“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

10/9/12

Chile: El Palacio Presidencial de La Moneda en llamas

La Moneda en llamas ✆ Guillo
Álvaro Cuadra

Especial para La Página
Hay días que marcan a fuego a las sociedades humanas, fechas inscritas para siempre en la memoria de los pueblos. Archivos, documentos y monumentos registrarán aquel acontecimiento para las nuevas generaciones. Cada pueblo conoce y reconoce esa calendariedad que constituye, ni más ni menos, su propia historia. El once de septiembre de 1973 pertenece, por derecho propio, a aquellas fechas trágicas de nuestro país. Una fecha que vive todavía en la memoria viva de muchos, víctimas y victimarios.

La Moneda en llamas mientras los jets revolotean sobre el centro de Santiago y la radio transmite marchas militares. El presidente Salvador Allende se dirige a los trabajadores por una de las últimas radioemisoras libres, cuatro generales inician un Golpe de Estado contra el gobierno constitucional. La soldadesca se despliega en todo el territorio, lo que se empezó en Valparaíso se convierte en un férreo control de patrullas y destacamentos en cada ciudad. Se inauguran muchos centros de detención: estadios deportivos, regimientos, escuelas. Se instituye una voz única a través de los medios de comunicación, la voz de los triunfadores.