“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

2/4/13

Semiótica poética / El corazón es el padre de todos los símbolos

Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Apuntes para la clase de semiótica- Los estudios semiológicos no son nuevos y juro que los que dicen lo contrario arderán en las llamas que imaginó el maestro William Blake. Un símbolo es un ‘verbo mental’ o ‘verbus mentis’, según los latinistas medievales y Roger Bacon. Wittgenstein, lingüista, sostuvo que la palabra "mente" es problemática porque tiene connotaciones espiritualistas, porque nos hace pensar en la soñada unión entre el cerebro y el alma, unión razonada por Descartes y burlada por Spinoza. La mente, a la cual llamaremos "inteligencia", esto es, aparato crítico capaz de adecuarse a los objetos del exterior (‘adaequatio intellectus ad rem’), siempre está funcionando, pero no siempre está moviéndose. En un bello texto de Martin Heidegger llamado ‘¿Qué quiere decir pensar?’ podemos elucidar que Heidegger no pensaba algo: pensaba "en" algo.

El silencio de Martin Heidegger

Martin Heidegger ✆ Gato Teo
Jacques Derrida

A menudo se cree en Alemania -y a veces también en Francia- que Beaufret y sus amigos habrían tomado posesión de toda la herencia de Heidegger. Esto no es así. En mi caso, se trata de alguien que estudió después de la guerra, en los años 1948-1952, de alguien que no estuvo de acuerdo con Beaufret y que se interesó por Heidegger sólo a partir de Sartre y Merleau-Ponty; que comenzó a leer al propio Heidegger y empezó a emanciparse de la comprensión de Heidegger y Husserl que tenían Sartre y Merleau-Ponty, siempre sin Beaufret.

Pero tampoco querría que se desconozca -y me siento tanto más libre de decir esto, en cuanto que yo mismo he sido muy crítico de la interpretación de Heidegger de Beaufret- que Beaufret al menos estudió literalmente la obra de Heidegger