“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

16/7/14

La Naturalización de la dominación política | A propósito de un ensayo de David Hume

David Hume ✆ García Cruz
Ariel Mayo
El fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos sobre el litigio entre el Estado argentino y los llamados fondos buitre ha reavivado la discusión sobre la deuda externa en nuestro país. Sin entrar en la discusión específica del tema de la deuda, no es el propósito de este artículo, considero conveniente hacer algunas consideraciones sobre el discurso de los políticos del sistema (léase aquellos que sirven a nuestras clases dominantes) acerca de la cuestión de la deuda.

Todos ellos, ya se trate de la presidenta Cristina Fernández, Macri, Scioli, Massa o Carrió, coinciden en que el pago de la deuda es una obligación ineludible de la Argentina. Palabras más, palabras menos, para ellos negarse a pagar la deuda externa equivale a salir del orden natural. Así, honrar nuestras deudas nos eleva a la categoría de país responsable, confiable. Si alguien propone algo distinto (léase no pagar), es porque no entiende la naturaleza del mundo en que vivimos.