“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

30/12/14

Maldito socialismo, ¡cómo te echamos de menos!

Higinio Polo
Hace unas semanas, en Berlín, mientras los beneficiarios del cambio político en la Europa del Este celebraban la desaparición del muro (y, sobre todo, del “socialismo real”) hace veinte años, como prueba manifiesta de la superioridad social del capitalismo, la prensa internacional conservadora lanzó una de sus habituales campañas propagandísticas para vender de nuevo la mentira del supuesto éxito conseguido por el cambio político y económico en los antiguos países socialistas europeos.

La escenificación de una alegría impostada en ceremonias de auto alabanza (con evidentes concesiones al nacionalismo alemán) y la presencia, y, después, las imágenes difundidas por el mundo de Gorbachov, George Bush, Kohl, Merkel, Wałesa y otros (incluso Medveded) celebrando la “victoria sobre el comunismo”, escondían el sufrimiento social causado por el retroceso hacia el capitalismo en toda la Europa oriental, y se revelaban como la gran mentira de los festejos de Berlín.