La acumulación originaria de capital en el orden internacional
Con respecto al papel del saqueo colonial, Karl Marx
escribió: «El descubrimiento de los
yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización
y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la
conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente
africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los
albores de la era de producción capitalista.» |1|
Según Marx:
«Las diversas etapas de la acumulación originaria tienen su centro, por un orden cronológico más o menos preciso, en España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra. Es aquí, en Inglaterra, a fines del siglo XVII donde se resumen y sintetizan sistemáticamente en el sistema colonial, el sistema de deuda pública, el moderno sistema tributario y el sistema proteccionista.»
Consagró varias páginas a la descripción del saqueo colonial
y luego abordó la cuestión del crédito internacional:
«El sistema del crédito público, es decir, de la deuda del estado, cuyos orígenes descubríamos ya en Génova y en Venecia en la Edad Media, se adueñó de toda Europa durante el período manufacturero. El sistema colonial, con su comercio marítimo y sus guerras comerciales, le sirvió de acicate. Por eso fue Holanda el primer país en que arraigó. La deuda pública, o sea, la enajenación del Estado –absoluto, constitucional o republicano –, imprime su sello a la era capitalista. […]La deuda pública se convierte en una de las más poderosas palancas de la acumulación originaria. […] Con la deuda pública surgió un sistema internacional de crédito, detrás del cual se esconde con frecuencia, en tal o cual pueblo, una de las fuentes de acumulación originaria.» |2|
En este capítulo, Karl Marx enunció también una fórmula que
indica la relación dialéctica entre los oprimidos de las metrópolis y los de
las colonias: «En general, la esclavitud
encubierta de los obreros asalariados en Europa exigía, como pedestal, la esclavitud
sin adjetivos en el Nuevo Mundo», y en un movimiento de vaivén, escribió en
otro lugar del texto: «Muchos de los
capitales que hoy comparecen en Norteamérica sin cédula de origen son sangre
infantil recién capitalizada en Inglaterra.»
Algunos trabajos de autores marxistas del siglo XX
desarrollaron y profundizaron la cuestión de la acumulación originaria en el
orden mundial. |3|
El artículo de Ernest Mandel titulado La
acumulación originaria y la industrialización del Tercer Mundo, publicado
en 1968, presenta una síntesis particularmente interesante. Como continuación
de sus trabajos de 1962, estima, sobre la base de cálculos de diversos autores,
que entre 1500 y 1750, la transferencia de valores de las colonias hacia Europa
occidental llegó aproximadamente a más de 1.000 millones de libras-oro
inglesas, «es decir ¡más que el valor
total del capital invertido en todas las empresas industriales europeas hacia
1800!». |4|
Entre el siglo XVI y fines del siglo XIX se constituyó
progresivamente una economía mundial jerarquizada donde las diferentes partes
del globo fueron puestas en relación de manera brutal por la onda expansiva de
Europa occidental.
Ese proceso no solamente implicó el saqueo de pueblos
enteros por las potencias coloniales europeas sino que también arrastró la
destrucción progresiva de civilizaciones avanzadas que, sin esa contingencia,
podrían haber seguido su propia evolución en un marco plural, sin pasar
obligatoriamente por el capitalismo. Las civilizaciones inca, azteca, |5|
india (de la India), africanas… fueron total o parcialmente destruidas. No
faltaron las resistencias. Karl Marx expresaba con estas palabras la amplitud
de la resistencia desarrollada en India y en China:
«Los obstáculos que opone la firmeza y estructuración internas de los modos de producción nacionales precapitalistas, a la acción disolvente del comercio, se muestran patentemente en el comercio de los ingleses con la India y China. La amplia base del modo de producción la constituye en este caso la unidad entre la pequeña explotación agrícola y la industria doméstica, a lo cual se suma aún en la India la forma de las comunidades aldeanas basadas en la propiedad común del suelo, la cual, por lo demás, fue asimismo la forma primitiva en China. En la India, los ingleses emplearon asimismo su poderío político y económico directo, en su carácter de gobernantes y rentistas de la tierra, para abolir estas pequeñas entidades comunitarias económicas. Su comercio obra allí revolucionando el modo de producción solamente en virtud de que, a causa del bajo precio de sus mercancías, aniquilan las actividades del hilado y del tejido, que constituyen una antiquísima parte integrante de esta unidad de la producción agrícola-industrial, desgarrando de este modo las comunidades. Inclusive aquí sólo logran realizar muy paulatinamente esta labor disolvente. Menos aun en China, donde no acude en su auxilio el poder político directo.» |6|
Según Karl Marx, la acumulación de capital a escala mundial
se realizaba no solamente por el saqueo sino también por el intercambio
desigual. Este último proceso Karl Marx lo describió en el libro III de El Capital, en la parte que dedicó al
comercio exterior:
«Los capitales colocados en el comercio exterior pueden procurar una tasa de beneficio más alta, porque compiten con mercancías que los otros países no producen con las mismas facilidades, de manera que el país más adelantado vende sus mercancías por encima de su valor, aunque más barato que los países competidores. [...] La misma situación puede presentarse con respecto a un país del cual se importan y al cual se exportan mercancías. Este país puede ofrecer en especie más trabajo materializado que lo que recibe y sin embargo recibir las mercancías a mejor precio que si los produjera él mismo». |7|
Es necesario señalar que Marx hablaba de las ventajas
obtenidas por los capitalistas del comercio exterior no solo a través del
intercambio desigual sino también como un medio de disminuir sus costes de
producción, lo que le permitía al sistema capitalista el contrarrestar la
tendencia a la baja de la tasa de beneficio.
