“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

8/9/14

A propósito de las '16 tesis de economía política' de Enrique Dussel

Víctor Hugo Pacheco Chávez
Se pregunta el escritor inglés John Berger en uno de los artículos que componen su libro Con la esperanza entre los dientes ¿Por qué hay gente que no quiere hacerle caso a Marx, si fue él quien analizó y profetizó la devastación que vivimos ocasionada por la lógica de la ganancia? La respuesta que da me parece recoge el sentido del libro que reseño en esta ocasión: “La respuesta sería que la gente, mucha gente, ha perdido sus coordenadas políticas. Sin mapa alguno, no sabe a dónde se dirige” (Berger 2006, 89). Las 16 tesis de economía política de Dussel pretenden ser una brújula que oriente a los viajeros en su camino y que puedan llegar a su meta, la gestación de una sociedad futura, como lugar incierto: La brújula en el presente impide ir ‘zigzagueando’, retornando, contradiciéndose permanentemente en el camino. Permite avanzar a pesar de que nadie pueda saber a qué tierra prometida llegará, pero se encaminará con seguridad porque existen los criterios y principios que permiten optar en cada decisión e ir iluminando parcialmente cada paso (Dussel 2014, 267).

La casa en orden

Gustavo Márquez Marín
Como hijas putativas que son del capitalismo, las  estructuras criminales existen en función del lucro. Usan la violencia solo para imponer su voluntad. Su hábitat es la corrupción y la economía informal,  entendida esta como una actividad ilegal soterrada, en la cual coexisten con el contrabando la trata de personas, el tráfico de armas,  el narcotráfico, la extorsión, el secuestro, el sicariato, el blanqueo de capitales y el terrorismo. En este mundo sórdido, los actores llegan a especializarse pero sus actividades se entremezclan  en el tejido social e institucional. Se nutren de los despojos de la maquinaría capitalista. De la lumpenburguesía y del lumpenproletariado. Estas nunca podrán derrotarse mientras sea relevante esa economía ilícita y se carezca de una economía productiva alternativa hacia la superación del modelo capitalista rentístico-importador. 

Las cartas de amor de Franz Kafka

Franz Kafka & Felice Bauer ✆ Oscar Grillo
Walter Lezcano
Parece el comienzo de una película de Wes Anderson. Estamos en Praga. Es el 13 de agosto del año 1912. Un joven escritor de 29 años, que está a punto de publicar su primera obra, se dirige a la casa de su amigo para leerle unas cosas que, con mucha dificultad, estuvo escribiendo y reescribiendo: una serie de prosas breves que piensa publicar en poco tiempo más. Es algo que hacen siempre: juntarse, reír un poco y compartir lo que produjeron. Un día normal en el planeta Tierra. Sin embargo, el joven escritor entra a la casa de su amigo y algo nuevo sucede: se encuentra con una desconocida. Una muchacha unos años menor que él, tiene 25. No le llama mucho la atención. Ella es de Berlín, está de paso en Praga y se quedó en esa casa de pura casualidad porque al otro día bien temprano viaja a Budapest. No hablan mucho ya que los dos son algo tímidos. En lo único que coinciden es en el deseo de realizar un viaje a Palestina: los dos sienten una atracción por ese lugar debido a los relatos familiares.