Especial para La Página |
English |
Oír, Mp3 |
La Legión Cóndor de la Luftwaffe (la Fuerza Área alemana
durante la Alemania nazi) realizó el bombardeo a pedido del General Francisco
Franco, que encabezaba una rebelión militar contra el gobierno democráticamente
electo de España. Franco procuró la ayuda de Adolf Hitler y de Benito
Mussolini, que estaban muy entusiasmados con poner en práctica las técnicas de
guerra modernas contra los indefensos ciudadanos españoles. El ataque contra
Guernica fue la primera vez en la historia europea que una ciudad civil fue
destruida por completo mediante un bombardeo aéreo. Si bien las casas y las
tiendas fueron destruidas, varias fábricas de armas, un puente de importancia
clave y las líneas ferroviarias quedaron intactos.
Activo y lúcido a los 89 años de edad, Luis Iriondo
Aurtenetxea se sentó junto a mí en la oficina de la organización Gernika
Gogoratuz, que en vasco significa “Recordar a Guernica”. El vasco es un idioma
antiguo y un elemento fundamental de la férrea independencia del pueblo vasco,
que ha vivido durante miles de años en la región fronteriza entre España y
Francia.
Cuando Guernica fue bombardeada Luis tenía 14 años y
trabajaba como asistente en un banco local. Era día de mercado, por lo que todo
el mundo estaba en la cuidad, la plaza del mercado estaba repleta de gente y de
animales. El bombardeo comenzó a las 16.30 horas del 26 de abril de 1937. Luis
recuerda: “No terminaba nunca. El
bombardeo seguía y seguía así. Hasta tres horas y media de bombardeo. Cuando
terminó, salí del refugio y todo el pueblo estaba ardiendo, todo era fuego”.
Luis y otras personas huyeron hacia al pueblo vecino de Lumo,
en la cima de la colina, desde donde al caer la noche vieron cómo su ciudad
natal se quemaba y sus hogares eran destruidos por las llamas. Les dieron un
lugar donde dormir en un granero. Luis continuó: “A media noche, no sé qué hora
era porque no tenía reloj yo entonces... pero me despertó algo. Y oí que me
llamaban. Y me asomé a la puerta de la cuadra, que daba a la plaza, y vi la
silueta de mi madre. Al fondo se veía Guernica todo ardiendo y con la luz
aquella le vi a ella. Era mi madre, que había encontrado a los demás hijos,
éramos cuatro hermanos, pero le faltaba yo”. Luis y su familia fueron
refugiados de guerra durante muchos años y finalmente regresaron a Guernica
donde, al igual que Picasso en París, Luis vive y trabaja como pintor.
Luis me llevó a su estudio, que tiene las paredes cubiertas
de pinturas. La que más se destaca es la que hizo sobre aquel momento en Lumo,
cuando su madre lo encontró. Le pregunté cómo se sintió en ese momento. Se le
llenaron los ojos de lágrimas. Pidió disculpas y dijo que no podía hablar de
eso. A unas cuadras del estudio de Luis se encuentra una de las fábricas de
armas que se salvó de la destrucción: una planta donde se fabricaban armas
químicas y pistolas, denominado edificio Astra. Aunque Astra se mudó, la
empresa de armas continúa teniendo vínculos con la ciudad, ya que varias de sus
armas automáticas llevan el nombre de “Guernica” y, según indica la empresa,
están “diseñadas por guerreros, para guerreros”.
Hace algunos años, un grupo de jóvenes ocupó la planta abandonada
para exigir que fuera transformada en un centro cultural. Oier Plaza es un
joven activista de Guernica. De pie junto a la planta, me dijo: “En un
principio, la policía nos expulsó, pero la volvimos a ocupar. Finalmente, la
alcaldía compró el edificio, luego comenzamos este proceso de recuperar el
edificio para crear el proyecto Astra”.
El objetivo del proyecto Astra es convertir esta fábrica de
armas en un centro cultural donde se dicten cursos de arte, video y medios
audiovisuales en general. “Creo que debemos mirar el pasado para poder
comprender el presente, y si entendemos el presente podremos crear un futuro
mejor. Y creo que Astra es parte de ese proceso: forma parte del pasado, del
presente y del futuro de esta ciudad”.
Desde el “Guernica” de Picasso al autoretrato de Luis
Iriondo Aurtenetxa junto a su madre, pasando por la iniciativa de Oier Plaza y
sus jóvenes amigos, el poder del arte de convertir espadas en arados y de
resistir a la guerra se renueva constantemente.
Amy Goodman |
Denis
Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.