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La verdad es que ambos procesos, tanto el territorial, para
la conformación de comunas, como el administrativo, para el uso eficiente de los
recursos humanos y materiales, presentan cada uno por su lado cierto grado
de dificultad para que sean exitosos, y al mismo tiempo están estrechamente
relacionados. El territorial, porque requiere que en cada porción del territorio
donde se aspira a establecer comunas, existan las condiciones apropiadas para
que ello sea posible, mientras que el administrativo, porque implica un cambio
cualitativo importante en todas las personas que han tenido y tienen
responsabilidades en las labores de gestión pública.
Lo anterior indica entonces que el desarrollo del
proceso territorial de conformación de comunas en Venezuela, tiene que
darse necesariamente de manera simultánea con el desarrollo del proceso
administrativo de una mayor eficiencia en la gestión pública. Porque lo primero
sería impensable si no se hace previamente un diagnóstico de la realidad
comunal venezolana, a fin de detectar los nichos territoriales donde existen experiencias
exitosas de consejos comunales y otras formas de organización comunitaria,
tanto desde el punto de vista organizativo, como en lo que se refiere a la
gestión de recursos financieros y materiales que se les hayan entregado. Luego, una vez conformadas las comunas, se les debe hacer el correspondiente
seguimiento, para asegurar una apropiada territorialidad.
De tal manera que ambos procesos deben ser vistos como
buenas alternativas para el fortalecimiento del Estado (con ‘E’ mayúscula)
democrático y social de derecho y de justicia, en el que la construcción de
comunas sea el impulso, mientras que la eficiencia sea el regulador de ese
impulso.
Correo: alportillo@ula.ve