Productos como el petróleo, el cobre, la soja e incluso el
oro, entre muchas otras materias primas, no sólo son mercancías. Es decir, no
sólo son objetos que tienen un doble valor, de uso y de cambio, no sólo son
parte constitutiva fundamental del capital constante –es decir, de la inversión
capitalista-, sino que también son especial materia prima (valga la
redundancia) de la especulación financiera. Esto es, son mercancías
particulares que se comercian a futuro en mercados especiales. Las así
denominadas commodities son entonces mercancías cuyos precios no sólo están
sujetos a las determinaciones profundas de la formación del valor y los precios
de producción, no sólo están subordinados a los múltiples movimientos
superficiales del mercado, sino que también están particularmente expuestos a
los poderosos vaivenes de la especulación financiera. Todas estas
consideraciones son necesarias para empezar a hablar de los altisonantes
movimientos de los precios de las materias primas.
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
8/11/14
¿Por qué caen los precios de las materias primas?
Paula Bach
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