciones en el valor de la fuerza de trabajo que, tal como señalaba Marx, incluye un componente “histórico moral”. Ambas demarcaciones dependieron ciertamente de las relaciones de fuerzas entre las clases expresadas tanto a través del crecimiento de las organizaciones sindicales como del surgimiento y desarrollo de partidos obreros de masas, del triunfo de la Revolución Rusa, de las condiciones abiertas por la Segunda Posguerra mundial y del ascenso de fines de los años ‘60. La contrarrevolución neoliberal fortalecida por el proceso de restauración capitalista en Europa del Este, la URSS y China, escenificó una relación de fuerzas inversa.<br /><br />Pero volviendo a las organizaciones sindicales, su límite principal consiste en que aquella tendencia a la unidad que en su concreción plena anularía las condiciones esenciales de la ganancia capitalista, resulta permanentemente coartada por la injerencia de la burguesía y el estado. La creación de una casta burocrática corrupta que vive de las migajas patronales y adquiere poder de policía al interior de los sindicatos, pervierte sistemáticamente la organización de los trabajadores y vela por impedir el avance hacia aquella u<span style="color: black;"><a class="spip_out" href="https://www.laizquierdadiario.com/La-vuelta-de-un-debate-clasico-sindicatos-e-izquierda-en-la-Argentina" rel="external" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;" target="_blank">nidad. Los</a></span> sindicatos resultan así organizaciones a la vez necesarias pero limitadas, de carácter parcial, adaptadas -y cómplices sus cúpulas dirigentes- a las condiciones impuestas por los propietarios del capital. Es lo que explica su carácter parcial que se manifiesta en el hecho de que reúnen sólo una parte de los trabajadores -habitualmente aquellos que están en blanco. Los desocupados, los trabajadores en negro –como suele contratarse a gran parte de los inmigrantes- o una gran porción de los trabajadores precarios, están excluidos de los sindicatos cuando su integración desplegaría la potencia máxima de la clase trabajadora como tal y la conformación de una suerte de “monopolio” de la oferta de fuerza de trabajo que en su dinámica concreta pondría en cuestión la existencia misma de la ganancia capitalista.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /><br /><span style="font-size: large;">Necesidad urgente</span><br /><br />Superar los límites de la organización sindical conquistando la unidad, resulta una necesidad histórica pero por sobre todas las cosas, urgente. No se trata de una abstracción sino de un problema candente habida cuenta tanto del legado del neoliberalismo como del inicio turbulento de su declinación. Un descenso que se puso de manifiesto como una de las mayores crisis de la historia capitalista. En su desarrollo y al tiempo que no pueden descartarse nuevas catástrofes bélicas en las cuales las modernas tecnologías hallarían un amplio campo de aplicación, la flexibilización laboral, el incremento de la edad jubilatoria y el engaño del fin del trabajo, son sólo pequeños anticipos de que el capital necesita asestar una nueva estocada sobre las espaldas de la clase trabajadora.<br /><br />Desde aquella lejana conquista de las ocho horas -vapuleada con particular saña durante las pasadas décadas- significativos avances científicos y tecnológicos en la organización de la producción de bienes y servicios coexistieron con la progresiva desintegración de la clase trabajadora y el incremento de su explotación -si se la considera de conjunto. Frente a la crisis económica y las nuevas amenazas, la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas, deviene una tarea defensiva urgente. Distribuir el tiempo de trabajo existente, liberando a millones de la sobrecarga y permitiendo que otros tantos accedan a una jornada completa, con un salario acorde a las necesidades sociales, resulta una necesidad para preservar la integridad de la clase trabajadora como tal. Una unidad indispensable para conquistar el frente único obrero contra el capital y su estado. En su desarrollo ulterior aquella tarea puede y debe transformarse en ofensiva, vehículo necesario destinado a colocar las nuevas tecnologías al servicio de la humanidad y no de un puñado de propietarios del capital.<br /><br />La humanidad crea permanentemente las herramientas para producir idéntica cantidad de valores de uso –ya sea bienes o servicios- en una cantidad menor de tiempo, pero en su necesidad ontológica de acumular trabajo excedente –no pago- el capital las convierte sistemáticamente en una amenaza y un arma empuñada contra la clase trabajadora y el pueblo pobre. Resulta materialmente posible –como racionalmente necesario- utilizar las capacidades de la técnica para emplear a todas las personas dispuestas a trabajar por una cantidad de horas reducidas y con un salario que cubra las necesidades<span class="Apple-converted-space"> </span><i style="box-sizing: border-box;">histórico-morales</i>. El único límite es la irracionalidad social de la ganancia capitalista que sistemáticamente busca convencer a los trabajadores de que creando las herramientas que podrían liberarlos del trabajo rutinario, están en realidad fabricando las palancas que los lanzarán al basurero de la historia.</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><br /><br /><span style="font-size: large;">Lo posible y lo imposible</span><br /><br />El marxista argentino Rolando Astarita, en una<span class="Apple-converted-space"> </span><span style="color: blue;"><a class="spip_out" href="https://rolandoastarita.blog/2017/07/04/la-lucha-por-las-ocho-horas-de-trabajo-y-la-tradicion-socialista/" rel="external" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;" target="_blank">seguidilla de posteos en su blog</a></span><span class="Apple-converted-space"> </span>-uno de ellos reproducido acríticamente por Jorge Altamira- discute que mientras la reducción de la jornada laboral es clave para preservar la fuerza de trabajo y su posibilidad depende de las relaciones de fuerzas entre las clases, resulta una ilusión suponer que dicha reducción puede acabar con el desempleo ya que la utilización capitalista de las máquinas está al servicio de mantener a raya a los obreros y mientras exista la propiedad privada del capital, esta presión sobre el trabajo se renueva una y otra vez. Sugiere además que quienes relacionan la reducción de la jornada con la lucha contra el desempleo, crean falsas ilusiones, transformándola en una panacea y en un mensaje apologético del capitalismo que se convierte incluso en reaccionario. Vayamos por partes.<br /><br />El planteo de Astarita viene con doble trampa: por un lado oculta que en nuestra formulación la reducción de la jornada está indisolublemente unida al reparto de las horas de trabajo y que sólo de esa combinación se deriva la posibilidad de acabar con el desempleo. En segundo lugar, nos quiere achacar el disparate de pretender armonizar el fin del desempleo con la propiedad privada del capital. Por todo lo dicho hasta aquí se hace harto evidente que en modo alguno sostenemos que la eliminación del ejército de reserva resulte compatible con la ganancia y por tanto, con la existencia misma del capitalismo. No cabe duda alguna de que mientras una reducción de la jornada de trabajo es teóricamente compatible con la existencia del capitalismo, la eliminación del ejército de reserva no lo es. Sin embargo, la dialéctica de lo “posible” y lo “imposible” merece reevaluarse más allá de las construcciones teóricas puras y más cerca de las relaciones de fuerza entre las clases a las que refiere el mismo Astarita.<br /><br />Empecemos por la reducción de la jornada laboral. Reflexionado en los términos concretos del aquí y ahora ¿sería realmente posible una reducción de la jornada sin rebaja salarial –manteniendo la propiedad privada del capital- en el contexto concreto, específico de una de las mayores crisis del capitalismo mundial? Probablemente Astarita nos responda: “depende de la relación de fuerzas”. Sí, exacto, pero supongamos por un momento el desarrollo de un ascenso social de la magnitud suficiente como para imponer tal demanda ¿está el capitalismo del “estacamiento secular”, el de la crisis de 2008, el que pierde las ventajas de los salarios miserables, las jornadas inagotables y los espacios para la acumulación en China –por sólo dar un ejemplo- en condiciones de absorber semejante demanda? Probablemente no y con seguridad semejante desarrollo conduciría a escenarios bastante menos pacíficos que el actual y a enfrentamientos más agudos entre las clases que pondrían en cuestión la existencia misma de la propiedad privada de los medios de producción. En un sentido tampoco es cierta la probabilidad de obtener una jornada reducida manteniendo el salario y preservando a la vez el estado actual de cosas. Vale la pena recordar que la lucha por las ocho horas constituyó una<span class="Apple-converted-space"> </span><span style="color: blue;"><a href="http://www.laizquierdadiario.com/Las-ocho-horas-y-un-fusil" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;">demanda profunda de la Revolución Rusa</a><a href="http://www.laizquierdadiario.com/Las-ocho-horas-y-un-fusil" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; font-weight: 700; text-decoration: none;"> </a></span>nacida mucho antes de Octubre. Es necesario considerar además que la lucha defensiva/ofensiva por la reducción de la jornada es cualitativamente más revulsiva y anticapitalista en una situación de crisis económica nacional y mundial como la actual. De modo que posibilidad teórica no es siempre sinónimo de probabilidad concreta. Lo que es teóricamente posible puede volverse concretamente improbable en los márgenes de un capitalismo necesitado de nuevas fuentes de mano de obra barata y destrucción masiva de fuerzas productivas. Una situación de agudización de la lucha de clases como la esbozada, desencadenaría múltiples escenarios y sin lugar a dudas llevaría inscripta la posibilidad de desbordar al capitalismo en la práctica.<br /><br />Y ¿qué con el reparto de las horas de trabajo y el fin del desempleo? Bueno, un proceso como el planteado más arriba resulta impensable sin un programa que responda a las necesidades de los múltiples sectores en los cuales se encuentra dividida la clase trabajadora: los millones hartos de la sobrecarga de trabajo –algunos de los cuales llegan a una canasta familiar a costa de dejar la vida y otros que aún así no alcanzan siquiera la canasta alimentaria-, los que no pueden acceder a una jornada laboral completa, los precarios, los que trabajan en la economía informal, los que apenas consiguen changas, los desocupados y pobres urbanos. Aquel programa deberá unir la necesidad de reducir la jornada con la de repartir las horas de trabajo incorporando otras demandas como un salario mínimo equivalente a la canasta familiar, el 82% móvil para los jubilados y la escala móvil de salarios y jubilaciones frente a la inflación. Si una fuerza arrolladora de ese tipo se instalara en las calles, el capitalismo se vería en un verdadero apuro y a ciencia cierta lo que estaría en cuestión es quién detenta el poder. El “divide y reinarás” se daría vuelta y la unidad de aquellos cuya división garantiza la explotación, le impediría al capital el libre ejercicio del poder. Necesariamente el desarrollo de esa fuerza plantearía la necesidad y posibilidad concreta de un gobierno de trabajadores -perspectiva que el Frente de Izquierda defiende abiertamente- para llevar hasta el final aquellas demandas.<br /><br />Dice bien Trotsky en el Programa de Transición refiriéndose a la cuestión de la escala móvil de las horas de trabajo: "los propietarios y sus abogados demostrarán el carácter irrealizable de estas reivindicaciones (...) la cuestión no está en una colisión normal entre intereses materiales opuestos. La cuestión está en preservar al proletariado del deterioro, la desmoralización y la ruina. (...) Si el capitalismo es incapaz de satisfacer las reivindicaciones que surgen inevitablemente de las calamidades generadas por él mismo, dejémosle perecer. Lo realizable y lo irrealizable es en este caso una cuestión de relación de fuerzas que sólo la lucha puede resolver." En última instancia, la propia existencia del capitalismo es un problema de relación de fuerzas. Depende en gran parte de la experiencia de lucha, de la organización de la clase trabajadora y de su capacidad para convertirse en clase dirigente del conjunto de los sectores oprimidos. Sobre esa bisagra pivotea el método del Programa de Transición.<br /><br />Por nuestra parte, luchamos por unir las filas de los trabajadores e imponer una nueva relación de fuerzas que cuestione la existencia misma de la propiedad privada de los medios de producción. Parafraseando unas<span class="Apple-converted-space"> </span><span style="color: blue;"><a class="spip_out" href="http://www.laizquierdadiario.cl/Las-ocho-horas-y-un-fusil" rel="external" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; text-decoration: none;" target="_blank">ya muy lejanas palabras</a></span><span class="Apple-converted-space"> </span>-y salvando las distancias- si no pretendemos conquistar en forma inmediata la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo, al menos empezamos a conquistar a un sector de trabajadores para esas banderas. No es poco y en momentos más álgidos puede ser decisivo. Sin embargo incomoda a quien le sobra energía para tergiversar posiciones y le falta entusiasmo para convocar a pelear por algo. Lo que no podemos hacer quienes nos consideramos marxistas es abstraernos de la lucha (¡Pepsico!) y no proponer un programa que enfrente la ofensiva que amenaza degradar cada vez más a la clase mayoritaria de la sociedad.<u><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="color: blue;"><i><br />http://www.laizquierdadiario.com/</i></span></span></u></span></span></div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-64033591390038248402017-08-07T21:29:00.001-04:002017-08-07T21:29:08.679-04:00Las mismas disyuntivas que en 1917<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWABoMP6h-8NzUot1kdddb8tKLjbiFVw0imHK8he1fr0Wp_Hf2xPaAvrvadJQui9KVHvwMvGEk3-i22dDHZaUyBnchlPb-l0seCbT7lVvo4e3h3_N0uAjARVXIzxJ2SpI79PJlbjxdfLuj/s1600/Revoluci%25C3%25B3n+sovi%25C3%25A9tica+-+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1172" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWABoMP6h-8NzUot1kdddb8tKLjbiFVw0imHK8he1fr0Wp_Hf2xPaAvrvadJQui9KVHvwMvGEk3-i22dDHZaUyBnchlPb-l0seCbT7lVvo4e3h3_N0uAjARVXIzxJ2SpI79PJlbjxdfLuj/s320/Revoluci%25C3%25B3n+sovi%25C3%25A9tica+-+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla+2.jpg" width="196" /></a><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><i><b><span style="font-size: small;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="color: black; display: inline; float: none; font-variant: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">Claudio Katz</span></span></span></span></b></i></span><br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><span style="color: black; display: inline; float: none; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">La revolución rusa fue el principal acontecimiento del siglo XX. Generó enormes transformaciones sociales y suscitó una inédita expectativa de emancipación entre millones de oprimidos.