Más cooperación, más integración en el mercado de América Latina. La visita del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, concluyó el martes en Brasilia. Tras años de distancia y de férrea alianza con Estados Unidos, Uribe manifestó su "voluntad de integración". En su visita a la ciudad de São Paulo, pidió más inversiones para Colombia a un grupo de 330 empresarios brasileños, Uribe realizó una declaración clave:"No podemos continuar dividiendo a América Latina entre estatalismo y neoliberalismo".
La segunda visita oficial de Álvaro Uribe a Brasil ha tenido gran significado político. La coyuntura política internacional quiere ser aprovechada por Colombia para proyectarse e intentar afiliarse a la integración económica de América Latina, en el que está muy interesado también Lula, quien ayer insistió en una "moneda única" para la región, una idea que ha impulsado nuestro presidente Chávez, sin mucha audiencia hasta ahora.
La llegada de Obama a
Álvaro Uribe se atrevió a reconocer sin pudor en Brasil que espera con "paciencia" el tratado de libre comercio con los EE.UU., pero que intenta acercarse a
El Gobierno colombiano invierte casi el 5% del PIB del país en gastos militares, el sistema de salud, la educación pública o las infraestructuras del país están a punto de colapso. Los recolectores de caña de azúcar, viven en un régimen semi-esclavista. Las transnacionales no saben lo que es la responsabilidad social corporativa. Los servicios públicos están privatizados. No existen los convenios laborales. No está permitida la libre afiliación a los sindicatos. Uribe esconde un sistema muy poco democrático en cuestiones laborales y económicas. Los medios de comunicación son muy sumisos con Uribe y justifican sus acciones poco democráticas. En Venezuela la oposición tiene como modelo a Uribe.