La escritora francesa Marguerite
Yourcenar, en su magnífico libro "Memorias de Adriano", escribió: "Dudo de que toda la filosofía de este
mundo consiga suprimir la esclavitud, a lo sumo le cambiarán el nombre".
En la otra época de la esclavitud en Estados Unidos, a los esclavos nuevos, y mientras tanto no hubieran sido debidamente alienados y domesticados, se les ataba una bola negra de hierro muy irregular (no era una bola perfecta), con una cadena y un grillete al pie, para que no escaparan corriendo de los campos de algodón.
Los amos, para usar un eufemismo (palabra políticamente más correcta, suena más bonito), le llamaban Black Berry (cereza negra) porque se asemejaba a dicha fruta.
Ese era el gran símbolo de la esclavitud que decía que estaría forzado a dejar su vida hasta perecer sin poder escapar en esos campos de siembra. En los tiempos modernos, a los nuevos empleados no se les puede amarrar una bola de hierro para que no escapen, en cambio se les da un "BlackBerry" y quedan inalámbricamente atados con ese grillete, que al igual que los esclavos, no pueden dejar de lado y que los tienen atados al trabajo todo el tiempo.
Es el símbolo moderno de la esclavitud. Gerentes, ejecutivos, directores y empleados en general tienen uno y cualquiera puede ver cómo están pegados a él todo el tiempo, como adicción; en el baño, en el carro, en el cine, en la cena, al dormirse y no hay forma de escapar cuando te llama el jefe o cuando nos mandan correos.
No hay manera de decir que no te llegó o que no escuchaste porque este teléfono chismoso te avisa si llamaron y no contestaste, si tienes mensajes por leer, si los leíste y si los demás abrieron tus correos, te marca citas, horarios, te despierta, se apaga solo, se prende solo, y te permite estar idiotizado horas en internet, mientras tu esposa, esposo, novia o novio y tus hijos y familia te reclaman porque no les pones atención.
La empresa fabricante explica que BlackBerry (mora) le debe su nombre a la empresa consultora de marcas que contrato en 2001, y cuando esta solicitó la palabra elegida para la marca tuviera implícita la palabra “email”, palabra que no debería asociarse con trabajo, porque eso no sería agradable para muchos. El equipo de trabajo estuvo barajando varias posibilidades hasta que al final se eligió Blackberry, “dizque” por el color de esta fruta y la similitud de las teclas del dispositivo. Además de que el nombre no estaba asociado con el concepto de trabajo. Esta “explicación” corrobora las especulaciones que se han hecho sobre el nombre y sobre su carácter subliminal.
Los ejecutivos se sienten muy importantes porque "el jefe" les dio su BlackBerry para que no escapen de los campos del trabajo. Y como todo se extrapola, muchas personas quieren “sentir en carne propia” la sensación de éxito, que supuestamente acompaña a quien posee uno de estos aparaticos.
Lo cierto de todo es que acertaron con el nombre, no hay otro mejor.