Especial para La Página |
La imposibilidad de derrotar el bipartidismo adeco-copeyano
que dominó la escena política en las últimas tres décadas de la IV República,
producía desasosiego y frustración en algunos sectores de la izquierda
venezolana, empeñada como estaba en acceder al poder por la vía democrática
luego del fracaso de la lucha armada y
del colapso del la URSS. Siempre pensé que ello solo sería posible
cuando surgiese un liderazgo histórico
no domesticado por el status quo como
el de Hugo Chávez, que fuese capaz de dar un “salto con garrocha”, rebasando la élite política y económica
dominante para ganarse el corazón y la voluntad de las grandes mayorías
populares, ávidas de una transformación social que las rescatase del abismo social
al que fueron a parar, trituradas por la
molienda del capital y la rapacidad imperial.