Especial para La Página |
1. Un Imperio que se hunde en lo ecológico, lo social, lo
económico, lo político, lo internacional y lo cultural recurre inevitablemente
a la fuerza bruta.
2. Obama se acerca al final de su período en medio de una
crisis espantable cuyo peso arrojó sobre los trabajadores y sobre la deuda
pública, que llega al inaudito nivel de 102% del PIB. En Estados Unidos,
elecciones y reelecciones se ganan destruyendo países indefensos. Obama
necesita despojos ensangrentados que ofrecer a un electorado carcomido por la
angustia.
3. Para este sacrificio humano, el Imperialismo Humanitario
tiene un modelo: 1) agresiva campaña mediática de descrédito contra cualquier
gobierno progresista; 2) infiltración de organizaciones no gubernamentales,
sicarios, mercenarios o paramilitares que crean perturbaciones; 3) presentación
de la defensa del gobierno legítimo como supuesta agresión contra un grupo
opositor, una minoría étnica o ciudadanos indefensos; 4) movilización de
mecanismos institucionales de deslegitimación instantánea del gobierno
legítimo; 5) uso de la fuerza bruta interna o externa para imponer la decisión
deslegitimadora.
4. A ese modelo universal se añade una variante latinoamericana:
el empleo de movimientos sociales o étnicos como pretexto para la destrucción
del gobierno democrático. La Conaie apoyó el golpe contra Correa en Ecuador.
Algunos movimientos étnicos bolivianos se suman a la desestabilización contra
Evo Morales. En Curuguaty, francotiradores no identificados disparan y matan
seis policías y 11 campesinos durante un desalojo ordenado por una jueza. En
vano fue que Fernando Lugo despidiera al ministro del Interior. El Senado
destituyó al Presidente electo en un juicio político sin garantías procesales
ni derecho a la defensa.
5. La mano del Imperio mueve estos atentados. El golpe del
11 de abril fue legitimado ese día por el embajador estadounidense Shapiro,
quien mintió que Chávez estaba fuera de la Carta Democrática de la OEA. La
agresión contra Ecuador fue planeada y apoyada logísticamente desde una base
gringa en Colombia. El derrocamiento de Zelaya en Honduras fue manejado desde
la base estadounidense de Soto Cano. El golpe contra Paraguay, según WikiLeaks,
fue programado en la embajada de EEUU, quizá en retaliación porque Fernando
Lugo desactivó la base norteña Mariscal Estigabirria.
6. Y ya que hablamos de bases, avanza una aterradora
invasión de enclaves militares foráneos en Nuestra América. Hay dos bases
estadounidenses en Argentina, dos en Aruba y Curazao, cuatro en Colombia (todos
sus aeropuertos son usados por efectivos yanquis), una en Cuba, una en Chile,
otra en Costa Rica, una más en Salvador, efectivos gringos en Guatemala
disfrazados de antidrogas, tropas USA en Haití, tres bases estadounidenses en
Honduras, dos en construcción en México y 15 mil efectivos en Chiapas, 14 bases
aeronavales en Panamá, dos en Paraguay, cinco en Perú y otra en construcción en
República Dominicana. Hay bases de la Otan o europeas en Belice, Guyana,
Martinica y fuerzas de la Minustah en Haití. E infinitos invasores disfrazados
de policía antidrogas u ONG. Somos un continente ocupado.
7. En Paraguay se disputan intereses. Cruzan su territorio
estratégicas vías fluviales latinoamericanas generadoras de fuerza
hidroeléctrica. El acuífero Guaraní es una de las más codiciadas reservas de
agua dulce del mundo. Monsanto acapara sus extensos latifundios; la
transnacional canadiense Río Tinto Alcan intenta apoderarse del aluminio con
energía subsidiada. Los golpes de Bolivia, Ecuador y Honduras fueron contra el
Alba; el de Paraguay contra el Mercosur, Unasur y la Celac. Sólo la exclusión
del gobierno golpista de Franco de esos organismos salvará el proyecto de
integración latinoamericana.