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Nueva York N° 1 ✆ Charles Sheeler |
José María Herrera |
Ningún aficionado a la literatura puede evocar ciertas ciudades sin
conjurar de inmediato el nombre de los escritores que las inmortalizaron. París
y Proust, Londres y Dickens o Conan Doyle, Dublín y Joyce, Berlín y Döblin,
Ferrara y Bassani, Alejandría y Durrell. La lista podría ampliarse a placer,
pues, como proclama Félix de Azúa en La invención de Caín,
“toda ciudad es una
novela”.
También, claro, Nueva York, aunque en su caso es difícil señalar un
título o un autor que destaque sobre el resto. La causa hay que buscarla en el
hecho de que su esplendor ha coincidido con un período en el que la hegemonía
simbólica no la ha tenido la novela, como en el siglo XIX, sino la fotografía y
el cine.