Especial para La Página |
En marzo de 2010 publiqué un corto artículo titulado “El
inoficioso reglamento electoral”, a propósito del instrumento legal que había
elaborado el Consejo Nacional Electoral (CNE) para regular la campaña
propagandística con miras a las elecciones parlamentarias que se realizaron en
Venezuela el 26 de septiembre de ese mismo año. En dicho artículo me limité a
señalar que el mencionado reglamento era innecesario e inútil porque, en
realidad, lo que pretendía reglamentar era desbordado por la fuerza de los
acontecimientos enmarcados en una feroz lucha que se libra en Venezuela, y que
el CNE no tenía la capacidad para hacerlo cumplir, entre otras razones, porque
no contaba con los mecanismos necesarios para reaccionar a tiempo y sancionar a
los infractores. Dos años después, estamos ante una situación similar, sobre
todo porque la diversificación de medios de información y comunicación,
incluidas las redes sociales, hacen más complejo el panorama.
Más recientemente publiqué otro breve artículo, esta
vez titulado ¿Para
qué la campaña electoral? , en el que señalé que la campaña
propagandística que se iniciaría el pasado 1º de julio, simplemente iba a
servir para que, en medio de un clima de bipolaridad política y, dando por
ciertas las cifras de las encuestas publicadas,
los dos principales candidatos presidenciales consolidaran sus
respectivos objetivos políticos. De un lado, el candidato Hugo Chávez, para
hacerse reelegir como Presidente de la República, para lo cual realizaría una
campaña electoral de baja intensidad,
sin mayores aspavientos, ya que cuenta con el aparato de gobierno y la
maquinaria de los partidos políticos que lo apoyan. Del otro lado, el candidato
Henrique Capriles Radonsky, para consolidar a escala nacional su liderazgo y el
de su partido Primero Justicia en el mundo de los sectores de oposición. A
todas estas, el CNE continuará con los preparativos para las elecciones del 7
de octubre, los principales actores políticos seguirán en el cumplimiento de
sus respectivos planes de campaña, mientras que los electores esperaremos
ansiosos para acudir a tan magna cita democrática. Así que, nada nuevo bajo el
sol.
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