</span> Ese impacto se verificó en el pánico que invadió a las clases dominantes. Algunos temieron la pérdida de sus privilegios, otros creyeron que se extinguía su control de la sociedad y muchos se prepararon para el ocaso final de la supremacía burguesa.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ese miedo explica las enormes concesiones de posguerra. El estado de bienestar, la gratuidad de ciertos servicios básicos, el objetivo del pleno empleo y el aumento del consumo popular eran mejoras impensables antes del bolchevismo. Los capitalistas aceptaron esas conquistas por temor al comunismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">De ese pavor surgió el concepto de justicia social, como un conjunto de derechos de los desamparados y el registro de la desigualdad como una adversidad. La revolución impuso la mayor incorporación de derechos colectivos de la historia.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los capitalistas copiaron normas establecidas por el régimen soviético para disuadir la imitación de ese modelo. Aceptaron la universalización de las pensiones y la seguridad laboral.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El propio esquema keynesiano de consumo masivo irrumpió por temor al socialismo. La dinámica espontánea de la acumulación privilegiaba las ganancias y no contemplaba mejoras estables de los ingresos populares.</span></span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los fantasmas creados por la revolución perduraron más tiempo que su efectiva incidencia. Al cabo de muchas experiencias las potencias occidentales digirieron la existencia de la Unión Soviética y concertaron una convivencia, para garantizar la continuidad del capitalismo en el grueso del planeta. </span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero mientras subsistió el denominado bloque socialista, la memoria de los soviets continuó inquietando a los poderosos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Sólo el desplome de ese adversario restauró la confianza de los capitalistas. Reforzaron el neoliberalismo y recompusieron los mecanismos clásicos de la explotación, con flexibilización laboral, masificación del desempleo y ensanchamiento de las brechas sociales.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las modalidades desenfrenadas del capitalismo reaparecieron en las últimas décadas por ausencia de contrapesos. Esa virulencia tiende a recrear las catástrofes que desataron el tsunami de 1917, replanteando lo ocurrido hace cien años.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> <b>EL IMPACTO DE OCTUBRE</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> La cronología de la revolución entre febrero y octubre de 1917 ha sido detalladamente investigada. Comenzó con las protestas que forzaron la abdicación del zar y la constitución del gobierno de Kerensky. Esa administración provisional actuó bajo la presión directa de los soviets obreros que florecieron en los centros industriales. Exigían el cumplimiento de categóricas demandas de paz, pan y tierra.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Como el gobierno prosiguió la guerra y pospuso las reformas exigidas por los trabajadores, la influencia de los bolcheviques se acrecentó junto al descontento popular. Kerensky perdió autoridad y un intento golpista de la derecha (Kornilov) sucumbió ante la resistencia obrera.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En un marco de deserciones masivas en el frente y protestas de los campesinos, el partido de Lenin lideró la toma del Palacio de Invierno. Este desenlace coronó una estrategia revolucionaria definida en las tesis de abril y consumada con la insurrección. En los diez días que conmovieron al mundo se perpetró la acción más impactante de la historia contemporánea.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución coronó su antecedente de 1905 y formó parte de un ciclo internacional de convulsiones inaugurado en México (1910) y China (1911). Pero la gesta bolchevique no sólo fue victoriosa. Incentivó la gran secuela de sublevaciones anticapitalistas que sacudió a Europa en los años 20 (Hungría, Alemania, Bulgaria, Italia).</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa oleada se proyectó a la década siguiente y fue recién contenida por el ascenso del fascismo y la derrota de la república en la guerra civil española. Todas las conmociones de entre-guerra (incluida la depresión del 30) fueron derivaciones del viraje iniciado en 1917.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El triunfo de los bolcheviques condujo a revisar el sentido contemporáneo de la revolución. Las grandes gestas de Inglaterra (1648), Estados Unidos (1776) o Francia (1789) fueron conceptualizadas con posterioridad a su estallido. Lo mismo ocurrió con la Comuna de Paris (1871).</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En Rusia prevaleció, por el contrario, una conciencia plena del acontecimiento. Los seguidores de Lenin inauguraron la costumbre de teorizar las revoluciones sobre su propia marcha. Todo el pensamiento marxista fue desarrollado en estricta conexión con esos procesos y distintas teorías (dependencia, desarrollo desigual o combinado, imperialismo) fueron concebidas para esclarecer el momento, la oportunidad o la localización de la revolución.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La acción bolchevique confirmó la diferencia cualitativa que separa una revolución contemporánea de cualquier rebelión. Puso de relieve no sólo la existencia de un levantamiento de los oprimidos, sino también la gravitación de los desenlaces militares, el desmoronamiento del estado y la aparición de organismos de poder popular.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ilustró cómo estos últimos pilares sustentan la construcción de un orden alternativo. Los soviets inauguraron las modalidades del poder dual, que emergieron en otras revoluciones del siglo XX a través de consejos, movimientos o ejércitos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lo ocurrido en 1917 también confirmó que las revoluciones irrumpen en situaciones extremas y frecuentemente influidas por la guerra. La batalla frontal contra el capitalismo no emergió como se suponía de una crisis económica, sino del tormento creado por la conflagración entre imperios. El involucramiento forzado de Rusia en esa sangría generó dos millones de muertos y una resistencia masiva de los soldados a ofrendarse como carne de cañón.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La demolición del estado zarista por la guerra facilitó la fulminante victoria de los bolcheviques, que conquistaron la adhesión popular cuando Kerensky se negó a negociar la paz.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lenin concertó el fin de las hostilidades a un altísimo precio. Suscribió acuerdos que entregaban vastos y poblados territorios para cumplir con lo prometido. La audacia exhibida para tomar el poder fue complementada con un gran realismo en el manejo del estado.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Cada paso transitado por los bolcheviques fue estudiado con fascinación por varias generaciones de militantes. Todos asimilaron la nueva cultura comunista con la mira puesta en repetir la insurrección de octubre.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>REVOLUCION SOCIALISTA</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La principal novedad de 1917 fue el carácter socialista de la revolución. Esta singularidad quedó definida por un conjunto de objetivos, prácticas, sujetos, direcciones y horizontes geográficos<b>.</b></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los bolcheviques explicitaron de inmediato sus metas comunistas. Enunciaron esa finalidad y señalaron caminos para alcanzarla. Propusieron avanzar hacia la igualdad social, mediante un sistema político de auto-administración popular y un régimen económico de propiedad colectiva de los medios de producción.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Discutieron la eventual temporalidad de ese proceso y el tipo de transición requerido para coronarlo. Concibieron ese futuro como un resultado de acciones humanas conscientes, muy alejadas de cualquier expectativa religiosa en un devenir venturoso.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la práctica anticapitalista definió más el curso de la revolución que las previsiones teóricas. La intensidad de la confrontación con las clases dominantes derivó en una encarnizada guerra civil y una imprevista sucesión de expropiaciones.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El control obrero sobre las empresas se transformó en anulación de la propiedad y derivó en una serie de contramarchas, para adaptar la retrasada economía rusa a la necesaria subsistencia del mercado.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El modelo de estatización plena (comunismo de guerra) fue reemplazado por una combinación de planificación con mecanismos de oferta y demanda (NEP). Ese vaivén ilustró que la construcción socialista no sigue un libreto previo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución fue protagonizada por la clase obrera. Un sector numéricamente minoritario pero altamente concentrado definió el desenlace de las principales batallas, corroborando la gran incidencia de su cohesión social y gravitación económica.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la victoria fue conseguida mediante una alianza con los campesinos, que forjaron en las trincheras el mismo tipo de soviets erigidos por los asalariados en las ciudades. Esa red común de organización popular sostuvo la caída del zar, el desplazamiento de Kerensky y la insurrección bolchevique.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lenin consolidó esa unión decretando la confiscación de grandes propiedades y su entrega a los campesinos. Implementó una gigantesca transformación social que permitió la victoria del ejército rojo en la guerra civil.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El secreto de esos logros fue el partido construido por Lenin en un minucioso trabajo de organización. Ese agrupamiento encajó con las acciones requeridas para tumbar una autocracia represiva y liderar un proceso insurreccional. Esa estructura le permitió a los bolcheviques lidiar con el desastre económico, el aislamiento internacional y la invasión extranjera.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El partido introdujo una inédita combinación de disciplina y convicción. Conformó una red de acción muy efectiva y con pocos precedentes desde las órdenes monásticas de la Edad Media.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero más significativa fue la consolidación de una nueva forma de militancia inspirada en la fascinación que suscitaron los bolcheviques. Tres generaciones de luchadores se incorporaron en todo el planeta, a los partidos que promovían la imitación del ejemplo soviético.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La pertenencia a esas organizaciones se transformó en un ideal de vida, para quiénes asumieron compromisos incondicionales con la construcción del<span class="Apple-converted-space"> </span><i>hombre nuevo.<span class="Apple-converted-space"> </span></i>La convicción comunista reemplazó a la coacción militar y al misticismo religioso, como principal motivación del comportamiento heroico.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución rusa fue concebida como un peldaño de sublevaciones internacionales que debían continuar en Europa. Cuando decayó esa expectativa se priorizó la apuesta por el socialismo en Oriente. Lenin fundó la III Internacional para fomentar la revolución en todo el mundo y a pesar de las restrictivas condiciones que impuso para el ingreso a esa organización, logró un extraordinario grado de adhesión.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución rusa adoptó, por lo tanto, un perfil socialista en sus metas, prácticas, protagonistas, liderazgos y escalas internacionales. Estos rasgos la distinguieron de sus equivalentes nacionales, democráticos, antiimperialistas o agrarios de otras latitudes y circunstancias.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">De toda esa variedad de componentes el sesgo socialista quedó principalmente determinado por la adopción de medidas anticapitalistas. Ese ingrediente definió la principal singularidad de la gesta de octubre.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>DINÁMICA DE RADICALIZACIÓN</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución rusa zanjó viejos debates sobre el debut del socialismo. Marx había supuesto que esa transformación comenzaría en Europa, luego realzó el impacto de los alzamientos en la periferia y finalmente avizoró varios cursos posibles. Consideró que Rusia podría transitar un camino asentado en la subsistencia de las comunas agrarias.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ese país concentraba múltiples interrogantes por la combinación de feudalismo con capitalismo, arraigo simultáneo en Europa y Asia y mixturas extremas de modernidad y atraso, bajo una obsoleta monarquía. El predominio campesino coexistía con un continuado crecimiento fabril, que suscitaba muchos interrogantes sobre el régimen económico-político sustituiría al zarismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los teóricos populistas (Danielson,Vorontsoy) descartaban la factibilidad del capitalismo por la estrechez de los mercados y proponían un salto directo al socialismo asentado en las formaciones agrarias. Los denominados marxistas legales (Tugan, Bulgakov) resaltaban el peso de la clase obrera, ponderaban las luchas económico-sindicales y esperaban resultados positivos de una reforma liberal de la monarquía.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los mencheviques (Plejanov) creían conveniente un desarrollo clásico del capitalismo pos-zarista. Concebían al socialismo como un producto ulterior de esa expansión y convocaban a una alianza con la burguesía para acelerar esa transición.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">También los bolcheviques consideraban al principio necesario el pasaje por un periodo capitalista. Pero rechazaban la rigidez de periodos estrictamente delimitados para el avance al socialismo. Lenin promovía una revolución agraria -a través de la nacionalización de la tierra- para impulsar el empalme entre ambas etapas.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Sólo Trotsky avizoró desde 1905 el carácter socialista que asumiría un levantamiento exitoso contra el zarismo. Intuyó que la defección de la burguesía y la movilización radical del campesinado, induciría al proletariado a desbordar el marco capitalista. Los acontecimientos de 1917 confirmaron esa previsión.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la victoria bolchevique emergió de las audaces decisiones impulsadas por Lenin, que sustituyó su planteo de revolución democrática por una opción directamente socialista. Maduró ese viraje frente a la beligerancia popular, la irrupción de los soviets y la capitulación del gobierno provisional.