Foto: Puerta de Branderburgo |
Francisco Sánchez Del Pino & Manuel Montejo López | El pasado 3 de octubre, coincidiendo con el 25 aniversario de la llamada “reunificación alemana”, el diario El País presentaba una serie de artículos orientada a la alabanza mitificadora que ha caracterizado el relato de dicho fenómeno histórico por parte de los vencedores, incluyendo en el despliegue propagandístico un artículo de opinión que directamente justificaba el actual papel hegemónico que Alemania juega en la Unión Europea, en las raíces de cuya configuración se sitúa la bendita “reunificación”.
¿Qué relación puede haber? ¿Resulta descabellado establecer
una relación entre aquel suceso y la actual situación europea? En absoluto. Sin
la “anexión” de 1990 no hay posibilidad de comprender la UE actual. Conociendo
aquella se alumbran muchos de los elementos que caracterizan la actual etapa
(desde la integración europea hasta el saqueo definitivo de Grecia
comprometido en el último memorándum). La lógica que conecta una cosa y la otra
es completamente válida. Sólo hay que darle la vuelta a unas premisas cargadas
de ideología de la peor especie para llegar a una conclusión radicalmente
opuesta a la leyenda que el mencionado diario contribuyó a reproducir hace
pocos días.