La Ley Habilitante podría ser un poderoso instrumento
para impulsar una Revolución Socioproductiva, que revierta la tendencia
inercial hacia la desindustrialización iniciada
“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell
3/12/13
Falta una política industrial
Gustavo Márquez Marín | Las
primeras medidas tomadas por el Presidente Maduro en el marco de la Ley
Habilitante que le otorgó la AN para enfrentar la guerra económica, están
enfocadas a controlar las especulación a través de la limitación de la ganancia
y, a la creación de nuevos mecanismos que impidan la
reiteración de fraudes en el otorgamiento de las divisas y a
garantizar la asignación de éstas se haga según las prioridades del Plan de la
Nación. Sin duda, ambos instrumentos dan cuenta de un esfuerzo por transformar
el actual modelo obsoleto de administración de divisas pero, se deja intacta la
política pro-inflacionaria del “anclaje cambiario” y se mantiene la
carencia de una política industrial que permita avanzar en la “siembra
del petróleo”, a través de la inversión de la renta petrolera en el
desarrollo socioproductivo diversificado endógeno del país.
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