Foto: Jed Rubenfeld |
Esta novela es una descarnada narración de una realidad
histórica en años cruciales de la historia de los Estados Unidos
Francisco Vélez Nieto
Francisco Vélez Nieto
Jed
Rubenfeld / La pulsión de muerte / Traducción de Jaime Zulaika / Editorial:
Anagrama
Son tres los protagonistas más importantes de esta
envolvente y trepidante novela que ofrece muy diversas facetas desde el inicio
de su andadura partiendo de un mismo punto de encuentro donde todos parecen
estar, aunque caminando por una bifurcación de senderos que se alejan hacia
puntos direcciones diferentes hasta volver a encontrarse, en el juego de tan
cerca y tan lejos. Andaduras que les permiten contactar en la vieja Europa
destrozada tras su Primera Guerra Mundial.
La Gran Guerra ha terminado y con ella el hombre sin atributos, víctima o cómplice de revoluciones y dictaduras emergentes de una ensangrentada tragedia jamás concebida. La historia inmensa comienza en Nueva York año 1920, América no podía quedar al margen, siendo receptiva de inmigraciones masivas en las vísperas de los años locos de un continente tan dinámico como feroz en la lucha por los poderes, tanto embriaguez como falta de escrúpulos para poder ejercer la más despiadada explotación del hombre por el hombre. Fuente de reivindicaciones y revoluciones, el desplome económico tras la guerra. Las fábricas se cierran, las familias pierden sus casas. Parados y desahuciados se encuentran en la calle en la más lamentable y desnuda miseria.
La Gran Guerra ha terminado y con ella el hombre sin atributos, víctima o cómplice de revoluciones y dictaduras emergentes de una ensangrentada tragedia jamás concebida. La historia inmensa comienza en Nueva York año 1920, América no podía quedar al margen, siendo receptiva de inmigraciones masivas en las vísperas de los años locos de un continente tan dinámico como feroz en la lucha por los poderes, tanto embriaguez como falta de escrúpulos para poder ejercer la más despiadada explotación del hombre por el hombre. Fuente de reivindicaciones y revoluciones, el desplome económico tras la guerra. Las fábricas se cierran, las familias pierden sus casas. Parados y desahuciados se encuentran en la calle en la más lamentable y desnuda miseria.
Y estos tres principales personajes son los representantes
máximos de la historia compuesta por un combinado coctel explosivo, de novela
policíaca de aventura, sin que faltar lo científico. Tiempos de Freud y el
psicoanálisis, la pulsión de muerte es opuesta a Eros. En este caso, Eros se
caracteriza por la tendencia hacia la cohesión y la unidad, mientras que la
pulsión de muerte es la tendencia hacia la destrucción que con claridad expone
en su ensayo sociológico "El malestar en la cultura. También Marie Curie
que, sin alcanzar la altura de famoso vienés, con los Rayos X ocupa un espacio
importante en la historia de los grandes descubrimientos y los Rayos X. Una
narración que se basa en fechas reales de la historia de América primer cuarto
del siglo XX, entre los que se encuentra el acto terrorista en la Wall Street,
en 1920. Un detective llamado Littlemore, casado con una italiana y padre de
muchos hijos que sufre la inquina del racismo, pero que como honesto
profesional, observador inteligente e intuitivo, soporta con valentía, consciente
de la trama en la que se encuentra dada su pulcritud profesional en busca de la
aclaración de unos hechos que alcanzan en el transcurso de la historia la
elevada sima de las política de estado.
Junto a tan valiente y arriesgado defensor de leyes
transparentes, se encuentra el doctor Younger, aventajado discípulo de Freud,
personaje como surgido de otra novela, y no por mera referencia, sino como
oficial médico en la Gran Guerra, donde logró merecidos honores por su
arriesgada y atrevida labor profesional en salvar vidas humanas. Curiosamente
con la ayuda de la tercera persona que compone el trío de protagonistas., la
francesa Colette, una cautivadora feminista, de extraño pasado que es alumna y
colaboradora de Madame Curie que, con un hermano enfermo, junto a un misterioso
pasado familiar de origen judío, que parece obligarle a un misterioso y
obsesivo compromiso que despierta todo tipo de suspicacias. Un trío que se
conoce el 16 de septiembre de 1920 a las doce y un minuto cuando en ese inmenso
Nueva York estalla una bomba ante las puertas de banco de J. P. Morgan, muy
cerca del edificio del tesoro de los Estados Unidos, justo en el centro del
acontecimiento que produjo treinta y ocho muertos y cientos de heridos.
A medida que se desarrolla la narración va aumentado el asco
hacia los políticos y la banca. ¿Nada nuevo verdad? puede susurrar un lector
mínimamente atento a la realidad de la actual diaria, hasta tal extremo, que
más que la realidad se asemeja a la ficción, una ficción de mala literatura.
También nos lleva a saborear la América de Dos Passos, maestro insuperable
narrador crítico de su patria debido al compromiso que todo creador debe
asumir. Así lo hace también con estilo y maestría Jed Rubenfeld en esta
descarnada narración de una realidad histórica en años cruciales de la historia
de USA. Las tramas enredada en un mismo tejido, todo el horror que emana el
pestilente y nauseabundo olor legítimo de las cloacas del poder, donde se
acuerdan y deciden las guerras y alianzas de los grandes capitales, las más
perversas intrigas y enfrentamientos soterrados entre ellos por alcanzar más y
más. Hechos históricos y criminales como el de los anarquistas Ferdinando
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti trabajadores y anarquistas, que fueron
juzgados, sentenciados y ejecutados por electrocución el 23 de agosto de 1927,
inoxidable condena que sigue flotando en la historia de los movimientos obreros
en su lucha por unos justos y mínimos derechos a los que todo ser humano debe
tener derecho amparado por una justicia limpia. Porque esta obra “No es solo
una novela policiaca que atrapa al lector con su intriga política y científico,
sino también una provocativa meditación acerca del “efecto dominó”, psicológico
y emocional, de la guerra del terrorismo” Mateehew Pearl.
Título
original: “La pulsión de muerte”, de Jed Rubenfeld