Ariel Mayo |
El anuncio de la composición del gabinete ministerial del presidente
electo Mauricio Macri desató una ola de entusiasmo entre los intelectuales
orgánicos de la burguesía argentina. Periodistas, profesores y presentadores de
televisión elogiaron la “capacidad técnica” de los futuros funcionarios. Por
supuesto que estos elogios tienen mucho de interesados y poco de interesantes,
pero así son las reglas de juego en una sociedad mercantil. Todo se compra y se
vende; por ende, las opiniones de nuestros intelectuales se rigen por las leyes
de la oferta y le a demanda, tal como sucede con cualquier hijo de vecino. Sin
embargo, y a pesar de la tosquedad y el mal gusto en la confección, los
productos vendidos en el mercado presentan algún interés. No se trata de los
productos mismos, sino de su objetivo.
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
2/12/15
La política detrás de la técnica — El gabinete de Mauricio Macri
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