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La flexibilidad política del líder comunista fue decisiva. Adoptó conclusiones de Trotsky que había rechazado anteriormente y asumió postulados de los populistas, que había combatido frontalmente.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa conducta ilustró la gravitación de una actitud consecuente y la centralidad del principio de radicalización en una estrategia revolucionaria. El hito bolchevique comenzó con peticiones de paz, pan y tierra y terminó con la captura del Palacio de Invierno. La dirección comunista motorizó esa dinámica, sabiendo que el logro de los anhelos populares requería asumir decisiones radicales.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa política definió todos los sucesos de febrero a octubre. Lenin retomó el comportamiento propiciado por Marx en 1848, cuando alentó un desemboque socialista de la revolución democrática alemana. También compartió la conducta asumida por Rosa Luxemburg, para transformar las reformas sociales en plataformas de acción revolucionaria. La radicalización propiciada por Lenin condujo a los soviets al poder.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>REFERENTE DE MÚLTPLES PROCESOS</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución rusa se convirtió en el modelo general de cambio radical del siglo XX. Su impacto fue tan significativo que algunos historiadores definieron la temporalidad acortada de esa centuria por el inicio y desaparición de la Unión Soviética.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los bolcheviques indicaron un sendero socialista para los anhelos de democracia, soberanía y desarrollo de distintos países. Pusieron de relieve que las revoluciones no estallan persiguiendo objetivos anticapitalistas inmediatos. Esas metas maduran en la confrontación con las clases opresoras.<span class="Apple-converted-space"> </span><b> </b></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b><span class="Apple-converted-space"> </span> </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En Rusia las prioridades fueron el derrocamiento del zar, el fin de la guerra y la eliminación de la nobleza. En otras latitudes se batalló para erradicar la opresión colonial, tumbar dictaduras, conquistar<span class="Apple-converted-space"> </span><b> </b>libertades públicas o iniciar procesos de industrialización.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La expansión inmediata de la acción bolchevique quedó detenida por los resultados adversos de los intentos insurreccionales en Europa. Pero al concluir la Segunda Guerra Mundial, la herencia de Lenin reapareció en Yugoslavia y China y en los años 70 se verificó en Vietnam. Todos esos procesos retomaron el principio de erradicar la dominación de una minoría capitalista sobre el conjunto de la sociedad.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b> </b><span class="Apple-converted-space"> </span> </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La familiaridad de la revolución cubana con su precedente soviético fue igualmente nítida. Las columnas guerrilleras que ingresaron en La Habana actuaron contra la tiranía de Batista con la misma contundencia que los soviets. Respondieron a la agresión imperialista con acelerados procesos de nacionalización y una explícita asunción de la identidad socialista. Esa valentía evitó la frustración que se verificó en las dos grandes revoluciones precedentes de la región ( México en 1910 y Bolivia en 1952).</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Cuba no sólo siguió las huellas de 1917. Revitalizó el alicaído legado de Lenin al cabo de varias décadas de deformación burocrática. Esa renovación se observó en la recuperación del internacionalismo revolucionario por parte del Che Guevara.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los ecos de la III Internacional reaparecieron en la OLAS y en las Conferencias Tricontinentales. A diferencia de otras iniciativas transformadoras de la época (como Bandung). Los eventos promovidos por Cuba proponían explícitamente expandir el fermento revolucionario, creando "uno, dos y muchos Vietnam".</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Fidel continuó el proyecto inaugurado por Lenin<span class="Apple-converted-space"> </span><b> </b>y ocupó en América Latina un lugar equivalente al impulsor de los so viets. Actuó con la misma osadía en la radicalización de un proyecto popular.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>¿GERMEN DEL STALINISMO?</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Desde la caída de la URSS el análisis de la revolución rusa fue reemplazado por su denigración. Se presentó al mayor intento de reducir la desigualdad como la peor desgracia de la historia contemporánea.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El pico de esas impugnaciones reaccionarias se produjo en los aniversarios de las últimas dos décadas (1997 y 2007). Un libro negro sobre el comunismo (Courtois, 2010: 52-129) reunió relatos furibundos contra el bolchevismo. Describe la revolución como una escalada de crímenes perpetrados por ambiciosos conspiradores. Acusa al leninismo de incontables atrocidades, omitiendo el horror precedente generado por la inmolación de soldados en las trincheras de la Primer Guerra. Desconoce, además, que la insurrección de octubre fue una acción casi incruenta.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La sangría sólo reapareció en los años posteriores por la guerra civil que desataron los ejércitos blancos, apoyados por las potencias imperiales. Esa contrarrevolución provocó ocho millones de víctimas y dejó un país en ruinas, con fábricas abandonadas y pueblos hambreados.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La principal acusación contra el leninismo recae sobre el terror rojo, que organizaron los servicios de seguridad de bolcheviques (Tcheka). Tuvieron grandes atribuciones de intimidación y ejecución para contrarrestar la criminalidad de los blancos. Las muertes que generó esa defensa fueron muy inferiores a las ocasionadas por los derechistas y a las predominantes en otras revoluciones clásicas (como la francesa).</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Es indudable que el poder soviético incluyó injusticias. Pero esas desgracias han acompañado a todas las transformaciones radicales de la historia. Si se impugna al bolchevismo por esa desventura, habría que invalidar los distintos procesos de liberación, independencia o república de los últimos siglos. Ningún país podría celebrar sus fiestas patrias.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los críticos acusan a Lenin de utilizar la mascarada de un proyecto igualitario, para instaurar la dictadura de un grupo sobre sus adversarios. Estiman que la ilegalización de otros partidos retrata esa perversión.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero olvidan que esas restricciones fueron adoptadas durante la guerra civil, en medio de atentados y asesinatos. Se desenvolvieron en el marco político de polarización que precipitó la dispersión y extinción de la oposición. También aquí la revolución rusa reprodujo lo ocurrido en casos precedentes, que los historiadores suelen enaltecer cuando involucra al surgimiento de su propia nación.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Muchos cuestionadores observan en la revolución el germen de la pesadilla sufrida por la Unión Soviética bajo Stalin. Pero deberían reconocer que la sublevación de los soviets contenía gérmenes de todo tipo, cuya maduración no estaba predeterminada. La derivación stalinista fue un resultado negativo de varios desemboques posibles.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El stalinismo obturó primero y anuló posteriormente el sentido democrático de la revolución. Consagró la usurpación del poder por parte de una capa burocrática, que consolidó sus privilegios a costa de la mayoría popular. Sustituyó la confrontación con la derrotada contrarrevolución por una demolición de los vestigios del bolchevismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La asociación de Lenin con Stalin queda desmentida por la simple constatación de la purga perpetrada contra los artífices de octubre. Muy pocos protagonistas de esa gesta sobrevivieron a la brutal limpieza de opositores. Esa matanza enterró gran parte del legado de la revolución y anticipó la sangría adicional que provocó la colectivización forzosa.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Remontar a Lenin la responsabilidad de estas tragedias es un artificio. Supone concebir todo el curso de la historia como un destino signado por diabólicos bautismos. Con ese criterio habría que culpabilizar a Robespierre por los atropellos cometidos durante la restauración, atribuir a Washington los tormentos perpetrados por los esclavistas del Sur y achacar a San Martin o Bolívar las terribles tiranías padecidas por Sudamérica durante el siglo XIX.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El extremo de esa denigración es la equiparación del bolchevismo con el nazismo. Algunos afirman que Hitler fue una reacción lamentable, pero legítima contra el comunismo (Nolte, 2011: 178-205). Esta versión abandona la hipocresía occidental y retoma la justificación del fascismo, que las clases dominantes compartieron durante su fracasada cruzada contra la URSS.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La supervivencia del país costó 27 millones de muertos y elevó a 40 millones el total de víctimas afrontadas en el corto periodo de una generación. La magnitud de esa catástrofe condicionó el devenir posterior de la URSS. El régimen stalinista se estabilizó al cabo de la heroica victoria lograda contra los invasores. Posteriormente ese poder se afianzó con un crecimiento industrial, que modificó por completo la estructura social en todo el territorio.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La celebración de 1917 persistió en la posguerra como un homenaje ritual, vaciado de contenido y asentado en la fraudulenta presentación de Stalin como continuador de Lenin. La exaltación de los logros conseguidos por la URSS ensombreció las críticas y distorsionó la descripción de lo ocurrido, en los míticos meses de febrero y octubre.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>¿GOLPE DE ESTADO?</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Existe otra presentación de la revolución de octubre como un golpe de estado. Esa tesis del complot supone que Lenin recurrió a una astuta utilización de los soviets, engañó a sus adversarios y aprovechó un momento propicio para apoderarse del gobierno.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa simplificación retoma la vieja tradición de convertir los acontecimientos históricos en tramas novelescas. Ignora los hechos, evita interpretaciones y reduce procesos que involucran a millones de individuos a pequeñas disputas entre sediciosos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa mirada se inspira en teorías conspirativas que presuponen la estabilidad, normalidad o equilibrio del capitalismo. Por eso imaginan que la principal amenaza contra el sistema proviene de perversos villanos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero en el caso de octubre ese enfoque queda desmentido por el alto grado de participación popular. Los bolcheviques contaron con un gran respaldo social para su acción. Este sustento explica el reducido número de víctimas de la gesta de octubre. Lejos de coronar un<span class="Apple-converted-space"> </span><i>putch, los soviets fulminaron a un régimen aislado y repudiado.</i></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lo mismo ocurrió con todas las revoluciones significativas que antecedieron o sucedieron a 1917. Pero ese tipo de acontecimientos resulta enigmático<span class="Apple-converted-space"> </span><i>para los buscadores de complots. No pueden entender el<span class="Apple-converted-space"> </span></i><i> </i>patrón de acción colectiva que predomina en los procesos signados por el protagonismo popular.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Presentar lo ocurrido en 1917 como un golpe de estado es por otra parte una obviedad. Cualquier transferencia del poder ejecutada fuera de la institucionalidad vigente viola la legalidad de ese sistema. Lo que debe juzgarse es validez o ilegitimidad de ese desenlace. Objetarlo en sí mismo equivale a justificar al régimen precedente.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La crítica a Lenin por su violación de la legalidad fue especialmente propagada por distintos analistas, que cuestionaron el desconocimiento de las normas institucionales, recurriendo a los viejos dogmas del liberalismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero olvidaron que los soviets se alzaron contra una monarquía y un gobierno que perpetuaba la masacre de los soldados. ¿Qué instituciones respetaban los agentes de la nobleza y el despojo territorial?</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las revoluciones siempre estallan en situaciones extremas que pulverizan la legalidad vigente. Los insurrectos de octubre se alzaron para preservar la vida de una población triturada por la carnicería bélica. Comprendieron que el capitalismo y sus fachadas institucionales generan esos padecimientos. </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El gran mérito de 1917 fue promover un sistema alternativo a las hipócritas modalidades de la dominación burguesa.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lejos de constituir una anomalía, la revolución rusa formó parte de las periódicas disrupciones que afronta el capitalismo. Pero añadió al alzamiento desde abajo, un ingreso masivo de los explotados a la acción política directa. Ese significado es imperceptible para los detractores del bolchevismo.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>¿UNA ILUSIÓN?</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución no sólo fue impugnada por el uso de la fuerza. También recibió objeciones por su quimérica ilusión en el socialismo (Furet, 1995: 12-33).</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa crítica rechaza todo intento de construir una sociedad igualitaria, descontando que los explotados deben resignarse a la sumisión. Postula esa exigencia desde una posición de privilegio, que considera tan natural la desigualdad como los beneficios de los enriquecidos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El argumento más repetido para imaginar la eternidad de las ganancias capitalistas es el fracaso económico de la URSS. Se remarca especialmente el resultado adverso de la competencia intentada con los Estados Unidos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la comparación olvida que Rusia era una economía semiperiférica en acelerado desarrollo, sometida al sistemático hostigamiento de la principal potencia del planeta. Los dos países nunca estuvieron situados en el mismo plano.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La guerra fría generalizó una distorsionada imagen de contendientes semejantes y reforzó la presión sobre la URSS para rivalizar en desventaja. Esa concurrencia obligó al país a desviar una gran proporción de su PBI hacia gastos militares, que obstruyeron el desenvolvimiento de sectores prioritarios.