> ¿Por qué España, poder colonial monárquico y que fue
derrotado por los movimientos independentistas del siglo XIX, en Latinoamérica,
reclama un tesoro que fue producido con trabajo esclavo, tanto de africanos, principalmente,
como de indígenas?
Guillermo Maya Muñoz
De acuerdo a reportes publicados en El Tiempo, el tesoro
rescatado en el fondo del mar, al frente de las costas de Portugal en el
Atlántico, de una fragata española, Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en
1804, por la flota británica, fue adjudicado al estado monárquico español, por
un juez de Florida (EEUU).
El Tesoro lo componen 594.000 monedas de plata y
oro, valoradas en 500 millones de dólares, que al parecer fueron acuñadas en
Lima. Igualmente entre los demandantes estaba “también un grupo de
descendientes de los dueños de la carga”, 4 familias colombianas, 3 españolas y
11 familias peruanas (En una semana llegará a España el tesoro de Las Mercedes, www.eltiempo.com, febrero 17-2012).
¿Por qué España, poder colonial monárquico y que fue
derrotado por los movimientos independentistas del siglo XIX, en Latinoamérica,
reclama un tesoro que fue producido con trabajo esclavo, tanto de africanos,
principalmente, como de indígenas, en las minas, probablemente peruanas?
¿Acaso este tesoro no pertenece a quienes produjeron los
metales preciosos como esclavos, las comunidades indígenas y afrodescendientes?
¿Cómo un país reclama un tesoro que es producto de trabajo esclavo como propio?
El problema no es jurídico, bajo el principio de inmunidad soberana, como se ha
tratado en las cortes, es de justicia hacia las comunidades esclavizadas, que
fueron arrebatadas de sus raíces, de sus vidas cotidianas y que fueron hundidas
en los socavones de por vida para que extrajeran riquezas para una monarquía
parasitaria, rentista y decadente.
Durante la segunda guerra mundial muchas empresas alemanas,
bajo el régimen nazi, usaron trabajo esclavo o forzado, de acuerdo a la
biblioteca virtual judía, que recopila los nombres de estas empresas (German
Firms That Used Slave or Forced Labor During the Nazi Era, January 27, 2000).
En 1999, de acuerdo a Norman Kempster, de Los Ángeles Times, los gobiernos de
EEUU y de Alemania lograron un acuerdo sobre las reparaciones al trabajo
forzado o esclavizado, durante el periodo nazi, hace 68-72 años, de 5.200
millones de dólares (Agreement Reached on Nazi Slave Reparations, dec 15-1999).
Igualmente, bajo la Ley de Libertades Civiles de 1988,
promulgada por el presidente Ronald Reagan, el gobierno de EE.UU. se disculpó
por la detención en campos de concentración, en EEUU, de inmigrantes japoneses,
durante la Segunda Guerra Mundial y pagó por reparaciones 20.000 dólares a cada
sobreviviente, para compensar las pérdidas de propiedades y de libertad durante
ese período (Wikipedia, Reparations for Slavery). Además, a algunos bancos, en
EEUU, se les ha exigido pagar reparaciones por su involucramiento y lucro en el
comercio de esclavos.
¿Cuánto vale el trabajo de un esclavo? En la carta de un
esclavo liberado, Jourdon, dirigida a su antiguo amo, quien le pide que
regrese, después de la Guerra de Secesión de los EEUU, publicada el 22 de
agosto de 1865 en el New York Daily Tribune, el propio Jourdon le hace los
cálculos de cuánto le debe: “Gano 25 dólares al mes, con vituallas y ropa”.
Para probar las buenas intenciones de su amo, respecto a su suerte futura, le
pide que “nos envíe nuestros salarios por el tiempo que le servimos, por
treinta y dos años (Jourdon), y Mandy -su esposa- veinte años. A 25 dólares el
mes para mí, y 2 dólares a la semana para Mandy, nuestros ingresos ascenderían
a 11.680 dólares. Agregue a esto los intereses por el tiempo que nuestros
salarios fueron retenidos (…) Si usted no nos paga por el trabajo de fieles
trabajadores en el pasado, podemos tener poca fe en sus promesas futuras”.
Entonces, ¿a quién pertenecen las 594.000 monedas de oro y
de plata? ¿Al estado monárquico español? ¿A los descendientes de los
esclavistas? ¿A los esclavos y a sus descendientes? Es una vergüenza que
España, país rico, todavía aspire a los tesoros sacados de América y que yacen
en la profundidad de los océanos, cuando debería estar pagando las reparaciones
a quienes esclavizó, maltrató y asesinó. Tampoco ha pedido perdón. Pide
preferencias comerciales y de inversión.