Foto: Comandante Tomás Borge |
Hace unas horas dejo de existir Tomas Borge uno de los
fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN, fue uno de esos
hombres que con sus defectos y virtudes agrandan su figura por lo que hicieron,
ocupando un lugar destacado en la historia de su país. Movido por su conciencia
y actuando en consecuencia con ello, estuvo siempre decidido a luchar y a no
permitir la injusticia ni los atropellos a los más débiles en su país y fuera
de el.
La realidad y la vida en la Nicaragua pobre y golpeada por
dictadores de todo tipo despertó en Tomas Borge su conciencia, lo que
determinaría su vida, recorriendo una larga trayectoria como fundador del FSLN,
Comandante Guerrillero, Ministro del Interior y poeta, lo que equilibraba su
fortaleza material con el alma de un guerrillero siempre soñador.
Hoy para muchos el recuerdo de la revolución Sandinista y de
sus protagonistas es inconveniente y vaga, las tergiversaciones y el interés
por hacerla desaparecer de la historia es grande, en un mundo unipolar dominado
por una ideología neoliberal en la cual los principios morales cada vez pierden
mas y mas terreno. A las generaciones actuales no se les esta permitido conocer
los triunfos y los logros revolucionarios en nuestra américa, a Nicaragua la
sitiaron e invadieron antes y después de 1979 y a Cuba hasta el día de hoy
intentan bloquearla, para impedir que demuestren la validez de sus ideas y
logros.
Pero la revolución Nicaragüense trascendió todo este mundo
de mezquindades, primero porque triunfó en momentos en que Latinoamérica lo
necesitaba, eran los momentos en que estábamos dominados por dictaduras
criminales y terroristas, lo hizo regalándonos esperanzas y alegrías, además de
señalarnos un camino real hacia nuestra propia liberación. Algunos de nosotros
fuimos testigos y tuvimos el privilegio de participar en esa revolución, hecho
que permanece con humildad en el fondo de nuestros corazones, grabada para
siempre, por el cariño y el ejemplo de un pueblo noble que fue capaz de luchar
por sus derechos y triunfar.
Como en todo proceso revolucionario se cometen errores de
todo tipo, los que al final conspiran en
contra de la unidad, la mística y de los procesos de cambio, la revolución
sandinista no esta exenta de ellos y no somos nosotros los indicados para
criticarla desde afuera, pero eso no opaca su grandeza. La revolución
nicaragüense fue un momento de sueños compartidos, de consecuencia y de una
lucha real en contra de un enemigo que no trepidó en nada para neutralizarla.
Es necesario recordar que desde el gobierno norteamericano
de la época armaron a una fuerza militar
mercenaria y le dieron todo tipo de apoyo para que cumpliera sus fines. Una
situación que obligó al gobierno revolucionario a incrementar y desviar parte
importante de su presupuesto a la defensa, mermando con ello los recursos
necesarios para seguir con el programa de cambios y mejorar las condiciones de
vida de la población.
Todo esto y muchos ejemplos de valor allí desplegados, de vidas
que quedaron en el camino de la lucha por la justicia social, no solo lo
recordamos, sino que lo reconocemos y agradecemos en la vida y obra de sus
principales actores. Uno de ellos Tomas Borge, merecedor de un homenaje de
quienes compartimos con el, días de grandes sueños para toda nuestra américa.
Rescatamos con fuerza, mas ahora cuando se hacen tantos
esfuerzos para impedir que se conozcan, a estos verdaderos héroes de la
libertad quienes cuando tuvieron que hacerlo, empuñaron las armas de la liberación
para hacer frente de manera valiente a los opresores, personas que fueron
capaces de organizar la rebeldía de los perseguidos que en nuestras sociedades
fuimos los mas.
Treinta y tres años después del triunfo de la revolución
Sandinista el circulo virtuoso de la historia, con su legado, nos ubica una vez
más tras la búsqueda de alternativas a la injusticia social, encarnada en la
sociedad neoliberal y en el “pensamiento único” que nos han impuesto.
Pero tal como lo fue ayer, hoy por otros medios, los
poderosos que antes se expresaban oprimiendo y subyugando al pueblo trabajador,
a través de la fuerza de las armas de las dictaduras y la represión, hoy lo
hacen a través de sistemas económicos cimentados en la especulación y el abuso.
