Podemos trasladar la descripción de los hechos al castellano, al catalán o a cualquier otra lengua. Pero la reacción ante ellos es distinta: algunos como Steinbeck creen que con la disminución de la diversidad se está perdiendo algo importante; otros no.“Me parece que el habla regional está en proceso de desaparición, que no ha muerto pero que está muriendo. Cuarenta años de radio y veinte de televisión deben haber tenido esta consecuencia….A mí que me encantan las palabras y la posibilidad infinita de palabras me entristece este hecho inevitable. Porque con el acento local desaparecerá el ritmo local. Los modismos, las metáforas que hacen que el lenguaje sea rico y esté lleno de la poesía del lugar y el momento morirán inevitablemente. Y en su lugar habrá un habla nacional, envuelta y empaquetada, uniforme e insípida".
El segundo ejemplo es Pier Paolo Pasolini, que describe unos
hechos y una pérdida semejantes, esta vez en Italia /2:
“Los dialectos (¡los idiomas maternos!) quedan alejados en el tiempo y el espacio. Los hijos se ven obligados a no hablarlos, porque viven en Turín, Milán o Alemania. Allí donde se hablan, han perdido por completo su capacidad inventiva” (p.67)
El tercer ejemplo es una obra de teatro Traduccions de
Brian Friel, que se está representando ahora en Barcelona. Como no dispongo del
texto me remito a la crónica de Marcos Ordóñez/3:
“Traduccions narra el
intento de destrucción del idioma irlandés (la variedad irlandesa del gaélico,
para ser más precisos). Destruir un idioma equivale a acabar con una cultura,
una tradición, una forma de ver el mundo: ‘Las imágenes del pasado que nos
configuran, encarnadas en el lenguaje’, como dice bien Hugh, el viejo maestro
rural”
¿Casos particulares o
fenómeno mundial?
De estos autores sólo Pasolini, que yo sepa, sitúa el caso
particular que describe en el contexto de un fenómeno mundial:
“la aculturación del Centro consumista ha destruido las culturas del Tercer Mundo (sigo hablando a escala mundial, y por lo tanto también me refiero a las culturas del Tercer Mundo muy semejantes a las culturas campesinas italianas): el modelo cultural que se ofrece a los italianos (y a todos los hombres del planeta) es único” (p. 67)
“El modelo cultural que ha impuesto allí la clase dominante les ha bloqueado lingüísticamente. En Roma, por ejemplo, ya nadie es capaz de inventar: se ha caído en una especie de neurosis afásica”…¿A qué se debe este genocidio causado por la aculturación impuesta solapadamente por las clases dominantes? A que la clase dominante ha separado con nitidez el progreso del desarrollo. A ella sólo le interesa el desarrollo, porque sólo de él saca beneficios” (p. 271)
“el nuevo poder burgués necesita consumidores con un espíritu totalmente pragmático y hedonista” (p.23)
Pasolini hacía estas reflexiones en la primera mitad de los
años 70 del siglo pasado, cuando todavía no existían lo que ahora llamamos
globalización y neoliberalismo, pero no sólo era un analista de la cultura,
sino un poeta y un gran lector de símbolos, cualidades que utilizaba para intentar
comprender el futuro que se estaba incubando.
Actualmente la destrucción de la diversidad lingüística
progresa al mismo ritmo que la destrucción de la biodiversidad. Del mismo modo
que el maíz transgénico está destruyendo las variedades tradicionales, unas
cuantas lenguas mundiales de intercomunicación están destruyendo la diversidad
de lenguas y de hablas dentro de cada lengua. Porque el nuevo poder burgués
mundial necesita un lenguaje lo más unificado posible y lo está logrando
principalmente a través de la primacía del lenguaje del comportamiento sobre el
verbal, pero también a través de la destrucción de la diversidad lingüística y
de la esterilización de las grandes lenguas de intercomunicación. Pasolini lo
anticipaba así: “Saben que la cultura produce códigos; que los códigos
producen el comportamiento; que el comportamiento es un lenguaje; y en un
momento histórico en que todo el lenguaje verbal es convencional y está
esterilizado (tecnificado), el lenguaje del comportamiento (físico y mímico) adquiere
una importancia crucial”(p.59).
