Owen Hatherley |
El
Karl Marx Hof (“Patio Karl
Marx” podría traducirse) de Viena es un a raro ejemplo de una arquitectura que
es a la vez instrumento político y símbolo ideológico, un edificio por el que
lucharía el pueblo, a favor y en contra, con cañones. Iniciado por la
municipalidad de Viena en 1927 y acabado tres años más tarde, se convirtió en
uno de los principales campos de batalla de la breve guerra civil austriaca de
1934. Su bombardeo, lo mismo que su construcción, se convirtió en un símbolo, esta
vez no del socialismo municipal sino del fascismo y de la primera resistencia
seria en su contra.
Nada de este significado se le habría aplicado al Karl Marx
Hof de no haber sido por el hecho de que el edificio ya parecía una fortaleza,
un baluarte, un castillo de solidaridad, años antes de que se convirtiera en
realidad en un lugar de resistencia bajo sitio, asediado. Es un bloque de
apartamentos increíblemente alargado, de color rojo y mediana altura, puntuado
por arcadas y ubicado justo al norte del centro de la ciudad, y comprende
escuelas, baños, una biblioteca y un centro de salud. Culmina en una gran plaza
con esculturas, barrotes, torretas y la leyenda, en hermosas letras de molde:
“Karl Marx Hof, construido por el
Ayuntamiento de Viena”.