Juan Forn | En la época de Montaigne, se tardaba diez
días para hacer los 600 kilómetros entre París y Burdeos, y él no estaba para
encarar el viaje, después de que lo asaltaran, lo apalearan y lo dejaran por
muerto en las afueras de París. Había ido a interceder ante la corte para
detener las guerras de religión que estaban desangrando el país, pero lo único
que le interesaba era volver cuanto antes a la famosa torre repleta de libros
que tenía en sus tierras en Burdeos. Llevaba consigo un ejemplar de la primera
edición de su libro, el único que escribiría en su vida, el que lo haría
inmortal, pero todavía no: Montaigne había quedado insatisfecho con la primera
versión publicada, el ejemplar que arrastraba consigo había duplicado
elefantiásicamente su volumen con los agregados que quería hacerle (para lograr
que fuese “un espejo en que cada hombre se vea reflejado”), llevaba diez años
agregando cosas y ya había cumplido los cincuenta: sentía cada día más cerca la
cita con
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
29/11/13
La entrada de Marie de Gournay en la historia de la literatura
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Literatura
‘Tabú’ | La última joya secreta del cine europeo
José Ramón Otero
Roko | Los aficionados al cine llaman “cofres” a los
cuidados formatos especiales – libres de plástico – con los que a veces las
editoras regalan la vista a los cinéfilos. La editorial barcelonesa Intermedio
DVD, famosa por hacer atesorar a sus seguidores algunos de esos arcones
repletos de joyas modernas del cine (desde Jean-Luc Godard a Lisandro Alonso,
pasando por Jonas Mekas) acaba de editar otro más en tiempos de acceso
universal a la cultura a través de internet, pero también en tiempos de
acumular con nosotros las evidencias de un presente y un futuro del cine
genuino. La alhaja, más bonita, más preciosa, más valiosa si se quiere, y no
muy cara, está dedicada al director portugués Miguel Gomes, que los enamorados
de las imágenes en movimiento recordarán por Aquel Querido Mes de Agosto (2008)
y por éste Tabú (2012) que triunfó en la Berlinale y que en España ha
podido estrenarse hace muy pocos meses tras obtener el Premio del Público en el
Festival de Cine de Las Palmas. Un cofre, lo repetimos, que reúne ese último
largometraje con la casi integral de sus cortos, en un arca de la alianza
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