Ideologías contra la
diversidad lingüística
La desaparición de la diversidad lingüística es parecida en
todo el mundo, en correspondencia con las necesidades del poder al que resulta
funcional. Pero las ideologías que la justifican siguen siendo muy variadas. En Traduccions, cuya acción transcurre en
1830, el motivo para la destrucción del gaélico es la consolidación del nuevo
poder colonial británico Es una ideología de conquista que parece totalmente
desfasada, pero ha estado viva hasta hace poco en personajes de la derecha tan
significativos como Manuel Fraga. Jorge Vernstringue, uno de los pocos ejemplos
de evolución desde la derecha hacia la izquierda, contaba el año pasado en el
programa Singulars de TV3/4 que
cuando era Secretario general de Alianza Popular (entre 1979 y 1986) intento
convencer a Fraga de celebrar un congreso del partido en Barcelona, a lo que
éste replicó:“Sólo Madrid hace los reyes y, en segundo lugar, ésta es tierra
conquistada”. Actualmente la política del Partido Popular en el tema de la
lengua en Baleares, Catalunya y País Valencià no parece estar muy alejada de la
de su fundador.
Pasolini describía otro tipo de ideología contraria a la
diversidad lingüística: “Los intelectuales siempre tendemos a identificar
“cultura” con nuestra cultura…Esto significa: 1) que no usamos la palabra
“cultura” en el sentido científico; 2) que así expresamos cierto racismo
irreducible hacia quienes tienen precisamente otra cultura” (p.70). Esta
aversión por las culturas ajenas se ha intensificado en Europa desde la época
de Pasolini al calor, sobre todo, del crecimiento de la inmigración y de los
repliegues identitarios que se han generado, tanto dentro de las culturas
mayoritarias, como de las minoritarias. Y no sólo entre intelectuales. Hay
catalanes que siguen considerando “de fuera” a personas que llevan más de
cuarenta años en el país; y actualmente en toda España muchas personas
consienten o apoyan políticas de discriminación lingüística y cultural contra los
inmigrantes de los años 2000.
Pero probablemente la ideología más eficaz contra la
diversidad lingüística es la que no tiene necesidad de decir su nombre, la que
se limita a seguir el sentido de la evolución socioeconómica en marcha, la que
se presenta como pragmática, moderna y liberal (e incluso internacionalista):
¿Por qué un castellanohablante debería aprender catalán, euskara o gallego si
no los necesita para nada, ni siquiera en los territorios donde son lengua
propia? ¿Por qué la escuela debe enseñar una lengua minoritaria si la que se
necesita es el inglés? ¿Por qué no dejar que las lenguas en oferta se
determinen por la demanda del mercado, en lugar de gastar esfuerzos para
mantenerlas? ¿Por qué contribuir a que se mantengan las barreras lingüísticas
cuando a los trabajadores les interesaría un idioma universal? En definitiva,
la ideología más eficaz es la del “sentido común”, porque evita hacerse
preguntas, interrogarse sobre dónde nos lleva la corriente dominante.
Pero sin hacerse preguntas vamos al son que dicta la gente
que no ama las otras lenguas, ni las otras culturas, ni la autonomía personal
de las personas que las hablan y las crean; al son de la gente que sólo ama sus
beneficios y sus privilegios. Vamos hacia donde quiere el poder, sea en la
diversidad lingüística y cultural, sea en la biodiversidad.
Notas
1/ John Steinbeck, Viajes con Charley, Península
(1998), pp.154-155
2/ Pier Paolo Pasolini, Escritos corsarios, Ediciones
del oriente y del mediterráneo (2009)
3/ Marcos Ordóñez, El viento que arrasó la cebada:http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/12/actualidad/1392219965_361458.html
4/ Singulars “Jorge Verstrynge: un llarg viatje”
(vídeo en castellano), minutos 32-33:http://www.tv3.cat/videos/4592052/Jorge-Verstrynge-Un-llarg-viatge
|