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La URSS no logró consumar el<span class="Apple-converted-space"> </span><i>catch up</i><span class="Apple-converted-space"> </span>con las economías centrales, pero superó ampliamente a sus equivalentes en tasas de crecimiento e índices de desarrollo humano. Ni siquiera el prolongado estancamiento de los años 70-80 afectó ese posicionamiento.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El desplome del régimen obedeció más a la decisión política de modificar un sistema, que a los desequilibrios económicos que arrastraba el país. Los gobernantes rechazaban un desenvolvimiento genuinamente socialista y apostaban a su propia conversión en burgueses. Envidiaban el confort de los millonarios de Occidente e idealizaban el estilo de vida norteamericano. Cuando encontraron la oportunidad para reconvertirse en capitalistas, abandonaron el incómodo maquillaje comunista .</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La mayoría de la población valoraba las mejoras sociales pero se mantuvo inactiva. Toleró ese viraje al cabo de décadas de inmovilidad y despolitización. Un régimen de censuras y prohibiciones generalizó la apatía popular, asfixió la cultura y alejó a la intelectualidad .</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La oportunidad para una renovación socialista se perdió en los años de la Primavera Checoslovaca (1968). Posteriormente imperó un desencanto que precipitó la vertiginosa y triste disolución de la URSS.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>FUERZAS PRODUCTIVAS</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las polémicas con los cuestionadores del socialismo ocupan un lugar preeminente en el aniversario de la revolución. Pero los debates son también significativos entre los defensores de la gesta leninista.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Algunos pensadores realzan la acción bolchevique pero consideran que apresuró la marcha del socialismo. Estiman que ese proyecto debió adaptarse a la madurez de las fuerzas productivas y sugieren que la URSS falló por esa restricción objetiva (Pomar, 2015).</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esa mirada tiene puntos en común con la objeción que anticipó Kautsky al carácter prematuro de la acción soviética. Señaló que el retraso productivo de Rusia privaba al país de la base material requerida para avanzar hacia el socialismo. Lenin y Trotsky rechazaron acaloradamente ese mismo cuestionamiento por parte de Plejanov.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La crítica olvida el carácter intempestivo de procesos revolucionarios que no respetan horario, ni fechas de irrupción. Esas acciones emergen por la belicosidad, conciencia o experiencia de los oprimidos y no se adaptan a esquemas preestablecidos de evolución humana. Las vertientes objetivistas del marxismo no comprenden esa autonomía de los sujetos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La misma objeción a la carencia de basamentos materiales para encarar la apuesta socialista era expuesta por los Partidos Comunistas, que postulaban estrategias por etapas en la periferia. Promovían modelos de capitalismo en alianza con las burguesías nacionales, alegando la inviabilidad inmediata del socialismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero durante el siglo XX fallaron en las economías subdesarrolladas todos los intentos de copiar el desenvolvimiento de los países centrales. Las revoluciones socialistas irrumpieron justamente en la periferia, por el carácter más acentuado de las crisis capitalistas en esas zonas.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Es un contrasentido afirmar que el socialismo debe evitarse en las regiones que más necesitan su instrumentación. El modelo evolutivo desconoce que la periferia concentra desequilibrios agravados que exigen urgentes respuestas anti-sistémicas.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Es cierto que el socialismo es un proyecto global cuya implementación plena es inviable en un sólo país o región. Pero esa limitación no invalida el inicio de ese proceso en donde sea necesario.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ese debut no contradice el reconocimiento de la significativa brecha que separa el comienzo de la conclusión de un proceso transformador. Pero si esas mutaciones no empiezan cuando son requeridas el ideal socialista languidecerá en el ensueño.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>EL PAPEL DEL ESTADO</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El análisis de ocurrido en la URSS exige superar la ingenua creencia que lo ocurrido bajo ese régimen “no nos concierne”, a quienes cuestionamos el despotismo burocrático. Es más conveniente revisar lo sucedido asumiendo la familiaridad con las dificultades que afrontó ese proceso. Son obstáculos que reaparecerán en cualquier intento de construcción pos-capitalista.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Es muy corriente afirmar que la revolución bolchevique demostró capacidad para tomar el poder, pero no para erigir una sociedad alternativa. Se atribuye esa limitación a la burocratización que sucedió a ese triunfo (Zibechi, 2017).</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El tipo de burocracia prevaleciente en la URSS fue discutido durante décadas. El paso del tiempo ha confirmado el acierto de los enfoques, que resaltaron la peculiaridad no capitalista del funcionariado de ese sistema.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El gran cambio de los últimos 25 años en comparación a la dinámica vigente con Stalin, Krushev, Breshnev o Gorbachov radica en la nueva presencia de una clase dominante. La restauración del capitalismo fue la principal consecuencia del desplome de la URSS.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la crítica a la burocracia -que en el pasado propiciaba una renovación socialista- es frecuentemente esgrimida en la actualidad, para cuestionar la propia conquista del poder. Se objeta el camino leninista atribuyendo las deformaciones de la URSS al curso estatista iniciado por los bolcheviques. Se supone que eludiendo ese sendero se podría abrir un rumbo más libertario de emancipación, asentado en florecimiento de emprendimientos autogestionarios.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la URSS ofrece un modelo concreto de logros y fracasos del intento pos-capitalista. En cambio la tesis de puras comunas no brinda antecedentes, ni pistas de la trayectoria que seguiría su proyecto.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ese enfoque se limita a enunciar vagas convocatorias a “cambiar el mundo sin tomar el poder”, evitando explicar cómo podría soslayarse el manejo y la transformación del estado para implementar un cambio revolucionario.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La construcción de contrapoderes alternativos en los poros de la sociedad es un importante paso en la batalla para erradicar al capitalismo. Pero el principal resorte de esa mutación es la sustitución del estado burgués por otra modalidad estatal, gestionada por las mayorías populares.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El éxito bolchevique pareció agotar una controversia que tradicionalmente opuso al marxismo con el anarquismo. Pero la implosión de la URSS ha reavivado el debate. Con todas las frustraciones que acumula, la tesis socialista sigue ofreciendo argumentos teóricos e indicios prácticos más sólidos que la vaga opción libertaria.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>EL EXCLUSIVISMO PROLETARIO</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Ciertos enfoques idealizan la victoria de 1917 como el único modelo de revolución socialista. Consideran que otros triunfos equivalentes como la revolución cubana, no alcanzaron ese estatus por ausencia de liderazgo proletario (Altamira, 2016).</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Esta visión no desconoce que en Cuba hubo expropiación del capital, enormes logros socio-económicos y exitosa resistencia al imperialismo. Pero entiende que esos aciertos no definen la cualidad socialista que tuvieron esas mismas realizaciones, bajo los soviets. Para evitar discusiones talmúdicas convendría aclarar que se discute el inicio y no la consolidación del socialismo, que estuvo ausente en ambas situaciones.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Al contraponer el hito bolchevique con la epopeya del 26 de Julio se acepta la posibilidad de revoluciones anticapitalistas carentes de contenido socialistas. De esa forma se avala la tesis de la revolución por etapas, que siempre impugnaron los críticos de izquierda del oficialismo comunista.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El enfoque de excluyente bolchevismo define restrictivamente a la revolución socialista por la clase que lidera esa acción, olvidando otros determinantes (objetivos, práctica, dirección, alcance) y la preeminencia de las medidas anticapitalistas.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Desconoce que las revoluciones burguesas protagonizadas por sujetos populares ya indicaron la prioridad de las metas y no de los artífices, en la caracterización de una mutación histórica. Con una mirada sociológica asigna a las clases sociales una total preponderancia en la caracterización de esos procesos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La experiencia del siglo XX ilustró, además, cómo la variedad de clases oprimidas configura cada dinámica anticapitalista. En Rusia el proletariado jugó un rol dirigente, pero en estrecha asociación con campesinos convertidos en soldados. Otro tipo de protagonismos se verificaron en el doble poder guerrillero forjado por las milicias de Yugoslavia, China o Cuba.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En todos esos casos se registraron expropiaciones que desencadenaron procesos socialistas. Es un error desconocer esos resultados por la ausencia del imaginario sujeto que debería haber encabezado esas acciones.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Con ese razonamiento se habilitan revoluciones sólo en los países que respetan cierta configuración social, El tipo de proletariado concentrado que existía en Rusia a principio del siglo XX, sólo se verificaba en muy pocas economías ajenas al núcleo industrial de Occidente. Esa carencia no marginaba del proyecto socialista a las tres cuartas partes del planeta.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La III Internacional primero y la OLAS después desenvolvieron una gran labor revolucionaria en Asia, África y América Latina evitando el exclusivismo proletario. Discreparon incluso con las organizaciones que se auto-asignaban roles sustitutos de la reducida clase obrera de la periferia.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La tesis sociológico-proletaria sugiere la inviabilidad de todos los procesos revolucionarios carentes de un actor social predeterminado. Ese razonamiento carga con los mismos defectos de la miradas objetivistas, que definen la factibilidad del socialismo por el grado de madurez de las fuerzas productivas.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La tradición leninista más provechosa realza, en cambio, el papel de los sujetos populares y es congruente con la tesis que postula la factibilidad de proyectos progresistas, en distintas temporalidades y escenarios. Endiosar a los soviets suponiendo que ofrecen el único modelo de gesta socialista no contribuye a los homenajes en curso.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>LENIN MÁS GRAMSCI</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El centenario de la revolución soviética ha desempolvado los viejos debates sobre la dictadura democrática del proletariado y la revolución por etapas, ininterrumpida o permanente. Esas controversias sólo pueden recuperar interés a la luz de las disyuntivas políticas actuales. No todos los involucrados en la conmemoración demuestran preocupación por establecer esas conexiones.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Hasta los años 80 la importancia de la victoria bolchevique saltaba a la vista. El carácter de una próxima revolución socialista era discutido, evaluando las modificaciones planteadas a la estrategia leninista por las experiencias de China, Vietnam o Cuba.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los términos de ese debate se modificaron sustancialmente luego del afianzamiento del neoliberalismo que sucedió al desplome de la Unión Soviética. En América Latina ese cambio se reforzó con la caída del sandinismo y asumió un nuevo perfil con las exitosas rebeliones populares del nuevo siglo. Esos levantamientos inauguraron el ciclo progresista y los procesos radicales de Venezuela y Bolivia.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Para actuar en este contexto no alcanza con rememorar lo ocurrido en Rusia entre febrero y octubre de 1917. Tampoco es suficiente construir un partido revolucionario dispuesto a intervenir en circunstancias semejantes. Ecuador, Argentina, Venezuela y Bolivia atravesaron varios momentos de crisis económicas extremas, desmoronamiento del régimen político y levantamientos sociales, sin repetir el escenario de los soviets.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Una diferencia sustancial radica en la permanencia o reconstitución de sistemas constitucionales que carecían de relevancia en la época de Lenin. Este nuevo dato en América Latina ya fue registrado en la posguerra por los marxistas europeos.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">De ambas experiencias surgió un replanteo de la estrategia leninista que incorpora las percepciones de Gramsci. Esta asimilación es clave para construir una hegemonía política socialista, confrontando con el complejo funcionamiento del poder burgués.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Un sendero anticapitalista debe contemplar la nueva variedad de batallas en escenarios institucionales con parlamentos, elecciones, partidos legales y medios de comunicación que no existían en 1917.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este contexto quiebra la simultaneidad de los procesos revolucionarios del pasado. La formación de un gobierno de trabajadores, la captura del estado y la transformación de la sociedad no se perfilan como cursos paralelos (o con reducidas diferencias temporales). Más bien despuntan como momentos muy diferenciados.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La lectura de Gramsci induce a prestar atención a las batallas ideológicas y a las confrontaciones </span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">electorales, en una dinámica tendiente a gestar formas de poder alternativo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Este nuevo enfoque fue distorsionado en los años 80 y 90 por interpretaciones socialdemócratas, que promovieron el amoldamiento al capitalismo, la veneración de las instituciones y el repudio del legado insurreccional soviético.