“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

21/1/12

¡Detener los preparativos de guerra! ¡Suspender el embargo!


¡Solidaridad con los pueblos iraní y sirio!

Decenas de miles de muertos, una población traumatizada, amplia destrucción de infraestructuras y un Estado en ruinas: este es el balance de la guerra desencadenada por EE. UU. y la OTAN contra Libia para saquear las riquezas del país y volver a colonizarlo. Ahora preparan abiertamente otra guerra contra Irán y Siria -el primero rico en materias primas y el segundo de crucial importancia estratégica- porque tienen su propia política y se niegan a someterse a los dictados de esas dos potencias. Un ataque de la OTAN contra Siria o Irán podría llevar a una confrontación directa, de consecuencias incalculables, con Rusia y China.

Con continuas amenazas de guerra, la concentración de tropas en las fronteras de Irán y Siria, y atentados terroristas y sabotajes cometidos por «unidades especiales» infiltradas en el país, EE. UU., sus aliados de la OTAN e Israel imponen un estado de excepción en estos países para ponerlos de rodillas. Con sumo cinismo y desprecio de los derechos humanos, EE. UU. y la UE tratan de paralizar su comercio exterior y sus transacciones financieras. Así se pretende sumir la economía iraní y siria en una grave crisis, que aumentará el desempleo y causará un fuerte deterioro en el abastecimiento de la población. Buscando un pretexto para una intervención militar decidida hace tiempo, se intentan agudizar los conflictos étnicos y provocar estallidos sociales que desemboquen en una guerra civil. Los gobiernos europeos, como el español, respaldan activamente esta política de embargo y amenaza de guerra.

Llamamos a todos los ciudadanos, Iglesias, gobiernos, partidos, sindicatos y movimiento pacifista a que se opongan enérgicamente a esta guerra.