“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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3/5/15

La arquitectura como política e ideología: el Karl Marx Hof de Viena

Owen Hatherley   |   El Karl Marx Hof (“Patio Karl Marx” podría traducirse) de Viena es un a raro ejemplo de una arquitectura que es a la vez instrumento político y símbolo ideológico, un edificio por el que lucharía el pueblo, a favor y en contra, con cañones. Iniciado por la municipalidad de Viena en 1927 y acabado tres años más tarde, se convirtió en uno de los principales campos de batalla de la breve guerra civil austriaca de 1934. Su bombardeo, lo mismo que su construcción, se convirtió en un símbolo, esta vez no del socialismo municipal sino del fascismo y de la primera resistencia seria en su contra.

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Nada de este significado se le habría aplicado al Karl Marx Hof de no haber sido por el hecho de que el edificio ya parecía una fortaleza, un baluarte, un castillo de solidaridad, años antes de que se convirtiera en realidad en un lugar de resistencia bajo sitio, asediado. Es un bloque de apartamentos increíblemente alargado, de color rojo y mediana altura, puntuado por arcadas y ubicado justo al norte del centro de la ciudad, y comprende escuelas, baños, una biblioteca y un centro de salud. Culmina en una gran plaza con esculturas, barrotes, torretas y la leyenda, en hermosas letras de molde: “Karl Marx Hof, construido por el Ayuntamiento de Viena”.

13/3/15

L’espace urbain après le capitalisme: une utopie nécessaire

David Harvey
Les figures de la ville et de l’utopie ont depuis longtemps partie liée. Dès leurs premières apparitions, les utopies se présentèrent sous une forme distinctement urbaine et l’essentiel de ce qui est considéré comme de la planification urbaine au sens large a été infecté (certains diraient « inspiré ») par des modes de pensée utopiques. Le lien est bien antérieur à la première aventure de Sir Thomas More avec le genre utopien en 1516.
Il y a plusieurs manières de comprendre le texte de More et les nombreux schémas utopiques qui ont vu le jour par la suite, tels ceux de Francis Bacon ou de Tommaso Campanella. Je me limiterai ici à un seul axe : la relation suggérée entre l’espace et le temps, entre la géographie et l’histoire. Toutes ces formes d’utopie peuvent être caractérisées d’ « utopies de la forme spatiale » dans la mesure où la temporalité du processus social, la dialectique du changement social –l’histoire réelle – en sont exclues, tandis que la stabilité sociale y est assurée par une forme spatiale fixée. Louis Marin[1] a qualifié l’utopie de More de « jeu d’espace ». More sélectionne en effet un ordre spatial possible parmi de nombreux autres en tant que moyen de représenter et de donner consistance à un ordre moral particulier. Il n’est du reste pas le seul à procéder de la sorte. Mais l’idée nouvelle que Marin nous permet de saisir, c’est que le libre jeu de l’imagination, l’utopie en tant que « jeu spatial », est devenu, grâce à l’initiative de More, un moyen fertile d’explorer un large ensemble d’idées contradictoires concernant les relations sociales, les codes moraux, les systèmes politico-économiques etc.