Alfredo Portillo
Especial para La Página |
En varias ocasiones, durante la actual campaña electoral, el Presidente Hugo
Chávez se ha referido a la necesidad de aumentar la eficiencia del aparato de
gobierno, a fin de solucionar los diferentes problemas de la sociedad
venezolana. Él espera que durante su próximo mandato --en caso de ser
reelegido--, muchas de las debilidades que ha tenido su gestión de gobierno
sean superadas, y así se lo ha hecho saber a los diferentes funcionarios que
tienen responsabilidades al frente de ministerios, gobernaciones y alcaldías.
La verdad es que pasar de un estado de cierta ineficiencia a
otro de eficiencia no debe resultar tan fácil. Para ello se va a requerir de la
implementación de un modelo de gestión que haga posible lograr los objetivos
planteados. En ese modelo de gestión deben jugar papel fundamental las fases de
seguimiento y control y de rendición de cuentas, a fin de evitar que los recursos
y esfuerzos utilizados se diluyan en un
mar de desorden y confusión.
Es por ello que
resulta pertinente hacerse la
pregunta --a manera de ejemplo-- ¿Cómo
marcha la Misión A Toda Vida Venezuela?, la cual tiene que ver con la política pública lanzada a mediados del
pasado mes de junio y que busca lidiar
con y solucionar el grave problema de la inseguridad en Venezuela. Es de
suponer que a mediados del venidero mes de diciembre ya se debería dar a conocer el primer informe que de cuenta
de las metas alcanzadas durante los primeros seis meses de vida de esta misión.
Es bueno recordar que la Misión A Toda Vida Venezuela es bastante compleja, ya
que ha sido estructurada con base en seis ejes estratégicos, los cuales abarcan
los siguientes aspectos: prevención integral y convivencia solidaria entre los
ciudadanos, fortalecimiento de los
órganos de seguridad ciudadana, transformación del sistema judicial penal, creación de sistemas alternativos de resolución
de conflictos, modernización del sistema penitenciario, sistema nacional de
atención integral a víctimas de la violencia y
creación y socialización del conocimiento para la convivencia y
seguridad. Es decir, hay mucho trabajo por hacer.