Especial para La Página |
Más allá de la polémica y disputa que existe entre los
taurinos y los antitaurinos, entre aquellos partidarios de las corridas de
toros, que las ven como arte, cultura y tradición, y aquellos que las
consideran simplemente como una crueldad y una aberración, resulta de interés
ver la tendencia que en ese sentido se ha venido manifestando durante los
últimos años en diferentes lugares del mundo. Se supone que lo que ha existido durante siglos como hecho
cultural y económico son las corridas de
toros, mientras que el movimiento social organizado que se opone a ellas, es más bien de algunas décadas atrás.
Este último, por decirlo de alguna manera, ha venido cosechando algunos éxitos, y pareciera encaminarse a paso firme hacia la definitiva redención de los tan maltratados animales de casta y lidia.
Algunos acontecimientos que han ocurrido durante los últimos años indican que la tendencia antitaurina es cada vez más fuerte. La prohibición de las corridas de toros ya es un hecho concreto en algunos lugares del mundo, y en otros está en plena evolución.
Este último, por decirlo de alguna manera, ha venido cosechando algunos éxitos, y pareciera encaminarse a paso firme hacia la definitiva redención de los tan maltratados animales de casta y lidia.
Algunos acontecimientos que han ocurrido durante los últimos años indican que la tendencia antitaurina es cada vez más fuerte. La prohibición de las corridas de toros ya es un hecho concreto en algunos lugares del mundo, y en otros está en plena evolución.
Es así como en las Islas Canarias (España), en 1991 se
aprobó la Ley Canaria de Protección de Animales, en la que se prohíben los
espectáculos sangrientos con animales, entre ellos las corridas de toros,
mientras que en Catalunya (España), el Parlamento Calatán hizo lo propio en
julio del año 2010. Por su parte en Ecuador, en mayo de 2011, se realizó
un referéndum cuyos resultados indican que el 61,2% de los ecuatorianos se manifestó
en contra de las corridas de toros, en
tanto que en marzo de 2012 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal
(México), avaló un proyecto de ley que prohíbe la lidia de toros en la capital mexicana. Y el último
aporte lo hizo Gustavo Petro, Alcalde de Bogotá, quien en junio de 2012 expresó
lo siguiente: "La Plaza de Toros de
Santamaría hará parte del sistema de educación distrital, en el que los mejores
poetas y escritores se reunirán cotidianamente con los estudiantes de nuestros
colegios públicos para dictar clases de literatura y letras”.
Visto lo anterior, se pudiera pensar que, en el caso del
futuro de las corridas de toros en la ciudad de Mérida, pareciera que es
cuestión de tiempo para que la ola tendencial global antitaurina llegue hasta
estas montañas. Y tal vez en un lapso no tan largo, una iniciativa ciudadana
referendaria en contra de las corridas de toros tome forma, o incluso, un
pronunciamiento de un alcalde de Mérida o de un gobernador del estado Mérida,
se haga sentir en ese sentido. Los toros de lidia, en sus encierros, aguardan
por buenas noticias.