Publicado en Aporrea
He seguido con atención la polémica que se ha desarrollado en los diferentes medios de comunicación, acerca de la conformación del PSUV. A partir de la invitación pública que hiciera el presidente Chávez a quienes dentro de este proceso revolucionario estamos esperando ansiosamente pasar a una nueva etapa dentro del mismo, se han comenzado a verse las costuras que en su vestimenta presentan algunos compatriotas.
Resultan realmente fuera de tomo algunos de los argumentos que han mostrado estos amigos, para achantarse en esta etapa del camino y “coger tierrita” para no jugar más. No me voy a referir a todos estos “argumentos”, sino que voy a destacar algunos para evidenciarlos y dejarlos sin antifaz. Por ejemplo, que hay que conocer primero el programa, cuáles son los objetivos, la integración de los cuadros dirigentes, de las cuotas que corresponden a cada partido, de la ideología, etc.
El programa de la revolución socialista en Venezuela está en marcha desde hace muchos años y pertenece al sentido común de nuestros camaradas. Está escrito con las luchas de nuestro pueblo y con la sangre de miles de nuestros compatriotas. Sólo en este proceso de nueve meses mediante una amplia consulta nacional, única en la historia de este país, se logrará plasmarlo en blanco y negro. El Presidente Chávez ha venido reiterando desde hace años sobre las raíces que conforman nuestro hacer político: somos profundamente nacionalistas, defendemos la soberanía de Venezuela, el legado histórico, ideológico y moral que nos dejaron los padres fundadores de la República y el aporte, no desdeñable, de pensadores internacionales.
No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír, ni peor manco que el que no quiere caminar ¿Desde hace cuántos años estamos hablando de estos tópicos? El Presidente Chávez, líder indiscutible de este proceso revolucionario, lo la hecho con una profusión verbal que muchos la consideran en demasía. ¿Qué quieren? Que se elaboren cartillas que enseñen a los venezolanos cómo hacer la revolución y construir el socialismo? No que vá! Eso lo vamos a hacer nosotros con nuestro esfuerzo. Como diría el poeta Antonio Machado:
Caminante son tus huellas
El camino nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas sobre el mar.
¿Para que llamar caminos
A los surcos del azar...?
Todo el que camina anda,
Como Jesús sobre el mar.
De antemano no se puede garantizar el éxito de una empresa hasta que ésta termina. Yo, que empecé a militar en la Juventud Comunista en 1957 y que luego abandoné al PCV atraído por los “cantos de ballena” del MAS (en el que nunca me inscribí por cierto), no puedo justificar la posición actual de los comunistas, que sencillamente me parece mezquina. Ampararse en las actuaciones de Alí, Alberto Lovera y tantos otros camaradas, para justificar el recule de hoy me parece un….. (mejor no lo digo!). Decir por ejemplo que unirse al PSUV es renunciar a la pureza revolucionaria, es como que una mujer diga que no se casa para no dejar de ser virgen. En las últimas elecciones llamé a votar por el Presidente Chávez a través de la tarjeta del PCV. Malaya sea!, como dicen en Lara, no es la hora del culipandeo! (Culipandear, DRAE: “Evadir con astucia una dificultad prevista para no enfrentarla”.
Para aprender a nadar hay que tirarse al agua. No podemos seguir espectando este proceso sin hacer algo para ayudar al Presidente Chávez en esta lucha tan desigual, no sólo contra el imperio, sino contra la macolla derechista en el país. Hay algunos que no quieren socialismo para Venezuela, porque ¿cómo van disfrutar de los millones habidos malamente? Los corruptos bolivaristas (por el amor que sienten por el bolívar), enquistados en la Administración Pública, están esperando la primera oportunidad para abandonar este proceso. Estos y otros de igual calaña, son la verdadera quinta columna que hay que combatir, y a ello llamo al PCV, al PPT y a algunos de PODEMOS.
¿Cómo pudo Cristóbal Colón hacer el viaje hacia lo desconocido? ¿Cómo pudo Giuseppe Garibaldi derribar un reino sólo con mil soldados que lo acompañaron inicialmente? ¿Cómo pudo Simón Bolívar cruzar los Andes con un ejército como el que tenía entonces y lograr la libertad de cinco naciones? Para ello se necesitaba y lo tenían, el coraje que demostraron estos hombres y una visión de futuro amparada en sus convicciones, que también las tenían.