Martí Caussa | ¿Qué
motiva a alguna gente a amar otras lenguas, además de la suya propia? ¿Se trata
de una actitud personal que no tiene mayor trascendencia o contiene unos
valores que conviene rescatar? Para discutirlo recurriré a varios ejemplos. El
primero es John Steinbeck, que no se refiere a otras lenguas sino a las hablas
regionales del inglés de los Estados Unidos /1:
“Me parece que el
habla regional está en proceso de desaparición, que no ha muerto pero que está
muriendo. Cuarenta años de radio y veinte de televisión deben haber tenido esta
consecuencia….A mí que me encantan las palabras y la posibilidad infinita de palabras
me entristece este hecho inevitable. Porque con el acento local desaparecerá el
ritmo local. Los modismos, las metáforas que hacen que el lenguaje sea rico y
esté lleno de la poesía del lugar y el momento morirán inevitablemente. Y en su
lugar habrá un habla nacional, envuelta y empaquetada, uniforme e insípida".