Parte de la dinámica que está derivando en la tensión
mundial que observamos, incluidos los efectos que se perciben en nuestro país,
tienen un origen en la crisis mundial económica, que no solo es producto de una
mala gestión económica, sino porque está derivando en una disputa geopolítica,
donde las consecuencias no dan espacio para el optimismo. La arrogancia de los
líderes políticos les impide admitir los errores en su ideología e insisten en
sostener un modelo económico con ciclos críticos de mayor duración y
envergadura, caracterizado por un daño que se causa a miles de millones de
personas, una vergonzosa concentración de la riqueza, el dominio monetario, la
caída sistemática del empleo, la disminución productiva y la especulación
financiera entre otros efectos.
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
2/10/14
Hablemos de crisis, hegemonía y una nueva guerra mundial
Mario Briones
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Crisis capitalista,
Guerras imperiales,
Hegemonía
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