Guayana Esequiba: se juega el futuro de Venezuela |
► ¿Preservaremos la salida de Venezuela al Atlántico?
Gustavo Márquez Marín | A la diplomacia venezolana le toca
actuar con mucha agilidad, prudencia y firmeza para desmontar el plan del
Departamento de Estado que busca sacar fuera del ámbito diplomático, del
Acuerdo de Ginebra (1966), de las negociaciones bilaterales facilitadas por el
“buen oficiante” designado por la ONU, el diferendo limítrofe
venezolano-guyanés sobre el Esequibo. Para lograrlo, quiere provocar un
conflicto entre Guyana y Venezuela en el cual actuaría como
doliente y aliado del gobierno de Mr. Grange, porque estaría comprometida
“su seguridad nacional” al afectarse los intereses de la ExxonMobil. A esta le
fue asignada ilegalmente una concesión petrolera (Bloque Stabroek), en un área
marítima correspondiente al territorio en reclamación, extendida hacia la plataforma
del Delta del Orinoco, invadiendo la fachada atlántica venezolana.
En su afán de recuperar el terreno perdido en Latinoamérica
y El Caribe con el debilitamiento de la OEA y el fortalecimiento del bloque
regional en construcción, el imperio avanza para romper los eslabones
articuladores de este. Pretende utilizar a Guyana como pivote para
desbaratar a PETROCARIBE, buscando herir de muerte la CELAC y debilitar la
UNASUR mientras impulsa la Alianza del Pacífico -Chile, Perú,
Colombia y México- como antesala para resucitar el ALCA.
Rio Esequibo |
Al tiempo que intenta imponer su agenda de guerra en la
región, continúa moviendo sus tentáculos nauseabundos para
desestabilizar los gobiernos progresistas y de izquierda de Argentina,
Brasil, Ecuador, Bolivia y Venezuela, mientras contradictoriamente le “tiende
su mano” al gobierno de Cuba. Detrás del telón están impacientes las
transnacionales frotándose las manos, ansiosas por concretar jugosos negocios
con la venta de armas y el acceso preferencial a un vasto yacimiento
petrolífero.
En el impasse con Guyana, está en juego algo más que el
rescate del Esequibo, del cual fuimos despojados a través del laudo
arbitral írrito (1899). Se decide también si preservamos la salida del Orinoco
al Atlántico, el proyecto de la Patria Grande y la paz en la región. En
este contexto, el respaldo unánime de la AN a las acciones que viene
adelantando el Presidente Maduro convoca a la unidad de todos en defensa
de la soberanía nacional.
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