La fase imperialista
Eric Toussaint |
A fines del siglo XIX, comienzos del siglo XX, se erigieron
tres polos en la cúspide de las naciones del mundo: el viejo continente europeo
que tenía a su cabeza el Reino Unido, Estados Unidos (ex colonias británicas
hasta fines del siglo XVIII) y Japón. Conformaron el “Centro” por oposición a
la “Periferia” que dominaban.
En la época imperialista, el desarrollo de la Periferia ya
no estaba determinado por un proceso de acumulación primitiva de las clases
nacionales dominantes, sino por la exportación de capitales de los países
imperialistas hacia los países de la periferia (colonias o países
independientes). Esa exportación de capitales tenía por objeto crear empresas
que respondieran a los intereses de la burguesía imperialista. Ese proceso
ahogaba el desarrollo económico de los países que constituirán el Tercer Mundo,
ya que: en primer lugar expropiaba una fracción del plusproducto nacional en
beneficio del capital extranjero y disminuía considerablemente los recursos
disponibles para la acumulación nacional de capital; en segundo lugar,
orientaba lo que restaba del excedente económico nacional hacia sectores tales
como el comercio exterior, los servicios para compañías imperialistas, la especulación inmobiliaria,
el turismo, la usura, la corrupción, etc. provocando el «desarrollo del
subdesarrollo» (André Gunder Frank) o «el desarrollo de la dependencia»
(Theotonio Dos Santos); en tercer lugar, las antiguas clases dominantes fueron
recluidas en el campo, y se excluyó una parte importante de la población rural
de la producción mercantil propiamente dicha y, por consiguiente, de la
economía monetaria.
Lo que produce el «subdesarrollo» es un conjunto de
condiciones económicas y sociales que, a pesar de que favorecen la acumulación
del capital-dinero (ahorro), a los ojos de los actores locales, vuelven menos
rentable y más incierta la acumulación del capital industrial que los ámbitos
de inversiones anteriormente citados, o que la colaboración con el imperialismo
en la reproducción ampliada de su propio capital.
Existen, en efecto, esferas de inversiones de capitales que
rinden más y con menos riesgos que la inversión industrial: la especulación con
tierras, la importación-exportación, la especulación inmobiliaria, actuar de
prestamistas, la colocación de capitales en el extranjero, la colocación de
capitales en títulos de la deuda pública interna, el turismo, la producción y
el comercio de drogas, el mercado negro…
Por consiguiente, no se trata de una mayor o menor espíritu emprendedor,
sino del contexto socioeconómico del conjunto.
La dominación de ese capital extranjero conduce a que el
desarrollo económico de un país de la Periferia sea un complemento económico
para un país del Centro. La especialización en producción de materias primas
económicas es coherente con el crecimiento de un excedente relativo de
capitales en la metrópolis y la aspiración de una tasa de beneficio más alta.
El bloqueo del desarrollo: elementos para una explicación
En una gran parte de los países de la Periferia existen
supuestos que pueden conducir a la acumulación primitiva del capital
industrial: disolución de las comunidades por la penetración de la economía
monetaria y mercantil, separación progresiva de los campesinos de la tierra. En
Europa, fue así como pasó: la miseria campesina condujo a la proletarización
masiva del campesinado y a la formación del capital industrial, a la creciente
extensión de las manufacturas, y posteriormente de las empresas industriales.
Pero, para numerosos países de la Periferia, solamente se
reprodujo la primera parte del proceso. La segunda parte se realizó de manera
parcial e insuficiente. ¿Por qué?
En numerosos países del Tercer Mundo, se pueden tener
aparentemente las condiciones favorables a la industrialización enunciadas por
Marx: desintegración de la economía natural del campo, generalización de la
economía mercantil, poder político de la clase burguesa, papel del Estado. La
mano de obra está allí, la plusvalía social está allí, el capital dinero está
allí. Pero, sobre todo falta una clase social que tenga la voluntad de
valorizar el capital para poder entrar en un ciclo completo de
industrialización.
