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Alepo, tal como se ve hoy día |
Claudio Katz
La derrota sufrida por los yihadistas y denominados rebeldes
en Alepo anticipa un giro en el desangre de Siria. Si el avance de las tropas
del gobierno apoyadas por Rusia e Irán se confirma en las próximas batallas, la
contienda podría quedar definida. Este viraje se juega también en Mosul. La
coalición de iraquíes, kurdos, turcos que actúa con apoyo aéreo de Estados
Unidos y Francia acorraló a los fundamentalistas en su bastión de Irak. Estos
desenlaces cambiarían el mapa del conflicto pero no la tragedia que padece la
región. Es previsible un desplazamiento de los enfrentamientos hacia otras
zonas y la sustitución de choques entre militares por escaladas de terror
contra la población civil. Las alertas ya se multiplican en todas las ciudades
de Medio Oriente y Europa.
En Alepo se consumaron las mismas masacres que
pulverizaron a otras ciudades multiétnicas. En el conflicto se computan más de
250.000 muertes y cuatro millones de refugiados. El nivel de barbarie se
verifica en el tráfico de órganos humanos que realizan los contrabandistas
entre los sobrevivientes (Armanian, 2016e). Los descendientes del despojo
padecido por los palestinos vuelven a padecer el mismo destino de sus
antecesores (Ramzy, 2015). Junto a la denuncia de esos crímenes resulta
indispensable esclarecer lo ocurrido.