- A raíz de un artículo que escribí sobre ‘Monismo y dualismo’, Ramón Casares me envió amablemente su libro ‘El doble compresor’, para que lo leyera y lo comentara.
Especial para La Página |
He leído el libro, muy denso e interesante y que plantea
gran cantidad de problemas filosóficos. Voy a comentar aquí algunas de sus
hipótesis y mi comentario crítico. No pretendo resumir el libro ( disponible en
la dirección electrónica citada ) sino formular algunas de las ideas que me han
sugerido sus planteamientos. Aunque no estoy de acuerdo con lo que plantea el
libro la mejor función que un texto filosófico tiene es la de dar que pensar.
Ramón Casares lo consigue.
Primera hipótesis epistemológica: Defensa del subjetivismo y
crítica del objetivismo realista
El objetivismo es falso porque plantea que hay
entidades materiales independientes que podemos conocer de manera objetiva. La
crítica de Ramón Casares se basa en que los objetos son construcciones
subjetivas a partir de nuestra percepción y nuestra lógica.
Nuestros sentidos y nuestra razón son las que generan los objetos mensurables en términos de espacio y de tiempo. Nuestro conocimiento de un proceso de acumulación, comprensión y ordenación de información. No hay objeto sino información fuera de nuestro conocimiento. Es el sujeto el que construye el objeto, por lo que es el sujeto la causa del objeto. Pero no es solipsismo porque afirma la existencia de una información ajena al sujeto.
Nuestros sentidos y nuestra razón son las que generan los objetos mensurables en términos de espacio y de tiempo. Nuestro conocimiento de un proceso de acumulación, comprensión y ordenación de información. No hay objeto sino información fuera de nuestro conocimiento. Es el sujeto el que construye el objeto, por lo que es el sujeto la causa del objeto. Pero no es solipsismo porque afirma la existencia de una información ajena al sujeto.
Segunda hipótesis ontológica : Defensa de la realidad
como información y crítica del sustancialismo espiritualista o materialista. La
defensa del conocimiento como construcción a partir de la información le lleva
a la afirmación ontológica de que no hay sustancias, ni materiales ni
espirituales, lo que hay es información. ¿ Qué es la información ? Es potencia
actualizada, nos dice en algún momento. La materia y el espíritu son
manifestaciones de la información
Evidentemente aquí simplifico las complejas argumentaciones
del autor. Pero mi lectura, quizás superficial, me plantea algunas
críticas. En primer lugar estoy de acuerdo con su crítica al realismo
ingenuo, que pretendería que hay un mundo independiente que podemos representar
de manera fiel en nuestra conciencia y que esto sería el conocimiento objetivo
de lo real. Estas afirmaciones representan el peor empirismo y positivismo.
Kant ya nos argumenta con consistencia ( y Casares lo recoge) que el sujeto y
el objeto se construyen mutuamente. Digo mutuamente, no que el sujeto construya
el objeto. El matiz de Kant sirve para evitar el solipsismo, que consideraría
que es el sujeto causa del objeto. Hay una realidad a partir de la que
construimos el objeto, éste no es una proyección nuestra. Pero yo a esto no le
llamaría subjetivismo sino realismo crítico. El subjetivismo me parece una
expresión más adecuada para el idealismo epistemológico, que considera que el
mundo es una realidad mental. Lo planteaba Berkeley y anteriormente pienso que
tampoco Descartes fue capaz de salir de manera consistente de él. Utilizó el
argumento de afirmar la evidencia de Dios para hacerlo. En todo caso para mí el
realismo quiere decir que partimos de una realidad que está fuera de nuestra
mente y que accedemos a ella de manera interactiva : ni subjetivismo ni
objetivismo : se construyen mutuamente, dialécticamente podríamos decir.
En segundo lugar pienso que hay que mantener el término
materialismo porque me parece que puede entenderse de manera amplia, como
afirmación de que todo forma parte del Universo físico. Universo que es
energía. En otro libro he leído la misma hipótesis que plantea Casares, que la
realidad es información. Pero no acabo de entender lo que quiere decir y si lo
intuyo lo hago como una transmisión a través de unidades físicas: no sé
entenderlo de otra forma. Lo que sí me parece una ficción es el espíritu, que
no sabe nunca de que se hable, más allá de las ficciones construidas por el
imaginario humano. ¿ Cómo lo justifica Ramón Casares ? A través de la
conciencia y la libertad, que para él son irreductibles a la materia. Pienso
con Antonio Damasio que la conciencia es una propiedad de la mente, que
al final es posible por el cerebro y sus redes neuronales, que serían
materiales. Otra cosa es que yo no crea que la realidad mental se reduzca a lo
neuronal, como dirían los materialistas reduccionistas. Creo que es algo que
emerge del cerebro pero es distinto de él ( autónomo, no independiente ). En
este sentido me defino como un materialista crítico. La conciencia es una
propiedad de la mente, diferente del acto mental ( que puede ser inconsciente).
Creo que éste es el hallazgo de Freud ( al que el amigo Casares también
considera en su libro) : la mente no es igual a la conciencia. ¿ Y
la libertad ? Aquí me contrapongo totalmente a lo que afirma el libro. Ser
libre, dice, significa poder elegir y esto implica diversos futuros posibles.
Pienso, como Spinoza, que si la piedra fuera consciente pensaría que ha elegido
caer. Y el león que ha elegido comer o atacar. Pero son acciones determinadas
por una interacciones de condicionantes internos y externos. Igual que los
humanos, con dos diferencias, la primera es que las acciones humanas son tan
complejas que nunca las podemos prever. Pero esto es un factor de ignorancia,
no una dinámica real. Yo soy totalmente determinista. Pero no hablo de un
determinismo mecánico, de leyes, sino de interacciones. Los futuros posibles
existen solo en el imaginario humano. Y este imaginario de los futuros posibles
se convierte en otro condicionante. En este marco entiendo la libertad, en el
sentido de Spinoza o de Nietzsche: es la capacidad de autodeterminación, es
decir de hacer pesar más los factores internos que los externos. Actuar más por
el deseo interno que por la reacción a los estímulos externos.
Un último tema que me gustaría comentar es lo que nos dice
Ramón Casares sobre el lenguaje y sus aspectos semánticos y sintácticos. Aquí
si me parece que hay una confusión de términos. Aclaro : confusión quiere decir
que los utiliza de una manera que no ayuda a entender su funcionamiento. En lo
que sí estoy de acuerdo es en su afirmación que lo propio del lenguaje humano
es su carácter simbólico, es decir la utilización de significantes que tienen
significados abstractos. Pero la abstracción Casares la deriva de lo
sintáctico, mientras considera que lo semántico es una simple representación de
objetos, que tiene una dimensión concreta : este significante representa este
objeto. Pero el error es que los significantes significa casi siempre conceptos
y los conceptos son, por definición, abstractos. El caso de la niña ciega Helen
Keller es significativo: ella accede al lenguaje simbólico cuando entiende que
agua se refiere a algo abstracto. El concepto de agua es abstracto porque se
refiere a un conjunto posible de objetos con unas propiedades. Lo sintáctico es
abstracto porque son reglas formales pero precisamente estas son las que puede
imitar un ordenador. Precisamente la crítica de John Searle a la metafóra del
ordenador para explicar la mente humano va por aquí. Un ordenador puede
escribir un libro con lógica si le damos las reglas adecuadas, pero nunca
entenderá lo que dice.
Bien, esta es mi primer y modesto comentario al libro que
Ramón Casares tuvo la gentileza de comentar conmigo. Espero sus comentarios en
mi blog o en el lugar que considere oportuno.