“Las translúcidas manos del judío | labran en la penumbra
los cristales | y la tarde que muere es miedo y frío. | (Las tardes a las
tardes son iguales.) | Las manos y el espacio de Jacinto | que palidece en el
confín del Ghetto | casi no existen para el hombre quieto | que está soñando un
claro laberinto. | No lo turba la fama, ese reflejo | de sueños en el sueño de
otro espejo, | ni el temeroso amor de las doncellas. | Libre de la metáfora y
del mito | labra un arduo cristal: el infinito | mapa de Aquél que es todas Sus
estrellas” |
J. L. Borges, Antología poética 1923 - 1977
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Baruch Spinoza ✆ Frank Hilzerman |
Andrés Huergo | Spinoza
es una figura sobresaliente y singular en el panorama filosófico. En su obra
concurren influencias tan variadas como el judaísmo, la cultura ibérica (su
familia era descendiente de judíos hispano-portugueses), el cartesianismo, la
Escolástica, el estoicismo, la ciencia geométrica, la física…
Fue un hombre valiente y honrado que dedicó gran parte de su
talento a la crítica del sectarismo religioso y a la defensa de la libertad y
la democracia. Considerado un precursor del ateísmo, proscrito a lo largo de
más de un siglo, durante toda su vida sufrió la persecución de los intolerantes
y hasta fue víctima de un intento de asesinato por parte de un fanático que le
atacó con un cuchillo.
Spinoza sobrevivió a ese ataque, pero tuvo que soportar de
todas formas la rabia de sus enemigos. Expulsado de entre los expulsados (la
comunidad judía a la que pertenecía lo excomulgó por hereje en 1656, emitiendo
contra él una furiosa