Especial para La Página |
2 / Hace años sostengo que el plan maestro de Estados Unidos es suscitar una guerra entre Colombia y Venezuela para quedarse con las ruinas de ambos países. Indicios de que esta intuición pudiera no estar equivocada son: el hecho de que el presupuesto de Defensa de la Hermana República alberga más de medio millón de personas; de que Estados Unidos apoya este esfuerzo armamentista con los raudales de dólares del Plan Colombia y con tres bases militares que aspiraba elevar a nueve; de que en 2004 fueron detenidos más de un centenar de paramilitares que preparaban un magnicidio en Venezuela; de que en 2008 el ejército colombiano con logística e inteligencia estadounidense atacó a Ecuador; de que ambas agresiones fueron rodeadas de persistente campaña para incriminar a nuestro país como narcotraficante, dominado por la guerrilla colombiana y violador de los Derechos Humanos. A confesión de Uribe, relevo de pruebas: durante una década el presidente de un país vecino estuvo planeando invadirnos.