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En el pico eurocomunista de esta deformación, Lenin fue tan rechazado como Fidel. Se imaginó un Gramsci edulcorado, dedicado a la investigación de la cultura y a los refinamientos de la ideología, sin ningún parentesco con la revolución o el socialismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En la derivación posmoderna de esa distorsión, los sectores oprimidos son sustituidos por variadas identidades, la meta socialista es reemplazada por la democracia radical y la conquista de la hegemonía es concebida como una amalgama contingente de demandas entretejidas por discursos. La lucha política flota en una nube divorciada de los conflictos sociales y las alusiones a la guerra de movimientos son tan sepultadas como el bolchevismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Afortunadamente junto a estos despistes recobran fuerza los distintos planteos, que reconectan a Gramsci con Lenin. En ese empalme se inscriben los enfoques que resaltan nuevas combinaciones de la democracia directa e indirecta y de las reformas con la revolución.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Un texto reciente referido a la revolución rusa interpreta en esa línea los procesos latinoamericanos actuales (García Linera, 2017). Propone concebir cursos de batalla que incluyan momentos de hegemonía gramsciana y etapas jacobino-leninista.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El acierto teórico de esta visión es tan significativo como su controvertida aplicación práctica. En el caso de Venezuela se podría afirmar, por ejemplo, que el momento de hegemonía estuvo en juego en las últimas décadas de gobierno popular, estado en disputa y grandes fracturas de la sociedad.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Se registraron choques ideológicos y fuertes confrontaciones electorales, pero el poder comunal requerido para consolidar una preparación socialista nunca se abrió paso. Más bien prevaleció una tendencia opuesta a la primacía de la burocracia, el verticalismo y el funcionariado privilegiado.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Por esas debilidades el salto al momento jacobino-leninista estuvo obstruido y la oportunidad actual para avanzar hacia esa definición, sólo se podría se ensayar en circunstancias más críticas.<b> </b></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Pero la síntesis gramsciano-leninista no es una fórmula de laboratorio. Es una estrategia que se remodela junto a la experiencia popular. Mientras la crisis continúe pendiente en Venezuela permanecerá abierta la posibilidad de una resolución positiva. Los procesos revolucionarios siempre recobraron impulso en la adversidad.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Quizás lo más interesante del actual replanteo gramsciano-jacobino es su explícito rescate del momento leninista. Resaltar la vigencia de una coronación revolucionaria de la batalla por la hegemonía, contribuye a superar las timideces de las últimas décadas. La revolución socialista es un horizonte indispensable para el proyecto emancipador.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>LOS MISMOS DILEMAS</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La conmemoración de la revolución rusa suscita la misma atención que despierta el 150 aniversario de la primera edición de<span class="Apple-converted-space"> </span><i>El Capital</i>. El malestar social que impera con el neoliberalismo induce a retomar distintas facetas del marxismo clásico. Se ha tornado tan perentorio entender los desequilibrios del capitalismo, como evaluar las experiencias de construcción alternativa.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Lo más llamativo de los homenajes a 1917 es la variedad y riqueza de los seminarios organizados en distintos puntos del planeta. Brindan respuestas a una nueva generación, que no tiene incorporada la revolución bolchevique a sus referencias o imaginarios. Esas reuniones satisfacen la curiosidad por conocer cómo se logró la primera victoria sistémica contra el capitalismo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Las conmemoraciones también incluyen fuertes deformaciones. El gobierno ruso está empeñado en quitarle contenido anticapitalista a la celebración, para presentarla como un hito de la nacionalidad eslava. Promueve una lectura chauvinista del acontecimiento más internacionalista de la historia.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Putin consolidó una oligarquía de privilegiados, que también evitó el desmantelamiento del país propiciado por Estados Unidos. En congruencia con ese equilibrio mantiene himnos de la era soviética y trabaja con los patriarcas de la iglesia ortodoxa. Levanta una estatua del zar Alejandro I junto a monumentos al ejército rojo.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución será en cambio explícitamente reivindicada en las celebraciones que se preparan en Bolivia y se auspician en Venezuela. Esas convocatorias ilustran afinidades con el ideal socialista. En un escenario latinoamericano signado por la restauración conservadora, las presiones derechistas y un renovado macartismo, los gobiernos de esos países han elegido ponderar el mayor hito del proyecto comunista.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En ningún lado se registra el entusiasta alborozo que signó las primeras celebraciones de la victoria soviética. Tampoco se verifican las apasionadas defensas e impugnaciones que rodearon durante décadas a ese aniversario.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En el centenario de la revolución han desaparecido los rituales oficiales de la URSS, que el establishment occidental observaba con recelo. Pero también se ha diluido la euforia anticomunista de los años 90. Ya se discuten más los duros efectos de la restauración capitalista que el malestar imperante durante el modelo anterior.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">El legado leninista comienza a recobrar fuerza ante las pesadillas que genera el capitalismo neoliberal. La revolución irrumpió en un momento límite de los sufrimientos ocasionados por la guerra. Su impronta reaparece en los procesos de radicalización que emergen en un contexto global de tragedias bélicas, desastres sociales y devastaciones del medio ambiente. En el siglo XXI persisten las disyuntivas entre el socialismo y la barbarie que afrontaron los bolcheviques.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>RESUMEN</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La revolución rusa atemorizó a las clases dominantes que aceptaron impensables concesiones sociales. Ilustró la dinámica contemporánea de la confrontación con el capitalismo y los rasgos que singularizan un perfil socialista. La radicalización de los bolcheviques inspiró procesos equivalentes del siglo XX.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los revolucionarios no causaron los horrores que padeció la URSS, ni anticiparon el stalinismo. Actuaron con gran respaldo popular, en las antípodas de un golpe. Su proyecto era factible, pero fue distorsionado por una burocracia que finalmente se aburguesó.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<br /></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La inmadurez de las fuerzas productivas no obstruía el debut del socialismo y las dificultades de esa experiencia no se superan soslayando el manejo del estado. El exclusivismo proletario desconoce la variedad de trayectorias inauguradas por 1917. La actualización de esa gesta exige un empalme de Lenin con Gramsci, para lidiar con el dilema del socialismo o la barbarie.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>REFERENCIAS</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Courtois, Stéphane (2010).<span class="Apple-converted-space"> </span><i>El libro negro del comunismo</i>, Ediciones B, España.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Pomar, Wladimir, (2015). Voltando ao socialismo, 23-2,</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://lucidarium.com.br/2015/02/23/voltando-ao-socialismo/" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">https://lucidarium.com.br/2015/02/23/voltando-ao-socialismo/</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Nolte, Ernst (2011).<span class="Apple-converted-space"> </span><i>La guerra civil europea, 1917-1945. Nacionalsocialismo y bolchevismo</i>, Fondo de Cultura Económica, México.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Furet, François (1995).<span class="Apple-converted-space"> </span><i>El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista en el siglo XX</i>, Fondo de Cultura Económica.</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Altamira, Jorge (2016). La Revolución Cubana: un retorno lamentable al morenismo</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">7-12,<span class="Apple-converted-space"> </span><a href="https://www.facebook.com/jorge.altamira.ok/posts/660117037502494" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">https://www.facebook.com/jorge.altamira.ok/posts/660117037502494</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Zibechi, Raúl (2017). La revolución, a un siglo de la Revolución de Octubre, 19-1,<span class="Apple-converted-space"> </span><a href="http://www.jornada.unam.mx/2017/01/19/opinion/020a2pol" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">http://www.jornada.unam.mx/2017/01/19/opinion/020a2pol</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-García Linera, Álvaro (2017). “Tiempos salvajes. A cien años de la revolución soviética”, en Juan Andrade y Fernando Hernández Sánchez, La Revolución Rusa cien años después, Akal.</span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>LECTURAS RECIENTES</b></span></span></div>
</blockquote>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Fontana, Josep. ¿Por qué nos conviene estudiar la revolución rusa? 1-3-2015</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://old.sinpermiso.info/articulos/ficheros/5revrus.pdf" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">http://old.sinpermiso.info/articulos/ficheros/5revrus.pdf</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Ferrero, Ángel. El centenario de 1917 en Rusia: la difícil tarea de celebrar y condenar a un mismo tiempo, 9-1-2017</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.sinpermiso.info/textos/el-centenario-de-1917-en-rusia-la-dificil-tarea-de-celebrar-y-condenar-a-un-mismo-tiempo" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">http://www.sinpermiso.info/textos/el-centenario-de-1917-en-rusia-la-dificil-tarea-de-celebrar-y-condenar-a-un-mismo-tiempo</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Saénz, Roberto. La polémica sobre las interpretaciones del siglo XX, Socialismo o Barbarie, 14/05/2015,<span class="Apple-converted-space"> </span><a href="https://www.mas.org.ar/?p=5364" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">https://www.mas.org.ar/?p=5364</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><i>-<span class="Apple-converted-space"> </span></i><i>Domènech, Antoni.<span class="Apple-converted-space"> </span></i><i>El<span class="Apple-converted-space"> </span></i><i> </i><i><span class="Apple-converted-space"> </span>experimento bolchevique, la democracia y los críticos marxistas de su tiempo</i><i><b>,<span class="Apple-converted-space"> </span></b></i>13-11-2016</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.sinpermiso.info/textos/el-experimento-bolchevique-la-democracia-y-los-criticos-marxistas-de-su-tiempo" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">http://www.sinpermiso.info/textos/el-experimento-bolchevique-la-democracia-y-los-criticos-marxistas-de-su-tiempo</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Coggiola, Osvaldo.<span class="Apple-converted-space"> </span><b> </b>La revolución de Octubre (1917-1921), parte 1 y 2</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.taringa.net/posts/info/17488235/La-revolucion-de-Octubre-1917-1921---Part-1.html" style="color: #0099cc; text-decoration: none;" target="_blank">http://www.taringa.net/posts/info/17488235/La-revolucion-de-Octubre-1917-1921---Part-1.html</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Guerrero, Modesto E; López G, Lorena; Herrera, Nicolás, 31 mar. 2017</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">¿Para qué sirvió la Revolución Rusa?<span class="Apple-converted-space"> </span><a href="https://www.aporrea.org/internacionales/a243476.html" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">https://www.aporrea.org/internacionales/a243476.html</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Beluche, Olmedo. A 100 años de la Revolución Rusa, 07/01/2017,<span class="Apple-converted-space"> </span><a href="http://www.aporrea.org/internacionales/a239586.html" style="color: #0099cc; text-decoration: none;" target="_blank">http://www.aporrea.org/internacionales/a239586.html</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Modonesi, Massimo<i> </i>Gramsci y las revoluciones rusas a un siglo de distancia 09/01/201,<span class="Apple-converted-space"> </span><a href="http://vientosur.info/spip.php?article12101" style="color: #0099cc; text-decoration: none;" target="_blank">http://vientosur.info/spip.php?article12101</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><b>-</b><a href="http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Alberto%20Rabilotta%20y%20Andr%E9s%20Piqueras&inicio=0" style="color: #0099cc; text-decoration: none;"><span class="Apple-converted-space"> </span>Rabilotta, Alberto; Piqueras</a>, Andrés. Cien años después La revolución y nuestro mundo</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.alainet.org/es/articulo/186574" style="color: #0099cc; text-decoration: none;">http://www.alainet.org/es/articulo/186574</a><b>,</b><span class="Apple-converted-space"> </span>4-7-2017</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Miéville, China Por que é que a Revolução Russa importa?,14-6-2017,</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.esquerda.net/artigo/por-que-e-que-revolucao-russa-importa/49233" style="color: #0099cc; text-decoration: none;" target="_blank">http://www.esquerda.net/artigo/por-que-e-que-revolucao-russa-importa/49233</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Katz, Claudio.<span class="Apple-converted-space"> </span><i>Laboratorios de otro socialismo</i>, en Claves para construir el socialismo del siglo XXI, El Viejo Topo, España, 2013</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Eaden, James The Russian Revolution: tragedy or inspiration?, 29-6-2017</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://isj.org.uk/the-russian-revolution-tragedy-or-inspiration/" style="color: #0099cc; text-decoration: none;" target="_blank">http://isj.org.uk/the-russian-revolution-tragedy-or-inspiration/</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Aunoble, Éric Peut-on encore célébrer la Révolution russe?, 10-4-2016</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://bibliobs.nouvelobs.com/idees/20160311.OBS6254/peut-on-encore-celebrer-la-revolution-russe.html" style="color: #0099cc; text-decoration: none;" target="_blank">http://bibliobs.nouvelobs.com/idees/20160311.OBS6254/peut-on-encore-celebrer-la-revolution-russe.html</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Polo<span class="Apple-converted-space"> </span><b> </b><span class="Apple-converted-space"> </span>Higinio. 1917. Cuatro notas en el centenario de la revolución bolchevique, 4-5-2017</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=226190" style="color: #0099cc; text-decoration: none;" target="_blank">http://www.rebelion.org/noticia.php?id=226190</a></span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">-Perry Anderson Los herederos de Gramsci, 10-2-2017</span></span></div>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div class="" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"><a href="http://lahistoriadeldiablog.wordpress.com/2017/02/10/perry-anderson-los-herederos-de-gramsci-descargar-texto/" style="color: #0099cc; text-decoration: none;" target="_blank">http://lahistoriadeldiablog.wordpress.com/2017/02/10/perry-anderson-los-herederos-de-gramsci-descargar-texto/</a></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4r1HIw2zwxHcAaxYbpLkVaELoLfX9lryALvv3TfnG9c5dwVpqDLFYGMiVfhtzv0bx_as8KFkHf0xTwwFRAfxfMVnRJ72n2QjtNezvaOUYOh2V05vz7lfIOTfkwMTpaqKFmAFYA8f1QN9j/s1600/01.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4r1HIw2zwxHcAaxYbpLkVaELoLfX9lryALvv3TfnG9c5dwVpqDLFYGMiVfhtzv0bx_as8KFkHf0xTwwFRAfxfMVnRJ72n2QjtNezvaOUYOh2V05vz7lfIOTfkwMTpaqKFmAFYA8f1QN9j/s1600/01.png" /></a></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-37604469775395404652017-08-07T20:47:00.000-04:002017-08-07T20:47:34.289-04:00La revolución rusa, el derecho de los pueblos a la autodeterminación y el repudio de la deuda<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><i><b>Eric Toussaint</b></i></span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Los tratados con las repúblicas bálticas, Polonia, Persia, Turquía…</span></blockquote>
