Especial para La Página |
El mundo observa con horror una nueva ofensiva
destructora contra la franja de Gaza y la masacre del pueblo palestino. Los
líderes mundiales contemplan con
silencio cómplice los avances de esta escalada mientras la prensa
difunde noticias bastante tergiversadas.
No se ve de parte de aquellos que tanto condenaron
las muertes en la Libia de Gadafi, la misma reacción sobre las matanzas de un
pueblo en un territorio que ha sido llamado “la cárcel a cielo abierto más
grande del mundo”. Es más Barack Obama y sus acólitos han apoyado el “legítimo
derecho de Israel a defenderse”.
Al respecto, es necesario puntualizar en qué
consiste este derecho a la defensa y cuál es el peligro que corre este Estado
frente a un pueblo que no tiene Estado, ni ejército, ni condiciones aceptables
de subsistencia.
Primero: El
estado de Israel tiene uno de los ejércitos mejor armado y poderoso del mundo.
Posee una aviación altamente tecnologizada incluyendo aviones espías no
tripulados que fotografían constantemente el pequeño territorio palestino
y es dable pensar que también algunos
otros. Cuenta con una fuerza naval significativa que ya se ha visto envuelta en
otros incidentes internacionales. Además posee una alta tecnología defensiva como
escudos antimisiles y tecnología de comunicación.
La “autoridad” Palestina, es decir el pueblo
palestino vive arrinconado en la Franja de Gaza un territorio de 40 por 14
kilómetros lo que produce la densidad poblacional más alta del mundo. El 50% de
la población es menor de edad, no posee ejército y su única posibilidad
defensiva la constituyen milicianos equipados con morteros y cohetes
anticuados. Cabe señalar que a diferencia de los misiles que son dirigidos y
pueden programarse para dar en el blanco, los cohetes no tienen una dirección
precisa, y por tanto, es difícil determinar una precisión.
Segundo: Este
es el escenario donde se mueve el “legítimo derecho a defensa de Israel”. Hoy
día se está bombardeando por tierra, aire y mar la franja y la población no
tiene como huir o refugiarse. A los 16.000, reservistas que se movilizaron en
un principio se sumaron miles más dando Netanyahu la aprobación de movilizar a
75.000 para avanzar a territorio palestino. También han estacionado los
tristemente célebres blindados bulldozers que conocimos en la anterior
operación llamada “Plomo fundido”, y que significó la destrucción de miles de
casas. Estos blindados están provistos en su parte delantera de una gran pala
de levantamiento y llevan en su parte posterior un gancho o especie de aguijón
el cual entierran en la tierra y arrasan con su objetivo. Como si esto fuera
poco están además acuartelado un cuerpo de paracaidistas para combatir en el
interior del territorio casa por casa, y reservas tácticos, especialistas en
guerra psicológica. Ayer Israel desplegó su sistema “Iron Dome” un verdadero
escudo anti misiles. No se entiende por qué no lo utilizaron antes.
En este escenario pensar que no se atacará a
civiles es una falsedad ya que cuando bombardean objetivos supuestamente
terroristas, por la densidad poblacional es imposible que no afecte a víctimas
civiles y a un alto número de niños y mujeres.
Tercero: La
prensa por lo general reproduce las noticias de las grandes agencias
internacionales de la información las cuales entregan una visión parcializada
del “conflicto”. Hablan de un enfrentamiento como si ambas fuerzas fueran
iguales en poderío. Denuncian 70 muertos pero no precisan que el 98% de los
muertos son palestinos, civiles mujeres y niños. Por otra parte no han
publicado la enorme protesta que hubo en New York, ni el vibrante discurso del
presidente de Egipto, que le recordó a Israel que los árabes de hoy no son los
mismos de ayer, haciendo alusión a la colaboración que les prestaba el dictador
Mubarak.
Para concluir, es preciso tener presente que
Israel no está sólo. Tiene todo el apoyo del imperio tanto en lo económico como
en lo militar y tecnológico. Es el guardián de los intereses de Estados Unidos
en Medio Oriente y sin el respaldo de éste difícilmente tendría la impunidad
que ostenta. Sin embargo, la situación en el presente es distinta debido a los
cambios que han tenido los países árabes de la región, lo cual podría generar
una zona de conflicto mucho mayor. Desde luego, ya no contarán con la complicidad
de Egipto, cuyo presidente les comunicó que su política no va a ser la de
Mubarak.
Es indudable que no pararán hasta terminar con
Palestina, quizá no esta vez, pero en sucesivas intervenciones. Su objetivo es
una “limpieza étnica”, sin embargo no hay que perder de vista que el objetivo
principal es Irán y el inmediato Siria con el propósito de ir extendiendo la
influencia imperial en Asia lo cual hace prever que el objetivo final es aislar
a China. No por nada Obama está hoy en Myanmar, ex Birmania.
Luisa Bustamante es socióloga de la Universidad
ARCIS. Magister © en Filosofía por la Universidad de Chile