Transforman al estado en un instrumento a su servicio e impiden el despliegue
del potencial productivo en nuestros países, acumulando problemas insolubles de
carácter medioambiental.
Para hacerles frente emerge la imagen y los aportes de
personajes grandes de la historia revolucionaria e independentista de nuestra
américa, quienes nos inspiran para construir un pensamiento social critico a
partir de la tarea teórica y practica que asumimos en la actualidad. Una tarea
que es difícil ante un orden social que persigue cooptar y absorber toda
resistencia y práctica adversaria hacia él.
La derecha está acostumbrada a ser impune en sus
imposiciones y desmanes y, por tanto, desprecia y desoye a la crítica, pero
también existe una llamada centroizquierda y una izquierda casi desparecida,
que prefiere sacrificar la crítica para que no le señalen de una u otra manera.
Las revoluciones triunfantes y derrotadas nos enseñan que desactivar la crítica
cuando se esta en el poder es una error, una crítica leal, que otorgue tiempo y
que reconozca los logros, pero que al mismo tiempo recuerde lo que aún no se ha
conseguido y que exija, que aporte ideas y que esté dispuesta a colaborar es
determinante.
Tomas Borge con sus defectos y virtudes aportó a su país y
al movimiento revolucionario y progresista de nuestro continente, con su
carácter y agudeza critica que a muchos no les caía bien. Así lo conocimos y
así lo recordamos en el Ministerio del Interior, revisando cada palabra de sus
discursos, plagados de metáforas y de mensajes, todos verdaderas lecciones del
quehacer en la vida diaria.
Hoy en toda nuestra América Latina estamos en presencia de
la construcción de una nueva izquierda, valiente y con memoria, que dadas las
condiciones actuales del avance brutal del neoliberalismo, está obligada a ser
mas clara y radical en cuanto a las transformaciones estructurales de un modelo
de sociedad que se construya desde abajo y apoyado en los movimientos sociales.
Un esfuerzo que de la misma manera que ha sido a lo largo de su historia, se
construya desde un pensamiento de
izquierda, para retomar su camino porque el espacio que le corresponde está
abierto.
Las ideas de la izquierda del anti neoliberalismo, de
justicia social, de un país más humano, están latentes y movilizan a las
personas que pelean por sus derechos. Su historia ha sido y es un combate
muchas veces abierto y otras encubierto entre explotadores y explotados, ideas
que son alternativas a los condicionantes económicos que determinan en última
instancia la división clasista de la sociedad.
Tomas Borge fue también un productor de cultura, transmitía
y expresaba ideas de acuerdo a la carga cultural donde estaba inmerso, desde su
poesía sus palabras producían una
constante comunicación, actuando como revolucionario creador de la cultura para
el cambio social. En último termino, representaba la cultura como parte de la
memoria de una colectividad, para que se registrara y se mantuviera en el
tiempo.
Saludar con respeto a revolucionarios como Borge, no tiene
nada que ver con el culto a la idolatría, tan manoseada en nuestros días, en
los medios de comunicación social como un medio para embrutecer a las personas.
Por el contrario, nuestro reconocimiento a la revolución Sandinista y a sus
dirigentes lo sentimos como un deber, porque significa fortalecer una
conciencia cada vez mas actual para enfrentar nuestra realidad y el devenir.
En suma, la mística que nos movilizó a luchar por la
libertad y por una sociedad mas justa cuando fuimos a Nicaragua y cuando nos
enfrentamos a la dictadura es lo que tenemos que retomar, asimilando una
conciencia crítica obtenida del estudio científico y de la viva experiencia de
sus luchas pasadas. A esto contribuye recordar con cariño a uno mas que se va
dejando su legado de amor, de lucha y consecuencia revolucionaria.
Querido Comandante Tomas Borge, quienes te conocimos sabemos
de tu valentía, serviste y amaste a tu patria, te fuiste dejándonos un ejemplo
a seguir. Por ello la historia te consagra, tu pueblo y tus compañeros te
recuerdan y la gloria te viste en la eternidad.
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