El tratado de Versalles finalmente fue firmado el 28 de junio de 1919
sin que la Rusia soviética formara parte. No obstante, el Tratado de
Versalles anulaba el Tratado de Brest-Litovsk. En virtud del artículo
116 del Tratado de Versalles, Rusia podía demandar reparaciones de
guerra a Alemania. Lo que no hizo, puesto que quería ser coherente con
su posición a favor de una paz sin anexiones y sin demandas de
indemnizaciones. En cierta forma, lo que le importaba es que el Tratado
de Brest-Litovsk fuera abolido y que los territorios anexados por
Alemania en marzo de 1918 fueran devueltos a los pueblos que habían sido
expoliados (pueblos bálticos, polaco, ucraniano, ruso…), de acuerdo con
el principio de autodeterminación defendido por el nuevo Gobierno
soviético.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ5byGEsXYpaKkv8FqGfJdvvAGLFrHjxD0LXfuQAM3J6HlDQE8JdcExv6car1MnRSeGcvg4Q0ypx-Za3lQ3CiUdfyRcj3uh8bPfs6W-6D0IbzWsAqsJ5Oh3IIqPQnpsHpocKqg0_ICfuzc/s1600/Revoluci%25C3%25B3n+sovi%25C3%25A9tica+-+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="295" data-original-width="660" height="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ5byGEsXYpaKkv8FqGfJdvvAGLFrHjxD0LXfuQAM3J6HlDQE8JdcExv6car1MnRSeGcvg4Q0ypx-Za3lQ3CiUdfyRcj3uh8bPfs6W-6D0IbzWsAqsJ5Oh3IIqPQnpsHpocKqg0_ICfuzc/s400/Revoluci%25C3%25B3n+sovi%25C3%25A9tica+-+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="400" /></a>Ese derecho estaba invocado en los primeros artículos de cada uno de
los tratados de paz firmados entre la Rusia soviética y los nuevos
Estados bálticos en 1920: Estonia el 2 de febrero, Lituania el 12 de
julio y Letonia el 11 de agosto. Esos tratados de paz son similares y la
independencia de esos Estados —integrados por la fuerza en el Imperio
zarista— era sistemáticamente afirmada en el primero o en el segundo
artículo. Por medio de esos tratados, Rusia reafirmaba su oposición a la
dominación del capital financiero y su decisión de repudiar la deuda
zarista. Efectivamente, el tratado firmado el 2 de febrero con Estonia
enunciaba: «Estonia no tendrá ninguna parte de responsabilidad en las
deudas y en cualquier otra obligación de Rusia (…). Todas las
reclamaciones de los acreedores de Rusia con respecto a deudas que
conciernan a Estonia deben ser dirigidas únicamente contra Rusia.» Hubo
disposiciones similares con respecto de Lituania y de Letonia en los
tratados firmados con esos Estados. Además de reafirmar que los pueblos
no deberían tener que pagar las deudas ilegítimas contraídas en su
nombre pero no en su interés, la Rusia soviética reconocía también el
papel de opresor que había tenido la Rusia zarista en relación a las
naciones minoritarias que formaban el Imperio.<br />
<a name='more'></a><br />
Coherente con los principios que proclamaba, la Rusia soviética iba
más lejos. En esos tratados de paz, Rusia se comprometía a restituir a
las naciones bálticas oprimidas los bienes acaparados por el régimen
zarista (y especialmente, los bienes culturales y académicos como las
escuelas, bibliotecas, archivos, museos), así como bienes individuales
que habían sido evacuados de los territorios bálticos durante la Primera
Guerra Mundial. Como reparación por los daños causados durante la
Primera Guerra Mundial en la que la Rusia zarista había participado, la
Rusia soviética anunciaba en los tratados su voluntad de conceder 15
millones de rublos-oro a Estonia, 3 millones de rublos-oro a Lituania y 4
millones de rublos-oro a Letonia, así como el derecho para esos tres
Estados de explotar la madera de los bosques rusos próximos a sus
fronteras. Mientras que las acreencias del Estado ruso respecto de los
ciudadanos de los Estados bálticos fueron transferidas a las nuevas
autoridades independientes, los tratados de paz firmados con Lituania y
Letonia precisaban que las deudas de los pequeños propietarios
campesinos ante los ex bancos inmobiliarios rusos, ya nacionalizados, no
serían transferidas a los nuevos gobernantes sino «pura y simplemente
anuladas». Estas disposiciones se extendieron también a los pequeños
propietarios estonios en virtud del artículo 13 del tratado de paz
firmado con Estonia, que previó que las «exoneraciones, derechos o
privilegios particulares» acordados a un nuevo Estado surgido del
Imperio zarista o a sus ciudadanos, se extendió también a Estonia o a
sus ciudadanos.<br />
<br />
Al firmar esos tratados, la Rusia soviética, aplicando totalmente los
principios que quería defender, buscaba salir del aislamiento al que
las potencias imperialistas la habían sometido desde la Revolución de
Octubre. Los Estados bálticos son los primeros en romper el bloqueo
impuesto a Rusia, y esos acuerdos de paz abren la vía a intercambios
comerciales entre las diferentes partes. En marzo de 1921, un acuerdo de
paz similar fue firmado entre Rusia, Ucrania y Bielorrusia por una
parte y Polonia por la otra. Ese documento descargaba a Polonia de
cualquier responsabilidad concerniente a las deudas contraídas en su
nombre por el Imperio zarista, preveía la restitución de bienes
acaparados por la Rusia zarista, y el pago de reparaciones a Polonia por
Rusia y Ucrania hasta 30 millones de rublos-oro. La firma de ese
tratado es aún más significativa que la de los Estados bálticos: Polonia
es una potencia clave en el aislamiento de Rusia deseado por las
potencias capitalistas aliadas.<br />
<br />
<img alt="" height="770" src="https://www.vientosur.info/IMG/jpg/polonia-10551.jpg" width="640" /><br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Polonia tras la Primera Guerra Mundial.</span></blockquote>
El tratado de amistad firmado entre la Rusia soviética y Persia el 26
de febrero de 1921 es otro signo más de la voluntad de la Rusia
soviética de favorecer la emancipación de los oprimidos por medio de su
derecho a la autodeterminación. Por ese tratado, Rusia declaraba romper
con la «política de tiranía de los gobiernos colonizadores» de la Rusia
zarista, y renunciaba a los territorios y a los intereses económicos que
poseía en Persia. Desde el primer artículo del documento, se indicaba
que: «El conjunto de los tratados y convenciones contratados entre
Persia y la Rusia zarista, que aplastaron los derechos del pueblo persa,
son nulos e inválidos.» Luego, el artículo 8 denunciaba claramente las
deudas reclamadas a Persia por el régimen zarista: el nuevo Gobierno
ruso renunciaba a la política económica del régimen zarista en Oriente,
«que consistía en prestar dinero al Gobierno persa, no con el objetivo
de participar en el desarrollo económico del país, sino con objetivos de
sumisión política», y, por lo tanto, se anulaban las acreencias rusas
con Persia.<br />
<br />
Algunas semanas más tarde, el Gobierno soviético renunciaba a todas
las obligaciones, incluso las monetarias, de Turquía con respecto a
Rusia, en virtud de los acuerdos firmados por el Gobierno zarista 1/.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Nota</span></blockquote>
1/ Edward Hallett Carr, 1952, La revolución bolchevique (1917-1923):
Tomo 3, La Rusia soviética y el mundo, Alianza Editorial, Madrid,
1973-1974.<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Traducción: Griselda Pinero</span><br />
<span style="background-color: blue;"><i><u><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="background-color: white;"><span></span><span style="color: blue;">http://www.vientosur.info/ </span></span></span></u></i></span><div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
omar1montilla@gmail.com</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/05935261904186536186noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4957613339081990810.post-46023212945008278782017-08-01T14:59:00.001-04:002017-08-01T14:59:46.084-04:00La crisis de Catar y la economía política del Golfo Pérsico<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwZyLM_LYeWR0v5ku1rdAYETvDKpwWHNPt5EhExJZJUEeRMsOBY44WC3IleGa2tIV-KoA9msII2Xqj5_ZoSCGCZvPkqQ8GzAOAcyGuu7IuElzllTFUNqoBQD0WeD2m_FjD_KzKuQp2U4e7/s1600/Catar+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="422" data-original-width="750" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwZyLM_LYeWR0v5ku1rdAYETvDKpwWHNPt5EhExJZJUEeRMsOBY44WC3IleGa2tIV-KoA9msII2Xqj5_ZoSCGCZvPkqQ8GzAOAcyGuu7IuElzllTFUNqoBQD0WeD2m_FjD_KzKuQp2U4e7/s400/Catar+%25E2%259C%2586+%25C2%25A9+La+P%25C3%25A1gina+de+Omar+Montilla.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="soustitre">
<i><b><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;">Adam Hanieh </span></span></b></i></div>
<div class="soustitre">
<i><b><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"> </span></span></b></i></div>
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<i><b></b></i></div>
<div class="soustitre">
<i><b></b></i></div>
<div class="soustitre">
<i><b><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"></span></b></i>La decisión tomada el 5 de junio por Arabia Saudí,
los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto de suspender las
relaciones diplomáticas con Catar ha enviado ondas de choque a través de
todo Oriente Medio. El bloqueo provocado ha interrumpido una gran parte
del comercio marítimo y terrestre con Catar, lo cual hace temer que
este pequeño estado pueda afrontar penurias alimentarias próximamente.
Las principales líneas aéreas, entre las cuales se encuentran Emirates,
Gulf Air, flydubai y Etihad Airways, han anulado vuelos. Los ciudadanos
cataríes que viven en los países que participan en el bloqueo no han
tenido más que dos semanas para volver a sus casas. Incluso los
inmigrantes con permiso de residencia catarí han sido alcanzados por la
ola de expulsiones. Los EAU han prohibido toda expresión de simpatía hacia Catar (también
en Twitter), y los transgresores han sido amenazados con penas de
prisión de hasta 15 años. Los gobiernos que se encuentran estrechamente
ligados a Arabia Saudí y a los EAU han expresado rápidamente su apoyo al
bloqueo, entre los cuales se hallan la Cámara libia de Representantes
de Tobruk, el gobierno yemení de Abd al-Rahman Rabbuh al-Mansur al-Hadi,
apoyado por los saudíes, así como las Comoras, Mauritania y las
Maldivas.</div>
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<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj80gbPPE9PmO2fZaghW5OeKd1KKPbYIF9rfpcXwOLHosWHTzA1N6wh0QR_dlW0Uh2iEVpK_O7UTm65MyySV_YplnagQml2ymVgPGXUAo5s1X3CGMuDIX1yVJdl1RFg6RYSOk3uwf1Yl0tZ/s1600/English.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="35" data-original-width="46" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj80gbPPE9PmO2fZaghW5OeKd1KKPbYIF9rfpcXwOLHosWHTzA1N6wh0QR_dlW0Uh2iEVpK_O7UTm65MyySV_YplnagQml2ymVgPGXUAo5s1X3CGMuDIX1yVJdl1RFg6RYSOk3uwf1Yl0tZ/s1600/English.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><span style="line-height: 107%;"><a href="https://www.jacobinmag.com/2017/06/catar-saudi-arabia-uae-crisis-middle-east">English</a></span></span></span></td></tr>
</tbody></table>
La ofensiva contra Catar llega tras varios meses durante los cuales
los medios de comunicación estadounidenses y del Golfo publicaron
artículos con citas de altos cargos de Estado que afirmaban que Catar
estaría financiando a grupos islamistas y acercándose a Irán. Yousef al-Otaiba, embajador de los EAU en los EEUU, ha jugado un rol
importante en esta campaña. Desde el inicio de las revoluciones árabes
de 2011, al-Otaiba ha recorrido los pasillos del poder en Washington,
alertando de que dichas revueltas populares amenazaban el orden
establecido en la región y declarando que Catar apoyaba movimientos e
individuos hostiles tanto a Arabia Saudí como a los EAU.<br />
<a name='more'></a><br />
Antiguos funcionarios del gobierno estadounidense, así como <i>think-tanks</i> de este país —y, de manera notoria, la <i>Israel Foundation for the Defense of Democracies</i>
(FDD), neoconservadora e importante defensora de la invasión de Irak de
2003—, retomaron esta cruzada anti-catarí. El 23 de mayo, la FDD
organizó un importante seminario para debatir sobre las relaciones de
esta nación del Golfo con los Hermanos Musulmanes así como sobre la
manera en la que la administración Trump debería reaccionar. En esta
ocasión, el ex secretario de defensa Robert Gates apeló al gobierno
estadounidense a trasladar su enorme base aérea de Catar si este país no
cortaba sus relaciones con estos grupos.<br />
<br />
Según varios e-mails publicados poco después de la conferencia,
al-Otaiba habría repasado y respaldado los comentarios de Gates. Es esta
filtración la que habría favorecido la activación del bloqueo, lo cual
da cuenta de la íntima relación que mantenía el embajador con Gates, con
la FDD y con otras figuras próximas de la administración Trump. <br />
</div>
<div class="soustitre">
Tanto los EAU como Arabia Saudí han declarado igualmente que Catar
habría intentado intensificar sus relaciones con Irán en los últimos
meses. Una prueba sería que Catar habría pagado recientemente 700
millones de dólares a Irán para obtener la liberación de 26 miembros de
la familia real catarí secuestrados en Irak en 2015 y detenidos en Irán
durante un año y medio. Esta historia —relacionada también con una
supuesta transferencia separada de alrededor de 300 millones de dólares a
grupos próximos de al-Qaeda en Siria— ha sido negada por el primer
ministro iraquí Haider al-Abadi, quien declaró el 11 de junio que el
dinero se encontraba aun en el banco central iraquí.<br />
<br />
Por su parte, Arabia Saudí denunció una declaración atribuida al emir
catarí Tamim bin Hamad al-Thani, publicada por la agencia estatal <i>Catar News</i>.
