Especial para La Página |
En un libro reciente, Mario Amorós, ‘Sombras
sobre Isla Negra’, nos refiere la reacción de Neruda ante la muerte de Víctor
Jara, triste presagio de la suya propia en la Clínica Santa María en oscuras
circunstancias.
Desde su lecho de enfermo, en la habitación, Pablo le increpa a
Matilde: “Están matando gente, entregan cadáveres despedazados. La morgue está
llena de muertos, la gente está afuera por cientos, reclamando cadáveres.
¿Usted no sabía lo que le pasó a Víctor Jara?, es uno de los despedazados, le
destrozaron sus manos… ¿Usted no sabía
esto? ¡Oh dios mío! Si esto es como matar un