Gustavo Márquez Marín [Especial para La Página] La corrupción es inmanente al capitalismo porque su esencia es la
expropiación del producto del trabajo por el capital y la “ética de la
ganancia” que solo atiende al principio de producir para obtener “el
máximo beneficio al mínimo costo”, aunque ello conduzca a la destrucción
de la humanidad misma. La erradicación de la corrupción solo será
posible en una sociedad poscapitalista, en la cual se supere la
contradicción capital-trabajo y el Estado realmente esté al servicio del
bien común. Sin embargo, en el proceso de transición hacia la sociedad
socialista, deben crearse las condiciones para el surgimiento de una
nueva Ética, fundada en valores humanistas y en una conciencia social
crítica que deje atrás el individualismo liberal burgués y en una
cultura robinsoniana del servidor público.
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
11/8/13
Transparencia vs. corrupción
Etiquetas | Tags | Étiquettes:
Corrupción,
Democracia,
Opinión,
Política,
Venezuela
Suscribirse a:
Entradas (Atom)