En un discurso pronunciado durante la entrega de diplomas a los
oficiales de la Guardia Nacional en la base de al-Udeid, al-Thani habría
elogiado a Irán y criticado a los estados del Golfo que consideran a
los Hermanos Musulmanes como una organización terrorista. Catar explicó
que la página web había sido pirateada —afirmación confirmada más tarde
por el FBI— y que al-Thani no había hecho tales declaraciones.<br />
<br />
En medio de todas estas afirmaciones y desmentidos, algunos
observadores estiman que la visita de Donald Trump a Arabia Saudí el 20
de mayo fue un momento clave de la campaña contra Catar, y que Trump dio
así luz verde a Arabia Saudí y a los EAU. Uno de los tuits de Trump
parece confirmar esta hipótesis, ya que en él el presidente se jacta de
que el bloqueo vendría de sus encuentros en Riad.<br />
<br />
Pero no todos apoyan
en Washington a Arabia Saudí y a los EAU. Otras personas —especialmente
Rex Tillerson [secretario de Estado de Asuntos Exteriores y antiguo
director ejecutivo de ExxonMobil]— llaman a suavizar el bloqueo y a una
solución pacífica. El secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido,
Boris Johnson [que acaba de visitar los diferentes Estados del Golfo],
intervino también, llamando a poner fin al conflicto, pero declarando
sin embargo que Catar debería “incrementar sus esfuerzos en lo relativo a
su apoyo a grupos extremistas”.<br />
<br />
Las riñas internas no son nada nuevo para las indisciplinadas
familias gobernantes del Golfo, pero la decisión de aislar a Catar
constituye una escalada importante. ¿Cómo deberíamos entender el bloqueo
en el contexto de los acontecimientos de mayor envergadura que han
tenido lugar en Oriente Medio, especialmente en la estela de las
revoluciones árabes? ¿Indican estos acontecimientos un cisma
irreconciliable en la política del Golfo, o un importante desplazamiento
de las históricas alianzas estadounidenses en la región?<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Intereses compartidos y rivalidades</span></blockquote>
No se puede entender el conflicto actual sin analizar el proyecto más amplio de integración regional encarnado por el <i>Gulf Cooperation Council</i>
(GCC) [Consejo de Cooperación del Golfo]. Arabia Saudí, los EAU,
Kuwait, Catar, Bahréin y Omán crearon esta organización dos años después
de la Revolución iraní de 1979 y al comienzo de la guerra entre Irak e
Irán que duraría hasta 1988.<br />
<br />
Entonces, se consideraba ampliamente al GCC como una reacción apoyada
por EE UU a estas turbulencias regionales, como un paraguas de
seguridad que cubriese a los seis estados miembros, y se pensaba que EE
UU animarían, equiparían y supervisarían el consejo.<br />
<br />
Estos Estados no solamente tienen ricas reservas de petróleo y de gas
—lo cual constituye la explicación definitiva del interés de EE UU por
tal alianza—, sino que comparten también estructuras similares, marcadas
por la presencia en el poder de familias autoritarias y una fuerza de
trabajo compuesta principalmente de trabajadores migrantes temporales
sin derechos. Este último aspecto ha sido olvidado a menudo a lo largo
de estas últimas semanas, en plena efervescencia mediática en torno a la
región del Golfo. El proyecto de integración del GCC reflejaba sus
intereses colectivos, que se alineaban de manera singular con los de las
potencias occidentales. Las relaciones entre EE UU, otras potencias
occidentales y el GCC se han visto considerablemente fortalecidas desde
1981, como lo demuestra la instalación de la base aérea de al-Udeid en
Catar hace catorce años. Esta base acoge más de 10 000 soldados
estadounidenses y constituye la base aérea de los EE UU más importante
en el extranjero. En calidad de cuartel general avanzado del <i>Special Operations Central Command</i> y del <i>Air Forces Central Command</i>, Catar ayuda a coordinar la presencia militar estadounidense en el conjunto de la región, inclusive en Irak y en Afganistán.<br />
<br />
Asimismo, EE UU gestionan su principal base naval desde Bahréin, donde se hallan el <i>Naval Forces Central Command</i> y la Quinta Flota estadounidense. Más de 20 000 militares estadounidenses se encuentran posicionados en el resto del Golfo.<br />
<br />
La venta de equipos militares al Golfo por EE UU y ciertas naciones
europeas, particularmente el Reino Unido y Francia, está estrechamente
ligada a esta presencia militar. La reciente visita de Trump a Arabia
Saudí ha puesto en evidencia este aspecto de las relaciones entre EE UU y
dicho país: según consta, se habrían firmado contratos por más de 100
000 millones de dólares. (El valor preciso sigue sin estar claro, dado
que está basado en gran parte en declaraciones escritas y comprende
también acuerdos a los que se llegó con la administración Obama).<br />
<br />
Según el programa de gasto militar y en armas del Instituto
Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas
en inglés), casi el 20 % de las importaciones militares a nivel mundial
se dirigía a las naciones del GCC en 2015; Arabia Saudí y los EAU se
encontraban en el primer y en el quinto puesto. Arabia Saudí y los EAU
recibían el 80 % de todas las importaciones militares del GCC de ese
mismo año, pero Catar, Kuwait y Omán se encontraban también en la lista
de los cuarenta países importadores más importantes. La parte del GCC en
el mercado mundial se ha visto más que duplicada desde 2011, y se ha
convertido en el mayor mercado de armamento del mundo.<br />
<br />
Estas compras reciclan una parte de los excedentes de petrodólares
del Golfo hacia las compañías que producen material militar a escala
mundial. El GCC no solamente alberga a las fuerzas estadounidenses, sino
que además paga generosamente por este privilegio.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">La economía política del Golfo</span></blockquote>
Pero la importancia del proyecto del GCC va más allá de la protección
de un exclusivo club de monarquías ricas en petróleo y del
mantenimiento de su rol regional de cuartel general avanzado para la
potencia estadounidense en Oriente Medio, en Asia central y en África
oriental.<br />
<br />
A lo largo de los años 90 y 2000, el marco institucional instaurado
por el GCC alentó en los seis Estados miembros la concepción de un
acercamiento político y económico más estrecho, en un arreglo que a
menudo se compara con el de la Unión Europea. En las últimas dos
décadas, ha habido un avance considerable hacia esta meta: niveles
superiores de flujos de capitales a través del GCC, un movimiento hacia
la estandarización de tasas y tarifas para bienes importados, políticas
que favorecen la libre circulación de los trabajadores que gozan del
estatus de ciudadanos, así como un proceso de unificación de las
instituciones políticas. Incluso se ha abordado la adopción de una
moneda única, el <i>khaleeji</i>.<br />
<br />
Este proceso de integración regional sirve de apoyo a la forma
específica de capitalismo que comparten los Estados del GCC. Los grandes
conglomerados (estatales y privados al mismo tiempo) que dominan la
economía política del Golfo operan atravesando las distintas fronteras,
y, como en la Unión Europea, están marcados también por la fuerte
interpenetración de las estructuras de propiedad del capital a través de
los diferentes estados del Golfo.<br />
<br />
Pero hay que subrayar —y ello nos ayudará a entender los recientes
conflictos de la región— que este proyecto de integración no ha
conseguido poner fin a las rivalidades y a las tensiones competitivas
entre los estados miembros. El GCC se caracterizó desde el principio por
una importante jerarquización del poder político y económico, cuyo
pivote principal se articula en torno al eje Arabia Saudí-EAU.<br />
<br />
Estos dos países se han convertido en los primeros centros de
acumulación de capital, y sus empresas dominan la economía del GCC en
los sectores de la construcción, financiero, comercial, logístico, de
las telecomunicaciones, petroquímico y manufacturero. Sin contar con la
existencia de significativas inversiones transfronterizas entre Arabia
Saudí y los EAU.<br />
<br />
Este eje no carece de sus propias tensiones —como, por ejemplo, el
rechazo emiratí del proyecto saudí de moneda única en 2009—, pero el
alineamiento político de estos dos países ha surgido de la mano de sus
lazos económicos.<br />
<br />
Bahréin se encuentra estrechamente integrado a dicho eje en calidad
de socio júnior. La monarquía al-Jalifa en el poder depende del apoyo de
Arabia Saudí en los planos político y militar, hecho que se ha visto
claramente demostrado durante las revoluciones de 2011.<br />
<br />
Esta sub-alianza influye en la manera en la que los demás Estados del
GCC establecen relaciones con el resto del mundo, como lo ilustra el
modelo de transacciones comerciales regionales. Debido a los niveles
relativamente bajos de producción de bienes no ligados a los
hidrocarburos, así como a la pequeña talla de los sectores agrícolas, el
GCC depende enormemente de las importaciones. El eje Arabia Saudí-EAU
mediatiza estos intercambios: ambos países hacen entrar los productos y
los reexportan hacia los demás estados, a veces con un valor añadido.<br />
<br />
Las importaciones de comida son especialmente importantes. Los otros
cuatro Estados del GCC importan más comida desde Arabia Saudí y los EAU
que desde cualquier otro país del mundo. En 2015, Arabia Saudí y los EAU
estaban o bien a la cabeza o bien en segundo lugar en las exportaciones
de comida a cada uno de los demás estados del GCC.<br />
<br />
Sorprendentemente —y aun más si se considera que los datos que siguen
tienen en cuenta a los mayores exportadores de trigo y de carne, entre
los cuales están los EEUU, la India, Brasil y Australia—, Arabia Saudí y
los EAU eran responsables del 53 % de los valores totales de
exportación de comida hacia Omán, del 36 % hacia Catar, del 34 % hacia
Bahréin y del 24 % hacia Kuwait.<br />
<br />
Estas tendencias subrayan la importancia de situar al eje Arabia
Saudí-EAU en el centro de nuestra comprensión sobre lo que ocurre en la
región del Golfo, pero contribuyen igualmente a explicar los efectos
potenciales del bloqueo actual.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Las correlaciones de fuerzas a escala regional</span></blockquote>
Dominados por el eje Arabia Saudí-EAU, los demás Estados, menos
grandes, han jugado un rol más marginal en la economía política del
Golfo. Con una población ciudadana minúscula (sólo 313 000 ciudadanos a
partir de una población total de 2,6 millones, esto es, un sorprendente
12 % del país) y una enorme riqueza proveniente de sus vastas reservas
de gas natural, Catar se encontraba especialmente contrariado por esta
estructura jerárquica.<br />
<br />
A nivel de los ingresos per cápita, es el país más rico del mundo,
teniendo en cuenta que el 17,5 % de los hogares poseen una fortuna
reconocida de un millón de dólares o más. Sin embargo, se le ha negado
sistemáticamente un puesto en las estructuras políticas y económicas más
amplias del GCC, de las cuales ha sido excluido por sus vecinos más
grandes.<br />
<br />
Limitados por la talla de sus mercados domésticos y rebosantes de
excedentes de capital procedentes de casi 15 años de aumentación de los
precios del petróleo y del gas, una consecuencia clave de estas
jerarquías competitivas internas ha sido la tendencia de todos los
estados del Golfo a intentar extenderse más allá de las fronteras del
GCC. Grandes conglomerados privados o apoyados por el Estado han
extendido sus operaciones a escala transnacional, con inversiones en la
construcción, en instituciones financieras, en tecnologías emergentes,
en la agroindustria y en otros sectores. Pero, aunque todos los miembros
del GCC hayan participado en este proceso, Arabia Saudí, los EAU y
Catar son los que han tomado la delantera.<br />
<br />
Aunque los flujos de capital del Golfo estén mayoritariamente
concentrados en Norteamérica y en Europa, Oriente Medio se ha convertido
igualmente en un importante objetivo de estos. A medida que los Estados
árabes abrían sus mercados y liberalizaban sectores económicos claves
—un proceso dirigido por el Egipto de Mubarak, última criatura
neoliberal del Banco Mundial—, los capitales del Golfo fueron
adquiriendo un rol dominante a lo largo de los años 2000, comprando
activos privatizados (a menudo mediante acuerdos corruptos con las
élites estatales) y beneficiándose de la apertura del mercado provocada
por las reformas neoliberales.<br />
<br />
Entre 2003 y 2015, los estados del GCC constituyeron un impresionante
42,5 % de las nuevas inversiones extranjeras directas (IED) en el resto
de naciones árabes. Durante este período, cerca de la mitad de todas
las inversiones extranjeras en Jordania, en Egipto, en Libia, en el
Líbano, en Palestina y en Túnez provenían del Golfo. Además, entre 2010 y
2015, los inversores europeos, del Golfo y de Norteamérica gastaron un
poco más de 20 000 millones de euros en fusiones y adquisiciones en el
mundo árabe. La parte del GCC era casi la mitad de esta suma: el 44,7 %.<br />
<br />
Por impresionantes que parezcan, de hecho, estos datos no dan cuenta
del nivel de internacionalización. No incluyen, por ejemplo, las partes
considerables de ayuda bilateral de la parte del Golfo, ni consideran la
cartera de inversiones de las compañías del Golfo en los mercados de
valores regionales.<br />
<br />
A medida que este proceso se extendía, el rol político del GCC fue
ganando en importancia. Los Estados del Golfo no se han limitado a
dirigir la construcción de un orden regional marcado por el
autoritarismo estatal y el carácter liberal de la economía, sino que
también han sacado provecho de ello. Todo esto ha tenido lugar bajo el
patrocinio de las potencias occidentales y de las instituciones
financieras internacionales.<br />
<br />
Si bien este proceso ha contribuido al acercamiento de los Estados
del GCC entre sí, al mismo tiempo ha intensificado sus rivalidades. Una
de las manifestaciones más importantes de esta tensión se puso de
manifiesto cuando Catar intentó adoptar una política regional autónoma,
relativamente independiente de Arabia Saudí y de los EAU. Catar comenzó a
financiar a diferentes fuerzas políticas —los Hermanos Musulmanes,
Hamás y los talibanes— y a dar cobijo a toda una variedad de disidentes
exiliados, como el imán egipcio Yusuf al-Qaradawi, que anima programas
televisivos populares en las cadenas cataríes, o el intelectual
palestino Azmi Bishara [comentarista habitual de la situación
