La RAE ha aprobado un informe
del académico Ignacio Bosque criticando varias guías de lenguaje no
sexista que han sido elaboradas por diferentes universidades, comunidades
autónomas, sindicatos, etc.
Lo primero que se me ocurre al leer dicho artículo es que la
RAE no tiene el monopolio de la verdad. Mercedes Bengoechea Bartolomé,
sociolingüista y Decana de la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad
de Alcalá, realizó un estudio en 1994 sobre la 21ª edición del diccionario de
la Real Academia Española (RAE) para determinar su sexismo. Señalaba al
respecto “El sexismo de la Academia es increíble. Ni a Emilia Pardo
Bazán ni a María Moliner les dejaron entrar en la Academia porque era una
sociedad de varones. Les falta conectar con el pueblo y afrontar una
democratización interna”.
La sociedad española ha avanzado mucho desde entonces pero
no parece que en la Real Academia de la Lengua suceda lo mismo. Veamos un
ejemplo, en 1995, por encargo del Instituto Nacional de Empleo, Bengoechea
participó en la elaboración de una guía de títulos profesionales que
determinaba los femeninos, la RAE se negó a aceptarlos, hoy día son de uso
común. El informe de Ignacio Bosque dice: “Si
el uso del masculino con valor genérico implica un trato lingüístico
discriminatorio” ¿cómo han de reaccionar las mujeres que no perciben en él
tal discriminación?… “Las guías que
analizo son poco flexibles en este punto… Pareciera que se quiere dar a
entender que la mujer que no perciba irregularidad alguna en el rótulo Colegio
Oficial de Psicólogos de Castellón… debería pedir cita para ser atendida por
los miembros de dicha institución”.
Es evidente que no han entendido lo que implica el uso de un lenguaje
inclusivo, que visibilice y no oculte, pues lo que se pretende es que
mujeres y hombres tengan un trato equivalente. No conozco todas las guías que
se han analizado para este informe, pero si conozco otras muchas y en ninguna
se ridiculiza ni menosprecia a quienes utilizan el masculino como genérico, lo
que hacen es explicar por qué es importante utilizar el femenino para
nombrar a las mujeres, lo importante que es dar visibilidad a la realidad que
hoy viven las mujeres, como médicas, cocineras, profesoras, etc.
Leyendo esta noticia: El castellano es un idioma tan flexible, versátil y vigoroso,
que suele deparar extraordinarias sorpresas a quienes pretenden dominarlo: por
ejemplo, decir “murciégalo” es tan lícito como murciélago, y es indistinto
emplear “vagamundo” o vagabundo” podemos preguntarnos: ¿por qué
la RAE acepta estas expresiones y no acepta las que tienen relación con la
discriminación de género? ¿Temen acaso perder la supremacía de la lengua si las
mujeres son nombradas, si se visibiliza su realidad actual?
Finalizo con una frase de Mercedes Bengoechea Bartolomé: El lenguaje sirve de apoyo al sistema, no podría haberse desarrollado el patriarcado a lo largo de todos estos siglos sin contar con la herramienta del lenguaje que está ahí sustentándola”.