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Si se le da una mirada territorial a la campaña electoral
que está en pleno desarrollo, con miras a las elecciones del 7 de octubre, hay
un aspecto que vale la pena destacar. Se trata del contraste que se puede hacer
entre el énfasis que ha puesto el candidato Henrique Capriles Radonski (HCR),
en visitar una numerosa cantidad de
pequeños pueblos, y la selectiva realización de cortas caravanas-mítines en
algunas parroquias de grandes centros poblados, por parte del candidato Hugo
Chávez Frias (HCF).
Ambas disímiles estrategias que se han venido desarrollando
buscan objetivos específicos bien concretos. La estrategia de HCR sin duda que
está en procura de sumar el mayor número posible de votos, en una multiplicidad de pequeños centros
poblados de la llamada “Venezuela profunda”, para agregarlos a los votos
consolidados que los sectores de oposición ya tienen en centros urbanos capitales
de estado, como Mérida, San Cristóbal, Maracaibo, Valencia y Barcelona. La
estrategia de HCF, por su lado, ha buscado acentuar aún más la influencia del
chavismo en territorios urbanos tradicionalmente muy afectos a esta opción,
dejando en manos del los partidos políticos y movimientos sociales que lo
respaldan, el trabajo de captación, organización y movilización de los electores en el resto
del país.
Ahora bien, si ahora se le da una mirada geopolítica a ambas
estrategias territoriales, algo importante se revela. Por vía de la comparación, se puede apreciar una
interesante diferencia entre el
significado que pueden tener los votos que obtenga HCR en una densa red de
pequeños centros poblados de Venezuela, y los que especialmente se acredite HCF
en territorios urbanos como Petare, El Valle-Coche, Antímano y Catia-23 de
Enero. Menciono esto último porque estos territorios urbanos representan las
principales puertas de entrada a Caracas, ya sea a través de la autopista del
oriente, la autopista regional del centro, la vía al Junquito y la autopista de
La Guaira. Y hay que verlo así, porque siempre se debe recordar que la
geopolítica tiene que ver con las rivalidades de poder en el territorio.