◆ El texto que aquí se ofrece es la Presentación del libro ‘Lenin, El Estado y la revolución’, recientemente publicado por la Editorial Red Star Press (Roma), en colaboración con la red Noi Saremo Tutto.
Iñaki Gil de San Vicente | ¿Por qué publicar en 2015 el libro de Lenin, El Estado y la revolución, cuando
Estados burgueses tan poderosos como el francés y el italiano, por citar sólo
dos, han tenido que ceder muchas de sus prerrogativas soberanas a poderes
transnacionales y supraestatales, a la burocracia de la Unión Europea, a
Bruselas, a la Troika, a los clubs privados del gran capital financiero, a los
cuarteles de la OTAN, a la Casa Blanca…?
En el Prefacio a la primera edición de El Estado y la
revolución, Lenin da cuenta de los tremendos e insufribles costos que la guerra
imperialista está causando a los pueblos, y denuncia cómo el oportunismo
social-chovinista creció durante los decenios de desarrollo «relativamente
pacífico» del capitalismo, aceptando y defendiendo los intereses de «sus» burguesías
y de «sus» Estados. Por esto, «la lucha por arrancar a las masas trabajadoras de
la influencia de la burguesía en general, y de la burguesía imperialista en
particular, es imposible sin combatir los prejuicios oportunistas acerca del
“Estado”»1.
Por tanto, la lucha teórica contra la ideología reformista y
burguesa del Estado aparecía como una necesidad urgente en aquella época de
crisis total. En realidad, conforme se desarrollaba el capitalismo en la
segunda mitad del siglo XIX, se hacía más necesario estudiar qué era el Estado,
y Engels y Marx se volcaron en ello en un esfuerzo común pero diferenciado.
Dejando de lado las aportaciones de otros y otras revolucionarias, Lenin se
vuelca con especial ahínco en la tarea a partir de 1914, llegando a la certera
conclusión de que el mundo transita en esa época por una «cadena de
revoluciones proletarias socialistas suscitadas por la guerra imperialista»2 .
Es en este contexto mundial en el que la teoría marxista del Estado da un
significativo paso adelante que en cuestiones como la extinción de la
democracia burguesa, del Estado y del derecho, llega a ser premonitorio, como
veremos.
Casi un siglo después de la primera edición de la obra que
comentamos ahora, en 2015, El Estado y la revolución, mantiene toda su fuerza
teórica revolucionaria a la par que ha aumentado su actualidad en dos problemas
cruciales: el del poder en cuanto tal, o sea, la democracia burguesa como
envoltura de la dictadura de clase del capital y de su Estado frente al poder
obrero y popular; y el del futuro del Estado, es decir, el problema de su
autoextinción en la medida en que se avanza al comunismo. Durante muchos años
estas cuestiones eran imposibles de plantear, pero la confluencia de crisis
parciales desde mediados de la década de 1990 y su estallido sinérgico en una
devastadora hecatombe3 desde 2007, además de volver a presentar el marxismo
como el único método capaz de explicar qué está ocurriendo, por qué ocurre y
qué debemos hacer, también ha «desempolvado» a Lenin entero y en concreto El
Estado y la revolución como se explicará.