Ilustracion perteneciente a una edición de Colmillo Blanco |
Nicolás Bendersky / Saqueador de ostras en la bahía de San Francisco, vagabundo y buscavidas por diversas ciudades de EE.UU., cazador de focas en las costas japonesas, obrero en una lavandería, en una fábrica de enlatado y en minas de carbón, buscador de oro en Alaska; su vida transcurrió hasta los 30 años, como un verdadero aquelarre. Y lo singular fue que había pasado estrictamente separada de la escritura. No así de la lectura que lo acercó lentamente a Kipling, Spencer, Darwin, Stevenson, Malthus, Marx, Poe, y Nietzsche. Pero llegó el momento. Él lo sentía y lo palpaba. Jack London había nacido para escribir.