Me tienen confundido con lo del "reformismo" que es una denominación tan confusa, variada, inoportuna, etc. Quisiera, además de la fuente a la que me remito, que alguno de los sesudos intelectuales que tenemos me digan qué es el reformismo, para saber, de una vez por todas si yo lo soy o no. Esto viene al caso, porque el reformismo es el camino mas corto al revisionismo, por lo que de seguro que no tardarán en empezar a hablar de este último concepto, y espero que no incluyan en esto al Comandante por aquello de las “3R”.
El propio Federico Engels nos confunde cuando afirma que “…el socialismo se logrará a través de una lucha prolongada, tenaz, avanzando lentamente de posición a posición…", lo que reduciría los procesos revolucionarios a una suerte operación aritmética. Previendo que a mí también me tilden de “reformista” un día de éstos, me he documentado abrevando, como dicen algunos, en las fuentes originales de algunos teóricos como Amadeo Bordiga, Antonio Gramsci, Nikolai Bujarin, Hal Draper, Leon Trotzky, Carlos Marx, y otros que también se pueden consultar con facilidad en Marxist Internet Archives, donde se puede encontrar las opiniones de Allan Woods sobre el reformismo.
Por ahí anda Vladimir Villegas haciendo su trabajo, no se sabe con que intenciones, pero fáciles de inferir. Me preocupa que nadie le haya dicho “reformista”, y eso me alivia, porque para mi entender ese señor no es tal cosa, sino otra, para mí está en la antesala de la traición. Por lo que tengo entendido, no es militante del PSUV, ni chavista, ni nada. Entonces, ¿para qué ocuparnos de él? El Partido Popular de Aznar en España es llamado reformista!
Menos mal que a alguien se le ocurrió escribir algo sobre el tema en cuestión, y analizando someramente el texto, he llegado a la conclusión de que yo no soy “tan reformista” como pensaba, porque:
1. Según el autor anónimo, “un clásico”, que no identifica tampoco, expresaba: “si no existiera el reformismo ya la Revolución se habría hecho en todo el mundo”, diagnosticando el mal como “un virus ideológico”. Si fuera por los obstáculos, a muchas cosas podrían achacárseles las dificultades para hacer una revolución, por ejemplo a la “gripe española”, que causó la muerte a cerca de 100 millones de personas en todo el mundo entre los años 1918-1919. No es nada bueno andar esparciendo expresiones de ese tipo a diestra y siniestra y menos cuando no se tiene el cuidado de hablar con claridad, sin subterfugios.
2. Yo nunca me he propuesto “…evitar el avance de las revoluciones, sustituyendo el camino transformador revolucionario por cambios inocuos acompañados por una retórica revolucionaria fraudulenta.” Por el contrario siempre fui partidario de hacer la revolución, me embarqué en miles de problemas, y a pesar de que era un orador con dotes modestas para ese “arte”, nunca se nos ocurrió a los camaradas de entonces hacer fraude.
3. Según el anónimo autor, el “reformismo” se caracteriza porque “Su esencia es el egoísmo, el aislamiento capitalista, la salida individual, por eso son incapaces de organizar tejidos sociales, todo lo que proponen está teñido de fracción.”. Seguramente este camarada anónimo tiene experiencia en este tipo de lucha, porque por las fragancias que se perciben en esta sentencia, debió militar en el PCV, donde muchos camaradas fuimos instruidos en fabricar “fracciones”. Me confieso como un mal discípulo que fui.
4. En Venezuela hemos fundado el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y el programa que le sirve de fundamento es la propia Constitución de 1999, cuyos postulados “…no lesionan la propiedad capitalista”, al permitir varios tipos de propiedad, por lo que evidentemente “…son formas no sociales con un ligero barniz de cambio”. Según esta opinión, nuestra Constitución es reformista, y en eso estamos de acuerdo, porque comparto la idea de que “Estas formas de propiedad son inoperantes y terminan siendo arrolladas por la dinámica de la evolución capitalista”.
5. El presidente Chávez, y quienes lo apoyamos, buscamos afanosamente reformar la Constitución reformista en 2007. No pudimos porque nuestros compatriotas dijeron No! En esa ocasión quienes ganaron por una mínima diferencia optaron por no atacar “... a la propiedad capitalista” Entonces, si a ese electorado que en aquel momento no nos acompañó, lo hubiéramos atacado llamándolo “reformista”, por haber votado en contra de la reforma, jamás hubiéramos tenido la oportunidad de vencer en el referéndum del 15 de febrero. ¿Sería porque era una enmienda y no una reforma?
Eso del “reformismo” no es un concepto sino una palabra hueca en la que se escudan muchos para aislarse cada vez más, atacando a quienes militan en la causa revolucionaria porque los reformistas serían aquellos que “…sabotean a la organización, la disciplina, prestigian el asambleísmo.” ¿Y entonces? Debe ser un ejército de reformistas que abundan dentro del PSUV, a decir del anónimo columnista. ¿Qué es eso de “asambleismo”? No sé qué será, pero lo que tengo entendido es que en los Consejos Comunales, en los barrios, en cualquier comunidad, en las organizaciones de base, en los sindicatos, etc., la “asamblea” prima por sobre cualquier otro tipo de método para decidir un asunto. Quienes recomienden realizar asambleas para votar alguna proposición o buscar soluciones a problemas puntuales, ¿serían “reformistas”?
En fin, creo que en las actuales circunstancias no está planteada una lucha a cuchillo contra los propios camaradas del PSUV, una especie de “cacería de brujas”. Estamos conscientes que hay enemigos internos, pero esos hay que buscarlos y excluirlos. Prender un ventilador y echar a volar las palabras mas cargadas con ciertos significados insultantes no es aconsejable, menos en estos momentos en que debemos estar unidos contra nuestros enemigos externos, que son muchos y numerosos.