Ana Enriqueta Terán |
Especial para La Página |
Nuestro
admirado juglar Luis Pastori expresaba en alguna ocasión que:
La
poesía
Como
una lámpara
Como
una medalla perdida
Recorre
las calles.
Y
esto es profundamente cierto. Se puede decir que la poesía es un signo
alucinado de la conciencia. Parte del vértigo y llega al éxtasis. Recorre el
deliquio y se sublima a solas o en compañía infinita con el sueño. No acepta
sino de ella misma, de su alma, para inocular el cuerpo creador, la materia
intangible. Es por eso más solemne y más