“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

14/10/13

Bertrand Russell & Ludwig Wittgenstein: una relación incomprendida

    Bertrand Russell  ✆ Simply Charly
  • En los últimos años de su vida Russell fue retomando  posiciones progresistas, anti-capitalistas y anti-imperialistas, con lo cual se fue  acercando poco a poco a posiciones políticas cada vez más cercanas a las de  Wittgenstein.
Alejandro Tomasini Bassols  |  Puede razonablemente sostenerse, sin ser excesivamente temerarios o dogmáticos, que Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein son, con mucho, los dos filósofos más decisivos del siglo XX. De diferente modo y en direcciones no siempre convergentes, ambos marcaron como nadie el destino de la filosofía occidental y, en verdad, de la cultura occidental. Russell, por ejemplo, se encuentra en la raíz de las discusiones sobre los fundamentos de las matemáticas, discusiones de las cuales fueron brotando paulatinamenteel programa de Hilbert, el teorema de Gödel y, por alambicados vericuetos, las máquinas de Turing y la teoría de la computación, con la cual el mundo sufrió su mayor revolución de los últimos siglos. Wittgenstein tuvo una menor influencia en el mundo científico, pero la revolución que llevó a cabo en
filosofía fue de tales magnitudes que obligó a re-pensar su naturaleza so pena de verla reducida a una actividad banal y hasta frívola.

Wittgenstein ✆ Renée Jorgensen Bolinger
Aunque de personalidades marcadamente diferentes, ambos eran personajes descollantes y podemos decir de ellos lo mismo que dice Russell cuando explica la noción de existencia, para lo cual contrasta a Napoleón con Hamlet. Explica Russell: “Si nadie pensara en Hamlet, no quedaría nada de él; si nadie pensara en Napoleón, él muy pronto haría que algunos lo hicieran”.

En otras palabras, en cualquier contexto de meditación filosófica Russell y Wittgenstein habrían destacado. Y, precisamente, si hubo algo que Wittgenstein siempre admiró fue la potencia y la velocidad intelectual de Russell, así como éste siempre, inclusive en los peores momentos de su relación, reverenció la profundidad del pensar y la pasión filosófica de Wittgenstein. De manera que, aunque problemática, en el fondo su relación resultó ser una amalgama indisoluble. Ciertamente podemos pensar en Russell sin Wittgenstein y a la inversa, pero es sólo cuando se les contempla en su en ocasiones conflictiva pero siempre intensa y fascinante relación que se les comprende mejor. 
© Instituto de Investigaciones Filosóficas | Universidad Nacional Autónoma de México - UNAM 
 
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Nota del Editor

Alejandro Tomasini Bassols
El interés mayor de Alejandro Tomasini Bassols lo han constituido sobre todo las filosofías de Bertrand Russell y de Ludwig Wittgenstein. De tesis sobre Russell tiene el récord mundial con tres, como se lo hizo saber Kenneth Blackwell por carta. Algo interesante es su transición gradual (y al parecer definitiva) de un russellianismo fuerte a un wittegensteinianismo radical. Sin duda alguna, parte de sus objetivos filosóficos es realizar en español análisis gramaticales (cuyos paradigmas están desde luego en las obras del segundo Wittgenstein), al modo como algunos destacados filósofos wittgensteinianos (e.g., Norman Malcolm y Morris Lazerowitz) han mostrado que se pueden realizar. Su filosofía de la religión es un claro ejemplo de ello. Para Alejandro Tomasini Bassols, empero, la investigación filosófica genuina tiene que venir acompañada de dos actividades complementarias: la docencia, por una parte, y la difusión y la crítica de ideas, por la otra. Los cursos son para él sencillamente imprescindibles. Por otra parte, la filosofía también debe, en su opinión, ser de utilidad para otros, de manera que se vuelve una obligación para quien la practica seriamente rebasar el estrecho ámbito de la academia y utilizar los beneficios que de la filosofía se extraen para debatir en público cuestiones de interés general.