En la teoría económica neoclásica, la acumulación primitiva
del capital es tratada en el capítulo de “crecimiento”. Allí se explica que un
bajo nivel de ingresos solamente permite una baja tasa de ahorro que conduce a
una débil inversión que conduce… a unos bajos ingresos: es el círculo vicioso
de la pobreza.
Paul Baran argumentó contra esta teoría que el “sobre-producto
social” es superior en el Tercer Mundo que en los países industrializados.
Ernest Mandel (1968) mostró que el problema no reside principalmente en la
insuficiencia del capital-dinero (ahorro) sino que el bloqueo se sitúa en el
ámbito de las condiciones socioeconómicas del conjunto de la economía-mundo y
en la estructura de clases de esos países. Un conjunto complejo de causas que
traban la movilización y las inversiones productivas de ese “sobre-producto” en
la industria.
Pero, ya que la acumulación primitiva del capital-dinero se
prosigue en el Tercer Mundo, aunque una parte de ese capital se pierda para el
país, hay, sin embargo, en el Tercer Mundo capitalistas locales que podrían
financiar un proceso de industrialización. No obstante, en la mayoría de países
no lo hacen, o muy parcialmente. |8|
Podría ser que hubiera otras vías desconocidas. Aunque una
cosa es cierta: en una sociedad dominada por clases sociales cuyo poder es
función de la propiedad privada de los medios de producción y de la acumulación
de fortunas privadas, la industrialización solo es posible cuando la situación
socioeconómica en su conjunto, creada por esas clases, presenta un interés mayor para emprender el desarrollo
industrial.
1.- Los países subdesarrollados fueron incluidos en el
mercado mundial por el interés del capital occidental —Europa, Estados Unidos,
Canadá (a los cuales se agregó Japón a partir de fines del siglo 19) —:
producción de materias primas complementarias a la industrialización
occidental. Por lo tanto, división del trabajo en el marco del mercado mundial
capitalista y del sector económico «moderno» limitado.
2.- Una parte de la plusvalía producida en el Tercer Mundo
es realizada en el mercado mundial y no por la burguesía local.
3.- La estructura del comercio basada en el intercambio
desigual (véase más adelante) al que se agrega la degradación de los términos
del intercambio.
4.- Se añade periódicamente la transferencia negativa neta
sobre la deuda que tiende a convertirse en un mecanismo permanente de
transferencia.
5.- Se agregan también otras formas de transferencia de la
Periferia hacia el Centro: la fuga de capitales, el saqueo de los recursos
naturales (incluido el material genético), la fuga de cerebros…
Señalemos que esta pérdida de acumulación primitiva del
capital industrial es ampliamente superior a la AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo), que en
realidad constituye una ayuda a las empresas del norte industrializado.
4. Algunos obstáculos al desarrollo ligados al intercambio
desigual: el papel de la ley del valor
En la etapa presente de la mundialización del capital que
tiene por objeto, especialmente, mejorar la movilidad internacional del mismo,
subsisten diferencias de productividad y de intensidad de trabajo entre los
países, entre los grandes conjuntos económicos. Además, subsisten diferencias
en la tasa de beneficio y valores diferentes para una misma mercadería en los
diferentes países.
— El
trabajo del país que posee la productividad de trabajo más elevada será
valorizado fuertemente, es decir que el producto de una jornada de trabajo en
eses país será intercambiada contra el producto de más de una jornada de
trabajo de un país menos industrializado. El intercambio desigual puesto de
manifiesto por Karl Marx subsiste en la fase actual de la mundialización.
— Cuando
se exportan productos de un país de fuerte productividad hacia un país de baja
productividad, los exportadores obtienen, en principio, un beneficio excesivo
(a pesar de que venden sus productos por debajo del precio de los productos
equivalentes producidos en el país de menor productividad. Por ejemplo, el maíz
de Estados Unidos se vende en México a un precio inferior al del producido en
México, sin embargo los exportadores estadounidenses consiguen un beneficio
extra).
— Si
un país cuya productividad es inferior a la media mundial produce mercaderías
exclusivamente para la exportación, el valor de esas mercaderías no será realmente
determinado por el trabajo suministrado sino por una media hipotética. En ese
caso, el país sufre una pérdida de valor por la exportación, es decir, recupera
a cambio de la cantidad de trabajo suministrado para esa exportación, el
equivalente de una cantidad de trabajo menor. Con respecto a los países más
desarrollados con los que efectúa el intercambio, el país se empobrece
relativamente: es el caso de Malí exportador de algodón o de Bangladesh
exportador de textiles.
