Los tiempos cambian, y... ¡vaya de que forma!
No queremos agregar mayores comentarios a las fotos, porque esas imágenes son muy significativas. La visita de la flota rusa es otra demostración de orgullo de nuestra soberanía.
En nuestras aguas navegarán sólo aquellos barcos que nosotros autoricemos. Para utilizar la expresión que le oímos a la Cancillera del Ecuador: ¡A quien nos dé la regalada gana!