Grabado para la “Brevísima”: Aperreamiento
de indios
✆ Theodore de Bry, s. XVI |
“Sus perros son
enormes, de orejas ondulantes y aplastadas, de grandes lenguas colgantes;
tienen ojos que derraman fuego, están echando chispas; sus ojos son amarillos,
de color intensamente amarillos”.
El papel de estos lebreles fue tan destacado que muchos de ellos han pasado a la Historia con nombre propio, como es el caso de Becerrillo, propiedad de Diego de Salazar que, según López de Gómara, cobraba un sueldo equivalente a ballestero y medio. Cuando algún enemigo huía lo enviaban a por él y era capaz de seguir el rastro y traerlo por la fuerza. Narraba Antonio de Herrera que los indios temían más a diez españoles acompañados del citado can que a 100 sin él. Finalmente, murió de una flecha envenenada que le lanzaron los caribes cuando, en compañía del capitán Sancho de Arango, se disponía a atrapar en el agua a uno de ellos. Otros perros no menos afamados fueron Amadís, Mahoma y especialmente el mastín Leoncillo, hijo del anteriormente citado Becerrillo. Este último era bermejo y de mediano tamaño, acompañó a Núñez de Balboa en su expedición al Mar del Sur, llevando sueldo de capitán. Acudía a por los fugados, actuando de forma diferente según fuese la actitud del nativo: si éste se quedaba quieto lo asía por la muñeca y lo traía de vuelta sin hacerle daño pero si, en cambio, se resistía lo hacía pedazos. No menos fama tuvo Marquesillo, un lebrel al que le bastaba oler a un indio para lanzarse sobre él y destriparlo en cuestión de segundos. En una campaña, enviada en 1541 por Sebastián de Belalcázar al cacicazgo de Pirama en el Nuevo Reino de Granada, Marquesillo destripó al hermano del cacique Pirama. Éste le pidió al capitán Rodrigo de Cieza que castigase al responsable. Rodrigo de Cieza aceptó, pero como no quería desprenderse de Marquesillo, cogió otro perro parecido que tenía, le puso el collar de Marquesillo y tras un juicio sumarísimo fue ejecutado. Una pura pantomima que los siempre ingenuos nativos se tragaron.
Bibliografía
MIRA CABALLOS, Esteban: Conquista y destrucción de las
Indias. Sevilla, Muñoz Moya, 2009.
PIQUERAS CÉSPEDES, Ricardo: “Los perros de la guerra o elcanibalismo
canino en la conquista” Boletín Americanista Nº 56. Barcelona,
2006.
VARNER, John J. y Jeannete: Dogs of the conquest. Nebraska,
University, 1984.