internacional y regional en la cadena <i>Al Jazeera</i>]. Catar ha utilizado igualmente su gran red mediática para afirmar su rol de potencia regional, particularmente con <i>Al Jazeera </i>y sus socios y, más recientemente, con el periódico y la cadena de televisión <i>Al-Araby Al-Jadeed</i>, lanzados a principios de 2015.<br />
<br />
Las revoluciones árabes que comenzaron en Túnez a finales de 2010
acentuaron estas divisiones, pero también pusieron de relieve los
intereses comunes de los países del Golfo. Al amenazar profundamente el
orden regional y a sus regímenes autoritarios, estas revoluciones
suponían un desafío mayor para los países del GCC: ¿cómo desviar los
movimientos populares y reconstituir así el orden autoritario
neoliberal? A cada uno de los Estados le interesaba de igual manera este
proceso contrarrevolucionario, pero sus reacciones fueron distintas
según lo expuesto más arriba.<br />
<br />
Catar apoyó a las fuerzas aliadas a los Hermanos Musulmanes, mientras
que Arabia Saudí y los EAU se inclinaban por personalidades como
Abdelfatah al-Sisi en Egipto o el antiguo activo de la CIA, Jalifa
Belqasim Haftar, en Libia. Una constelación de alianzas contradictorias y
rápidamente cambiantes se formó en torno a los intereses comunes de los
países del GCC y de sus rivalidades internas.<br />
<br />
Catar apoyó la intervención dirigida por los saudíes en Bahréin,
participó en la guerra contra Yemen y, en Siria, se opuso a su supuesto
nuevo aliado, Irán. En Egipto, en Libia, en Túnez y en Palestina, sin
embargo, Catar tiende a apoyar a facciones opuestas. Pero incluso en
estos casos las líneas parecen desdibujarse: Catar expresó su apoyo a
al-Sisi tras el golpe de 2013, a pesar de su clara alianza con los
Hermanos Musulmanes egipcios.<br />
<br />
Estas alianzas divergentes se extienden igualmente a otros
participantes en el actual bloqueo. Por ejemplo, el Egipto de al-Sisi
apoya al régimen de al-Asad en Siria, alineándose así con Irán y contra
Arabia Saudí, a pesar de su casi completa dependencia respecto al eje
Arabia Saudí-EAU. El punto clave, dejado a menudo de lado en los
comentarios mediáticos sobre el bloqueo, es que, en estas alianzas, no
hay ninguna posición política de principio; no hay más que oportunismo
calculado y una evaluación pragmática, por cada estado, de la
posibilidad de extender su influencia regional de la mejor manera —eso
sí, siempre en el marco de una reorganización de la región que sea
compatible con el poder político y económico colectivo del GCC—.<br />
<br />
Tenemos que tener presentes estas dos tendencias a la hora de
analizar la actual situación. La fuerte comunidad de intereses apuntala
la posición de los Estados del Golfo en lo alto del orden regional,
situación que cuenta con el apoyo de —y que resulta un apoyo hacia— las
potencias occidentales. De manera simultánea, el GCC se encuentra
dividido por las rivalidades y la competición, lo cual se refleja en las
diferentes concepciones de sus miembros sobre la cuestión de cómo
mantener sus intereses compartidos.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">La cuestión de Israel</span></blockquote>
En la estela de las revoluciones árabes, vemos hoy en día la
afirmación de estas dos tendencias paralelas. Concretamente, el actual
bloqueo es una jugada de Arabia Saudí y de los EAU cuyo objetivo es
afirmar plenamente su hegemonía en la región y poner a Catar en su
sitio. Pero lo que está en juego ahí no son sólo las políticas saudí y
emiratí, sino el proceso contrarrevolucionario global existente desde el
inicio de las revueltas, proceso cuyo objetivo es la restauración del <i>statu quo</i>
de estos estados autoritarios neoliberales, tan útil desde hace décadas
para el GCC en su conjunto (también para Catar). Por otro lado, todo
esto ha de examinarse a través de las lentes de una alianza continua y
cada vez más fuerte del Golfo con los EEUU y otras potencias
occidentales.<br />
<br />
En este proceso, Israel juega un rol clave. Desde los años 90, la
política regional estadounidense intenta acercar al GCC y a Israel,
normalizando las relaciones económicas y políticas entre estos dos
pilares de la potencia estadounidense en la región. Desde las
revoluciones árabes, este acercamiento parece cada vez más probable. No
es casualidad que el primer viaje internacional de Trump fuese una
visita a Arabia Saudí y después a Israel (en vuelo directo), un programa
de viaje que ilustra perfectamente sus prioridades estratégicas en la
región. A pesar del largo bloqueo de la Liga Árabe a las relaciones con
Israel, la región del Golfo (especialmente el eje saudí-emiratí) e
Israel están de acuerdo en lo relativo a cuestiones políticas clave, y
las dos partes tratan de crear lazos más estrechos.<br />
<br />
A finales de marzo de 2017, <i>Haaretz</i> informaba de que los EAU e
Israel habían participado a ejercicios militares conjuntos en Grecia,
junto con los EE UU y varios países europeos. Y no se trataba de su
primera colaboración: un año antes, Israel, los EAU, España y Pakistán
habían participado ya al <i>Red Flag</i>, un ejercicio de entrenamiento al combate aéreo que tuvo lugar en el estado de Nevada.<br />
<br />
A finales de noviembre de 2015, Israel abrió una oficina diplomática
en la capital de los EAU, Abu Dhabi, como parte de la Agencia
Internacional de las Energías Renovables [IRENA en sus siglas inglesas];
era la primera vez que una estructura diplomática israelí oficial
aparecía en el país. El <i>Bloomberg Businessweek</i> informaba en
febrero de 2017 de que dicha oficina podría ejercer de embajada para las
relaciones que se están creando en el Golfo.<br />
<br />
Empresas israelíes habrían creado supuestamente infraestructuras de
seguridad valoradas en 6 000 millones de dólares en los EAU; esto ocurre
después de que Israel les haya vendido tecnología militar por un valor
estimado de 300 millones de dólares en 2011.<br />
<br />
Algunas empresas israelíes de alta tecnología militar y de seguridad
están activas también en Arabia Saudí, donde parece que ayudan a Saudi
Aramco a instalar un sistema de ciberseguridad, vendiendo sistemas de
misiles avanzados e incluso realizando un sondeo de opinión pública para
la familia real. Medios de comunicación israelíes han declarado que el
país ha ofrecido a los saudíes su tecnología militar <i>Iron Dome</i> [“Cúpula de acero”] para defenderlos de los ataques provenientes de Yemen.<br />
<br />
Estas relaciones, antes clandestinas, son abordadas abiertamente hoy en día. El <i>Times of Israel</i>
informaba en junio de 2015 de que Arabia Saudí e Israel habían
participado a cinco reuniones secretas desde principios de 2014. En mayo
de 2015, Dore Gold, antes director general del Ministerio israelí de
Asuntos Exteriores, se mostró públicamente acompañado del general saudí
retirado Anwar Eshki. Al año siguiente, Eshki visitó Israel para
reunirse con el antiguo portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel [el
Tzáhal] y actual coordinador de las actividades del gobierno en los
Territorios, el teniente general Yoav Mordechai.<br />
<br />
Así pues, no debería parecernos sorprendente que Israel apoye el
bloqueo contra Catar. Pero ello no quiere decir que Catar no haya
intentado, también, normalizar sus relaciones con Israel. Como ocurre
con los demás Estados del GCC, el sentido de la implicación de Catar en
Palestina era obtener una mejor posición de poder —objetivo que los
israelíes están dispuestos a favorecer cuando ello sirve a sus
intereses—.<br />
<br />
En 1996, Catar autorizó a Israel a abrir una oficina comercial en
Doha, haciendo así de él por entonces el único estado del Golfo que
mantenía relaciones oficiales con Israel. Esta oficina cerró tras el
bombardeo israelí de Gaza en 2008, pero Catar ha propuesto numerosas
veces restablecer las relaciones a cambio de poder aportar ayuda
financiera y material a Gaza. Según fuentes, una delegación comercial
israelí que visitó Catar en 2013 habría descubierto que este país
estaría interesado en invertir en el sector de la alta tecnología
israelí.<br />
<br />
Catar es el único estado del GCC que autorizó visitas israelíes, así
como la participación de atletas israelíes en eventos deportivos y
culturales. En 2013, Catar presidía la reunión que modificaría la
iniciativa de paz de 2002 para que Israel pudiera mantener sus bloques
de colonias en el acuerdo final. Tzipi Livni, por entonces ministra de
Justicia israelí, describió el acontecimiento como “muy positivo”. Y, a
principios de febrero de 2017, Muhammad al-Imadi, jefe del Comité
Nacional Catarí para la Reconstrucción de Gaza, declaraba que mantenía
excelentes relaciones con oficiales políticos y militares israelíes.<br />
<br />
Todas estas tendencias muestran que ninguno de los estados del Golfo
(tampoco Catar) debería considerarse como un aliado o como un amigo
fiable de la lucha del pueblo palestino. Pero las actuales tensiones en
el Golfo tienen también implicaciones potencialmente importantes para el
poder político en Palestina.<br />
<br />
La creciente influencia política de Mohammed Dahlan es una muestra de
esta posibilidad. Dahlan, líder de una facción de al-Fatah, y en quien
algunos ven al futuro reemplazante de Abu Mazen (esto es, Mahmud Abás,
el actual líder de la Autoridad Nacional Palestina basada en Ramala),
vive en Abu Dhabi, y los EAU lo apoyan política y financieramente desde
hace tiempo. Posee estrechos lazos con Israel y con los EEUU, y se ha
convertido en su candidato preferido a la sucesión del octogenario
Mazen-Abás.<br />
<br />
Aunque las rivalidades en el seno de al-Fatah podrían bloquear el
ascenso de Dahlan, su creciente importancia muestra hasta qué punto las
tensiones actuales en el Golfo podrían reestructurar la correlación de
fuerzas en las regiones vecinas.<br />
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">Futuras tendencias</span></blockquote>
No todos los ·stados del GCC ni todos los actores regionales apoyan
el bloqueo actual. Mientras escribimos estas líneas, Omán ha permitido a
los barcos con destino a Catar la utilización de sus puertos, y Kuwait
se ha comprometido en frenéticos esfuerzos diplomáticos para intentar
calmar las tensiones. Sólo Bahréin se ha posicionado enteramente con
Arabia Saudí y los EAU, debido en gran parte a la ya conocida
dependencia de la monarquía al-Jalifa respecto a Arabia Saudí.<br />
<br />
Turquía ha propuesto enviar tropas a una base militar en Catar, e
Irán se ha comprometido a enviar comida y agua para superar el cierre de
la única frontera terrestre de Catar con Arabia Saudí. Mientras tanto,
las tentativas de Arabia Saudí por ganarse a otros países con
importantes poblaciones musulmanas, como Senegal, Níger, Yibuti o
Indonesia, han fracasado en gran medida. Países árabes como Marruecos,
Argelia y Túnez han rechazado igualmente el bloqueo.<br />
<br />
A la luz de estas disputas, hemos de recordar lo que el GCC
representa en su conjunto. Este bloque de Estados está plenamente
integrado en una estructura de poder regional alineada con EE UU, ha
beneficiado masivamente de las reformas neoliberales del mundo árabe, y
se encuentra cada vez más enredado en las dinámicas políticas de la
región.<br />
<br />
Estos Estados poseen el interés común de querer preservar su posición
regional y sus muy antiguas estructuras políticas. Estos compromisos
pesan más que los potenciales beneficios derivados de una ruptura del
proyecto. Asimismo, Occidente e Israel desean que el GCC permanezca
unido, dado que ha servido muy bien a sus intereses a lo largo de las
últimas décadas.<br />
<br />
A pesar de los cismas actuales, la salida más probable es una
solución negociada en la que Catar se sometería al eje saudí-emiratí y
asumiría el hecho de ver disminuida su influencia regional. Un acuerdo
tal reforzaría a largo plazo el eje saudí-emiratí y ayudaría a
consolidar la contrarrevolución; provocaría también, muy probablemente,
el realineamiento del poder político en lugares como Túnez, Libia o
Palestina.<br />
<br />
Pero la izquierda tiene que darse cuenta de que ninguno de los
supuestos aliados de Catar —específicamente Turquía e Irán— representa
una alternativa progresista para la región. Aunque puedan alinearse
contra el frente saudí-emiratí en este contexto, estos países han
participado en el proceso contrarrevolucionario posterior a 2011 de
manera tan entusiasta como sus rivales.<br />
Quizás, la lección más importante de la actual crisis sea que debemos
evitar las lecturas simplistas de la situación en Oriente Medio,
particularmente aquellas que se basan en la idea de que <i>el enemigo de mi enemigo es mi amigo</i>.<br />
<br />
Sería completamente ingenuo considerar a Catar, a Turquía o a Irán
como representantes de un supuesto realineamiento progresista, sólo
porque resulta que se encuentran —al menos por ahora— en el lado opuesto
a Arabia Saudí, los EAU e Israel. Las peleas por el poder regional han
desencadenado estas tensiones y provocado todo tipo de alianzas
políticas contradictorias y tambaleantes, pero ninguno de los Estados
involucrados representa una alternativa política que la izquierda pueda
apoyar.<br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b>Adam Hanieh</b> enseña en la School of Oriental and African Studies (SOAS), en la Universidad de Londres. Es autor de <i>Lineages of Revolt: Issues of Contemporary Capitalism in the Middle East</i> (Haymarket, 2013), <i>Capitalism and Class in the Gulf Arab States</i> (Palgrave, 2011).</span></span><br />
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<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="http://www.vientosur.info/"><span lang="IT">http://www.vientosur.info/</span></a></span></span></span></td></tr>
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<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX1jutVKhR0nOfjlvvfII_K1iXDg9QDLl65o2W_kIXUJWw-LzVHdGVCiiSbW9NsGrHbzzS6ytBRPMjGz3zVz6xh1vt1HQ-8MX1jtpJMO0xwn89IFO1Q3szGOqaZJ8ZL1SxHfcc7fUDvEkL/s1600/Jacobin+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="75" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX1jutVKhR0nOfjlvvfII_K1iXDg9QDLl65o2W_kIXUJWw-LzVHdGVCiiSbW9NsGrHbzzS6ytBRPMjGz3zVz6xh1vt1HQ-8MX1jtpJMO0xwn89IFO1Q3szGOqaZJ8ZL1SxHfcc7fUDvEkL/s1600/Jacobin+1.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: blue;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 107%;"><a href="https://www.jacobinmag.com/2017/06/catar-saudi-arabia-uae-crisis-middle-east"><span lang="IT">https://www.jacobinmag.com/</span></a></span></span></span></span></td></tr>
</tbody></table>
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<div class="blogger-post-footer">Omar Montilla - Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA
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