— La
ley del valor, debido a la diversidad de valores de las mercancías y de la
productividad de los países integrados en el mercado mundial capitalista,
obliga a los países menos desarrollados a una especialización que les es
desfavorable en el mercado mundial. Si, a pesar de todo, intentan comprometerse
en la producción de mercancías industriales avanzadas, están condenados a
venderlas a pérdida en el mercado interior, puesto que la diferencia de costes
de fabricación con respecto a los países industrializados supera la diferencia
entre el valor en el mercado nacional (que en parte está determinado por las
importaciones) y el valor en el mercado de los países exportadores. Un país
solo puede afrontar el problema, que anteriormente hemos tratado, si se protege
mediante barreras arancelarias y no arancelarias, y ayuda a los productores
nacionales. Es lo que hicieron y continúan haciendo Corea del Sur, Taiwan y
China.
Bloqueo del desarrollo debido a los factores sociales presentes
Para comprender los frenos al desarrollo, hay que tomar también
en cuenta la estructura social de las sociedades de la Periferia y hacer un
análisis preciso de ello, que debe considerar la especificidad de cada país o
de un bloque de países.
Por ejemplo, hay un mundo de diferencias entre esos dos
grandes componentes de la Periferia: América Latina y África. América Latina es
formalmente independiente desde el siglo XIX mientras que África comenzó
realmente a ser colonizada a fines de ese mismo siglo. Latinoamérica conoció un
inicio precoz de industrialización siguiendo de cerca los comienzos de la
revolución industrial europea. Mientras que la industrialización, cuando existe
en algunos países subsaharianos, corresponde a la segunda mitad del siglo xx.
La burguesía latinoamericana tiene una larga historia por detrás. Las
burguesías africanas están todavía en vías de consolidación en muchos países.
En cierta forma, esas burguesías son el producto reciente de los aparatos de
Estado surgidos de los procesos por la independencia de los años 1950-1960.
Las diferencias, aunque consideremos únicamente estos dos
continentes, son, por lo tanto, enormes. Y, sin embargo, tienen en común, junto
a la mayor parte de Asia, constituir la Periferia.
El bloqueo del desarrollo no proviene simplemente de
relaciones de subordinación de la Periferia con respecto al Centro. Tiene que
ver con la estructura de clase del país de la Periferia y de la incapacidad de
sus burguesías locales de lanzar un proceso acumulativo de crecimiento que
implique el desarrollo del mercado interior.
Traducido por Griselda Pinero
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Notas
|1|
Karl Marx Libro I, sección 7, capítulo XIV: La llamada acumulación originaria.
6: La génesis del capitalista industrial en http://www.archivochile.com/Marxismo/Marx%20y%20Engels/kmarx0010.pdf,
p. 633
|2|
Karl Marx, idem: pp. 634; 636, 637, 639
|3|
Rosa Luxemburgo, 1913; Samir Amin, 1993; André Gunder Frank; Ernest Mandel,
1962/1968
|4|
Ernest Mandel, La acumulación originaria
y la industrialización del tercer mundo, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=51090
. Tema tratado en varios libros, puede consultarse: Ensayos sobre el neocapitalismo. México, ERA, 1971. pp.153-171
|5|
Eduardo Galeano, 1970 Las Venas Abiertas
de América Latina.
|6|
Karl Marx, Libro III, capítulo XX: Consideraciones históricas sobre el capital
comercial en [426]
|7|
Karl Marx, op.cit. Volumen 6, sección 3, Capítulo XIV: Causas
contrarrestantes.V. El comercio exterior, en http://pendientedemigracion.ucm.es/...
|8|
Hay excepciones notorias en el siglo XX como son las de Corea del Sur, Taiwán,
Argentina (entre los años 1930 y 1970), Brasil (desde los años 1930 hasta la
actualidad), la India a partir de 1947 y China en estos últimos años. Sin
embargo, en cada uno de estos casos se necesitó una fuerte intervención del
Estado. En el caso los países asiáticos citados se agregaron unas
circunstancias geopolíticas particulares. Sobre Corea, ver http://cadtm.org/Corea-del-Sur-el-milagro,1869
◆Français |
Eric Toussaint es maître de conférence en la
Universidad de Lieja, es el portavoz de CADTM Internacional y es miembro del
Consejo Científico de ATTAC Francia. Es autor de diversos libros, entre ellos: Procès d’un homme exemplaire, Ediciones
Al Dante, Marsella, 2013; Una mirada al
retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad,
Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito
junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los
pueblos, Gakoa, 2002. Es coautor junto con Damien Millet del libro AAA, Audit, Annulation, Autre politique,
Le Seuil, París, 2012. Este último libro ha recibido el premio Prix du livre politique, otorgado por la Feria del libro político de
Lieja. Ultimo livro : Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015. Es coordinador de las publicaciones
de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda.
http://cadtm.org/ |