“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

4/6/15

La soledad como disidencia de la vida – Fernando Pessoa: el heteronimismo, ‘drama em gente’

Fernando Pessoa
✆ Hugo Enio Braz
Presumo ante mí mismo de mi disidencia de la vida.[1] (Libro del desasosiego (Bernardo Soares-Fernando Pessoa)
Otra vez te vuelvo a ver / Pero, ay, ¡a mí no me vuelvo a ver! / Se partió el espejo mágico en el que me volvía a ver idéntico, /  Y en cada fragmento fatídico sólo veo un pedazo de mí; | ¡Un pedazo de ti y de mí! (Lisboa revisitado [2]. Álvaro de Campos-Fernando Pessoa)

Ana Martínez Pérez-Canales & Mariano Hernández Monsalve   |  Podemos esbozar una biografía de Fernando Pessoa al uso y contar su vida: nace en Lisboa en 1888, queda huérfano de padre a los 5 años, en 1896 se traslada a vivir a Durban (África) con su madre –una mujer muy culta– y su padrastro, allí aprende el inglés perfectamente. (Y aquí habría que hacer una parada larga para pensar en un Pessoa que nunca menciona África en sus escritos)[3]. Regresa a Lisboa en 1905 para quedarse definitivamente: despreciaba la idea de viajar. Convivió un tiempo con una abuela loca –la abuela Dionisia– y siempre temió por una locura hereditaria[4]. Podemos dar noticias también de que, a los diecinueve años, montó una imprenta y fracasó, de que trabajó de empleaducho para distintas casas comerciales dedicadas a la exportación e importación, y de que vivió la mayor parte de su vida en habitaciones alquiladas.